Artículo publicado por Jon Rivas en la sección 'La Gabarra' del diario El Mundo el 30/04/2015
Lo que importa ahora en el fútbol, Andoni, es la rotonda de Valdebebas, por la que pasan cada día las estrellas a sesenta kilómetros por hora, con los cristales tintados, y la admiración que despiertan cuando son capaces de descender a la tierra, bajar la ventanilla y firmar un par de autógrafos sin mirar a la cara a quien le entrega el cuaderno o la camiseta. Incluso cuando no paran causan admiración. Ahí vemos a Bale, ahí pasa Benzema. Eso es el fútbol del que te vas, Andoni, tal vez demasiado diferente al que te encontraste al llegar a Bilbao, todavía un chaval.
Tu no eres de ese fútbol mediático, en el que la competición queda relegada ante el espectáculo. A tí, al que Bielsa en su despedida puso de ejemplo de profesionalidad, te van más otras cosas: el trabajo, el compañerismo, el fútbol puro. En este mundo de egos desmedidos, en el que algunas estrellas se enfadan porque un compañero se adelantó para meter un gol; que celebran otro gol intrascendente porque hay una cámara que les está siguiendo a todas partes como si fueras un artista de Hollywood, no es noticia un futbolista que se va del Athletic con más de 500 partidos y 37 goles jugando de defensa; que fue capaz en su momento, de ser tan generoso como para llamar al seleccionador, que le quería incluir en la lista de la última Eurocopa que ganó España y decirle: "Vicente, no me lleve porque tengo una pulbalgia y tengo que recuperarme". Con dos narices.
Eso no se estila. Tampoco, como contaba el compañero de El Correo, Jon Agiriano, que un futbolista -tú-, le llame al periódico para decirle que es injusto que escriba que es el mejor jugador del equipo.
Mientras tú rodeado de todos tus compañeros, de los dirigentes del Athletic y de los periodistas, decides, después de darle muchas vueltas, ser honrado una vez más y dejar tu equipo porque crees que podrías no estar a la altura -algo de lo que discrepamos todos los demás, porque lo demuestras en cada partido-, quienes manejan el espectáculo preparan escaletas en las que la rotonda de Valdebebas sigue teniendo el protagonismo y en las que a tí te desprecian olímpicamente, para dedicarte menos de diez segundos, una ofensa para alguien como tú, que ama el fútbol de verdad. Los que te hemos seguido lo descubrimos hace tiempo, cuando te vimos llorar amargamente en un banquillo, siendo un chaval todavía, por una derrota del Athletic.
Te admiramos por tu honradez, por tu profesionalidad, por aquel gol a Casillas en el Bernabéu; por aquel otro en Anoeta, en el tiempo de descuento; por aquella jugada increible que seguro que envidiaría Cristiano, en la que regateaste en un palmo del área a tres defensas del Manchester United, mientras Ray Hudson, el ex futbolista del Newcastle y comentarista de la televisión inglesa, aullaba -literalmente- de placer ante la jugada. Hasta por el penalti que no quisiste repetir contra el Cádiz, en tiempo de descuento, y que tiró Tiko para salvar al Athletic.
Por eso, que sigan sacando la rotonda de Valdebebas cuantas veces quieran; que sigan matando el fútbol de verdad. Sólo espero que cuando un niño quiera jugar a este deporte se mire en el espejo en el que se refleja Andoni Iraola, que deja un gran vacío en el Athletic, por muchos laterales que ocupen su lugar.