Tras vengarse en semifinales del Madrid, verdugo en las 3 finales anteriores
Equipo campeón de 1910: Grapham, Amann, Belauste, L. Astorquia, I. Aldecoa, Arzuaga, Hurtado, Iza, Buzus, Veitch, Iceta y Cameron.
(Foto: DEIA)
Cinco años tuvo que esperar la afición bilbaina para ver a su equipo levantando otra vez la Copa. Un lustro de muchos sinsabores. Tras el desánimo ocasionado por la escasez de partidos y los reveses en las finales de 1905 (0-1), 1906 (1-4) y 1907 (0-1), todas ellas frente al Madrid, en 1910 cambió la historia del Athletic: primero, porque el 9 de enero, contra el Sporting de Irun, jugó por vez primera con la camiseta rojiblanca que Juan Elorduy, estudiante bilbaino que jugaba en el Athletic de Madrid, compró en su viaje a Londres; después, porque las vitrinas volvieron a poblarse con la cuarta Copa tras vengarse en semifinales del Madrid (2-0) y luego por derrotar al Vasconia (1-0) , o lo que es igual, el Ciclista de San Sebastián que había fundado una nueva entidad, la Real Sociedad, pero que no podía competir con esta denominación debido a que no tenía aún el año de antigüedad al que obligaba el reglamento.
Fruto de la discordia imperante que aludía a ciertos favoritismos porque los clubes consideraban una desventaja jugar siempre en la capital de España, en este curso se disputaron dos torneos paralelos: uno, este, conquistado por los vizcainos; y otro, el que dirimieron Barcelona, Deportivo de La Coruña y Español de Madrid, con el triunfo de los primeros. Narran las crónicas que para el compromiso definitivo “nunca se había visto tanto interés. Los ánimos se apasionaron de tal modo que se esperaba que ocurriera algún desagradable suceso. La impaciencia crecía en el público, que aguardaba con ansia el inicio” de la finalísima. Palabras que reflejan el efervescente ambiente, los albores de la popularización del fútbol.
El Athletic puso en liza un equipo de garantías con José Mari Belauste, Iza, Zuazo o Iceta, entre otros, además de los refuerzos con denominación de origen británica como Grapham, Veitch, Cameron y Burns. Un gol del gallartino Remigio Iza decantó la balanza en la segunda parte, ventaja que los ya rojiblancos aguantaron con casta y garra, con el consiguiente enfado de la hinchada local, que hasta llegó a apedrear a los bilbainos cuando regresaron victoriosos a la caseta. Así se narró el gol en la prensa: “De pronto, el joven Iza, que durante toda la tarde había sido la admiración de los aficionados, mete con extraordinaria limpieza el primer gol a favor del team vizcaino. Los bilbainos que presencian el partido agitan el pañuelo para saludar a sus camaradas”. Un cartel les rindió tributo a su regreso a la villa: “¡Bravo por nuestros paisanos!”.
Recibimiento en Atxuri
Fue el primer recibimiento con tintes multitudinarios. Además de la tradicional banda de música de Garellano y la pólvora en el aire, en la tarde de aquel 21 de marzo unas 3.000 personas aguardaron a los campeones en la estación de Atxuri. Al frente, desfiló dichoso el honorable capitán Arzuaga, montándose el grupo en carruajes en dirección al Casco Viejo y después hasta la plaza del Arriaga y Gran Vía, un paseo que nos retrotrae a los nuevos tiempos. Ya en la sede de la Federación Atlética hablaron a una afición orgullosa de sus colores. Era evidente entonces que el Athletic necesitaba un nuevo campo para organizar la cita de 1911 y surgieron las primeras voces que hablaban de contratar a un entrenador. Nadie quería ceder de nuevo la corona.
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ATHLETIC 1 - VASCONIA 0
ATHLETIC: Astorquia, Arzuaga, Amann, Belauste, Cameron, Grapham, Hurtado, Iza, Burns, Veitch e Iceta.
VASCONIA: Bea, Arrillaga, Pérez, Airreveche, Goitisolo, Irureta, Prast, Simmons, McGuinnes, Lacort y Saura.
Goles: 1-0: Min. 56, Iza.
Árbitro: Lavat.
Incidencias: Campo de Ondarreta, Donostia. 20 de marzo de 1910.