Entrevista publicada por Jokin Victoria de Lecea en el diario Deia el 18/05/2015
¿Cómo definiría en una palabra el Athletic?
Familia.
¿Lo considera más que una religión?
Es un sentimiento. Es como un familiar, un padre, un amigo, una pareja... Aunque haga cosas mal siempre le sigues queriendo.
¿Cuál es su primer recuerdo de niño sobre el Athletic?
Es un partido que fui a San Mamés con mi padre, un Athletic-Oviedo. No me acuerdo del resultado porque era muy pequeño, pero sé que estaban Andrinua, Lakabeg, Valencia...
¿Quién le metió el gusanillo del fútbol en casa?
Mi padre. Es muy forofo y es socio desde hace cincuenta años.
¿Es de los que no perdona un bocadillo y una cerveza cuando ve un partido de fútbol?
No suelo tomar ni bocadillo ni cerveza. Me gusta hacerlo así porque puedo concentrarme más en el partido.
¿Qué jugador rojiblanco es su preferido en toda la historia?
Siempre he sido mucho de Joseba Etxeberria, es el que más me ha gustado. Además, cuando estuve en las categorías inferiores del Athletic solía jugar en el mismo puesto que él.
¿Si el Athletic fichara extranjeros, lo entendería?
Prefiero que no fiche. Lo bonito es que juegue siempre gente de aquí. Esa es la filosofía y creo que hay que mantenerla. Pese a poder estar en Champions, a mí no me interesa tener extranjeros. El Athletic está muy bien así.
¿Cambiaría un partido del Athletic por una buena cena o por una entrada para el cine?
Sí, soy una persona muy cinéfila. Eso sí, depende del encuentro, de la película o la compañía. No me importaría cambiar un partido por ir a una obra de teatro con mi novia, por ejemplo.
¿Un pronóstico para la final ante el Barcelona?
No sé si ganar o perder, pero quiero que en la final marque Toquero.
¿Le impone que la final sea en el Camp Nou?
A mí me parece terrible. Iba a ir a la final pero al ser en el Camp Nou, ya no voy a ir. Prefiero verla en Bilbao y dejar el dinero aquí. Me parece increíble que se haga en el campo del Barcelona.
¿Qué sería capaz de hacer si el Athletic gana?
No lo sé, como nunca le he visto ganar es algo que nunca he pensado. Llámeme el 31 de mayo y ya lo demostraré.