Entrevista publicada por Jokin V. de Lecea en el diario Deia el 16/05/2015
¿Cómo definiría en una palabra el Athletic?
Emocional.
¿Lo considera más que una religión?
Es distinto. El Athletic esta ahí, es algo irrenunciable.
¿Cuál es su primer recuerdo de niño sobre el Athletic?
Con nueve años, fui con un amigo al ayuntamiento a recibir al Athletic tras un título. Según pasó el autobús, se rompió el cordón policial y la gente se nos echó encima. Un señor se dio cuenta, nos sacaron y nos llevaron a la ría en volandas. Fue bonito porque el peligro lo olvidamos y el recuerdo que se queda es a la gente llevándonos. Eso sí, casi la cascamos por nuestra afición.
¿Quién le metió el gusanillo del fútbol en casa?
Todo mi entorno, en general.
¿Es de los que no perdona un bocadillo y una cerveza cuando ve un partido de fútbol?
Tengo que reconocer que no voy a muchos partidos. Las alegrías bienvenidas sean de dónde vengan y las derrotas me las tomo con calma.
¿Qué jugador rojiblanco es su preferido en toda la historia?
Iribar, porque marcó una pauta.
¿Cambiaría un partido del Athletic por una buena cena o por una entrada para el cine?
No, pero por un concierto que me emocione sí.
¿Si el Athletic fichara extranjeros lo entendería?
Me parece bien que cualquier chaval de aquí tenga la sensación de que puede jugar en el equipo de su ciudad, pero en otros no tengo un criterio clarísimo.
¿Un pronóstico para la final ante el Barcelona?
Siempre tengo una visión optimista y veo la victoria.
¿Le impone que la final sea en el Camp Nou?
No, porque vamos a estar más de aquí que de allí.
¿Qué sería capaz de hacer si el Athletic gana?
Celebrarlo por todo lo alto y dejarme llevar por la marea.