Reportaje publicado por Silvia Osorio en el diaro El Correo el 05/05/2015
El baracaldés Alberto Bocos irá a pie y a la carrera a Barcelona en siete días para animar al Athletic en la final y vivir una "experiencia personal"
Los aficionado del Athletic ya calienta motores para la final de Copa que medirá al conjunto bilbaíno y al Barcelona el próximo 30 de mayo. Son fechas ya en las que hay que ingeniárselas para conseguir entradas y también organizar el viaje a tierras catalanas. Son más de 600 kilómetros y lo fundamental es llegar cuanto antes para disfrutar del ambiente rojiblanco que invadirá la Ciudad Condal. En coche, tren, avión, autobús, viaje organizado, particular... Otros, sin embargo, no tienen tanto dilema. Es el caso de Alberto Bocos, un hostelero que pese a ser baracaldés de pro, prepara toda una 'bilbainada'.
Atleta amateur y propietario de un bar en el barrio de San Vicente, se propone llegar a la gran cita nada menos que a pie. Para ello, ataviado con la camiseta del Athletic, partirá del municipio fabril el sábado 23 de mayo y, durante una semana, realizará el recorrido que separa Barakaldo de Barcelona combinando carrera y caminata, realizando una media de unos 85 kilómetros al día. Serán un total de siete etapas, entre 12 y 15 horas diarias para llegar a la 'Athletic Hiria', la meta de esta peculiar hazaña.
Se trata de un "sacrificio" con el que persigue satisfacer una "experiencia personal" y, debido a su gran pasión por el equipo de sus amores, también motivar al personal para traer de una vez por todas la Copa al 'Botxo'. "Físicamente acabas roto, pero psicológicamente te encuentras mejor. Te refuerza mucho la mente. Quiero hacer realidad un sueño: volver a tener la sensación que tuve de niño cuando vi la gabarra por la ría. Esto también es para animar a la afición y al equipo", señala.
Pero gestas de este tipo no son nuevas para este baracaldés. Hace tres años, Bocos se pasó tres días enteros corriendo en la pista de atletismo del campo de San Vicente por un fin solidario: recaudar fondos para un tratamiento quirúrgico en Estados Unidos para una niña zaragozana aquejada de una grave cardipatía. Aquel granito de arena desinteresado dio sus frutos. "Parecía que igual no iba a servir para nada, pero las autoridades de Aragón se dieron cuanta de que la niña necesitaba la operación y le ayudaron a que lo hiciera poniendo el dinero. Para mi fue muy gratificante", recuerda.
A sus 40 años recien cumplidos, este vizcaino esta en plena forma, aunque para afrontar una hazaña de esta envergadura es necesario ejercitarse en condiciones. Casi todo el tiempo libre que le permiten sus quehaceres diarios detrás del mostrador de su local lo dedica al deporte. De joven practicó atletismo en el club local y llegó a participar en campeonatos de España y en la selección de Euskadi. Ahora corre siempre que puede, pero como aficionado. Tiene una rutina semanal definida al dedillo. "Todos los días entreno algo, salgo a correr una hora y media o dos horas. El día que libro, que suele ser el miercoles, hago más, unas cuatro horas. Y todos los domingos voy al monte y ando entre 10 y 15 kilómetros. Me encuentro bien fisicamente", afirma.
Durante estos días prepara con mimo su hoja de ruta. Con tan sólo una mochila a la espalda -en la que llevará lo "básico": unas zapatillas de repuesto, varias camisetas y artículos de higiene personal-, la salida será su domicilio en la calle Arteagabeitia. "Esto consiste en salir por la mañana un poco fresco. Saldré andando y cuando haya calentado, empezaré a correr. Aunque dosificando bien las fuerzas porque se cargan mucho las rodillas. Por la noche descansar y dormir bien", avanza. De ahí, tirará por carreteras comarcales -en algunos casos siguiendo tramos del Camino de Santiago- hacía Alava para pernoctar el primer día en algún pueblo cercano ya a La Rioja. Aunque sujeto a posibles cambios, la segunda parada será en Calahorra y después tiene previsto hacer altos en el camino en Tudela, en Zaragoza, en algún municipio ya cercano a Lleida, en la propia capital leridana, en Martorell y ya, el último esfuerzo hasta Barcelona. "Trataré de llegar por la mañana para poder estar con la afición y disfrutar del día", añade.
"A por todas"
Bocos es un athleticzale empedernido. De los que llevan a su club en el corazón. Sentimiento puro. La última vez que los leones alzaron la Copa él era un crío y apenas tiene un leve recuerdo de aquel estallido de alegría cuando su madre le llevo a ver la gabarra. Tiene claro que para en la dura travesía que le espera pasará "dolor" y deberá tener "paciencia", pero el botín final puede ser muy reconfortante si el conjunto de Valverde se lleva en esta ocasión el gato al agua. Él confia cien por cien en las posibilidades de que a la tercera sea la vencida. "Es a un partido. Puede pasar de todo. Deben ir a por todas. Los jugadores deben pensar que cuanta más grande es la lucha, más grande será el triunfo final".