Entrevista publicada por Nagore Marcos en el diario Deia el 07/05/2015
¿Cómo definiría en una palabra el Athletic?
Familia.
¿Lo considera más que una religión?
El Athletic es mucho más cercano y natural. Representa algo muy íntimo, muy particular y muy identificado.
¿Su primer recuerdo de niño sobre el Athletic?
Recuerdo el carné de socio que tenía de crío, casi de cartón. Tenía mi nombre escrito a boli y con mi foto con un pelo de tazón que parecía el niño de Cuéntame.
¿Quién le metió el gusanillo del fútbol en casa?
Mi aita, indiscutiblemente.
¿Es de los que no perdona un bocadillo y una cerveza cuando ve un partido de fútbol?
Antes el bocata sí que era sagrado, pero es que el antiguo San Mamés era otro mundo, con sus purazos... Era un San Mamés de paraguas y gabardina.
¿Qué jugador rojiblanco es su preferido en toda la historia?
Txetxu Rojo y, de esa generación, Fidel Uriarte porque son los jugadores con los que yo me desperté y me encantaron. Tengo debilidad con jugadores de trazo muy técnico, pero es que en Bilbao tenemos morro fino para el fútbol.
¿Cambiaría un partido del Athletic por una buena cena o por una entrada para el cine?
No.
¿Entendería que el Athletic fichara extranjeros?
Ahora mismo no tiene demasiado sentido, nos regimos por parámetros diferentes al resto y no me gustaría perder ese diferencial.
¿Un pronóstico para la final?
Me parece el partido más difícil de la historia del Athletic, pero me aferro al Maracanazo, a los once aldeanos.
¿Le impone que la final sea en el Camp Nou ante el Barcelona?
Me imponen más Messi, Neymar, Luis Suárez... Pero la Copa nos debe una.
¿Qué sería capaz de hacer si el Athletic gana un título tres décadas después?
No lo sé, la verdad es que me quedaría muy impactado.