El Athletic ganó en 1921 la Copa como local ante el Atlético, con una recaudación récord de 40.000 pesetas
Vista general de San Mamés en la final de Copa entre Athletic y Atlético de Madrid, que congregó a unos 10.000 espectadores. (Foto: DEIA)
Regresó míster Barnes de Inglaterra y se topó con la metamorfosis en un equipo al que se habían sumado, entre otros, los Laca, Sabino y Allende, y al que le costó doblegar al Arenas de Getxo (2-1) en el Campeonato Regional para acceder a los cuartos de la Copa, donde esperaba el Sporting de Gijón. Los asturianos cayeron en los dos partidos (2-1 y 0-1), lo que dio paso a una semifinal más accesible de lo prevista, puesto que el Sevilla fue descalificado por alineación indebida. El rival en la final, el Atlético de Madrid, accedió a dirimir el título en San Mamés dada la excelente relación entre las dos entidades, prácticamente de hermandad, posibilitando una recaudación de 40.000 pesetas.
Más de 10.000 espectadores, en la mejor entrada conocida hasta esa fecha en el campo bilbaino, crearon un estupendo ambiente, y mientras los leones echaban en falta a su capitán, Germán, por culpa de una distensión, el conjunto madrileño arrastraba la baja de Mieg. El juego veloz de los rojiblancos propició la neta superioridad del Athletic, que se adelantó en el minuto 31 por mediación de Laca.
Triana igualó y provocó el nerviosismo en los locales, que tuvieron que sobreponerse asimismo a un fuerte golpe sufrido por José Mari Belauste y a un remate de Olaso que Begiristain, de la forma que pudo, sacó bajo la raya. Antes del descanso, Acedo puso las cosas en su sitio desde el punto de penalti, lo que originó un segundo tiempo sosegado. El propio Acedo, desde fuera del área, y Laca redondearon el festín, enarbolado por las crónicas periodísticas. “¡Cuántas veces sorprendimos en el transcurso de la tarde al Athletic hablando solo o entablando diálogos con los largueros! Otras veces contaba los agujeros que tenía la red y anotaba sus observaciones en el puño de la camisa. De pronto adoptaba una fiera actitud mientras el portero extendía unos brazos tremendos, probablemente postizos para batirse con un enemigo imaginario. Ser portero del Atlético de Madrid debe ser una cosa emocionante. Serlo del Bilbao (sic) es desde luego algo desolador”, narraban.
Retirada y muerte de pichichi
La temporada finalizó con la despedida anunciada del gran Pichichi en pleno éxito de su carrera. Sintomático que la campaña 1921-1922 no pasara a los anales como una de las más felices de la historia del club, ya que no se clasificó para disputar la Copa y retener el cetro y, para colmo, lloró la muerte de Rafael Moreno, al parecer por tifus. Su esquela publicada el 2 de marzo de 1922 conmocionó a toda la familia rojiblanca. San Mamés acogió un partido de homenaje en su memoria entre Athletic y Arenas (2-1), con goles de un Belauste que lloró como un niño evocando los tantos marcados en colaboración con su compañero fallecido.
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ATHLETIC 4 - ATLÉTICO DE MADRID 1
ATHLETIC: Rivero, Begiristain, Hurtado. P. Belauste, J. M. Belauste, Sabino, Villabaso, Pichichi, Allende, Laca y Acedo.
ATLÉTICO DE MADRID: Durán, Olalquiaga, Pololo, Escalera, Fajardo, Olarreaga, Amann, Tuduri, Triana, Del Río y Luis Olaso.
Goles: 1-0: Min. 31; Laca. 1-1: Min. 38; Triana. 2-1: Min. 44;Acedo, de penalti. 3-1: Min. 68; Acedo. 4-1: Min. 73; Laca.
Árbitro: Berraondo.
Incidencias: San Mamés. 8 de mayo de 1921.