Reportaje publicado por K. Txakartegi en el diario Deia el 08/05/2015
El Athletic, que tuvo su primer entrenador, ganó su quinta copa en 1911 ante el Español en el campo de Jolaseta
La elección del campo getxotarra de Jolaseta como sede de la Copa en 1911, dado que el organizador era el Athletic como vigente campeón, coincidió con la llegada de un entrenador al banquillo bilbaino: Mister Shepherd, que solo tuvo como virtud ser el pionero en la materia puesto que apenas duró mes y medio en el cargo. Este certamen se recuerda como uno de los más convulsos debido a la rivalidad entre el conjunto rojiblanco y la Real Sociedad, que quería tomarse la revancha olfateando el mercado británico, convencida de que con dos o tres contrataciones, más los ingleses que ya tenían en sus filas (Simmons, Mac Guinnes y Goitisolo, lekeitarra afincado en territorio anglosajón que no hablaba una sola palabra de castellano o euskera), podría vengar la afrenta de un año atrás, cuando cayó bajo la denominación de Vasconia.
Trece entidades se inscribieron: nueve clubes de fútbol (Athletic, Bilbao, Fortuna, Real, Santander, Barcelona, Deportivo, Gimnástica de Madrid y Español de Barcelona) y cuatro combinados militares (Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros). El Real Madrid, en crisis, declinó la invitación. El Athletic se impuso al Fortuna vigués (2-0) con goles de Veitch y Smith; y el Bilbao a Artillería (2-1) en medio de denuncias y contradenuncias por alineaciones indebidas. Después, el Athletic tumbó 4-1 (Zuazo, Belauste, Iza y Arbaiza) al Bilbao. Y entonces, se pidió la retirada de tres jugadores extranjeros del Athletic y dos del Bilbao, aceptando todos ellos con la excepción de Veitch, que llevaba dos años residiendo en España. Así las cosas, la Real solicitó la repetición de los partidos dirimidos, pero como su demanda no prosperó, optó por retirarse del campeonato. Los demás equipos, salvo los militares, se conjuraron con los donostiarras y amenazaron con marcharse si el Athletic no prescindía de los servicios de Sloop y Martín. El club vizcaino accedió, pero el encuentro no se volvió a disputar desde el inicio, de ahí que el Barcelona también se bajase del carro, aunque en verdad lo hizo porque se expulsó a su guardameta Reñé por alineación indebida. Fortuna y Santander igualmente abandonaron y la Gimnástica lo hizo en el momento del choque en que el Athletic le endosó el 2-0 en la antesala de la finalísima. La excusa, surrealista: que si continuaban jugando no llegarían a coger el tren a Donostia para retornar a la capital del Estado. Sin rival, el Español se retractó y se decantó por pujar por el trofeo dado que los militares habían sido reclamados por sus respectivos regimientos, ganándose los catalanes el respeto de la afición bilbaina. El quinto entorchado fue a parar a las vitrinas del Athletic gracias a un rotundo 3-1 con goles de Garnica, Allende y Veitch. Del once de la campaña anterior solamente permanecían este último, el portero Astorquia, Belauste e Iza. Pero el embrollo no se detuvo ahí, puesto que la Federación, por demanda de los clubes detractores, desposeyó momentáneamente al Athletic del título, obligándole a esperar unos meses más para que, este sí, se lo reconocieran, si bien se le privó ser el organizador de la Copa de 1912. Al no ceder, el Athletic fue expulsado de la Federación, razón por la que no se presentó a la siguiente edición. Ni el Rey, que trató de ejercer de mediador en el entuerto, consiguió calmar la tormenta.
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ATHLETIC 3 - ESPANYOL 1
ATHLETIC: Astorquia, Arzuaga, Allende, Iza, Belauste, Mandiola, Belaunde, Zuazo, Garnica, Veytch y Smith.
ESPANYOL: Gibert, Massana, Álvarez, Heredia, Massana, Buylla, Barenys, Giralt, Neira, Castillo y Sampere.
Goles: 1-0: Veitch; 2-0: Belaunde; 3-0: Garnica; 3-1: Neira.
Árbitro: Scott.
Incidencias: Campo de Jolaseta, Getxo. 15 de abril de 1911.