Aitor Mazo ha fallecido esta mañana en su domicilio a la edad de 53 años. Desde aquí queremos rendirle un pequeño homenaje reproduciendo la entrada que se publicó en el blog "Anecdotario de Portería" el 22/11/2013. Goian Bego. Descanse en paz.
Hace ya algún tiempo que Aitor Mazo cambió la portería por los escenarios. Pero el actor, director y guionista en sus tiempos mozos también jugó al fútbol, lo hizo. Soñaba entre estirada y estirada en convertirse en portero del Mundial de Naranjito.
Ya de muy pequeño mostraba su afición por la portería; se vestía a su modo de guardameta, salía con un pelotón debajo del brazo y se iba a las campas de Txurdinaga. Allí hacia una portería con dos piedras y esperaba pacientemente a que llegara alguien y le chutara algún balón. Con doce años ya era un mocetón de 1,80 metros y jugaba en la Ikastola “El Karmelo”, donde por su altura era apodado jirafa. Indudablemente no era un buen mote para ser portero, donde este pantera, gato, felino etc… que se quite “el jirafa”.
Los ojeadores se fijaron en él y le ficharon para jugar en el Zugazarte, donde estuvo de los 12 a los 18 años.
En una reciente entrevista en “El Correo” –de donde he sacado la información- recuerda con detalle un partido jugado en Lezama contra el Alirón, el equipo infantil del Athletic, en el que jugaban Gallego, Liceranzu, Urtubi, Endika y Noriega, a la postre campeones de Ligas y Copa con el Athletic Club. En ese encuentro perdieron diez a cero, pero Aitor fue el héroe del partido.
“Aquel día, Liceranzu, que con quince años tenía unas piernas como las de mi padre, me metió un gol desde el centro del campo. Yo nunca había visto chutar a nadie desde allí y para cuando vi que la pelota venía directa a la portería y me tire, el balón ya estaba dentro”. Recordaba para “El Correo”.
Una premonición.
En otra ocasión en un derbi en Gobela entre el Zugazarte y el Arenas, el entrenador le saco por volverse hacia el público y hacer un saludo teatral ante las mofas del publico por la buena suerte que tenia con los palos. El míster le increpó diciéndole que: “Si quieres hacer teatro, te vas al teatro”, resonó en el vestuario como una premonición.
Como siempre digo: ¡El fútbol perdió un guardameta pero se gano un magnifico actor!