Artículo publicado por Jon Uriarte en el diario El Correo el 31/05/2014
El jefe de deportes de Radio Popular, conocido por el grito de sus 'bacalaos' para cantar los goles del Athletic, falleció ayer a los 55 años por un cáncer de páncreas
Estoy harto de escuchar que siempre se van los mejores. Porque es una jodida verdad. Pero lejos de consolar, te quema las tripas. José Iragorri se nos ha ido. Sabíamos que pasaría, y que en la ruleta del cáncer le había tocado de los peores. Pero él tenía esperanza y la contagiaba. La última vez que le vi fue en la entrada del Ein Prosit de los Thate. Le acompañaba Gurutze, su mujer. Una de esas personas valientes que acompañan con entereza al que se está yendo. Siendo enfermera, nadie mejor que ella para saber lo que pasaba. Y aún así, aquella tarde sonreía por los dos con una energía que emocionaba. Hasta bromeamos con su Legazpi natal y nuestro botxerismo. Tiene suerte José con la familia. Han estado ahí. Como un equipo unido. Y de eso sabe mucho el chicarrón de Etxebarri. No me da la gana de hablar en pasado. Ayer mismo volví a ver el último vídeo del Athletic, tras el cierre de esta campaña. En él, gran detalle del Club y merecido honor, sonó por vez primera la voz de un periodista en un video oficial. Y me he emocionado. Sus bacalaos sonaban como nunca.
Cuando alguien muere pierde defectos y gana virtudes. Hipocresía cívica lo llaman. Por eso cuando se va alguien cojonudo de verdad, cuesta describirle sin caer en frases manidas. Y José Iragorri es un gran tipo. Largo como un día sin pan y gigante como pocas personas. Les confesaré aquí y ahora que, allá por noviembre, tuve un acto profesional en La Alhóndiga que para mí era muy importante y le invité. Sabía que estaba mal, que apenas salía de casa y no esperaba que acudiera. Pero se presentó. Entenderán que jamás lo olvidaré, aunque pasen mil años. Pero así era él. Ojalá el día que me toque plegar velas haya tanta gente recordándome como hoy las hay por José Iragorri.
La radio en particular está de luto. Pero también Bizkaia en general. Y sobre todo, el fútbol. Al menos nos queda su sonrisa posando en el césped de San Mamés, horas antes de que entraran las grúas. O en tribuna, con sus hijos, Alain y Xabi. Tienen 26 y 21 años. Generaciones que no han visto gabarras subiendo la ría con copas y títulos. Pero saben que su aita lo vivió y cargó la épica de gasolina para soltarla cada vez que retransmitió un casi, fuera de Copa real o europea. Qué bien entendemos ciertas cosas quienes sentimos ese verde como parte de ese pueblo sin fronteras de color rojiblanco. Sobre todo, con esos bacalaos que no pescó, pero que cocinó como propios.
El gran Fede Merino creó ese 'bacalao' con sabor a gol. Pero lo de pronunciarlo como una metralleta para dejar claro, sin lugar a duda, que habíamos marcado fue cosa de José. Cuando heredó el grito en los 80 le añadió su estilo y lo hizo eterno. Prueben a ver los goles de Manchester o los de cualquier partido épico con su voz de fondo y lo entenderán. Suenan a desahogo, a éxtasis, a felicidad. A verdad. La de un tipo con cara, bigote de Lord inglés y maneras de jugador de football de comienzos del siglo XX.
Ha vivido poco. Una mierda para lo que merecía. Pero tuvo tiempo para hacer de todo un poco. En las primeras elecciones tras el franquismo fue elegido como concejal por el PNV, empezó medicina, lo dejó por el periodismo, y jugó en los equipos del Athletic. Delantero centro. Altura no le faltaba. Fue cedido y no tuvo opción de volver, porque se rompió el cuello en un partido. Así que colgó las botas, pero no el fútbol. Si la vida no le dejaba marcar goles, los cantaría.
Lo último que he sabido de él es una frase: "Gurpegi Justicia". Dos palabras incluidas en un emotivo vídeo dedicado al capitán navarro. Me lo ha pasado Imanol Reino, que a su vez se lo mandó su creador Fernando Santamaría. Y yo se lo he pasado a Lartaun de Azumendi, que no para de contarme cosas de su amigo Iragorri. El teléfono no para y los mensajes se acumulan. Todos hablan de José. Pero hay uno que no paro de volver a ver. Porque no imagino mejor forma de recordarle. Sus mejores bacalaos. Al fin y al cabo es un grito que siempre llevó alegría. Y quizá así, al recordarlo, se vaya de una vez esta pena. José vivió hasta el final como si no hubiera final. Hagamos lo mismo en su honor. ¡Aupa Athletic y los grandes bacalaos! Y ya sabes José, nos vemos en San Mamés.
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sábado, 31 de mayo de 2014
viernes, 30 de mayo de 2014
Muere el periodista radiofónico José Iragorri
Artículo publicado en el Diario Deia el 30/05/2014
José Iragorri, periodista deportivo vizcaino que popularizó los goles del Athletic al grito de 'bacalao, bacalao' en Radio Popular de Bilbao, ha fallecido hoy.
Desde la temporada 1989-1990 hasta que la pasada campaña una grave enfermedad le apartó de los micrófonos, Iragorri ha retransmitido a lo largo de su carrera más de mil partidos del equipo rojiblanco.
Su particular manera de cantar los goles y los apodos con los que bautizaba a cada jugador del Athletic le convirtieron en un narrador muy popular para los aficionados bilbaínos.
El Athletic, a través de Twitter, ha expresado "sus condolencias a los familiares y compañeros en Radio Popular" del periodista. Toda la familia rojiblanca lamenta hoy la pérdida de este gran periodista deportivo, rojiblanco de principio a fin.Los mensajes de condolencias a la familia, amigos y compañeros de la radio inundan las redes sociales.
Hace apenas quince días, DEIA publicaba una noticia sobre la peña del Athletic Mr Pentland de Londres que había impulsado una iniciativa entre todos los aficionados rojiblancos para "hacer un regalo" a José Iragorri. Los integrantes de esta peña querían editar un vídeo donde todos los aficionados que se animen graben una secuencia gritando "bacalao, bacalao, bacalao....", el popular grito que desde hace tres décadas tiene como firma Iragorri.
"Les invitamos a participar en un gran montaje para demostrarle a José cómo hemos gozado con ese gran grito que identificamos como un gol del Athletic", indicaron los impulsores de la iniciativa en un comunicado, donde destacan que el grito se puede terminar con un mensaje de ánimo para el locutor de Radio Popular. La duración del vídeo no debe superar los diez segundos y se debe enviar a la dirección granbakalao@gmail.com antes del 31 de mayo."
Goian Bego. Descanse en paz
Último bakalao de José Iragorri antes de su enfermedad
José Iragorri, periodista deportivo vizcaino que popularizó los goles del Athletic al grito de 'bacalao, bacalao' en Radio Popular de Bilbao, ha fallecido hoy.
Desde la temporada 1989-1990 hasta que la pasada campaña una grave enfermedad le apartó de los micrófonos, Iragorri ha retransmitido a lo largo de su carrera más de mil partidos del equipo rojiblanco.
Su particular manera de cantar los goles y los apodos con los que bautizaba a cada jugador del Athletic le convirtieron en un narrador muy popular para los aficionados bilbaínos.
El Athletic, a través de Twitter, ha expresado "sus condolencias a los familiares y compañeros en Radio Popular" del periodista. Toda la familia rojiblanca lamenta hoy la pérdida de este gran periodista deportivo, rojiblanco de principio a fin.Los mensajes de condolencias a la familia, amigos y compañeros de la radio inundan las redes sociales.
Hace apenas quince días, DEIA publicaba una noticia sobre la peña del Athletic Mr Pentland de Londres que había impulsado una iniciativa entre todos los aficionados rojiblancos para "hacer un regalo" a José Iragorri. Los integrantes de esta peña querían editar un vídeo donde todos los aficionados que se animen graben una secuencia gritando "bacalao, bacalao, bacalao....", el popular grito que desde hace tres décadas tiene como firma Iragorri.
"Les invitamos a participar en un gran montaje para demostrarle a José cómo hemos gozado con ese gran grito que identificamos como un gol del Athletic", indicaron los impulsores de la iniciativa en un comunicado, donde destacan que el grito se puede terminar con un mensaje de ánimo para el locutor de Radio Popular. La duración del vídeo no debe superar los diez segundos y se debe enviar a la dirección granbakalao@gmail.com antes del 31 de mayo."
Goian Bego. Descanse en paz
Último bakalao de José Iragorri antes de su enfermedad
miércoles, 28 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
Una antropóloga húngara con corazón rojiblanco
Artículo publicado por José Basurto en el diario Deia el 26/05/2014
Mariann Vaczi vivió casi dos años en Bilbao para escribir una tesis doctoral sobre el Athletic como fenómeno social
La idea de escribir su tesis doctoral sobre el Athletic surgió durante una noche de copas en Budapest. Mariann estaba pasando las navidades en su ciudad natal. Hacía un paréntesis en los estudios doctorales que realizaba en la estadounidense Universidad de Reno, en Nevada. El problema es que no acababa de elegir el tema para desarrollar su tesis, que debía estar relacionado con la cultura vasca. Y la casualidad quiso que lo decidiera esa misma noche cuando un amigo futbolero, al hablar del asunto, le dijo: "¿Sabes que hay un equipo, el Athletic de Bilbao, que solo ficha jugadores vascos?". "Lo sabía", confiesa ahora Mariann, pero nunca se lo había planteado. Y tras meditarlo llegó a la conclusión de que la idea era "muy interesante". Así que, una vez obtenido el visto bueno de sus tutores, se puso manos a la obra. Obtuvo una beca para realizar el trabajo de campo, gracias a la cual estuvo casi dos años viviendo en Bilbao. Durante su estancia en la capital vizcaina comprobó que "el Athletic es único y su afición es muy generosa". Estas son solo algunas de las conclusiones que dejó escritas en su tesis doctoral y que ahora ha plasmado en el libro Soccer, Culture and Society in Spain: An Ethnography of Basque Fandon que saldrá a la venta en septiembre.
El flechazo de Mariann con el País Vasco surgió en 2004. En aquella época se encontraba estudiando Antropología y Sociología en la Universidad de Pensilvania. Le ofrecieron la posibilidad de llevar a cabo un trabajo etnográfico en Donostia. Y no lo dudó. Estuvo un mes en la capital guipuzcoana, el suficiente como para enamorarse de "la cultura, el pueblo y su gente".
Regresó a Estados Unidos para terminar la carrera, pero la semilla ya se había depositado en el corazón de Mariann. "Cuando me puse a hacer el máster en Budapest", recuerda, "ya comencé a escribir y a interesarme sobre el nacionalismo vasco". No es de extrañar, por tanto, que Mariann se decantase finalmente por ir a la Universidad de Reno, donde hay un Centro de Estudios Vascos. Y allí, en Nevada en 2008, inició sus estudios de doctorado, que concluyeron en abril del año pasado con la lectura de la tesis. En total, cinco años de investigación, de los que Mariann recuerda con especial cariño los casi dos que estuvo viviendo en el Casco Viejo bilbaino, de enero de 2010 a junio de 2011. En cuanto a su primer contacto con la materia de debía investigar, es decir con el Athletic, Mariann cita en su libro como fecha clave el 13 de mayo de 2009, el día en que el Athletic perdió la Copa contra el Barcelona en Mestalla. "¿Cómo era posible que un equipo que había perdido 1-4 fuera recibido de aquella manera? Aquello me impresionó", recuerda.
Tras aquella experiencia se dio cuenta de que "el tema que había elegido podía ser muy interesante". Volvió meses después a hacer el trabajo de campo. Se entrevistó con técnicos, jugadores, directivos del Athletic, aficionados, periodistas... Llegó a recopilar cincuenta horas de entrevistas. ¿Y a qué conclusión llegó? "Todo el libro es una conclusión". Pero especifica que "tiene muchas perspectivas". Por ejemplo, Mariann destaca que "en el Athletic se refleja ese sentimiento de ser único que tiene el pueblo vasco". Aunque matiza que "ser único no es ni mejor ni peor, ni bueno ni malo". El Athletic, tal y como reconoce Mariann, "es único por su filosofía de abastecerse únicamente con jugadores de la cantera, pero también plantea muchos dilemas".
Identidad
Uno de ellos se produjo, según cuenta Mariann en el libro, cuando el Athletic pasó apuros para mantenerse en Primera División. "Fue un momento muy difícil", señala Mariann, "porque entraron en conflicto dos identidades: el orgullo de la filosofía del club o bajar a Segunda, algo que nunca ha hecho el Athletic". Todo eso y mucho más se trata en este libro que saldrá a la venta en septiembre. "Estoy muy contenta", dice, "porque es una editorial (Routledge) que es global, tiene fama y es prestigiosa".
En una primera fase, el libro solo será publicado en inglés, aunque Mariann ya está haciendo las gestiones para buscar una editorial que lo saque al mercado en castellano. Aun así, ella espera que tenga una buena acogida. Ya tiene ganas de que llegue el día de la presentación. Eso le permitirá regresar a Bilbao, donde ha dejado muchas amistades. De todas formas, su vínculo sentimental con el Athletic se sigue manteniendo en Budapest, donde ha llegado a fundar una peña rojiblanca. Y eso que Mariann no fue nunca futbolera. Siempre jugó al baloncesto. Pero el Athletic cambió sus gustos. Se ha convertido en una seguidora de un "equipo único".
Mariann Vaczi vivió casi dos años en Bilbao para escribir una tesis doctoral sobre el Athletic como fenómeno social
La idea de escribir su tesis doctoral sobre el Athletic surgió durante una noche de copas en Budapest. Mariann estaba pasando las navidades en su ciudad natal. Hacía un paréntesis en los estudios doctorales que realizaba en la estadounidense Universidad de Reno, en Nevada. El problema es que no acababa de elegir el tema para desarrollar su tesis, que debía estar relacionado con la cultura vasca. Y la casualidad quiso que lo decidiera esa misma noche cuando un amigo futbolero, al hablar del asunto, le dijo: "¿Sabes que hay un equipo, el Athletic de Bilbao, que solo ficha jugadores vascos?". "Lo sabía", confiesa ahora Mariann, pero nunca se lo había planteado. Y tras meditarlo llegó a la conclusión de que la idea era "muy interesante". Así que, una vez obtenido el visto bueno de sus tutores, se puso manos a la obra. Obtuvo una beca para realizar el trabajo de campo, gracias a la cual estuvo casi dos años viviendo en Bilbao. Durante su estancia en la capital vizcaina comprobó que "el Athletic es único y su afición es muy generosa". Estas son solo algunas de las conclusiones que dejó escritas en su tesis doctoral y que ahora ha plasmado en el libro Soccer, Culture and Society in Spain: An Ethnography of Basque Fandon que saldrá a la venta en septiembre.
El flechazo de Mariann con el País Vasco surgió en 2004. En aquella época se encontraba estudiando Antropología y Sociología en la Universidad de Pensilvania. Le ofrecieron la posibilidad de llevar a cabo un trabajo etnográfico en Donostia. Y no lo dudó. Estuvo un mes en la capital guipuzcoana, el suficiente como para enamorarse de "la cultura, el pueblo y su gente".
Regresó a Estados Unidos para terminar la carrera, pero la semilla ya se había depositado en el corazón de Mariann. "Cuando me puse a hacer el máster en Budapest", recuerda, "ya comencé a escribir y a interesarme sobre el nacionalismo vasco". No es de extrañar, por tanto, que Mariann se decantase finalmente por ir a la Universidad de Reno, donde hay un Centro de Estudios Vascos. Y allí, en Nevada en 2008, inició sus estudios de doctorado, que concluyeron en abril del año pasado con la lectura de la tesis. En total, cinco años de investigación, de los que Mariann recuerda con especial cariño los casi dos que estuvo viviendo en el Casco Viejo bilbaino, de enero de 2010 a junio de 2011. En cuanto a su primer contacto con la materia de debía investigar, es decir con el Athletic, Mariann cita en su libro como fecha clave el 13 de mayo de 2009, el día en que el Athletic perdió la Copa contra el Barcelona en Mestalla. "¿Cómo era posible que un equipo que había perdido 1-4 fuera recibido de aquella manera? Aquello me impresionó", recuerda.
Tras aquella experiencia se dio cuenta de que "el tema que había elegido podía ser muy interesante". Volvió meses después a hacer el trabajo de campo. Se entrevistó con técnicos, jugadores, directivos del Athletic, aficionados, periodistas... Llegó a recopilar cincuenta horas de entrevistas. ¿Y a qué conclusión llegó? "Todo el libro es una conclusión". Pero especifica que "tiene muchas perspectivas". Por ejemplo, Mariann destaca que "en el Athletic se refleja ese sentimiento de ser único que tiene el pueblo vasco". Aunque matiza que "ser único no es ni mejor ni peor, ni bueno ni malo". El Athletic, tal y como reconoce Mariann, "es único por su filosofía de abastecerse únicamente con jugadores de la cantera, pero también plantea muchos dilemas".
Identidad
Uno de ellos se produjo, según cuenta Mariann en el libro, cuando el Athletic pasó apuros para mantenerse en Primera División. "Fue un momento muy difícil", señala Mariann, "porque entraron en conflicto dos identidades: el orgullo de la filosofía del club o bajar a Segunda, algo que nunca ha hecho el Athletic". Todo eso y mucho más se trata en este libro que saldrá a la venta en septiembre. "Estoy muy contenta", dice, "porque es una editorial (Routledge) que es global, tiene fama y es prestigiosa".
En una primera fase, el libro solo será publicado en inglés, aunque Mariann ya está haciendo las gestiones para buscar una editorial que lo saque al mercado en castellano. Aun así, ella espera que tenga una buena acogida. Ya tiene ganas de que llegue el día de la presentación. Eso le permitirá regresar a Bilbao, donde ha dejado muchas amistades. De todas formas, su vínculo sentimental con el Athletic se sigue manteniendo en Budapest, donde ha llegado a fundar una peña rojiblanca. Y eso que Mariann no fue nunca futbolera. Siempre jugó al baloncesto. Pero el Athletic cambió sus gustos. Se ha convertido en una seguidora de un "equipo único".
domingo, 25 de mayo de 2014
Los genes del Athletic
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 25/05/2014
El Athletic Eguna, una festiva cita anual organizada por la Agrupación de Peñas, congregó ayer en Muskiz a más de medio millar de peñistas radiantes y orgullosos por el rotundo éxito cosechado en la recién finalizada temporada
Pocos motivos han de converger para que la familia rojiblanca, o parte de ella, se junte en torno a un acto en el que brote el sentimiento Athletic. Cualquier día, hora y razón es buena para enfundarse una camiseta que liga el espíritu deportivo de tantos y tantos seguidores. Muskiz, en un apacible sábado como el que pudo disfrutarse durante el día de ayer, volvió a ser testigo de ello solo dos días después de que los pupilos de Ernesto Valverde visitaran al Somorrostro en un atractivo y cordial encuentro amistoso.
La causa de la congregación de más de 550 peñistas rojiblancos en torno a la Plaza San Juan muskiztarra, lugar del programado encuentro, se debió a la celebración anual del Athletic Eguna, una cita especial en la que, en medio de un contagioso ambiente festivo, la Agrupación de Peñas del club rojiblanco organizó toda serie de actos e iniciativas en busca del entretenimiento personal y colectivo de todos los presentes.
Fue precisamente con el objetivo de que el mayor número posible de peñistas acudiesen al multitudinario encuentro por lo que se decidió que el encuentro se desarrollase en sábado y con una comida en lugar de la habitual cena de por medio. Txoznas, txistularis, gaiteros, exhibición de herri kirolak y la ya mencionada comida popular, además de otras actividades con música de por medio dieron forma a una alegre reunión familiar con los colores rojiblancos como indestructible punto de unión.
"Todos los años acudimos al hermanamiento de Peñas en Gamiz-Fika y en este Athletic Eguna tampoco podíamos faltar; en la comida hemos estado sesenta miembros de la peña, entre socios y no socios", resaltaba con orgullo Gonzalo, secretario de la Peña Mikel San José. Él, al igual que la gran mayoría de los presentes, no perdió detalle de cuanto aconteció durante un día en el que el único fin era "disfrutar al máximo de lo que significa ser del Athletic después de una magnífica temporada".
Los más pequeños, en la fiesta
A ello hacía referencia también Salvador Abad, uno de los aficionados que decidió acercarse hasta el lugar, a pesar de no pertenecer a ninguna peña. Su estrecha vinculación con los miembros de la Peña Zalla y su indomable sentimiento rojiblanco, no obstante, fueron suficiente motivo para sentirse uno más entre la multitud. "Aquí estoy, con mi bufanda y tratando de disfrutar de un día especial y muy bonito", resumía Salvador.
Xabier, miembro de la Peña San Mamés Zaharra fundada el pasado mes de enero, también remarcaba la oportunidad de disfrutar el momento: "Es una magnífica vía para pasarlo bien en familia y con los más pequeños, que al celebrarse en sábado y haber de por medio una comida, han podido venir y ver en primera persona todo esto".
Josean, de la Peña Koldo Agirre -presente también en Muskiz-, se refería al acierto de cambiar la cena habitual del Athletic Eguna por una comida con numerosas actividades paralelas durante todo el día: "Está todo muy bien organizado y esto sirve para inculcar a los niños y niñas el sentimiento Athletic, algo que ya se trata de hacer en casa, pero que en días así, con tantas camisetas del Athletic, resulta más sencillo y directo. Hay muchas cosas para hacer y nos da la opción de estar juntos a muchos athleticzales".
En relación a las actividades impulsadas desde la Agrupación de Peñas del Athletic, con su presidente Aitor Pereira a la cabeza, cabe destacar que la primera que concentró la atención de los peñistas fue la espectacular prueba de harrizulatzailes, en la que dos equipos mixtos de Trapagaran y Kabiezes, de Santurtzi, se midieron entre sí durante unos treinta minutos, a fin de realizar el máximo número posible de agujeros a una marcada profundidad. Se impusieron los primeros tras una intensa pugna.
Guillermo, premiado
En la entrega anual de premios, con José Ángel Iribar disfrutando también del Athletic Eguna, Guillermo Fernández recibió en persona el galardón a Mañana será león. Además del reparto de distintos premios, también resultó premiada por parte de la Agrupación de Peñas la rojiblanca Irene Paredes como Leona del año, aunque el trascendental partido de Copa que el equipo femenino disputa hoy en Valencia imposibilitó que estuviera presente en Muskiz, que saboreó el espíritu festivo de una cita en la que volvieron a lucir los envidiables genes del Athletic.
El Athletic Eguna, una festiva cita anual organizada por la Agrupación de Peñas, congregó ayer en Muskiz a más de medio millar de peñistas radiantes y orgullosos por el rotundo éxito cosechado en la recién finalizada temporada
Pocos motivos han de converger para que la familia rojiblanca, o parte de ella, se junte en torno a un acto en el que brote el sentimiento Athletic. Cualquier día, hora y razón es buena para enfundarse una camiseta que liga el espíritu deportivo de tantos y tantos seguidores. Muskiz, en un apacible sábado como el que pudo disfrutarse durante el día de ayer, volvió a ser testigo de ello solo dos días después de que los pupilos de Ernesto Valverde visitaran al Somorrostro en un atractivo y cordial encuentro amistoso.
La causa de la congregación de más de 550 peñistas rojiblancos en torno a la Plaza San Juan muskiztarra, lugar del programado encuentro, se debió a la celebración anual del Athletic Eguna, una cita especial en la que, en medio de un contagioso ambiente festivo, la Agrupación de Peñas del club rojiblanco organizó toda serie de actos e iniciativas en busca del entretenimiento personal y colectivo de todos los presentes.
Fue precisamente con el objetivo de que el mayor número posible de peñistas acudiesen al multitudinario encuentro por lo que se decidió que el encuentro se desarrollase en sábado y con una comida en lugar de la habitual cena de por medio. Txoznas, txistularis, gaiteros, exhibición de herri kirolak y la ya mencionada comida popular, además de otras actividades con música de por medio dieron forma a una alegre reunión familiar con los colores rojiblancos como indestructible punto de unión.
"Todos los años acudimos al hermanamiento de Peñas en Gamiz-Fika y en este Athletic Eguna tampoco podíamos faltar; en la comida hemos estado sesenta miembros de la peña, entre socios y no socios", resaltaba con orgullo Gonzalo, secretario de la Peña Mikel San José. Él, al igual que la gran mayoría de los presentes, no perdió detalle de cuanto aconteció durante un día en el que el único fin era "disfrutar al máximo de lo que significa ser del Athletic después de una magnífica temporada".
Los más pequeños, en la fiesta
A ello hacía referencia también Salvador Abad, uno de los aficionados que decidió acercarse hasta el lugar, a pesar de no pertenecer a ninguna peña. Su estrecha vinculación con los miembros de la Peña Zalla y su indomable sentimiento rojiblanco, no obstante, fueron suficiente motivo para sentirse uno más entre la multitud. "Aquí estoy, con mi bufanda y tratando de disfrutar de un día especial y muy bonito", resumía Salvador.
Xabier, miembro de la Peña San Mamés Zaharra fundada el pasado mes de enero, también remarcaba la oportunidad de disfrutar el momento: "Es una magnífica vía para pasarlo bien en familia y con los más pequeños, que al celebrarse en sábado y haber de por medio una comida, han podido venir y ver en primera persona todo esto".
Josean, de la Peña Koldo Agirre -presente también en Muskiz-, se refería al acierto de cambiar la cena habitual del Athletic Eguna por una comida con numerosas actividades paralelas durante todo el día: "Está todo muy bien organizado y esto sirve para inculcar a los niños y niñas el sentimiento Athletic, algo que ya se trata de hacer en casa, pero que en días así, con tantas camisetas del Athletic, resulta más sencillo y directo. Hay muchas cosas para hacer y nos da la opción de estar juntos a muchos athleticzales".
En relación a las actividades impulsadas desde la Agrupación de Peñas del Athletic, con su presidente Aitor Pereira a la cabeza, cabe destacar que la primera que concentró la atención de los peñistas fue la espectacular prueba de harrizulatzailes, en la que dos equipos mixtos de Trapagaran y Kabiezes, de Santurtzi, se midieron entre sí durante unos treinta minutos, a fin de realizar el máximo número posible de agujeros a una marcada profundidad. Se impusieron los primeros tras una intensa pugna.
Guillermo, premiado
En la entrega anual de premios, con José Ángel Iribar disfrutando también del Athletic Eguna, Guillermo Fernández recibió en persona el galardón a Mañana será león. Además del reparto de distintos premios, también resultó premiada por parte de la Agrupación de Peñas la rojiblanca Irene Paredes como Leona del año, aunque el trascendental partido de Copa que el equipo femenino disputa hoy en Valencia imposibilitó que estuviera presente en Muskiz, que saboreó el espíritu festivo de una cita en la que volvieron a lucir los envidiables genes del Athletic.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Captain Athletic, soldado de verano: ¡a por la previa de Champions!
Fuente eitb.com
Captain Athletic llega a Bilbao para animar al Athletic Club de cara a la previa de Champions, en agosto. Soporte cortesía de Marvel: 'Capitán América, soldado de invierno'.
Captain Athletic llega a Bilbao para animar al Athletic Club de cara a la previa de Champions, en agosto. Soporte cortesía de Marvel: 'Capitán América, soldado de invierno'.
lunes, 19 de mayo de 2014
domingo, 18 de mayo de 2014
La peña Mr Pentland se acuerda de José Iragorri
Artículo publicado en el diario Deia el 18/05/2014
La peña del Athletic Mr Pentland de Londres ha impulsado una iniciativa entre todos los aficionados rojiblancos para "hacer un regalo" a José Iragorri, periodista de Radio Popular- Herri Irratia, conocido por todos por su peculiar forma de narrar los partidos del conjunto bilbaino y que desde hace unos meses está apartado forzosamente de las cabinas de radio aquejado de una enfermedad. Los integrantes de esta peña quieren editar un vídeo donde todos los aficionados que se animen graben una secuencia gritando "bacalao, bacalao, bacalao....", el popular grito que desde hace tres décadas tiene como firma Iragorri.
"Les invitamos a participar en un gran montaje para demostrarle a José cómo hemos gozado con ese gran grito que identificamos como un gol del Athletic", indicaron los impulsores de la iniciativa en un comunicado, donde destacan que el grito se puede terminar con un mensaje de ánimo para el locutor de Radio Popular. La duración del vídeo no debe superar los diez segundos y se debe enviar a la dirección granbakalao@gmail.com antes del 31 de mayo. - A. Aramendia
La peña del Athletic Mr Pentland de Londres ha impulsado una iniciativa entre todos los aficionados rojiblancos para "hacer un regalo" a José Iragorri, periodista de Radio Popular- Herri Irratia, conocido por todos por su peculiar forma de narrar los partidos del conjunto bilbaino y que desde hace unos meses está apartado forzosamente de las cabinas de radio aquejado de una enfermedad. Los integrantes de esta peña quieren editar un vídeo donde todos los aficionados que se animen graben una secuencia gritando "bacalao, bacalao, bacalao....", el popular grito que desde hace tres décadas tiene como firma Iragorri.
"Les invitamos a participar en un gran montaje para demostrarle a José cómo hemos gozado con ese gran grito que identificamos como un gol del Athletic", indicaron los impulsores de la iniciativa en un comunicado, donde destacan que el grito se puede terminar con un mensaje de ánimo para el locutor de Radio Popular. La duración del vídeo no debe superar los diez segundos y se debe enviar a la dirección granbakalao@gmail.com antes del 31 de mayo. - A. Aramendia
Un brazalete del Athletic en Sudáfrica
Artículo publicado por Javier Ortiz de Lazcano en el diario El Correo el 16/05/2014
Un jugador de un equipo juvenil de Johannesburgo luce en sus partidos de Liga el distintivo rojiblanco tras pasar por Bizkaia
Los chicos del Waterstone College juvenil se llevaron un buen recuerdo de Bizkaia y el Athletic. Estuvieron en el territorio del 25 de abril al 2 de mayo. El equipo sudafricano jugó dos amistosos, ante el Ugeraga y el Trapagaran. Además, visitaron Lezama, en donde técnicos rojiblancos como Gontzal Suances y Gorka Bidaurrazaga les dieron clases de metodología.
Entre los recuerdos que se llevaron de Euskadi está un brazalete de capitán, que ahora Musa, el que ejerce esa función, luce con orgullo en su partidos de Liga. Es el habitual, con el escudo del club sobre la ikurriña.
El club, de Johannesburgo, es un centro de alto rendimiento de la ciudad sudafricana. Hace dos años estuvieron en Southampton y éste, tras pasar por Lezama, fueron a La Masía. Les acompañó e hizo de traductor el técnico rojiblanco Mikel González, de Getxo.
Un jugador de un equipo juvenil de Johannesburgo luce en sus partidos de Liga el distintivo rojiblanco tras pasar por Bizkaia
Los chicos del Waterstone College juvenil se llevaron un buen recuerdo de Bizkaia y el Athletic. Estuvieron en el territorio del 25 de abril al 2 de mayo. El equipo sudafricano jugó dos amistosos, ante el Ugeraga y el Trapagaran. Además, visitaron Lezama, en donde técnicos rojiblancos como Gontzal Suances y Gorka Bidaurrazaga les dieron clases de metodología.
Entre los recuerdos que se llevaron de Euskadi está un brazalete de capitán, que ahora Musa, el que ejerce esa función, luce con orgullo en su partidos de Liga. Es el habitual, con el escudo del club sobre la ikurriña.
El club, de Johannesburgo, es un centro de alto rendimiento de la ciudad sudafricana. Hace dos años estuvieron en Southampton y éste, tras pasar por Lezama, fueron a La Masía. Les acompañó e hizo de traductor el técnico rojiblanco Mikel González, de Getxo.
martes, 13 de mayo de 2014
El arco de San Mamés llega a Lezama
Artículo publicado por U. Muñoz en el diario Deia el 13/05/2014
Las primeras piezas del arco de San Mamés descolgado el pasado mes de agosto antes de la demolición definitiva de la vieja 'Catedral' han llegado la pasada madrugada a Lezama, donde será de nuevo montado en las próximas semanas.
Los transportes especiales entre la empresa ubicada en la localidad vizcaína de Urduliz que ha realizado las tareas de saneamiento y restauración y la de Lezama, separadas por unos 30 kilómetros, se prolongarán durante las primeras horas del miércoles y el jueves, según ha confirmado el club rojiblanco.
Los primeros cuatro trozos del arco del viejo San Mamés ya descansan en la que será su nueva casa. De madrugada, con más problemas de los previstos, para no perjudicar el tráfico y agilizar las maniobras, dos convoyes especiales iniciaron el traslado a las instalaciones deportivas de Lezama de algunas partes del que durante más de medio siglo fue el santo y seña de La Catedral . Una vez concluidas las obras, que se prevén que se prolonguen hasta mediados de julio, este símbolo para buena parte de la parroquia rojiblanca dará la bienvenida a todo aquel que se acerque por la factoría del Athletic.
Después de permanecer varios meses en la empresa Lointek, situada en Urduliz, donde la estructura de acero de 200 toneladas de peso y más de cien metros de longitud ha sido sometida a un pormenorizado lavado de imagen -un saneamiento necesario tras asistir impasible a todo tipo de envites climatológicos y centenares de partidos presidiendo la antigua Tribuna Principal-, este ingenio arquitectónico comenzó su último viaje.
Tal como adelantó este periódico el pasado 26 de febrero, el arco descansará en Lezama. Será colocado en el aparcamiento situado junto al campo 2, donde disputa sus partidos el Bilbao Athletic, enfrentado a la tribuna Piru Gainza. Desde primera hora de la mañana de ayer, el aparcamiento fue acotado por varias vallas para depositar las diferentes partes de la mítica estructura que en los próximos días irán llegando desde Urduliz.
Debido a la dificultad que los convoyes especiales tienen para acceder a las instalaciones del Athletic, donde la carretera es especialmente estrecha, una excavadora permaneció durante toda la jornada ampliando la salida del aparcamiento grande para que los camiones pudieran entrar directamente desde la carretera general tras completar los 25 kilómetros que separan Urduliz de Lezama.
En los pabellones de Lointek, donde los doce trozos en los que fue dividido el arco tras dejar el viejo San Mamés lucían blancos y brillantes -han dejado atrás las imperfecciones con las que llegaron el pasado verano-, el trabajo para colocar las enormes piezas en los camiones se prolongó durante horas. Varios operarios, ayudados de una grúa de grandes dimensiones, actuaron con especial mimo . La mudanza arrancó tarde y con problemas por mor de vehículos aparcados que obstaculizaban el transporte.
El arco, que tiene quince metros de altura, se elevará cinco metros respecto al suelo de cara a permitir la construcción en el futuro de una posible grada bajo su estructura. En principio, donde ahora se aposenta el aparcamiento principal de Lezama, se levantará otro terreno de juego, que supondría el octavo en las instalaciones de Lezama.
Las primeras piezas del arco de San Mamés descolgado el pasado mes de agosto antes de la demolición definitiva de la vieja 'Catedral' han llegado la pasada madrugada a Lezama, donde será de nuevo montado en las próximas semanas.
Los transportes especiales entre la empresa ubicada en la localidad vizcaína de Urduliz que ha realizado las tareas de saneamiento y restauración y la de Lezama, separadas por unos 30 kilómetros, se prolongarán durante las primeras horas del miércoles y el jueves, según ha confirmado el club rojiblanco.
Los primeros cuatro trozos del arco del viejo San Mamés ya descansan en la que será su nueva casa. De madrugada, con más problemas de los previstos, para no perjudicar el tráfico y agilizar las maniobras, dos convoyes especiales iniciaron el traslado a las instalaciones deportivas de Lezama de algunas partes del que durante más de medio siglo fue el santo y seña de La Catedral . Una vez concluidas las obras, que se prevén que se prolonguen hasta mediados de julio, este símbolo para buena parte de la parroquia rojiblanca dará la bienvenida a todo aquel que se acerque por la factoría del Athletic.
Después de permanecer varios meses en la empresa Lointek, situada en Urduliz, donde la estructura de acero de 200 toneladas de peso y más de cien metros de longitud ha sido sometida a un pormenorizado lavado de imagen -un saneamiento necesario tras asistir impasible a todo tipo de envites climatológicos y centenares de partidos presidiendo la antigua Tribuna Principal-, este ingenio arquitectónico comenzó su último viaje.
Tal como adelantó este periódico el pasado 26 de febrero, el arco descansará en Lezama. Será colocado en el aparcamiento situado junto al campo 2, donde disputa sus partidos el Bilbao Athletic, enfrentado a la tribuna Piru Gainza. Desde primera hora de la mañana de ayer, el aparcamiento fue acotado por varias vallas para depositar las diferentes partes de la mítica estructura que en los próximos días irán llegando desde Urduliz.
Debido a la dificultad que los convoyes especiales tienen para acceder a las instalaciones del Athletic, donde la carretera es especialmente estrecha, una excavadora permaneció durante toda la jornada ampliando la salida del aparcamiento grande para que los camiones pudieran entrar directamente desde la carretera general tras completar los 25 kilómetros que separan Urduliz de Lezama.
En los pabellones de Lointek, donde los doce trozos en los que fue dividido el arco tras dejar el viejo San Mamés lucían blancos y brillantes -han dejado atrás las imperfecciones con las que llegaron el pasado verano-, el trabajo para colocar las enormes piezas en los camiones se prolongó durante horas. Varios operarios, ayudados de una grúa de grandes dimensiones, actuaron con especial mimo . La mudanza arrancó tarde y con problemas por mor de vehículos aparcados que obstaculizaban el transporte.
El arco, que tiene quince metros de altura, se elevará cinco metros respecto al suelo de cara a permitir la construcción en el futuro de una posible grada bajo su estructura. En principio, donde ahora se aposenta el aparcamiento principal de Lezama, se levantará otro terreno de juego, que supondría el octavo en las instalaciones de Lezama.
lunes, 12 de mayo de 2014
Históricos sin Champions
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el suplemento especial de Deia el 11/05/2014
Iribar, Garitano y Orbaiz, tres capitanes rojiblancos en sus respectivas etapas como 'Leones', exponen sus sensaciones y sentimientos acerca de un éxito deportivo que nunca alcanzaron en el Athletic
Escuchar el afamado himno de la Liga de Campeones con el escudo del Athletic luciendo en el pecho es un manjar que muchos jugadores no han podido degustar a lo largo de la centenaria historia rojiblanca. Valgan como ejemplos los casos de tres reconocidos excapitanes como José Ángel Iribar (Zarautz, 1943), Ander Garitano (Derio, 1969) y Pablo Orbaiz (Iruñea, 1979). Entre los tres sumaron treinta y nueve temporadas y 1.207 partidos oficiales como leones en tres épocas distintas, pero ninguno tuvo la privilegiada oportunidad de pasear el brazalete de capitán del Athletic por la máxima competición continental a nivel de clubes.
Tamaña satisfacción se les resistió de principio a fin, aunque no por ello se atreven a poner un solo pero a sus respectivas carreras como rojiblancos. “Defender estos colores, sea en el partido que sea, está por encima de todo, aunque está claro que a cualquier futbolista le gusta disputar los principales torneos”, resaltan ellos, históricos de un club que presume de apasionante e intachable historia allá por donde pisa.
Bien lo entiende Iribar, siempre dispuesto a aportar su granito de arena y a tender la manoa quien se la reclama. Sus reflexiones en las páginas de este suplemento especial de DEIA no podían faltar. Nunca pudo saborear la excitante sensación de volar de poste a poste para atajar balones en la Copa de Europa, pero ni mucho menos se lastima por ello, pues subraya que “tanto a mí como al resto de compañeros de mi época nos habría hecho mucha ilusión, pero tuve la fortuna de jugar la Recopa y la Copa de la UEFA y también fue muy bonito”. Dehecho, nada más escuchar la palabra Europa y pensando en brillantes éxitos colectivos como el que los pupilos de Ernesto Valverde han cosechado este año, Iribar, con dieciocho temporadas y 614 partidos oficiales en el Athletic a sus espaldas, rememora lo vivido en la campaña 1976-77.
Entonces, con Koldo Aguirre en el banquillo, fue portero y capitán de un equipo al que solo la Juventus de Giovanni Trapattoni pudo alejar de la gloria en una final resuelta por el valor doble de los goles en campo rival. “Fue la vez que más cerca estuvimos de un logro europeo como el que se ha vuelto a conseguir ahora. Jugamos contra algunos de los mejores clubes europeos y fue fantástico”, recuerda la viva leyenda rojiblanca, que califica como un “éxito inmenso” la cuarta plaza amarrada por el Athletic dieciséis años después de su última aventura en la Liga de Campeones.
Aquella “magnífica experiencia” la vivió formando parte del cuerpo técnico de Luis Fernández como entrenador de porteros. Los recuerdos, a pesar de la eliminación en la fase de grupos, son fabulosos: “Fue muy especial para todos poder competir de tú a tú contra equipos de primerísimo nivel; además, creo que dejamos el pabellón muy alto, porque jugamos muy bien, aunque nos faltara esa pizca de fortuna que siempre hace falta en el fútbol”. Ahora, comenzando por la siempre exigente eliminatoria previa, a Iribar le tocará disfrutar de la Champions desde otra butaca: “Entrar en Liga de Campeones es lo mejor que le puede pasar a cualquier club; a nivel deportivo no pude saborearlo como jugador, pero sigo estando y sintiéndome dentro del Athletic y, como sucedió en 1998, volveré a animar y a disfrutar de ello intentando aportar mi granito de arena”.
Garitano, en el Zaragoza
Quien no pudo regodearse con la última clasificación para la Champions fue Ander Garitano, destacado miembro rojiblanco durante las nueve temporadas y 275 partidos oficiales disputados como león en la década de los noventa. El mayúsculo éxito alcanzado por los chicos de Luis Fernández el 15 de mayo de 1998 le pilló en San Mamés, pero con la camiseta del Zaragoza, donde había recalado en verano de 1996: “Fue una situación extraña, porque me tocó vivir aquello jugando con el equipo rival. Recuerdo que nosotros nos jugábamos la opción de disputar la Recopa y que al terminar el partido felicité a mis excompañeros como no podía ser de otra manera”.
No obstante, abrazado al discurso de Iribar, Garitano remarca que “jugar la Copa de la UEFA con el Athletic ya fue bastante alegría y con eso me quedo, aunque en la temporada 1993-94, la segunda de Jupp Heynckes en Bilbao, terminamos la Liga en quinta posición y con el método de clasificación actual hubiéramos estado luchando por la Champions hasta el final, porque el Real Madrid quedó cuarto con solo dos puntos más que nosotros”.
Competir contra los mejores y visitar los mejores estadios europeos en caso de superar la previa de agosto es un dulce caramelo que pone en relieve el otrora centrocampista y capitán rojiblanco: “Jugar ese tipo de partidos con el Athletic no tiene precio. El ambiente que se generará en San Mamés también será espectacular y merece la pena disfrutarlo al máximo. Yo no pude hacerlo como jugador, ya que en mi época había que luchar por la Liga para poder acceder a la Copa de Europa, pero me alegro mucho de que futbolistas y aficionados vayan a poder disfrutar de algo así, porque es un gran éxito y supone otro hecho histórico para el Athletic”.
Orbaiz, el último sin Champions
A una época aún más cercana en el tiempo pertenece Pablo Orbaiz, el último capitán rojiblanco que se ha quedado sin Champions como león, toda vez que Carlos Gurpegi tendrá su opción a partir del próximo mes de agosto. El caso de Orbaiz, además, posee también cierto halo anecdótico, pues a pesar de sus doce temporadas y 318 partidos oficiales con la camiseta del Athletic, amén de los catorce envites europeos disputados como rojiblanco, finalmente tuvo que ser en Olympiacos donde pudo conocer los fastuosos laberintos de la Champions. Dicha experiencia data de la temporada 2011-12.
“Participar en la Liga de Campeones es algo increíble y yo pude hacerlo con el Olympiacos, pero para mí habría sido un sueño jugarla con el Athletic”, confiesa el excentrocampista iruindarra, antes de subrayar que “durante mi etapa en el Athletic nunca estuvimos lo suficientemente cerca de acceder a la Champions. Sabíamos que estaba ahí, pero siempre fuimos conscientes de que era muy complicado poder disputarla y esta generación de jugadores lo ha conseguido, por lo que tiene un gran mérito”.
Ya alejado del fútbol de élite, Orbaiz tiene claro lo que espera poder hacer la próxima temporada: “Primero hay que pasar la previa y, si todo va bien, espero disfrutar de la Champions como un aficionado más del Athletic”. “Esta temporada ha dado verdadero gusto ver jugar y competir al equipo”, añade el excapitán, quien reconoce que “no sabría decir lo que hubiera sido capaz de dar por vivir tal experiencia como jugador del Athletic”.
Y es que escuchar el himno de la Liga de Campeones en Bilbao habría acarreado una serie de sensaciones “muy especiales” al navarro, aunque resalta que tanto a él como al resto de futbolistas de primer nivel lo que verdaderamente les ilusiona es “competir con los mejores”. “Que el Athletic vaya a jugar la máxima competición a nivel de clubes es como para que todos los que sentimos este club nos sintamos muy contentos y orgullosos; tengo muchos amigos dentro del Athletic y me alegro muchísimo tanto por ellos como por la afición”, finaliza Orbaiz, un histórico en cuyo pasado tampoco luce ninguna participación en Champions como león.
Iribar, Garitano y Orbaiz, tres capitanes rojiblancos en sus respectivas etapas como 'Leones', exponen sus sensaciones y sentimientos acerca de un éxito deportivo que nunca alcanzaron en el Athletic
Escuchar el afamado himno de la Liga de Campeones con el escudo del Athletic luciendo en el pecho es un manjar que muchos jugadores no han podido degustar a lo largo de la centenaria historia rojiblanca. Valgan como ejemplos los casos de tres reconocidos excapitanes como José Ángel Iribar (Zarautz, 1943), Ander Garitano (Derio, 1969) y Pablo Orbaiz (Iruñea, 1979). Entre los tres sumaron treinta y nueve temporadas y 1.207 partidos oficiales como leones en tres épocas distintas, pero ninguno tuvo la privilegiada oportunidad de pasear el brazalete de capitán del Athletic por la máxima competición continental a nivel de clubes.
Tamaña satisfacción se les resistió de principio a fin, aunque no por ello se atreven a poner un solo pero a sus respectivas carreras como rojiblancos. “Defender estos colores, sea en el partido que sea, está por encima de todo, aunque está claro que a cualquier futbolista le gusta disputar los principales torneos”, resaltan ellos, históricos de un club que presume de apasionante e intachable historia allá por donde pisa.
Bien lo entiende Iribar, siempre dispuesto a aportar su granito de arena y a tender la manoa quien se la reclama. Sus reflexiones en las páginas de este suplemento especial de DEIA no podían faltar. Nunca pudo saborear la excitante sensación de volar de poste a poste para atajar balones en la Copa de Europa, pero ni mucho menos se lastima por ello, pues subraya que “tanto a mí como al resto de compañeros de mi época nos habría hecho mucha ilusión, pero tuve la fortuna de jugar la Recopa y la Copa de la UEFA y también fue muy bonito”. Dehecho, nada más escuchar la palabra Europa y pensando en brillantes éxitos colectivos como el que los pupilos de Ernesto Valverde han cosechado este año, Iribar, con dieciocho temporadas y 614 partidos oficiales en el Athletic a sus espaldas, rememora lo vivido en la campaña 1976-77.
Entonces, con Koldo Aguirre en el banquillo, fue portero y capitán de un equipo al que solo la Juventus de Giovanni Trapattoni pudo alejar de la gloria en una final resuelta por el valor doble de los goles en campo rival. “Fue la vez que más cerca estuvimos de un logro europeo como el que se ha vuelto a conseguir ahora. Jugamos contra algunos de los mejores clubes europeos y fue fantástico”, recuerda la viva leyenda rojiblanca, que califica como un “éxito inmenso” la cuarta plaza amarrada por el Athletic dieciséis años después de su última aventura en la Liga de Campeones.
Aquella “magnífica experiencia” la vivió formando parte del cuerpo técnico de Luis Fernández como entrenador de porteros. Los recuerdos, a pesar de la eliminación en la fase de grupos, son fabulosos: “Fue muy especial para todos poder competir de tú a tú contra equipos de primerísimo nivel; además, creo que dejamos el pabellón muy alto, porque jugamos muy bien, aunque nos faltara esa pizca de fortuna que siempre hace falta en el fútbol”. Ahora, comenzando por la siempre exigente eliminatoria previa, a Iribar le tocará disfrutar de la Champions desde otra butaca: “Entrar en Liga de Campeones es lo mejor que le puede pasar a cualquier club; a nivel deportivo no pude saborearlo como jugador, pero sigo estando y sintiéndome dentro del Athletic y, como sucedió en 1998, volveré a animar y a disfrutar de ello intentando aportar mi granito de arena”.
Garitano, en el Zaragoza
Quien no pudo regodearse con la última clasificación para la Champions fue Ander Garitano, destacado miembro rojiblanco durante las nueve temporadas y 275 partidos oficiales disputados como león en la década de los noventa. El mayúsculo éxito alcanzado por los chicos de Luis Fernández el 15 de mayo de 1998 le pilló en San Mamés, pero con la camiseta del Zaragoza, donde había recalado en verano de 1996: “Fue una situación extraña, porque me tocó vivir aquello jugando con el equipo rival. Recuerdo que nosotros nos jugábamos la opción de disputar la Recopa y que al terminar el partido felicité a mis excompañeros como no podía ser de otra manera”.
No obstante, abrazado al discurso de Iribar, Garitano remarca que “jugar la Copa de la UEFA con el Athletic ya fue bastante alegría y con eso me quedo, aunque en la temporada 1993-94, la segunda de Jupp Heynckes en Bilbao, terminamos la Liga en quinta posición y con el método de clasificación actual hubiéramos estado luchando por la Champions hasta el final, porque el Real Madrid quedó cuarto con solo dos puntos más que nosotros”.
Competir contra los mejores y visitar los mejores estadios europeos en caso de superar la previa de agosto es un dulce caramelo que pone en relieve el otrora centrocampista y capitán rojiblanco: “Jugar ese tipo de partidos con el Athletic no tiene precio. El ambiente que se generará en San Mamés también será espectacular y merece la pena disfrutarlo al máximo. Yo no pude hacerlo como jugador, ya que en mi época había que luchar por la Liga para poder acceder a la Copa de Europa, pero me alegro mucho de que futbolistas y aficionados vayan a poder disfrutar de algo así, porque es un gran éxito y supone otro hecho histórico para el Athletic”.
Orbaiz, el último sin Champions
A una época aún más cercana en el tiempo pertenece Pablo Orbaiz, el último capitán rojiblanco que se ha quedado sin Champions como león, toda vez que Carlos Gurpegi tendrá su opción a partir del próximo mes de agosto. El caso de Orbaiz, además, posee también cierto halo anecdótico, pues a pesar de sus doce temporadas y 318 partidos oficiales con la camiseta del Athletic, amén de los catorce envites europeos disputados como rojiblanco, finalmente tuvo que ser en Olympiacos donde pudo conocer los fastuosos laberintos de la Champions. Dicha experiencia data de la temporada 2011-12.
“Participar en la Liga de Campeones es algo increíble y yo pude hacerlo con el Olympiacos, pero para mí habría sido un sueño jugarla con el Athletic”, confiesa el excentrocampista iruindarra, antes de subrayar que “durante mi etapa en el Athletic nunca estuvimos lo suficientemente cerca de acceder a la Champions. Sabíamos que estaba ahí, pero siempre fuimos conscientes de que era muy complicado poder disputarla y esta generación de jugadores lo ha conseguido, por lo que tiene un gran mérito”.
Ya alejado del fútbol de élite, Orbaiz tiene claro lo que espera poder hacer la próxima temporada: “Primero hay que pasar la previa y, si todo va bien, espero disfrutar de la Champions como un aficionado más del Athletic”. “Esta temporada ha dado verdadero gusto ver jugar y competir al equipo”, añade el excapitán, quien reconoce que “no sabría decir lo que hubiera sido capaz de dar por vivir tal experiencia como jugador del Athletic”.
Y es que escuchar el himno de la Liga de Campeones en Bilbao habría acarreado una serie de sensaciones “muy especiales” al navarro, aunque resalta que tanto a él como al resto de futbolistas de primer nivel lo que verdaderamente les ilusiona es “competir con los mejores”. “Que el Athletic vaya a jugar la máxima competición a nivel de clubes es como para que todos los que sentimos este club nos sintamos muy contentos y orgullosos; tengo muchos amigos dentro del Athletic y me alegro muchísimo tanto por ellos como por la afición”, finaliza Orbaiz, un histórico en cuyo pasado tampoco luce ninguna participación en Champions como león.
Julen Guerrero: "El Athletic no tiene que ponerse techo"
Artículo publicado por Pako Ruiz en el diario Deia el 11/04/2014
Es una opinión de referencia en el Athletic. Julen Guerrero, una de las leyendas del club, fue protagonista de la primera experiencia de los rojiblancos en la Champions League, hace 16 años, éxito que rememora ahora: "Teníamos la mente puesta en conseguir algo importante en un año tan especial"
Julen Guerrero festeja la victoria sobre el Zaragoza que dio al Athletic su primera clasificación de la historia para la Champions. (Deia)
Julen Guerrero (Portugalete, 1974) asoma como uno de los mitos del Athletic. Su fidelidad está fuera de toda duda. Llegó a Lezama a los ocho años de edad y colgó las botas 24 años después en el club de toda la vida, tras jugar 430 partidos en sus quince temporadas como león. El portugalujo, uno de los grandes capitanes de la historia de la entidad bilbaina, acentúa el mérito que supone el regreso del conjunto rojiblanco, bajo el mando de Ernesto Valverde, a la máxima competición continental y reflexiona, en este sentido, que el Athletic "no tiene que ponerse techo, simplemente a buscar siempre lo mismo y querer crecer cada día más". Guerrero, que abandonó Lezama a los pocos meses de acceder a la presidencia Fernando García Macua, fue uno de los principales protagonistas de aquel primer recorrido del Athletic en la Champions, ya que se convirtió, junto a Joseba Etxeberria, en el máximo goleador de los leones gracias a sus tantos frente a la Juventus en Turín (1-1) y ante el Galatasaray en San Mamés (1-0), en lo que es, hasta la fecha, el último gol del Athletic en esta competición.
El Athletic regresa a la Champions dieciséis años después. ¿Esperaba un éxito de tal calibre en un año de cambios?
- Es difícil saber dónde te vas a situar al principio de temporada. Salvo Barça, Real Madrid y ahora el Atlético de Madrid, el resto está con muchas dudas e incertidumbres, y el Athletic, a pesar de tener cambios, es el club más estable y ha sabido aprovechar esta oportunidad.
¿Cuál ha sido la fórmula de este Athletic?
- Su regularidad y unidad. Al principio sacó partidos adelante más por corazón que por juego, pero poco a poco el equipo se ha ido asentando, el entrenador ha encontrado la forma de jugar y los jugadores adecuados, y han ido creciendo con el paso de las jornadas. Esto, unido a la magia de San Mamés, con una afición que siempre arropa al equipo, lo hace que todo se más fácil.
Jugadores como Muniain, Laporte, Herrera, Iturraspe, Aduriz... ¿Ha coincidido una generación llamada al éxito?
- Son jugadores muy preparados, que desde el principio se han asentado rápidamente en el primer equipo, han conseguido logros importantes, les ha dado confianza y ver la posibilidad de que se puede estar muy arriba.
¿Encuentra alguna similitud con el Athletic de la temporada 1997-98?
- No lo sé, todas las comparaciones son complicadas. Pero sí es cierto que ambos hemos sabido aprovechar el momento. Meterse en Liga de Campeones es difícil.
¿Cuál fue la clave de ese equipo?
- Era un año especial, porque era el del Centenario. Teníamos la mente puesta en conseguir algo importante en un año tan especial. Quizá lo veíamos más factible en Copa, pero en Liga siempre estuvimos arriba, y en la últimas jornadas supimos aprovechar nuestra situación en la tabla para ser subcampeones.
¿Qué supone para un club como el Athletic jugar en la Champions?
- Seguir creyendo en el trabajo que se hace, en su filosofía, en su forma de ver el fútbol, en seguir uniendo a gente que cree en todo esto, y sobre todo, que las nuevas generaciones se sigan identificando fielmente al Athletic.
Aquel Athletic llevó la marca de Luis Fernández, éste la de Ernesto Valverde. ¿Qué opina de los dos técnicos?
- Son muy diferentes. Uno más impulsivo y otro más tranquilo. Cada uno tiene su estilo.
Entonces alcanzaron el subcampeonato en un excelente tramo final. ¿Cuándo se lo llegaron a creer?
- En aquel año, solo los dos primeros entraban en Champions. Tuvimos una temporada muy regular, pero hasta las últimas jornadas no sabes por lo que vas a pelear. Éramos un equipo fuerte, compacto y con mucho gol.
El subcampeonato se celebró como si se tratara de un título. ¿Cómo se gestó todo aquel frenesí colectivo y social?
- Cómo te he dicho antes, era un año especial porque celebrábamos el Centenario, y todos teníamos ganas de hacer algo ese año. Llegó el subcampeonato y poder jugar una Champions modernizada fue un gran logro. Se juntó un poco todo. Esos 100 años de pasión, filosofía y amor a un club merecían una celebración.
¿Temían que se fuera todo al garete en el partido ante el Zaragoza?
- Esa posibilidad siempre existe. El Zaragoza, como es normal, vino a ganar y no nos lo puso nada fácil.
¿Qué supuso aquel éxito como capitán del Athletic?
- No sólo ese éxito, ser capitán del Athletic es un orgullo, y a la vez una gran responsabilidad. He sido capitán prácticamente en todas la categorías, y siempre he intentado hacerlo lo mejor posible y representar al club como se merece.
¿Hasta dónde puede llegar este Athletic?
- El Athletic no tiene que ponerse techo, simplemente salir siempre a buscar lo máximo y querer crecer cada día. Además, en el fútbol moderno con tantos cambios en los equipos, el Athletic parece un oasis, por su estabilidad, en el que sus mejores fichajes son la continuidad de sus jugadores, con gran proyección y muy valorados, con un año mas de experiencia.
En la eliminatoria previa, les tocó sufrir ante el Dinamo Tbilisi. ¿Detectó mucha presión?
- Fue un rival incómodo. Quedarte en la fase previa es un mazazo duro, por eso hay que celebrar la clasificación, pero todavía queda un pasito que no debemos dar por ganado. Además, son fechas donde todavía no tienes mucho ritmo y normalmente los rivales que te puedes encontrar suelen empezar antes a entrenar y competir. Habrá que preparar bien ese partido.
En la fase de grupos, no se pasó especialmente por las derrotas en Noruega y Turquía. ¿Pecó el Athletic de inexperto? ¿Les pudo la competición?
- Yo creo que no tuvimos suerte en esos partidos. No creo que fuéramos inferiores a ellos, e incluso en Turquía se nos escapó en el último minuto. Además en el equipo actual, hay muchos que han jugado varias finales, por lo que no tengo ninguna duda de su capacidad para hacerlo bien.
Visto lo visto, quedó la sensación de que aquel Athletic podía haber llegado más lejos.
- Si, yo creo que pudimos y merecimos pasar. Fíjate, la Juventus no nos ganó ningún partido, y también fue otro de los encuentros que teníamos ganado en su casa y se nos escapó la victoria al final.
Usted marcó en Turín ante la Juventus, donde se escaparon dos puntos, y presume de ser el último león en lograr un gol en la Champions, con el tanto del triunfo sobre el Galatasaray en San Mamés.
- Sí, hice esos dos goles en Champions, que siempre recordaré. El del Galatasaray es el último gol en Champions en San Mamés y me siento muy orgulloso de ello, aunque me hubiera gustado que el Athletic se habría clasificado más veces desde ese momento.
¿Qué consejos daría a esta plantilla?
- Es difícil darles consejos. Lo único, que sigan como hasta ahora y que quieran más y más. La unión hace la fuerza y todos juntos, por supuesto, con la afición, que es fundamental para conseguir cosas importantes, pueden llegar muy lejos.
En aquel Athletic militaba junto a usted Josu Urrutia, el actual presidente, que firma el mandato con más éxitos deportivos desde los títulos.
- La mayoría de los años que estuve en el primer equipo estaba Josu. Me alegro de que el equipo vaya tan bien y le deseo lo mejor.
Es una opinión de referencia en el Athletic. Julen Guerrero, una de las leyendas del club, fue protagonista de la primera experiencia de los rojiblancos en la Champions League, hace 16 años, éxito que rememora ahora: "Teníamos la mente puesta en conseguir algo importante en un año tan especial"
Julen Guerrero festeja la victoria sobre el Zaragoza que dio al Athletic su primera clasificación de la historia para la Champions. (Deia)
Julen Guerrero (Portugalete, 1974) asoma como uno de los mitos del Athletic. Su fidelidad está fuera de toda duda. Llegó a Lezama a los ocho años de edad y colgó las botas 24 años después en el club de toda la vida, tras jugar 430 partidos en sus quince temporadas como león. El portugalujo, uno de los grandes capitanes de la historia de la entidad bilbaina, acentúa el mérito que supone el regreso del conjunto rojiblanco, bajo el mando de Ernesto Valverde, a la máxima competición continental y reflexiona, en este sentido, que el Athletic "no tiene que ponerse techo, simplemente a buscar siempre lo mismo y querer crecer cada día más". Guerrero, que abandonó Lezama a los pocos meses de acceder a la presidencia Fernando García Macua, fue uno de los principales protagonistas de aquel primer recorrido del Athletic en la Champions, ya que se convirtió, junto a Joseba Etxeberria, en el máximo goleador de los leones gracias a sus tantos frente a la Juventus en Turín (1-1) y ante el Galatasaray en San Mamés (1-0), en lo que es, hasta la fecha, el último gol del Athletic en esta competición.
El Athletic regresa a la Champions dieciséis años después. ¿Esperaba un éxito de tal calibre en un año de cambios?
- Es difícil saber dónde te vas a situar al principio de temporada. Salvo Barça, Real Madrid y ahora el Atlético de Madrid, el resto está con muchas dudas e incertidumbres, y el Athletic, a pesar de tener cambios, es el club más estable y ha sabido aprovechar esta oportunidad.
¿Cuál ha sido la fórmula de este Athletic?
- Su regularidad y unidad. Al principio sacó partidos adelante más por corazón que por juego, pero poco a poco el equipo se ha ido asentando, el entrenador ha encontrado la forma de jugar y los jugadores adecuados, y han ido creciendo con el paso de las jornadas. Esto, unido a la magia de San Mamés, con una afición que siempre arropa al equipo, lo hace que todo se más fácil.
Jugadores como Muniain, Laporte, Herrera, Iturraspe, Aduriz... ¿Ha coincidido una generación llamada al éxito?
- Son jugadores muy preparados, que desde el principio se han asentado rápidamente en el primer equipo, han conseguido logros importantes, les ha dado confianza y ver la posibilidad de que se puede estar muy arriba.
¿Encuentra alguna similitud con el Athletic de la temporada 1997-98?
- No lo sé, todas las comparaciones son complicadas. Pero sí es cierto que ambos hemos sabido aprovechar el momento. Meterse en Liga de Campeones es difícil.
¿Cuál fue la clave de ese equipo?
- Era un año especial, porque era el del Centenario. Teníamos la mente puesta en conseguir algo importante en un año tan especial. Quizá lo veíamos más factible en Copa, pero en Liga siempre estuvimos arriba, y en la últimas jornadas supimos aprovechar nuestra situación en la tabla para ser subcampeones.
¿Qué supone para un club como el Athletic jugar en la Champions?
- Seguir creyendo en el trabajo que se hace, en su filosofía, en su forma de ver el fútbol, en seguir uniendo a gente que cree en todo esto, y sobre todo, que las nuevas generaciones se sigan identificando fielmente al Athletic.
Aquel Athletic llevó la marca de Luis Fernández, éste la de Ernesto Valverde. ¿Qué opina de los dos técnicos?
- Son muy diferentes. Uno más impulsivo y otro más tranquilo. Cada uno tiene su estilo.
Entonces alcanzaron el subcampeonato en un excelente tramo final. ¿Cuándo se lo llegaron a creer?
- En aquel año, solo los dos primeros entraban en Champions. Tuvimos una temporada muy regular, pero hasta las últimas jornadas no sabes por lo que vas a pelear. Éramos un equipo fuerte, compacto y con mucho gol.
El subcampeonato se celebró como si se tratara de un título. ¿Cómo se gestó todo aquel frenesí colectivo y social?
- Cómo te he dicho antes, era un año especial porque celebrábamos el Centenario, y todos teníamos ganas de hacer algo ese año. Llegó el subcampeonato y poder jugar una Champions modernizada fue un gran logro. Se juntó un poco todo. Esos 100 años de pasión, filosofía y amor a un club merecían una celebración.
¿Temían que se fuera todo al garete en el partido ante el Zaragoza?
- Esa posibilidad siempre existe. El Zaragoza, como es normal, vino a ganar y no nos lo puso nada fácil.
¿Qué supuso aquel éxito como capitán del Athletic?
- No sólo ese éxito, ser capitán del Athletic es un orgullo, y a la vez una gran responsabilidad. He sido capitán prácticamente en todas la categorías, y siempre he intentado hacerlo lo mejor posible y representar al club como se merece.
¿Hasta dónde puede llegar este Athletic?
- El Athletic no tiene que ponerse techo, simplemente salir siempre a buscar lo máximo y querer crecer cada día. Además, en el fútbol moderno con tantos cambios en los equipos, el Athletic parece un oasis, por su estabilidad, en el que sus mejores fichajes son la continuidad de sus jugadores, con gran proyección y muy valorados, con un año mas de experiencia.
En la eliminatoria previa, les tocó sufrir ante el Dinamo Tbilisi. ¿Detectó mucha presión?
- Fue un rival incómodo. Quedarte en la fase previa es un mazazo duro, por eso hay que celebrar la clasificación, pero todavía queda un pasito que no debemos dar por ganado. Además, son fechas donde todavía no tienes mucho ritmo y normalmente los rivales que te puedes encontrar suelen empezar antes a entrenar y competir. Habrá que preparar bien ese partido.
En la fase de grupos, no se pasó especialmente por las derrotas en Noruega y Turquía. ¿Pecó el Athletic de inexperto? ¿Les pudo la competición?
- Yo creo que no tuvimos suerte en esos partidos. No creo que fuéramos inferiores a ellos, e incluso en Turquía se nos escapó en el último minuto. Además en el equipo actual, hay muchos que han jugado varias finales, por lo que no tengo ninguna duda de su capacidad para hacerlo bien.
Visto lo visto, quedó la sensación de que aquel Athletic podía haber llegado más lejos.
- Si, yo creo que pudimos y merecimos pasar. Fíjate, la Juventus no nos ganó ningún partido, y también fue otro de los encuentros que teníamos ganado en su casa y se nos escapó la victoria al final.
Usted marcó en Turín ante la Juventus, donde se escaparon dos puntos, y presume de ser el último león en lograr un gol en la Champions, con el tanto del triunfo sobre el Galatasaray en San Mamés.
- Sí, hice esos dos goles en Champions, que siempre recordaré. El del Galatasaray es el último gol en Champions en San Mamés y me siento muy orgulloso de ello, aunque me hubiera gustado que el Athletic se habría clasificado más veces desde ese momento.
¿Qué consejos daría a esta plantilla?
- Es difícil darles consejos. Lo único, que sigan como hasta ahora y que quieran más y más. La unión hace la fuerza y todos juntos, por supuesto, con la afición, que es fundamental para conseguir cosas importantes, pueden llegar muy lejos.
En aquel Athletic militaba junto a usted Josu Urrutia, el actual presidente, que firma el mandato con más éxitos deportivos desde los títulos.
- La mayoría de los años que estuve en el primer equipo estaba Josu. Me alegro de que el equipo vaya tan bien y le deseo lo mejor.
Una temporada fantástica
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 11/05/2014
Alkorta, Urzaiz, Javi González y Ferreira, incapaces de olvidar la experiencia vivida en el curso 1998-99
Si usted, estimado o estimada lectora, alcanza esta página tras leer las dos que la preceden, en estas líneas podrá revivir parte del sueño europeo que sí pudieron cumplir, vestidos de rojiblanco, exjugadores de la talla de Rafa Alkorta, Ismael Urzaiz, Javi González y Patxi Ferreira. Los cuatro defendieron con honor e indudable éxito el escudo del Athletic en la recordada temporada del centenario y, como continuación a ella, tuvieron el privilegio de saborear la Champions en Bilbao.
Alkorta, quien al igual que Javi González y Patxi Ferreira había decidido volver al Athletic de cara a la ilusionante campaña 1997-98, vio desde la distancia cómo sus excompañeros del Real Madrid ganaban ese mismo año la séptima Liga de Campeones en la historia del club blanco. Rafa se quedó a las puertas de tamaño logro deportivo, pero hay una cosa que siempre ha tenido muy clara: "No cambiaría aquel segundo puesto en Liga, la fiesta que todos vivimos en Bilbao y jugar la Champions con el Athletic por ganar aquella Copa de Europa con el Real Madrid; teníamos una mezcla de jugadores jóvenes y veteranos muy interesante y lo que conseguimos y disfrutamos con la afición fue increíble".
En la misma línea se expresa Ismael Urzaiz, también con pasado madridista. "Mi debut oficial con el Real Madrid fue en Champions, precisamente. También jugué una previa con el Ajax, pero mi equipo ha sido y es el Athletic y jugar la Liga de Campeones en la temporada posterior a la del centenario fue algo muy bonito para todos", resalta el de Tudela. No obstante, confiesa no recordar con especial gratitud su único tanto en Champions: "Lo marqué en Turquía contra el Galatasaray y claro que fue un gol especial para mí, pero no puedo tener un gran recuerdo porque al final perdimos tras un golazo de Hagi en el último minuto. Todos nos quedamos con la sensación de que pudimos haber avanzado más en aquella Champions, porque ni Rosenborg, ni Galatasaray demostraron ser más que nosotros".
Un equipo valiente y sin suerte
Javi González, por su parte, ahonda en el carácter ganador y en la poca fortuna que tuvo aquel equipo dirigido por Luis Fernández en la máxima competición continental a nivel de clubes. El zorrotzarra se abraza al punto de vista de Urzaiz -también al de Alkorta- para subrayar que "demostramos ser un equipo valiente, pero nos faltó esa pizca de fortuna que siempre resulta necesaria en torneos de tanta categoría".
Aun así, la experiencia de escuchar el excitante himno de la Champions en San Mamés es algo que jamás se le olvidará a Javi González: "A día de hoy, cuando escucho el himno a través de la televisión, lo primero que hago es acordarme de lo que vivimos nosotros; fue fantástico". Patxi Ferreira, uno de los veteranos de aquel histórico Athletic, hace hincapié en el "inmenso orgullo" que le produjo defender los colores rojiblancos en la Liga de Campeones. Ahora, anima a la nueva generación de leones a prepararse "al máximo" para superar la "siempre exigente" eliminatoria previa en agosto y volver a poner así el nombre del Athletic "en lo más alto".
Alkorta, Urzaiz, Javi González y Ferreira, incapaces de olvidar la experiencia vivida en el curso 1998-99
Si usted, estimado o estimada lectora, alcanza esta página tras leer las dos que la preceden, en estas líneas podrá revivir parte del sueño europeo que sí pudieron cumplir, vestidos de rojiblanco, exjugadores de la talla de Rafa Alkorta, Ismael Urzaiz, Javi González y Patxi Ferreira. Los cuatro defendieron con honor e indudable éxito el escudo del Athletic en la recordada temporada del centenario y, como continuación a ella, tuvieron el privilegio de saborear la Champions en Bilbao.
Alkorta, quien al igual que Javi González y Patxi Ferreira había decidido volver al Athletic de cara a la ilusionante campaña 1997-98, vio desde la distancia cómo sus excompañeros del Real Madrid ganaban ese mismo año la séptima Liga de Campeones en la historia del club blanco. Rafa se quedó a las puertas de tamaño logro deportivo, pero hay una cosa que siempre ha tenido muy clara: "No cambiaría aquel segundo puesto en Liga, la fiesta que todos vivimos en Bilbao y jugar la Champions con el Athletic por ganar aquella Copa de Europa con el Real Madrid; teníamos una mezcla de jugadores jóvenes y veteranos muy interesante y lo que conseguimos y disfrutamos con la afición fue increíble".
En la misma línea se expresa Ismael Urzaiz, también con pasado madridista. "Mi debut oficial con el Real Madrid fue en Champions, precisamente. También jugué una previa con el Ajax, pero mi equipo ha sido y es el Athletic y jugar la Liga de Campeones en la temporada posterior a la del centenario fue algo muy bonito para todos", resalta el de Tudela. No obstante, confiesa no recordar con especial gratitud su único tanto en Champions: "Lo marqué en Turquía contra el Galatasaray y claro que fue un gol especial para mí, pero no puedo tener un gran recuerdo porque al final perdimos tras un golazo de Hagi en el último minuto. Todos nos quedamos con la sensación de que pudimos haber avanzado más en aquella Champions, porque ni Rosenborg, ni Galatasaray demostraron ser más que nosotros".
Un equipo valiente y sin suerte
Javi González, por su parte, ahonda en el carácter ganador y en la poca fortuna que tuvo aquel equipo dirigido por Luis Fernández en la máxima competición continental a nivel de clubes. El zorrotzarra se abraza al punto de vista de Urzaiz -también al de Alkorta- para subrayar que "demostramos ser un equipo valiente, pero nos faltó esa pizca de fortuna que siempre resulta necesaria en torneos de tanta categoría".
Aun así, la experiencia de escuchar el excitante himno de la Champions en San Mamés es algo que jamás se le olvidará a Javi González: "A día de hoy, cuando escucho el himno a través de la televisión, lo primero que hago es acordarme de lo que vivimos nosotros; fue fantástico". Patxi Ferreira, uno de los veteranos de aquel histórico Athletic, hace hincapié en el "inmenso orgullo" que le produjo defender los colores rojiblancos en la Liga de Campeones. Ahora, anima a la nueva generación de leones a prepararse "al máximo" para superar la "siempre exigente" eliminatoria previa en agosto y volver a poner así el nombre del Athletic "en lo más alto".
Seis partidos para el recuerdo
Artículo publicado por U. Muñoz en el diario Deia el 11/05/2014
El Athletic fue capaz de tutear a la Juventus, aunque no tuvo suerte en buena parte de la fase de grupos
La primera participación del Athletic en la Liga de Campeones, de la que han pasado ya dieciséis años, comenzó con un cierto desasosiego. La ronda previa, la misma que el conjunto de Ernesto Valverde tendrá que afrontar el próximo mes de agosto, se complicó en Georgia ante el modesto Dinamo Tbilisi. Pese a caer en la ida (2-1), en San Mamés los leones sellaron el pase gracias a un gol de Joseba Etxeberria y se aseguraron seis encuentros entre los mejores clubes del viejo continente. Juventus, Galatasaray y Rosenborg fueron los rivales que deparó el bombo. Sobre el papel, la clasificación a octavos de final era más o menos asequible, pero la trayectoria de los bilbainos estuvo carente de suerte. Una victoria, tres empates y dos derrotas fue un balance que no sirvió a los jugadores de Luis Fernández, que quedaron últimos de grupo, a solo dos puntos de los otros tres equipos.
El Athletic arrancó la fase de grupos en San Mamés ante el Rosenborg, y los rojiblancos acusaron los nervios. Pese a adelantarse en el marcador con un tanto de Etxeberria, el conjunto noruego logró igualar en el marcador y se llevó un punto de Bilbao. Un resultado que, a la postre, hipotecó las opciones de los locales en la Liga de Campeones. Dos semanas después se viajó a Turquía. Con un increíble ambiente en el Ali Sami Yen y con Gica Hagi como principal estrella, el Galatasaray fue demasiado rival. Una derrota que llegó de forma cruel. Pese a que las ocasiones de gol se sucedieron en la portería del brasileño Taffarel, un poderoso disparo del media punta rumano, con error incluido de Imanol Etxeberria, dejó sin premio alguno al Athletic en el minuto 90.
Zidane, Deschamps, Del piero...
Pero fueron los choques ante la Juventus los que más se recuerdan en Bilbao. Tanto en San Mamés como en Delle Alpi, los campeones italianos fueron incapaces de superar a los rojiblancos. Con Marcelo Lippi en el banquillo y con una plantilla en la que sobresalían estrellas como Zidane, Del Piero, Deschamps, Inzaghi o Davids, la Vechia Signora y el Athletic empataron a cero en La Catedral -en un encuentro muy táctico en el que los turineses aplicaron su clásico cerrojo- y a la siguiente jornada, esta vez con goles, el luminoso lució un tanto para cada conjunto. Los pupilos de Luis Fernández viajaron en la cuarta jornada a Turín en busca de una hazaña y casi la consuman. Un gol de Julen Guerrero al filo del descanso puso el miedo en el cuerpo a los de Lippi, pero otra vez la mala suerte se cruzó en el camino. Mikel Lasa, tras una indecisión del portero, marcó en propia puerta.
En la penúltima jornada, el Athletic tuvo que afrontar el frío de Noruega (el partido se jugó a cinco grados bajo cero). No le sentó nada bien, ya que el Rosenborg fue superior (2-1) y dejó sin opciones a los rojiblancos para acceder a los octavos de final. La despedida de la Champions League fue en San Mamés ante el Galatasaray. Un encuentro intrascendente, pero que supuso la única victoria de los leones en la fase de grupos.
El Athletic fue capaz de tutear a la Juventus, aunque no tuvo suerte en buena parte de la fase de grupos
La primera participación del Athletic en la Liga de Campeones, de la que han pasado ya dieciséis años, comenzó con un cierto desasosiego. La ronda previa, la misma que el conjunto de Ernesto Valverde tendrá que afrontar el próximo mes de agosto, se complicó en Georgia ante el modesto Dinamo Tbilisi. Pese a caer en la ida (2-1), en San Mamés los leones sellaron el pase gracias a un gol de Joseba Etxeberria y se aseguraron seis encuentros entre los mejores clubes del viejo continente. Juventus, Galatasaray y Rosenborg fueron los rivales que deparó el bombo. Sobre el papel, la clasificación a octavos de final era más o menos asequible, pero la trayectoria de los bilbainos estuvo carente de suerte. Una victoria, tres empates y dos derrotas fue un balance que no sirvió a los jugadores de Luis Fernández, que quedaron últimos de grupo, a solo dos puntos de los otros tres equipos.
El Athletic arrancó la fase de grupos en San Mamés ante el Rosenborg, y los rojiblancos acusaron los nervios. Pese a adelantarse en el marcador con un tanto de Etxeberria, el conjunto noruego logró igualar en el marcador y se llevó un punto de Bilbao. Un resultado que, a la postre, hipotecó las opciones de los locales en la Liga de Campeones. Dos semanas después se viajó a Turquía. Con un increíble ambiente en el Ali Sami Yen y con Gica Hagi como principal estrella, el Galatasaray fue demasiado rival. Una derrota que llegó de forma cruel. Pese a que las ocasiones de gol se sucedieron en la portería del brasileño Taffarel, un poderoso disparo del media punta rumano, con error incluido de Imanol Etxeberria, dejó sin premio alguno al Athletic en el minuto 90.
Zidane, Deschamps, Del piero...
Pero fueron los choques ante la Juventus los que más se recuerdan en Bilbao. Tanto en San Mamés como en Delle Alpi, los campeones italianos fueron incapaces de superar a los rojiblancos. Con Marcelo Lippi en el banquillo y con una plantilla en la que sobresalían estrellas como Zidane, Del Piero, Deschamps, Inzaghi o Davids, la Vechia Signora y el Athletic empataron a cero en La Catedral -en un encuentro muy táctico en el que los turineses aplicaron su clásico cerrojo- y a la siguiente jornada, esta vez con goles, el luminoso lució un tanto para cada conjunto. Los pupilos de Luis Fernández viajaron en la cuarta jornada a Turín en busca de una hazaña y casi la consuman. Un gol de Julen Guerrero al filo del descanso puso el miedo en el cuerpo a los de Lippi, pero otra vez la mala suerte se cruzó en el camino. Mikel Lasa, tras una indecisión del portero, marcó en propia puerta.
En la penúltima jornada, el Athletic tuvo que afrontar el frío de Noruega (el partido se jugó a cinco grados bajo cero). No le sentó nada bien, ya que el Rosenborg fue superior (2-1) y dejó sin opciones a los rojiblancos para acceder a los octavos de final. La despedida de la Champions League fue en San Mamés ante el Galatasaray. Un encuentro intrascendente, pero que supuso la única victoria de los leones en la fase de grupos.
sábado, 10 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
Crucero al paraíso
Artículo publicado por Aner Gondra en el diario Deia el 07/05/2014
Hoy se cumplen treinta años desde que la gabarra navegase por última vez por la ría de Bilbao. José Antonio Nielfa, La Otxoa, recuerda la vorágine de aquel día, la madre de todas las fiestas para quienes llevan el Athletic en la sangre
El corazón de Bilbao se colapsó con miles de aficionados del Athletic tras ganar la final de Copa contra el Barcelona. (DEIA)
Después de las batallas, a los guerreros les espera su recompensa: el Valhalla. Pero en el caso de los jugadores del Athletic el paraíso se llama Bilbao y la mejor manera de entrar en él es navegando en una gabarra. La última vez que la marea rojiblanca se agolpó en las orillas de la ría fue hace treinta años, dos días después de que los hombres de Javier Clemente hicieran arrodillarse al Barcelona. Bilbao se vistió de fiesta para recibirlos y, si alguien sabe de fiestas en el botxo, ese es José Antonio Nielfa, La Otxoa.
Contagiado por la fiebre rojiblanca desde niño, José Antonio vivió muy de cerca los éxitos de aquel equipo: "Fui de los únicos que viajó el año anterior al partido decisivo en Las Palmas. Fui con el equipo y sus mujeres. Lo pasamos fenomenal. Y en la segunda Liga estuve también en Valencia, donde el Athletic jugaba el penúltimo partido que era vital para ganar la Liga. Esos partidos los viví intensamente, como la final de Copa. Recuerdo aquel partido en el que Rojo, Maradona, Schuster y compañía tuvieron tan mal perder que al pobre Sola le fastidiaron la nariz".
El artista bilbaino recuerda con añoranza aquel equipo campeón. "Era un equipo muy compensado", apunta, "tenía a De Andrés, un mediocentro del estilo de Mikel Rico, un delantero tan maravilloso como Dani, que te las metía todas, y luego estaba la magia de Sarabia, que para mí ha sido el último artista del Athletic". No duda en reconocer que hace tres décadas se vivía el Athletic de una manera diferente: "Éramos más pasionales. El fútbol ahora es más un espectáculo. El Athletic era para nosotros algo genético, algo que lo llevabas muy dentro. Me acuerdo que en 1958 le ganamos la Copa al Madrid en el Bernabéu. Debajo de mi casa había una fábrica de gaseosas y el dueño nos llevó a todos los chavales del barrio hasta Madrid en la camioneta. La gente, para ir a las finales, vendía hasta los colchones. Ahora es todo mucho más cómodo, pero la afición sigue siendo igual: maravillosa".
Si el fútbol ha cambiado, también lo han hecho los jugadores del Athletic. La Otxoa presume de haber alternado con varias generaciones de leones. Mauri, Maguregi, Uriarte, Iribar, Sarabia, Liceranzu, Dani, Patxi Ferreira, Alkorta... Su lista es interminable. "Los futbolistas del Athletic han sido muy cercanos siempre. Ahora son chavales muy majos, pero son más tímidos. Tienen otra forma de divertirse", explica. "Yo creo que ahora son más niños. Para vivir en una sociedad tan distinta, yo creo que son más tímidos estos que los de antes".
24 horas de fiesta
El 7 de mayo de 1984 la gabarra surcó la ría por última vez. José Antonio cree que la locura que se desató aquel día estaba justificada con la sequía de éxitos de los años anteriores: "Lo de la gabarra lo viví durante 24 horas. Yo entonces tenía 36 años y desde la época de las copas de Iribar no habíamos ganado un título, o sea, que aquellos dos años de triunfos los cogí con ganas. Fue algo impresionante. Fue algo que tendría que ocurrir otra vez para que la gente sepa lo que es. Los jóvenes lo han podido vivir otra vez un poco en la época de Bielsa con lo de Manchester y todos los sitios a los que fuimos, pero lo de ganar el doblete fue increíble. Si no lo vives, no puedes explicar ni saber cómo fue aquello".
Bilbao se colapsó. Se habla de que en los márgenes de la ría había un millón de personas. Eso no fue un obstáculo para que José Antonio se perdiese en su peculiar triángulo de las Bermudas: "Yo me acuerdo que la gabarra la vi por el Campo Volantín. ¡Es que te liabas! Me acuerdo que estábamos todo el día del bar de Guisasola, el Tebas; al de la Charcu, el Harrys, y luego al mío. Era como ir al camino de Santiago. La celebración de la gabarra la viví tan en la calle que me acuerdo que me dormí y la vi pasar desde el Campo Volantín".
Ahora queda la intriga por saber si aquellos días de gloria se podrán repetir, si la gabarra volverá a subir la temperatura de Bilbao. José Antonio lo ve difícil, pero tiene claro cuál es el camino para conseguirlo: "Creo que si se cuida la cantera, el Athletic irá bien. Lo que no tiene que hacer el club es como años atrás, fichar por fichar. Si hay un fenómeno en Euskadi o alguien interesante, traerlo, pero no tirar el dinero, porque hay que cuidar la cantera y volver a tener ocho o nueve vizcainos en el equipo, que es lo que ha tenido el Athletic siempre y es lo que nos ha dado los triunfos". Su discurso parece diseñado por Javier Clemente, pero se apresura a desmarcarse de esta impresión: "Coincidimos en algo, pero me he llevado fatal con él porque me quitó lo que más me gustaba: Sarabia. Para mí ver a Sarabia era como para los catalanes ver a Maradona en el Barcelona. Para mí era un jugador de tanta calidad y tanto arte… Pero fue una guerra de divos".
También fue hace treinta años cuando La Otxoa se hizo célebre por una escena de la película La muerte de Mikel en la que cantaba uniformada del Athletic, pero recuerda que su canción la popularizó antes: "La grabé en 1982 con motivo de la celebración del Mundial. Lo hice porque en pleno Mundial yo quería reivindicar el Athletic. Luego se ganaron tres títulos seguidos. Parece que les di suerte. Es una canción con la que quería expresar que el Athletic era mi vida. He estado rodeado de jugadores toda mi vida. El Athletic lo he llevado siempre muy dentro de mí y lo he tenido siempre en mis espectáculos".
A La Otxoa le queda un sabor amargo por no haber vivido un sueño: "Me quedó la espina de no jugar en el Athletic, algo que hubiera podido hacer. En aquella época, de mi barrio, jugaron en el Athletic Juan Carlos Vidal, Rafa Viteri, Juanjo Santamaría… José Luis Garay era ojeador y me estaba controlando, pero me fui con 17 años a cantar a Barcelona y lo dejé todo. Pudo más el deseo por ser artista que futbolista".
Hoy se cumplen treinta años desde que la gabarra navegase por última vez por la ría de Bilbao. José Antonio Nielfa, La Otxoa, recuerda la vorágine de aquel día, la madre de todas las fiestas para quienes llevan el Athletic en la sangre
El corazón de Bilbao se colapsó con miles de aficionados del Athletic tras ganar la final de Copa contra el Barcelona. (DEIA)
Después de las batallas, a los guerreros les espera su recompensa: el Valhalla. Pero en el caso de los jugadores del Athletic el paraíso se llama Bilbao y la mejor manera de entrar en él es navegando en una gabarra. La última vez que la marea rojiblanca se agolpó en las orillas de la ría fue hace treinta años, dos días después de que los hombres de Javier Clemente hicieran arrodillarse al Barcelona. Bilbao se vistió de fiesta para recibirlos y, si alguien sabe de fiestas en el botxo, ese es José Antonio Nielfa, La Otxoa.
Contagiado por la fiebre rojiblanca desde niño, José Antonio vivió muy de cerca los éxitos de aquel equipo: "Fui de los únicos que viajó el año anterior al partido decisivo en Las Palmas. Fui con el equipo y sus mujeres. Lo pasamos fenomenal. Y en la segunda Liga estuve también en Valencia, donde el Athletic jugaba el penúltimo partido que era vital para ganar la Liga. Esos partidos los viví intensamente, como la final de Copa. Recuerdo aquel partido en el que Rojo, Maradona, Schuster y compañía tuvieron tan mal perder que al pobre Sola le fastidiaron la nariz".
El artista bilbaino recuerda con añoranza aquel equipo campeón. "Era un equipo muy compensado", apunta, "tenía a De Andrés, un mediocentro del estilo de Mikel Rico, un delantero tan maravilloso como Dani, que te las metía todas, y luego estaba la magia de Sarabia, que para mí ha sido el último artista del Athletic". No duda en reconocer que hace tres décadas se vivía el Athletic de una manera diferente: "Éramos más pasionales. El fútbol ahora es más un espectáculo. El Athletic era para nosotros algo genético, algo que lo llevabas muy dentro. Me acuerdo que en 1958 le ganamos la Copa al Madrid en el Bernabéu. Debajo de mi casa había una fábrica de gaseosas y el dueño nos llevó a todos los chavales del barrio hasta Madrid en la camioneta. La gente, para ir a las finales, vendía hasta los colchones. Ahora es todo mucho más cómodo, pero la afición sigue siendo igual: maravillosa".
Si el fútbol ha cambiado, también lo han hecho los jugadores del Athletic. La Otxoa presume de haber alternado con varias generaciones de leones. Mauri, Maguregi, Uriarte, Iribar, Sarabia, Liceranzu, Dani, Patxi Ferreira, Alkorta... Su lista es interminable. "Los futbolistas del Athletic han sido muy cercanos siempre. Ahora son chavales muy majos, pero son más tímidos. Tienen otra forma de divertirse", explica. "Yo creo que ahora son más niños. Para vivir en una sociedad tan distinta, yo creo que son más tímidos estos que los de antes".
24 horas de fiesta
El 7 de mayo de 1984 la gabarra surcó la ría por última vez. José Antonio cree que la locura que se desató aquel día estaba justificada con la sequía de éxitos de los años anteriores: "Lo de la gabarra lo viví durante 24 horas. Yo entonces tenía 36 años y desde la época de las copas de Iribar no habíamos ganado un título, o sea, que aquellos dos años de triunfos los cogí con ganas. Fue algo impresionante. Fue algo que tendría que ocurrir otra vez para que la gente sepa lo que es. Los jóvenes lo han podido vivir otra vez un poco en la época de Bielsa con lo de Manchester y todos los sitios a los que fuimos, pero lo de ganar el doblete fue increíble. Si no lo vives, no puedes explicar ni saber cómo fue aquello".
Bilbao se colapsó. Se habla de que en los márgenes de la ría había un millón de personas. Eso no fue un obstáculo para que José Antonio se perdiese en su peculiar triángulo de las Bermudas: "Yo me acuerdo que la gabarra la vi por el Campo Volantín. ¡Es que te liabas! Me acuerdo que estábamos todo el día del bar de Guisasola, el Tebas; al de la Charcu, el Harrys, y luego al mío. Era como ir al camino de Santiago. La celebración de la gabarra la viví tan en la calle que me acuerdo que me dormí y la vi pasar desde el Campo Volantín".
Ahora queda la intriga por saber si aquellos días de gloria se podrán repetir, si la gabarra volverá a subir la temperatura de Bilbao. José Antonio lo ve difícil, pero tiene claro cuál es el camino para conseguirlo: "Creo que si se cuida la cantera, el Athletic irá bien. Lo que no tiene que hacer el club es como años atrás, fichar por fichar. Si hay un fenómeno en Euskadi o alguien interesante, traerlo, pero no tirar el dinero, porque hay que cuidar la cantera y volver a tener ocho o nueve vizcainos en el equipo, que es lo que ha tenido el Athletic siempre y es lo que nos ha dado los triunfos". Su discurso parece diseñado por Javier Clemente, pero se apresura a desmarcarse de esta impresión: "Coincidimos en algo, pero me he llevado fatal con él porque me quitó lo que más me gustaba: Sarabia. Para mí ver a Sarabia era como para los catalanes ver a Maradona en el Barcelona. Para mí era un jugador de tanta calidad y tanto arte… Pero fue una guerra de divos".
También fue hace treinta años cuando La Otxoa se hizo célebre por una escena de la película La muerte de Mikel en la que cantaba uniformada del Athletic, pero recuerda que su canción la popularizó antes: "La grabé en 1982 con motivo de la celebración del Mundial. Lo hice porque en pleno Mundial yo quería reivindicar el Athletic. Luego se ganaron tres títulos seguidos. Parece que les di suerte. Es una canción con la que quería expresar que el Athletic era mi vida. He estado rodeado de jugadores toda mi vida. El Athletic lo he llevado siempre muy dentro de mí y lo he tenido siempre en mis espectáculos".
A La Otxoa le queda un sabor amargo por no haber vivido un sueño: "Me quedó la espina de no jugar en el Athletic, algo que hubiera podido hacer. En aquella época, de mi barrio, jugaron en el Athletic Juan Carlos Vidal, Rafa Viteri, Juanjo Santamaría… José Luis Garay era ojeador y me estaba controlando, pero me fui con 17 años a cantar a Barcelona y lo dejé todo. Pudo más el deseo por ser artista que futbolista".
El espíritu de San Mamés, junto al Athletic por Europa
Fuente www.athletic-club.net
San Miguel, patrocinador oficial, ha lanzado una campaña para celebrar la participación del club en la máxima competición europea. Los 36.700 aficionados que llenarán San Mamés el domingo en el partido frente a la Real Sociedad, recibirán una bufanda única. Tejida con lana de ovejas latxas que pastaron en el césped de la mismísima “Catedral” y que acumula en cada hilo 100 años de historia. Una bufanda con la que podrán animar la aventura europea de "los leones"”.
San Miguel, patrocinador oficial, ha lanzado una campaña para celebrar la participación del club en la máxima competición europea. Los 36.700 aficionados que llenarán San Mamés el domingo en el partido frente a la Real Sociedad, recibirán una bufanda única. Tejida con lana de ovejas latxas que pastaron en el césped de la mismísima “Catedral” y que acumula en cada hilo 100 años de historia. Una bufanda con la que podrán animar la aventura europea de "los leones"”.
Presentan la tercera edición del BertsoDerbia
Artículo publicado en el diario Deia el 06/05/2014
Durante la mañana del martes 6 de mayo, en sala de prensa de las instalaciones de Lezama, la Fundación Athletic ha presentado la tercera edición del BertsoDerbia.
El directivo del Athletic, Jokin Garatea, el bertsolari Jon Maia y la Consejera de la Real Sociedad Nekane Soria. (Athletic)
La misma contará este año con la presencia de Onintza Enbeitia, Arkatiz Estiballes y Jon Maia en representación del Athletic Club y con Amaia Agirre, Andoni Egaña y Amets Arzallus en nombre de la Real Sociedad. El gaijartzailea será Josu Goikoetxea.
El BertsoDerbia está organizado por la Fundación Athletic Club y la Sala BBK y cuenta con la colaboración de la Fundación Real Sociedad. Durante la presentación han estado presentes el directivo Jokin Garatea por parte del Athletic, la Consejera de la Real Sociedad Nekane Soria y el bertsolari Jon Maia.
La tercera edición del BertsoDerbia se celebrará este viernes 9 de mayo a las 20:00 horas en la Sala BBK de Bilbao, con entrada libre hasta agotar el aforo.
BertsoDerbia es una idea original de la Fundación Athletic Club que busca reivindicar la rivalidad sana existente entre los dos equipos y el ambiente general de diversión compartida que se expresa en los derbis entre el Athletic y la Real Sociedad. Por otro lado, también se busca el afianzamiento de una cultura común que nos une y la promoción del fútbol como tema dentro de la práctica del bertsolarismo.
Durante la mañana del martes 6 de mayo, en sala de prensa de las instalaciones de Lezama, la Fundación Athletic ha presentado la tercera edición del BertsoDerbia.
El directivo del Athletic, Jokin Garatea, el bertsolari Jon Maia y la Consejera de la Real Sociedad Nekane Soria. (Athletic)
La misma contará este año con la presencia de Onintza Enbeitia, Arkatiz Estiballes y Jon Maia en representación del Athletic Club y con Amaia Agirre, Andoni Egaña y Amets Arzallus en nombre de la Real Sociedad. El gaijartzailea será Josu Goikoetxea.
El BertsoDerbia está organizado por la Fundación Athletic Club y la Sala BBK y cuenta con la colaboración de la Fundación Real Sociedad. Durante la presentación han estado presentes el directivo Jokin Garatea por parte del Athletic, la Consejera de la Real Sociedad Nekane Soria y el bertsolari Jon Maia.
La tercera edición del BertsoDerbia se celebrará este viernes 9 de mayo a las 20:00 horas en la Sala BBK de Bilbao, con entrada libre hasta agotar el aforo.
BertsoDerbia es una idea original de la Fundación Athletic Club que busca reivindicar la rivalidad sana existente entre los dos equipos y el ambiente general de diversión compartida que se expresa en los derbis entre el Athletic y la Real Sociedad. Por otro lado, también se busca el afianzamiento de una cultura común que nos une y la promoción del fútbol como tema dentro de la práctica del bertsolarismo.
Una experiencia inolvidable
Artículo publicado por Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 06/05/2014
Dieciséis años después, Javi González y Patxi Ferreira recuerdan con Deia la última presencia en la champions
San Mamés, con mosaico incluido, arropó al Athletic contra la Juventus en una formidable noche europea que se saldó con un empate entre ambos conjuntos. (DEIA)
San José, De Marcos y Herrera. Ellos fueron quienes certificaron la cuarta plaza liguera a base de goles en Vallecas y quienes, por tanto, sucedieron a Joseba Etxeberria como definitivos portadores del ansiado billete con destino a una nueva previa de la Champions League. Porque el Athletic, dieciséis años después, vuelve a estar legitimado para soñar a gran escala. La primera prueba de fuego alcanzará a los leones en pleno mes de agosto. Será entonces cuando los pupilos de Ernesto Valverde deban dar el último paso para acceder a la anhelada fase de grupos, pero hasta entonces toca saborear el logro conseguido, tal y como subrayan a DEIA Patxi Ferreira y Javi González, dos integrantes del último Athletic que disputó la laureada Liga de Campeones. Un debut por la puerta grande.
"Jugar la Champions con el Athletic fue una experiencia indescriptible e inolvidable para nosotros. Esta nueva generación de jugadores se merece disfrutar de algo así, al igual que toda la afición", resalta el zorro-tzarra, quien al igual que Ferreira había retornado a Bilbao la temporada anterior, la del Centenario, viviendo así en primera persona tamaño éxito deportivo. "Cuando regresé ni siquiera soñaba con jugar la Liga de Campeones, aunque sí sabía que volvía a un equipo en el que había grandes futbolistas. Lo logramos entre todos y fue una satisfacción increíble", recuerda Patxi, que entonces, a sus 30 años de edad, aportó veteranía a la defensa.
En la última jornada, contra el Zaragoza, tanto uno como otro salieron desde el banquillo para amarrar la victoria que daba el pasaporte para la previa de la Champions, siendo ambos titulares en el partido de ida disputado en Georgia ante el Dinamo Tbilisi. Un partido que ambos recuerdan con una mezcla de melancolía y desasosiego por la derrota sufrida. El 2-1 en contra aún pudo ser peor, tal y como recuerda Javi González: "Después del impresionante ambiente que se generó en Bilbao para celebrar la clasificación para la Champions, la previa se nos complicó bastante tras sufrir demasiado en la ida. Por fortuna, Imaz marcó nada más comenzar la segunda mitad y en la vuelta pudimos arreglarlo en San Mamés".
Ya en la fase de grupos, el afamado himno de la Liga de Campeones, una melodía singular y capaz de poner los pelos de punta a futbolistas y aficionados, sonó aún con más fuerza durante seis partidos que bien pudieron ser más si la suerte no hubiera sido esquiva con aquel valiente Athletic, último de grupo a la postre con solo dos puntos menos que la Juventus, entonces vigente subcampeona y primera de grupo. Ferreira recuerda perfectamente el camino recorrido dentro del grupo B de aquella edición de la Champions y lo que supuso para él defender los colores rojiblancos contra Juventus, Galatasaray y Rosenborg, amén del citado envite en Georgia.
"Para mí fue un motivo de orgullo participar en aquellos partidos; en realidad, fue una temporada inolvidable para todos, aunque no pudimos avanzar más allá de la fase de grupos", manifiesta el de Saucelles. Javi González, al mismo tiempo, hace hincapié en que "merecimos pasar de ronda porque ni siquiera fuimos menos que la Juventus, pero nos faltó esa pizca de fortuna que siempre es necesaria en torneos así".
La experiencia en Turquía
Asimismo, en relación a algunos de los pasajes que más llamaron la atención en el vestuario rojiblanco durante el torneo, el de Zorrotza, que disputó cinco partidos, dirige la vista hacia lo vivido en la visita al Galatasaray, en la caldera del Ali Sami Yem: "Salimos al campo dos horas antes de que comenzase el partido y ya había una grada repleta de gente gritando y animando al Galatasaray. Nada más vernos comenzaron a pitar con fuerza, pero no nos arrugamos y el equipo compitió a buen nivel hasta el último minuto, aunque al final perdimos 2-1 tras un golazo de Hagi en el minuto 90".
A pesar de lograr una única victoria en los seis partidos disputados -precisamente, contra el Galatasaray en San Mamés en la última jornada-, Javi González confiesa que "cada vez que escucho el himno de la Champions por la televisión me acuerdo de lo que vivimos nosotros; fue el mejor año de mi vida, sin duda". Patxi Ferreira, por su parte, incide en la "mágica" experiencia vivida y se muestra seguro de que el actual Athletic "volverá a competir como lo hicimos nosotros".
Dieciséis años después, Javi González y Patxi Ferreira recuerdan con Deia la última presencia en la champions
San Mamés, con mosaico incluido, arropó al Athletic contra la Juventus en una formidable noche europea que se saldó con un empate entre ambos conjuntos. (DEIA)
San José, De Marcos y Herrera. Ellos fueron quienes certificaron la cuarta plaza liguera a base de goles en Vallecas y quienes, por tanto, sucedieron a Joseba Etxeberria como definitivos portadores del ansiado billete con destino a una nueva previa de la Champions League. Porque el Athletic, dieciséis años después, vuelve a estar legitimado para soñar a gran escala. La primera prueba de fuego alcanzará a los leones en pleno mes de agosto. Será entonces cuando los pupilos de Ernesto Valverde deban dar el último paso para acceder a la anhelada fase de grupos, pero hasta entonces toca saborear el logro conseguido, tal y como subrayan a DEIA Patxi Ferreira y Javi González, dos integrantes del último Athletic que disputó la laureada Liga de Campeones. Un debut por la puerta grande.
"Jugar la Champions con el Athletic fue una experiencia indescriptible e inolvidable para nosotros. Esta nueva generación de jugadores se merece disfrutar de algo así, al igual que toda la afición", resalta el zorro-tzarra, quien al igual que Ferreira había retornado a Bilbao la temporada anterior, la del Centenario, viviendo así en primera persona tamaño éxito deportivo. "Cuando regresé ni siquiera soñaba con jugar la Liga de Campeones, aunque sí sabía que volvía a un equipo en el que había grandes futbolistas. Lo logramos entre todos y fue una satisfacción increíble", recuerda Patxi, que entonces, a sus 30 años de edad, aportó veteranía a la defensa.
En la última jornada, contra el Zaragoza, tanto uno como otro salieron desde el banquillo para amarrar la victoria que daba el pasaporte para la previa de la Champions, siendo ambos titulares en el partido de ida disputado en Georgia ante el Dinamo Tbilisi. Un partido que ambos recuerdan con una mezcla de melancolía y desasosiego por la derrota sufrida. El 2-1 en contra aún pudo ser peor, tal y como recuerda Javi González: "Después del impresionante ambiente que se generó en Bilbao para celebrar la clasificación para la Champions, la previa se nos complicó bastante tras sufrir demasiado en la ida. Por fortuna, Imaz marcó nada más comenzar la segunda mitad y en la vuelta pudimos arreglarlo en San Mamés".
Ya en la fase de grupos, el afamado himno de la Liga de Campeones, una melodía singular y capaz de poner los pelos de punta a futbolistas y aficionados, sonó aún con más fuerza durante seis partidos que bien pudieron ser más si la suerte no hubiera sido esquiva con aquel valiente Athletic, último de grupo a la postre con solo dos puntos menos que la Juventus, entonces vigente subcampeona y primera de grupo. Ferreira recuerda perfectamente el camino recorrido dentro del grupo B de aquella edición de la Champions y lo que supuso para él defender los colores rojiblancos contra Juventus, Galatasaray y Rosenborg, amén del citado envite en Georgia.
"Para mí fue un motivo de orgullo participar en aquellos partidos; en realidad, fue una temporada inolvidable para todos, aunque no pudimos avanzar más allá de la fase de grupos", manifiesta el de Saucelles. Javi González, al mismo tiempo, hace hincapié en que "merecimos pasar de ronda porque ni siquiera fuimos menos que la Juventus, pero nos faltó esa pizca de fortuna que siempre es necesaria en torneos así".
La experiencia en Turquía
Asimismo, en relación a algunos de los pasajes que más llamaron la atención en el vestuario rojiblanco durante el torneo, el de Zorrotza, que disputó cinco partidos, dirige la vista hacia lo vivido en la visita al Galatasaray, en la caldera del Ali Sami Yem: "Salimos al campo dos horas antes de que comenzase el partido y ya había una grada repleta de gente gritando y animando al Galatasaray. Nada más vernos comenzaron a pitar con fuerza, pero no nos arrugamos y el equipo compitió a buen nivel hasta el último minuto, aunque al final perdimos 2-1 tras un golazo de Hagi en el minuto 90".
A pesar de lograr una única victoria en los seis partidos disputados -precisamente, contra el Galatasaray en San Mamés en la última jornada-, Javi González confiesa que "cada vez que escucho el himno de la Champions por la televisión me acuerdo de lo que vivimos nosotros; fue el mejor año de mi vida, sin duda". Patxi Ferreira, por su parte, incide en la "mágica" experiencia vivida y se muestra seguro de que el actual Athletic "volverá a competir como lo hicimos nosotros".
lunes, 5 de mayo de 2014
El Athletic es más grande que mil copas
Artículo publicado por César Ortuzar en el diario Deia el 05/05/2014
Atravesadas tres décadas sin morder el metal de un trofeo, la vigencia del Athletic se mantiene inalterable porque el pulso del club no reside en su palmarés sino en su grandeza
Dani, Sarabia, Zubizarreta, Patxi Salinas, Goikoetxea, Endika y Clemente, con la Copa conquistada en 1984 ante el Barça. en el Santiago Bernabéu.
Vive el fútbol moderno, cada vez más industria, mercancía y parqué bursátil, por encima de los sentimientos, de la pasión y del juego, asunto menor, instalado en el trastorno bipolar, sobreactuado, desquiciado. Agitado por un relato histriónico, de héroes o villanos, de ganadores o perdedores, de trofeos y de fracasos, de Doctor Jekyll y Míster Hyde. Envuelto en el viciado manto del cortoplacismo, alimentado por los fogonazos de los flashes, pateando las alfombras rojas de vestuarios que son camerinos, el fútbol corre el serio riesgo de instalarse definitivamente en la pantalla de una calculadora. La hoja de resultados, la propaganda de los fichajes y el exhibicionismo de la vitrina son algo así como la Santísima Trinidad.
"No hay vitrina, pero hay grandeza", se felicita Imanol Ibarrondo, exfutbolista profesional y director del instituto de coaching deportivo, Incoade. Se refiere Ibarrondo al escaparate del Athletic, que no ha dado la bienvenida a ningún trofeo en las últimas tres décadas. El doblete de la campaña 1983-84 -hoy se cumplen treinta años del último título, la Copa ante el Barcelona- es la última huella de un Athletic campeón. "Digamos que ha tenido una racha tonta larga, pero es más importante la personalidad del club, su identidad, que los trofeos", establece Enric González, periodista y escritor, autor de las deliciosas Historias del Calcio, un viaje literario a la idiosincrasia italiana a través de los raíles del fútbol. Espanyolista confeso, -"sé perfectamente lo que es estar mucho tiempo sin ganar un título", advierte con un punto de resignación- el escritor entiende que se mire con nostalgia al pasado de festejos, pero cree que "el Athletic es un club singular, contracultural, insólito" y esa naturaleza le otorga una personalidad "única" que no debe ser fagocitada ni por el oropel de los triunfos que hubo, ni por los cantos de sirena de supuestos paraísos que pueden conducir a "la vulgarización" bajo la coartada de que así se puede conquistar la gloria. "Nadie garantiza que puedas ganar aunque fiches sin restricciones. De hecho, bien mirado, la mayoría no gana. Lo raro es ganar, más si cabe en una liga como la española, con mamuts como el Barcelona o el Madrid". Lo del Atlético es la excepción que confirma la regla: "algo extraordinario", estima el escritor.
La tormenta perfecta
Las normas que regían el fútbol cuando el Athletic era campeón nada tienen que ver con las que gobiernan en estos días. En las últimas décadas, el viento del fútbol arreció con fuerza contra la singularidad "de jugar con futbolistas locales", apunta Enric González. La eliminación del derecho de retención, que servía como dique de contención para hacer frente a los mayores depredadores, la caída de los cupos de extranjeros, la libre circulación de futbolistas gracias a la Ley Bosman, el maná televisivo por hacerse con los derechos de retransmisión del fútbol sumada a la conversión de la mayoría de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas, dañaron la capacidad competitiva del club bilbaino. "De por sí el Athletic se autolimita a la hora de fichar y además lo que compra es más caro", dice el periodista. "De repente, había un montón de clubes que tenían muchísimo dinero entrando en caja y que gastaban como si no hubiera mañana en fichajes que en condiciones normales resultaban imposibles". En ese ecosistema, repleto de nuevos ricos, el club bilbaino perdió pie y se trastabilló. "Evidentemente era más complicado competir en una situación de ese tipo, del todo artificial", recalca Imanol Ibarrondo.
Además de la tozudez de la realidad, de los fríos datos, de la indudable alteración de un modelo, hasta erigir uno completamente irreconocible, a un viaje lunar del anterior, no se puede perder la vista sobre el fútbol, tan caprichoso como es. "Esto es fútbol, no hay que olvidarlo. Es un juego. La final que más cerca se estuvo de ganar fue contra el Atlético en Copa en la temporada 1984-85. Las otras dos finales de Copa las jugamos contra el mejor Barça de la historia, así que lo normal era perder. La de Bucarest también se perdió con el Atlético de El Cholo, que mira dónde está ahora", radiografía Imanol Ibarrondo, que pretende un club grande más que un equipo ganador, una entidad que devuelva todo lo que se le da. "La gente lo da todo de manera incondicional sin esperar nada a cambio. Pa mí tiene que ser un referente ético, un ejemplo de las cosas bien hechas y de las buenas prácticas. El Athletic tiene que hacer que nos sintamos orgullosos y para eso su misión es la de ser un club ejemplar".
En las últimas tres décadas, el Athletic ha estado presente en cuatro finales: tres de Copa y una de la Europa League. En ese tiempo también ha firmado un segundo puesto en Liga, el que le otorgó el billete para ir a la Champions League. En esas circunstancias se impone un pregunta: ¿Puede conseguir títulos? "No me parece inverosímil que el Athletic gane alguna Liga o sea capaz de encadenar algún título de Copa. Ha estado cerca", comenta Enric González, si bien el periodista cree que las posibilidades pasan porque los "dos monstruos (Barcelona y Real Madrid) fallen". El liderato del Atlético de Madrid, que encabeza el campeonato liguero y que disputará la final de la Champions contra el Real Madrid, sirve como marco para poder soñar con alcanzar el laurel en el futuro. "Pero cuando hablamos del Atlético, hablamos un club errático, que lo mismo gana la Liga y luego se puede ir a Segunda", dice Enric González.
Fortaleza y debilidad Aunque muy distinto al club madrileño en todas sus expresiones, el Athletic también flirteó con el descenso. El catártico bienio negro lo representa como ningún otro hito el duelo sin retorno frente al Levante en San Mamés. Una pesadilla que todavía sacude a la hinchada. Ese punzante recuerdo sigue aún muy pronunciado en la memoria colectiva de la afición, el bien más preciado del club. "Sin duda, la afición es la gran fortaleza del Athletic, que posee una parroquia muy fiel. Nadie discute el club. No hay ninguna duda, ni un atisbo de escepticismo sobre el Athletic", remarca Enric González. La inquebrantable fidelidad de la afición rojiblanca es el principal capital de la institución, pero los analistas defienden que debe existir una masa crítica "porque las virtudes del club contienen también sus riesgos. Cuando a uno todo lo que le ofrecen le parece bueno, corre el riesgo de acomodarse", advierte Enric González. El acomodamiento suele ser un billete de ida a la mediocridad, un destino incierto, más si cabe en el fútbol que castiga ejemplarmente las dudas y los malos proyectos. "El Athletic necesita tensión", entendida esta como exigencia, para dar lo mejor de sí mismo. "El Athletic tiene que jugar como un grande. Ir a por todas. Ser valiente. Y eso no siempre ha sido así. Luego se puede ganar, empatar o perder. De hecho, ceder a las excusas, agarrarse a las coartadas para no competir de verdad, como ha ocurrido durante varios periodos, resulta muy peligroso para el Athletic", disecciona Imanol Ibarrondo. "El mercado del Athletic es el que es. Una mala temporada o una tendencia negativa no se puede solucionar como en otros clubes, que lo mismo les da traer a un malayo o un ucraniano", recuerda Enric González, convencido de que las rivalidades futbolísticas son buenas como acicate de los clubes. "El Liverpool tiene al Everton, el United al City, pero el Athletic no tiene un rival próximo o ciudadano. La Real no lo es. Eso puede implicar una tendencia hacia el relajamiento peligrosa". Se trata, pues, de "ser capaces de competir con los mejores", resuelve Ibarrondo. Eso no debe "malinterpretarse con ser campeones y lograr títulos. Hablamos de planos distintos".
Más allá de los títulos
El objetivo del Athletic, establecen los analistas consultados por este periódico, no se encuentra tanto en la calculadora como en el estilo del relato que conduce al césped, donde el fondo y las formas tienen que ir de la mano. "Lo esencial no es ganar, si no existir, competir y saber quién eres", apuntala Enric González. "No soy del Athletic por los títulos. Si me interesara ganar me haría del Madrid o del Barcelona", enfatiza Imanol Ibarrondo, que opina que el club debe alejarse de la inmediatez y del ruido que establecen los resultados y buscar la grandeza a modo de bien supremo. Para Imanol Ibarrondo la grandeza nada tiene que ver con la acumulación de copas en la sala de trofeos. "Entiendo la grandeza como sentirte orgulloso de tu equipo por lo que es, por lo valores que transmite, no por lo que gana". Ser grande, la búsqueda de excelencia, es una misión, una idea que cree Ibarrondo tiene que regir el rumbo del club, se gane o se pierda. "En eso sí hay que intentar ser el mejor: para el club quiero nobleza, respeto al juego, ser valiente y salir a ganar siempre. Eso de dominar lo que se llama el otro fútbol, que en el fondo es ser tramposo, no va conmigo. No me identifico con eso, en absoluto. El deseo de ganar tiene que estar siempre presente, pero sin atajos".
La filosofía del club, más o menos matizada, "una anomalía extraordinaria", confiere al Athletic "al mismo tiempo" su fortaleza y su debilidad según Enric González. "La gracia del Athletic está en su forma de ser, aunque eso signifique que se autolimita y tenga más complicado competir con las grandes potencias del fútbol europeo", añade. Sin embargo, no hace tanto tiempo fue capaz de hacerlo con una cabalgada extraordinaria por la Europa League alcanzando cotas inimaginables. "Bielsa nos devolvió la ambición, la creencia de que se puede ser grande sin poner ni una sola excusa, sin trasladar la idea de que no se puede competir porque no tenemos las mismas armas que el resto. Eso es algo que debe prevalecer. El Athletic de Ernesto Valverde ha interiorizado ese mensaje. Ese es el camino", concede Imanol Ibarrondo. En ese camino el Athletic tiene que ser más grande que mil copas.
Atravesadas tres décadas sin morder el metal de un trofeo, la vigencia del Athletic se mantiene inalterable porque el pulso del club no reside en su palmarés sino en su grandeza
Dani, Sarabia, Zubizarreta, Patxi Salinas, Goikoetxea, Endika y Clemente, con la Copa conquistada en 1984 ante el Barça. en el Santiago Bernabéu.
Vive el fútbol moderno, cada vez más industria, mercancía y parqué bursátil, por encima de los sentimientos, de la pasión y del juego, asunto menor, instalado en el trastorno bipolar, sobreactuado, desquiciado. Agitado por un relato histriónico, de héroes o villanos, de ganadores o perdedores, de trofeos y de fracasos, de Doctor Jekyll y Míster Hyde. Envuelto en el viciado manto del cortoplacismo, alimentado por los fogonazos de los flashes, pateando las alfombras rojas de vestuarios que son camerinos, el fútbol corre el serio riesgo de instalarse definitivamente en la pantalla de una calculadora. La hoja de resultados, la propaganda de los fichajes y el exhibicionismo de la vitrina son algo así como la Santísima Trinidad.
"No hay vitrina, pero hay grandeza", se felicita Imanol Ibarrondo, exfutbolista profesional y director del instituto de coaching deportivo, Incoade. Se refiere Ibarrondo al escaparate del Athletic, que no ha dado la bienvenida a ningún trofeo en las últimas tres décadas. El doblete de la campaña 1983-84 -hoy se cumplen treinta años del último título, la Copa ante el Barcelona- es la última huella de un Athletic campeón. "Digamos que ha tenido una racha tonta larga, pero es más importante la personalidad del club, su identidad, que los trofeos", establece Enric González, periodista y escritor, autor de las deliciosas Historias del Calcio, un viaje literario a la idiosincrasia italiana a través de los raíles del fútbol. Espanyolista confeso, -"sé perfectamente lo que es estar mucho tiempo sin ganar un título", advierte con un punto de resignación- el escritor entiende que se mire con nostalgia al pasado de festejos, pero cree que "el Athletic es un club singular, contracultural, insólito" y esa naturaleza le otorga una personalidad "única" que no debe ser fagocitada ni por el oropel de los triunfos que hubo, ni por los cantos de sirena de supuestos paraísos que pueden conducir a "la vulgarización" bajo la coartada de que así se puede conquistar la gloria. "Nadie garantiza que puedas ganar aunque fiches sin restricciones. De hecho, bien mirado, la mayoría no gana. Lo raro es ganar, más si cabe en una liga como la española, con mamuts como el Barcelona o el Madrid". Lo del Atlético es la excepción que confirma la regla: "algo extraordinario", estima el escritor.
La tormenta perfecta
Las normas que regían el fútbol cuando el Athletic era campeón nada tienen que ver con las que gobiernan en estos días. En las últimas décadas, el viento del fútbol arreció con fuerza contra la singularidad "de jugar con futbolistas locales", apunta Enric González. La eliminación del derecho de retención, que servía como dique de contención para hacer frente a los mayores depredadores, la caída de los cupos de extranjeros, la libre circulación de futbolistas gracias a la Ley Bosman, el maná televisivo por hacerse con los derechos de retransmisión del fútbol sumada a la conversión de la mayoría de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas, dañaron la capacidad competitiva del club bilbaino. "De por sí el Athletic se autolimita a la hora de fichar y además lo que compra es más caro", dice el periodista. "De repente, había un montón de clubes que tenían muchísimo dinero entrando en caja y que gastaban como si no hubiera mañana en fichajes que en condiciones normales resultaban imposibles". En ese ecosistema, repleto de nuevos ricos, el club bilbaino perdió pie y se trastabilló. "Evidentemente era más complicado competir en una situación de ese tipo, del todo artificial", recalca Imanol Ibarrondo.
Además de la tozudez de la realidad, de los fríos datos, de la indudable alteración de un modelo, hasta erigir uno completamente irreconocible, a un viaje lunar del anterior, no se puede perder la vista sobre el fútbol, tan caprichoso como es. "Esto es fútbol, no hay que olvidarlo. Es un juego. La final que más cerca se estuvo de ganar fue contra el Atlético en Copa en la temporada 1984-85. Las otras dos finales de Copa las jugamos contra el mejor Barça de la historia, así que lo normal era perder. La de Bucarest también se perdió con el Atlético de El Cholo, que mira dónde está ahora", radiografía Imanol Ibarrondo, que pretende un club grande más que un equipo ganador, una entidad que devuelva todo lo que se le da. "La gente lo da todo de manera incondicional sin esperar nada a cambio. Pa mí tiene que ser un referente ético, un ejemplo de las cosas bien hechas y de las buenas prácticas. El Athletic tiene que hacer que nos sintamos orgullosos y para eso su misión es la de ser un club ejemplar".
En las últimas tres décadas, el Athletic ha estado presente en cuatro finales: tres de Copa y una de la Europa League. En ese tiempo también ha firmado un segundo puesto en Liga, el que le otorgó el billete para ir a la Champions League. En esas circunstancias se impone un pregunta: ¿Puede conseguir títulos? "No me parece inverosímil que el Athletic gane alguna Liga o sea capaz de encadenar algún título de Copa. Ha estado cerca", comenta Enric González, si bien el periodista cree que las posibilidades pasan porque los "dos monstruos (Barcelona y Real Madrid) fallen". El liderato del Atlético de Madrid, que encabeza el campeonato liguero y que disputará la final de la Champions contra el Real Madrid, sirve como marco para poder soñar con alcanzar el laurel en el futuro. "Pero cuando hablamos del Atlético, hablamos un club errático, que lo mismo gana la Liga y luego se puede ir a Segunda", dice Enric González.
Fortaleza y debilidad Aunque muy distinto al club madrileño en todas sus expresiones, el Athletic también flirteó con el descenso. El catártico bienio negro lo representa como ningún otro hito el duelo sin retorno frente al Levante en San Mamés. Una pesadilla que todavía sacude a la hinchada. Ese punzante recuerdo sigue aún muy pronunciado en la memoria colectiva de la afición, el bien más preciado del club. "Sin duda, la afición es la gran fortaleza del Athletic, que posee una parroquia muy fiel. Nadie discute el club. No hay ninguna duda, ni un atisbo de escepticismo sobre el Athletic", remarca Enric González. La inquebrantable fidelidad de la afición rojiblanca es el principal capital de la institución, pero los analistas defienden que debe existir una masa crítica "porque las virtudes del club contienen también sus riesgos. Cuando a uno todo lo que le ofrecen le parece bueno, corre el riesgo de acomodarse", advierte Enric González. El acomodamiento suele ser un billete de ida a la mediocridad, un destino incierto, más si cabe en el fútbol que castiga ejemplarmente las dudas y los malos proyectos. "El Athletic necesita tensión", entendida esta como exigencia, para dar lo mejor de sí mismo. "El Athletic tiene que jugar como un grande. Ir a por todas. Ser valiente. Y eso no siempre ha sido así. Luego se puede ganar, empatar o perder. De hecho, ceder a las excusas, agarrarse a las coartadas para no competir de verdad, como ha ocurrido durante varios periodos, resulta muy peligroso para el Athletic", disecciona Imanol Ibarrondo. "El mercado del Athletic es el que es. Una mala temporada o una tendencia negativa no se puede solucionar como en otros clubes, que lo mismo les da traer a un malayo o un ucraniano", recuerda Enric González, convencido de que las rivalidades futbolísticas son buenas como acicate de los clubes. "El Liverpool tiene al Everton, el United al City, pero el Athletic no tiene un rival próximo o ciudadano. La Real no lo es. Eso puede implicar una tendencia hacia el relajamiento peligrosa". Se trata, pues, de "ser capaces de competir con los mejores", resuelve Ibarrondo. Eso no debe "malinterpretarse con ser campeones y lograr títulos. Hablamos de planos distintos".
Más allá de los títulos
El objetivo del Athletic, establecen los analistas consultados por este periódico, no se encuentra tanto en la calculadora como en el estilo del relato que conduce al césped, donde el fondo y las formas tienen que ir de la mano. "Lo esencial no es ganar, si no existir, competir y saber quién eres", apuntala Enric González. "No soy del Athletic por los títulos. Si me interesara ganar me haría del Madrid o del Barcelona", enfatiza Imanol Ibarrondo, que opina que el club debe alejarse de la inmediatez y del ruido que establecen los resultados y buscar la grandeza a modo de bien supremo. Para Imanol Ibarrondo la grandeza nada tiene que ver con la acumulación de copas en la sala de trofeos. "Entiendo la grandeza como sentirte orgulloso de tu equipo por lo que es, por lo valores que transmite, no por lo que gana". Ser grande, la búsqueda de excelencia, es una misión, una idea que cree Ibarrondo tiene que regir el rumbo del club, se gane o se pierda. "En eso sí hay que intentar ser el mejor: para el club quiero nobleza, respeto al juego, ser valiente y salir a ganar siempre. Eso de dominar lo que se llama el otro fútbol, que en el fondo es ser tramposo, no va conmigo. No me identifico con eso, en absoluto. El deseo de ganar tiene que estar siempre presente, pero sin atajos".
La filosofía del club, más o menos matizada, "una anomalía extraordinaria", confiere al Athletic "al mismo tiempo" su fortaleza y su debilidad según Enric González. "La gracia del Athletic está en su forma de ser, aunque eso signifique que se autolimita y tenga más complicado competir con las grandes potencias del fútbol europeo", añade. Sin embargo, no hace tanto tiempo fue capaz de hacerlo con una cabalgada extraordinaria por la Europa League alcanzando cotas inimaginables. "Bielsa nos devolvió la ambición, la creencia de que se puede ser grande sin poner ni una sola excusa, sin trasladar la idea de que no se puede competir porque no tenemos las mismas armas que el resto. Eso es algo que debe prevalecer. El Athletic de Ernesto Valverde ha interiorizado ese mensaje. Ese es el camino", concede Imanol Ibarrondo. En ese camino el Athletic tiene que ser más grande que mil copas.
Luis Fernández: "Este Athletic estará a la altura en la Champions, como lo estuvimos nosotros"
Artículo publicado por Pako Ruiz en el diario Deia el 05/05/2014
Es recordado como el técnico que metió al Athletic por primera vez en Champions, sucedió en la temporada del Centenario, hace 16 años. Luis Fernández no olvida aquel éxito y destaca el mérito y la importancia de jugar la máxima competición
Se ha hecho un hueco en los estudios de radio. Su programa, Luis Ataque, en la emisora francesa RMC presume de éxito de audiencia, aunque ello no le impide seguir de cerca, "lo más cerca posible", la actualidad del Athletic, hacia el que profesa un "especial cariño". Luis Fernández (Tarifa, 2 de octubre de 1959) rememora el subcampeonato de Liga que consumó al frente del Athletic en la temporada 1997-98, lo que llevó al club bilbaino por primera vez la Champions. 16 años después la entidad rojiblanca regresará a la máxima competición europea y el de Tarifa, que dirigió a los leones durante cuatro cursos (1996-2000), pone el acento en que el equipo de Ernesto Valverde estará a la altura.
El Athletic ha consumado la clasificación a la Champions 16 años después de que lo consiguiera por primera vez con usted como técnico.
- Para el Athletic es algo muy bonito, porque es difícil lograrlo en una Liga donde hay tantas diferencias económicas, con clubes con presupuestos muy altos. Ahí están Madrid y Barça, pero por detrás hay varios equipos que pueden ser tercero o cuarto. El Athletic tiene el mérito de haber estado luchando ahí arriba durante casi toda la temporada y meterse en la Liga de Campeones.
¿Le ha sorprendido el Athletic de Valverde?
- Valverde ha cogido un equipo que tenía la continuidad de lo que hizo Bielsa durante dos años. Una plantilla que, salvo Rico, era la misma que tuvo Bielsa, con talento, fuerza, creatividad... Ha mantenido la filosofía que tenía con Bielsa, como cuando logró las dos finales. Ha sabido seguir con una línea de juego similar, lo que le ha permitido estar ahí arriba.
¿Encuentra alguna similitud con el Athletic del subcampeonato?
- Es un poco diferente, porque en la Liga del Centenario teníamos potencial para fichar y reforzar la plantilla. Había menos diferencias económicas. Se trataba de una Liga muy competitiva, estaban el Barça, el Madrid y un Valencia que aspiraba a ser alternativa. La similitud entre el Athletic que yo tenía y el de hoy radica en que los dos tiene el mérito de estar ahí. El Athletic jugó el año del Centenario con la filosofía de siempre, con ese espíritu Athletic. Son dos plantillas de mucha calidad.
Aquel Athletic alcanzó el subcampeonato tras un fabuloso tramo final. ¿Cuándo empezaron a creerse la conquista del segundo puesto era factible?
- Cuando llegamos a sumar, creo, cinco victorias seguidas al final de la primera vuelta. Nos hizo llegar arriba en la clasificación y entonces pensamos que el único objetivo tenía que ser jugar en Europa, como había hecho el año anterior, en la Liga de 22, cuando acabamos sextos. El equipo había mejorado en su nivel y cuando cogimos posiciones altas el equipo empezó a creérselo, a no renunciar a nada. En mi primer año ya hicimos una buena Liga y en el segundo teníamos una plantilla más competitiva. Empezamos a estar entre el sexto y el tercero, y yo ya creía en poder conseguir la segunda plaza.
En aquel partido ante el Zaragoza, ¿llegaron a temer que no todo se fuera al garete, que les pudiera la presión?
- Era la noche que sueña cualquier jugador y entrenador. Fue un partido bonito, con todo el mundo entregado antes y durante el partido. Fue una noche que marca los momentos grandes del fútbol. Teníamos enfrente a un Zaragoza que venía con mucha determinación, pero llegó el gol de Joseba Etxeberria y sabíamos que no se nos iba a escapar la victoria.
Y también se recuerda la forma en que lo celebró Luis Fernández
- Era mi forma de ser, además de estar muy indentificado con el club, con la afición, con los jugadores. Todo estaba condicionado a trabajar a gusto, para mí el Athletic podía hacer cosas muy grandes. Creo que en cuatro años conseguí buenas cosas.
¿Le llamó la atención que se celebrara como un título?
- Cuando acabas segundo en una Liga como esta, lo celebras como si la hubieras ganado. Meterse en la Liga de Campeones supuso llevar al Athletic entre los mejores equipos de Europa y se merecía celebrarlo así, porque no era nada fácil conseguirlo.
Se lo digo porque fueron decenas de miles de personas las que se echaron a la calle en ese sábado tan intenso tras la victoria sobre el Zaragoza.
- Fue algo muy importante para el Athletic después de los títulos. En Bilbao se conocía la antigua Copa de Europa, que solo jugaban los campeones de Liga, pero entrar en la Champions se trataba de una recompensa por hacer bien las cosas.
¿Qué le supuso como entrenador conseguir el subcampeonato con un club único como el Athletic?
- Fue un gran momento personal. Yo estaba contento, muy querido en un club con la peculiar filosofía del Athletic, con su manera de trabajar, con esta afición, con los jugadores, con José María Arrate, que fue un presidente extraordinario. Me sentía muy orgulloso de haber conseguido ese segundo puesto. Tuve la posibilidad de seguir en Bilbao, lo que hice porque tanto yo como mi familia estábamos muy contentos de entrenar al Athletic, de jugar en San Mamés... Fue uno de mis momentos más felices como entrenador.
¿No le quedó la espinita de haber hecho más en Copa, la competición más creíble para conseguir títulos?
- En ese momento creo que hice una buena lectura, pese a que oía comentarios en contra. Siempre dije que el Athletic era un equipo que debía luchar por estar arriba en la clasificación. Para que fuera así, no podía competir al mismo nivel en todas las competiciones. O la Liga, o la Copa. Era más bonito demostrar al fútbol que el Athletic podía luchar con el Barça o el Madrid. En ese momento, creo que tomé la mejor decisión, porque para mí era importante estar lo más arriba posible y con una afición como la del Athletic se podía luchar por el título, por los primeros puestos. Era una Liga más abierta, pero donde tenías que estar perfecto durante las 38 jornadas. Sé que la Copa tiene un gran valor y quizá sí me quedé con esa sensación de no haber hecho más en la Copa en mis cuatro años.
Llegó la eliminatoria previa ante el Dinamo Tbilisi. ¿Detectó mucha presión?
- Igual, sí. Tuvimos un partido complicado en Tbilisi. Hubo cosas muy raras. No nos habían mandado la información del equipo contrario, un campo muy extraño... Lo pasamos mal, pero sabíamos que teníamos que luchar. Empezamos pronto a trabajar, hicimos una pretemporada más intensa y quizá nos afectó.
En la fase de grupos les penalizó las derrotas en Turquía y Noruega. ¿Pecó el equipo de inexperiencia? ¿Les pudo la competición?
- Contra la Juventus no perdimos ninguno de los dos partidos, teniendo en cuenta que era la Juve de Zidane, Deschamps, Del Piero... El Galatasaray nos ganó allí al final, aquí le ganamos. Tengo el recuerdo de que jugamos buenos partidos. Estuvimos a la altura de la competición y creo que no pasamos por matices, por falta de pegada y no saber rematar algún partido. El equipo supo jugar, mostró calidad y creo que el Athletic mostró su filosofía en la Champions.
¿Quedó la sensación de que se podía haber llegado más lejos?
- Sí, sí, sí. Estuvimos muy cerca de pasar. En Turín íbamos ganando y nos empataron en una jugada de mala fortuna, en Estambul... Fueron detalles que jugaron en contra nuestra. El equipo estuvo a la altura.
¿Hasta dónde puede llegar este Athletic?
- Será cuestión de que sepa jugar con esos matices. La Liga de Campeones ofrece máxima exigencia, pero creo que estará a la altura como lo estuvimos nosotros.
Una plantilla en la que tuvo a Urrutia, el actual presidente, Larrazabal, Guerrero, Ziganda, Joseba Etxeberria... Contó también con una brillante generación.
- Me tocó una generación de jugadores que tenían el amor de jugar en el Athletic, estaban muy identificados con el club, entregados en el trabajo y claro que me ayudaron mucho. No solo los que dices, sino también Rafa Alkorta, Patxi Ferreira, Alkiza... Se echaban la responsabilidad a la espalda, todos aportaban.
¿Con qué jugador o jugadores se queda de este Athletic?
- Con Iturraspe. Me parece un jugador fantástico, que ha hecho una gran temporada. También con Aymeric Laporte, que lo ha hecho muy bien. Están además Muniain, Ander Herrera, que tiene mucha inteligencia en el campo, Susaeta... Es un equipo con mucha calidad.
Ya que ha mencionado a Laporte. ¿Le ve fuera del Athletic a tenor de las noticias que surgen?
- Para que pueda ir a un equipo más grande, tiene que continuar en el Athletic. Tiene que madurar, tiene que progresar aún más. Tiene que esperar, además de que él está a gusto en el Athletic. He hablado con él y así me lo ha dicho.
Cuente, cuente...
- Está contento con el club, con la filosofía del Athletic, con la afición. Está a gusto con todo y puedo decir que está muy bien en el Athletic.
Eso lo decían también Llorente o Javi Martínez, y decidieron dejar el Athletic. O sea, la gente está con la mosca detrás de la oreja.
- Depende de cómo lo gestionen los jugadores. Cada uno tiene su propia versión, cada uno cree lo que quiera. Primero hay que defender la filosofía del Athletic. Seguro que todos han tenido la culpa, incluso el presidente, como pudo ser en el caso de Llorente. Dejar el Athletic es difícil, y yo así lo puedo decir.
¿Ha tenido la oportunidad de ver el nuevo San Mamés?
- No, porque no me han invitado, no sé por qué. Espero que se acuerden de mí.
Por cierto, Bielsa recala en el fútbol francés.
- Lo han confirmado. Es una buena noticia para el Olympique de Marsella y para la Liga francesa.
¿Qué es de Luis Fernández? ¿Para cuándo su regreso a los banquillos?
- Es algo que sí echo de menos. Lo de la radio me va bien, Tengo un programa (Luis Ataque) en RMC, de cuatro a seis de la tarde, con buena respuesta de audiencia y comento los partidos de la Liga francesa y de Europa en el canal de televisión Bein Sport. No me puedo quejar.
Es recordado como el técnico que metió al Athletic por primera vez en Champions, sucedió en la temporada del Centenario, hace 16 años. Luis Fernández no olvida aquel éxito y destaca el mérito y la importancia de jugar la máxima competición
Se ha hecho un hueco en los estudios de radio. Su programa, Luis Ataque, en la emisora francesa RMC presume de éxito de audiencia, aunque ello no le impide seguir de cerca, "lo más cerca posible", la actualidad del Athletic, hacia el que profesa un "especial cariño". Luis Fernández (Tarifa, 2 de octubre de 1959) rememora el subcampeonato de Liga que consumó al frente del Athletic en la temporada 1997-98, lo que llevó al club bilbaino por primera vez la Champions. 16 años después la entidad rojiblanca regresará a la máxima competición europea y el de Tarifa, que dirigió a los leones durante cuatro cursos (1996-2000), pone el acento en que el equipo de Ernesto Valverde estará a la altura.
El Athletic ha consumado la clasificación a la Champions 16 años después de que lo consiguiera por primera vez con usted como técnico.
- Para el Athletic es algo muy bonito, porque es difícil lograrlo en una Liga donde hay tantas diferencias económicas, con clubes con presupuestos muy altos. Ahí están Madrid y Barça, pero por detrás hay varios equipos que pueden ser tercero o cuarto. El Athletic tiene el mérito de haber estado luchando ahí arriba durante casi toda la temporada y meterse en la Liga de Campeones.
¿Le ha sorprendido el Athletic de Valverde?
- Valverde ha cogido un equipo que tenía la continuidad de lo que hizo Bielsa durante dos años. Una plantilla que, salvo Rico, era la misma que tuvo Bielsa, con talento, fuerza, creatividad... Ha mantenido la filosofía que tenía con Bielsa, como cuando logró las dos finales. Ha sabido seguir con una línea de juego similar, lo que le ha permitido estar ahí arriba.
¿Encuentra alguna similitud con el Athletic del subcampeonato?
- Es un poco diferente, porque en la Liga del Centenario teníamos potencial para fichar y reforzar la plantilla. Había menos diferencias económicas. Se trataba de una Liga muy competitiva, estaban el Barça, el Madrid y un Valencia que aspiraba a ser alternativa. La similitud entre el Athletic que yo tenía y el de hoy radica en que los dos tiene el mérito de estar ahí. El Athletic jugó el año del Centenario con la filosofía de siempre, con ese espíritu Athletic. Son dos plantillas de mucha calidad.
Aquel Athletic alcanzó el subcampeonato tras un fabuloso tramo final. ¿Cuándo empezaron a creerse la conquista del segundo puesto era factible?
- Cuando llegamos a sumar, creo, cinco victorias seguidas al final de la primera vuelta. Nos hizo llegar arriba en la clasificación y entonces pensamos que el único objetivo tenía que ser jugar en Europa, como había hecho el año anterior, en la Liga de 22, cuando acabamos sextos. El equipo había mejorado en su nivel y cuando cogimos posiciones altas el equipo empezó a creérselo, a no renunciar a nada. En mi primer año ya hicimos una buena Liga y en el segundo teníamos una plantilla más competitiva. Empezamos a estar entre el sexto y el tercero, y yo ya creía en poder conseguir la segunda plaza.
En aquel partido ante el Zaragoza, ¿llegaron a temer que no todo se fuera al garete, que les pudiera la presión?
- Era la noche que sueña cualquier jugador y entrenador. Fue un partido bonito, con todo el mundo entregado antes y durante el partido. Fue una noche que marca los momentos grandes del fútbol. Teníamos enfrente a un Zaragoza que venía con mucha determinación, pero llegó el gol de Joseba Etxeberria y sabíamos que no se nos iba a escapar la victoria.
Y también se recuerda la forma en que lo celebró Luis Fernández
- Era mi forma de ser, además de estar muy indentificado con el club, con la afición, con los jugadores. Todo estaba condicionado a trabajar a gusto, para mí el Athletic podía hacer cosas muy grandes. Creo que en cuatro años conseguí buenas cosas.
¿Le llamó la atención que se celebrara como un título?
- Cuando acabas segundo en una Liga como esta, lo celebras como si la hubieras ganado. Meterse en la Liga de Campeones supuso llevar al Athletic entre los mejores equipos de Europa y se merecía celebrarlo así, porque no era nada fácil conseguirlo.
Se lo digo porque fueron decenas de miles de personas las que se echaron a la calle en ese sábado tan intenso tras la victoria sobre el Zaragoza.
- Fue algo muy importante para el Athletic después de los títulos. En Bilbao se conocía la antigua Copa de Europa, que solo jugaban los campeones de Liga, pero entrar en la Champions se trataba de una recompensa por hacer bien las cosas.
¿Qué le supuso como entrenador conseguir el subcampeonato con un club único como el Athletic?
- Fue un gran momento personal. Yo estaba contento, muy querido en un club con la peculiar filosofía del Athletic, con su manera de trabajar, con esta afición, con los jugadores, con José María Arrate, que fue un presidente extraordinario. Me sentía muy orgulloso de haber conseguido ese segundo puesto. Tuve la posibilidad de seguir en Bilbao, lo que hice porque tanto yo como mi familia estábamos muy contentos de entrenar al Athletic, de jugar en San Mamés... Fue uno de mis momentos más felices como entrenador.
¿No le quedó la espinita de haber hecho más en Copa, la competición más creíble para conseguir títulos?
- En ese momento creo que hice una buena lectura, pese a que oía comentarios en contra. Siempre dije que el Athletic era un equipo que debía luchar por estar arriba en la clasificación. Para que fuera así, no podía competir al mismo nivel en todas las competiciones. O la Liga, o la Copa. Era más bonito demostrar al fútbol que el Athletic podía luchar con el Barça o el Madrid. En ese momento, creo que tomé la mejor decisión, porque para mí era importante estar lo más arriba posible y con una afición como la del Athletic se podía luchar por el título, por los primeros puestos. Era una Liga más abierta, pero donde tenías que estar perfecto durante las 38 jornadas. Sé que la Copa tiene un gran valor y quizá sí me quedé con esa sensación de no haber hecho más en la Copa en mis cuatro años.
Llegó la eliminatoria previa ante el Dinamo Tbilisi. ¿Detectó mucha presión?
- Igual, sí. Tuvimos un partido complicado en Tbilisi. Hubo cosas muy raras. No nos habían mandado la información del equipo contrario, un campo muy extraño... Lo pasamos mal, pero sabíamos que teníamos que luchar. Empezamos pronto a trabajar, hicimos una pretemporada más intensa y quizá nos afectó.
En la fase de grupos les penalizó las derrotas en Turquía y Noruega. ¿Pecó el equipo de inexperiencia? ¿Les pudo la competición?
- Contra la Juventus no perdimos ninguno de los dos partidos, teniendo en cuenta que era la Juve de Zidane, Deschamps, Del Piero... El Galatasaray nos ganó allí al final, aquí le ganamos. Tengo el recuerdo de que jugamos buenos partidos. Estuvimos a la altura de la competición y creo que no pasamos por matices, por falta de pegada y no saber rematar algún partido. El equipo supo jugar, mostró calidad y creo que el Athletic mostró su filosofía en la Champions.
¿Quedó la sensación de que se podía haber llegado más lejos?
- Sí, sí, sí. Estuvimos muy cerca de pasar. En Turín íbamos ganando y nos empataron en una jugada de mala fortuna, en Estambul... Fueron detalles que jugaron en contra nuestra. El equipo estuvo a la altura.
¿Hasta dónde puede llegar este Athletic?
- Será cuestión de que sepa jugar con esos matices. La Liga de Campeones ofrece máxima exigencia, pero creo que estará a la altura como lo estuvimos nosotros.
Una plantilla en la que tuvo a Urrutia, el actual presidente, Larrazabal, Guerrero, Ziganda, Joseba Etxeberria... Contó también con una brillante generación.
- Me tocó una generación de jugadores que tenían el amor de jugar en el Athletic, estaban muy identificados con el club, entregados en el trabajo y claro que me ayudaron mucho. No solo los que dices, sino también Rafa Alkorta, Patxi Ferreira, Alkiza... Se echaban la responsabilidad a la espalda, todos aportaban.
¿Con qué jugador o jugadores se queda de este Athletic?
- Con Iturraspe. Me parece un jugador fantástico, que ha hecho una gran temporada. También con Aymeric Laporte, que lo ha hecho muy bien. Están además Muniain, Ander Herrera, que tiene mucha inteligencia en el campo, Susaeta... Es un equipo con mucha calidad.
Ya que ha mencionado a Laporte. ¿Le ve fuera del Athletic a tenor de las noticias que surgen?
- Para que pueda ir a un equipo más grande, tiene que continuar en el Athletic. Tiene que madurar, tiene que progresar aún más. Tiene que esperar, además de que él está a gusto en el Athletic. He hablado con él y así me lo ha dicho.
Cuente, cuente...
- Está contento con el club, con la filosofía del Athletic, con la afición. Está a gusto con todo y puedo decir que está muy bien en el Athletic.
Eso lo decían también Llorente o Javi Martínez, y decidieron dejar el Athletic. O sea, la gente está con la mosca detrás de la oreja.
- Depende de cómo lo gestionen los jugadores. Cada uno tiene su propia versión, cada uno cree lo que quiera. Primero hay que defender la filosofía del Athletic. Seguro que todos han tenido la culpa, incluso el presidente, como pudo ser en el caso de Llorente. Dejar el Athletic es difícil, y yo así lo puedo decir.
¿Ha tenido la oportunidad de ver el nuevo San Mamés?
- No, porque no me han invitado, no sé por qué. Espero que se acuerden de mí.
Por cierto, Bielsa recala en el fútbol francés.
- Lo han confirmado. Es una buena noticia para el Olympique de Marsella y para la Liga francesa.
¿Qué es de Luis Fernández? ¿Para cuándo su regreso a los banquillos?
- Es algo que sí echo de menos. Lo de la radio me va bien, Tengo un programa (Luis Ataque) en RMC, de cuatro a seis de la tarde, con buena respuesta de audiencia y comento los partidos de la Liga francesa y de Europa en el canal de televisión Bein Sport. No me puedo quejar.
domingo, 4 de mayo de 2014
Javier Clemente: "Esa generación de jugadores hoy sería otra vez campeona"
Artículo publicado por Aner Gondra en el diario Deia el 04/05/2014
Motivador, psicólogo, arriesgado... Son los adjetivos utilizados para describir al técnico del último Athletic campeón. Clemente, desde Libia, recuerda a su equipo
El seleccionador de Libia tiene la cabeza puesta en las rondas previas de clasificación para la Copa de África, pero el trigésimo aniversario del último título del Athletic le obliga a hacer un ejercicio de memoria para recordar la semana mágica en la que sendas victorias ante Real Sociedad y Barcelona botaron al agua la gabarra.
¿Cómo consiguió centrar al equipo antes del partido decisivo de la Liga ante la Real Sociedad?
- Siendo en casa teníamos mucha confianza, pero sabíamos que las prisas y los nervios nos podían agarrotar. Ganar a la Real nunca ha sido fácil y estando nerviosos era más difícil todavía. Al final, los deseos y la necesidad de ser campeones en San Mamés es lo que a los jugadores les dio la victoria.
¿Había visto alguna vez San Mamés con un ambiente así?
- Yo debuté en 1968 y la verdad es que en alguna eliminatoria de Copa de las que jugué estaba el campo a rebosar. Lo que no se ha conocido nunca es lo vivido en toda Bizkaia por las dos Ligas ganadas y sobre todo en el año del doblete. Han pasado los años y no se ha vuelto a ganar, esa es la pena.
¿Para el vestuario fue más valiosa esa Liga que la del año anterior?
- No. Lo que pasa es que la primera fue muy difícil, muy dura. Pero la segunda es la que demostró la categoría del equipo del año anterior. Algunos dijeron que el primer año habíamos ganado la Liga por casualidad. El equipo ganó la Liga y la Copa para demostrar que verdaderamente ese equipo fue el mejor de esos años, mucho mejor que Real Madrid y Barcelona.
Manolo Delgado, Gorostidi, Biritxi... ¿Qué destaca de aquel equipo técnico y de asistentes?
- Mi forma de llevar el club era muy de grupo, muy de repartir trabajos, compañerismo y unión. El Athletic sin unión no tenía nada que hacer. Yo me marché del Athletic precisamente porque pretendieron romper esa unión, sobre todo El Correo. Quisieron dinamitar lo que era la convivencia del Athletic a través de Manolo Sarabia. Se aprovecharon de eso y ahí es donde acabaron con aquel equipo campeón.
¿Cómo planteó la final de Copa una semana después?
- No nos veíamos favoritos. Ese partido era para nosotros una revancha a un partido. Le presentamos mucha batalla al Barcelona de Maradona y Schuster. Aquel día estuvimos físicamente más fuertes que ellos y por eso ganamos, no porque demostráramos que jugábamos más que ellos. No, al contrario. Una final había que ganarla por espíritu y por fortaleza. Y nosotros la ganamos con fortaleza.
Les iban a mirar con lupa por el episodio de Goikoetxea y Maradona.
- Yo creo que no había que darle mucha importancia a aquello. El Barcelona después de la final, sobre todo Maradona, no asimiló la derrota. No había ganado cuando vino al Barcelona y en ese sentido creo que perder la final le resultó frustrante. Fue un cuarto de hora de picada que no hay que darle importancia porque las relaciones entre el Barcelona y el Athletic, Catalunya y Euskadi, siempre habían sido estupendas.
¿Con qué momento se queda de aquella noche en el Bernabéu?
- Yo me quedo con el momento en el que los jugadores disfrutan de su triunfo. La imagen más bonita que guardo es cuando veo a los jugadores que han currelado y están celebrando un éxito. Es algo que he vuelto a sentir en Sudáfrica, cómo tu equipo, que se ha sacrificado, celebra y disfruta un éxito en el que tú has colaborado.
¿Pensaba que aquello podía prolongarse en el tiempo?
- Yo lo que creo es que cuando las cosas van muy bien, alguno se encarga de que no vaya bien. En el Athletic intervienen temas políticos, entre comillas, y esos cinco años de éxitos rotundos no eran algo bien llevado.
¿Cómo era su Athletic?
- Era muy bueno, de mucha calidad. No se puede ser campeón, ni ganar tantísimos partidos si no se tiene calidad. Era un equipo muy unido. El trabajo estaba muy asumido y no era un equipo de once, era una plantilla de 22. Y tercero, los jóvenes tenían mucha importancia dentro del equipo. Los veteranos asumían y ayudaban muchísimo a los jóvenes.
¿Sigue siendo el mismo técnico?
- Soy más viejo y he vivido más acontecimientos futbolísticos. Han pasado treinta años y creo que tengo muchos más conocimientos que antes. Las cosas poco a poco van cambiando, pero el concepto de juego de equipo que tengo es el mismo. Tengo muy claro que el equipo es el fundamento del juego. Sé cómo tiene que trabajar el equipo durante el año para conseguir una serie de logros. Lo que pasa es que eso se está perdiendo. El fútbol ha evolucionado mucho, los jugadores están evolucionando, las directivas han cambiado... El Athletic ya no tiene el ambiente jugadores-pueblo que había antaño. Se ha roto por muchos lados y el Athletic tiene que volver a buscar la piedra que le convirtió en el equipo más fuerte de España. Eso lo hemos ido perdiendo por presidentes que han hecho cosas que no se debían y la unión jugador-equipo-directiva ya no existe. Hay que ir reciclando otra vez ese ambiente de Athletic unido con Bizkaia porque si no, tendremos altibajos, con años buenos y años malos, y eso es muy peligroso para el Athletic.
Con todo ese cambio del fútbol, ¿qué sería hoy en día de su Athletic?
- Esa generación hoy en día sería otra vez campeona.
¿Lo cree de verdad?
- ¡Yo sí! Yo creo en aquella generación porque era muy buena. Había nueve jugadores internacionales. El Athletic no ha vuelto a tener nueve jugadores internacionales nunca. Eso lo hicimos en Lezama. Hubo jugadores de fuera que fueron muy importantes para el Athletic, pero la base fundamental del equipo era Bizkaia. Eso es lo que no tenía que haberse perdido y lo dejaron morir. Yo espero que el Athletic vuelva a sus orígenes y a su cauce, aun reconociendo, lógicamente, que los tiempos han cambiado. Se puede volver a los orígenes de siempre, pero amoldándote y actualizándote en los tiempos actuales. Porque en Lezama se está trabajando de una forma, no ridícula, pero sí de una forma muy equivocada para lo que es el fútbol del Athletic desde mi punto de vista.
¿Qué es lo que más le emocionó del día de la gabarra?
- Yo me senté en la parte de atrás de la gabarra y estuve viendo el jolgorio que llevaban los jugadores celebrando el triunfo que habían conseguido.
¿Confía en ver de nuevo la gabarra?
- Confío en que el Athletic vuelva por sus fueros. Pero llevamos muchos años que eso no es así. Nunca pierdo la ilusión de que el Athletic vuelva por sus fueros, indudablemente.
¿En todo lo que ha vivido en el fútbol hay algo comparable a ser campeón con el Athletic?
- Vives momentos muy bonitos en muchos sitios. Del Athletic salí después de cinco años y me fui al Espanyol, donde viví un Espanyol también impresionante con la final de la UEFA y fuimos terceros en la Liga. Luego en la selección también fue algo impresionante. En el Atlético de Madrid fuimos segundos. También he ido a clubes que hemos estado en la cola y hemos descendido. He vivido de todo. Yo ya estoy acabando y, en general, he tenido muchos más momentos buenos que malos, más victorias que derrotas. Por tanto, he disfrutado muchísimo con el fútbol y espero seguir disfrutando. Incluso espero seguir disfrutando en el Athletic. Esa es mi idea y mi ilusión.
¿No renuncia a volver al Athletic?
- Yo creo que voy a volver al Athletic, lo que no sé es cuándo. Sí sé que no va a ser de entrenador. Yo ya soy un entrenador veterano y ahora está Ernesto que es más joven y lo está haciendo muy bien. Por lo tanto yo no me veo ahora, con 64 años, como entrenador. Pero sí espero que el Athletic retome el Athletic histórico, que es el fútbol vizcaino. Es algo que se ha perdido desde hace muchos años porque hemos hecho las cosas muy mal.
Motivador, psicólogo, arriesgado... Son los adjetivos utilizados para describir al técnico del último Athletic campeón. Clemente, desde Libia, recuerda a su equipo
El seleccionador de Libia tiene la cabeza puesta en las rondas previas de clasificación para la Copa de África, pero el trigésimo aniversario del último título del Athletic le obliga a hacer un ejercicio de memoria para recordar la semana mágica en la que sendas victorias ante Real Sociedad y Barcelona botaron al agua la gabarra.
¿Cómo consiguió centrar al equipo antes del partido decisivo de la Liga ante la Real Sociedad?
- Siendo en casa teníamos mucha confianza, pero sabíamos que las prisas y los nervios nos podían agarrotar. Ganar a la Real nunca ha sido fácil y estando nerviosos era más difícil todavía. Al final, los deseos y la necesidad de ser campeones en San Mamés es lo que a los jugadores les dio la victoria.
¿Había visto alguna vez San Mamés con un ambiente así?
- Yo debuté en 1968 y la verdad es que en alguna eliminatoria de Copa de las que jugué estaba el campo a rebosar. Lo que no se ha conocido nunca es lo vivido en toda Bizkaia por las dos Ligas ganadas y sobre todo en el año del doblete. Han pasado los años y no se ha vuelto a ganar, esa es la pena.
¿Para el vestuario fue más valiosa esa Liga que la del año anterior?
- No. Lo que pasa es que la primera fue muy difícil, muy dura. Pero la segunda es la que demostró la categoría del equipo del año anterior. Algunos dijeron que el primer año habíamos ganado la Liga por casualidad. El equipo ganó la Liga y la Copa para demostrar que verdaderamente ese equipo fue el mejor de esos años, mucho mejor que Real Madrid y Barcelona.
Manolo Delgado, Gorostidi, Biritxi... ¿Qué destaca de aquel equipo técnico y de asistentes?
- Mi forma de llevar el club era muy de grupo, muy de repartir trabajos, compañerismo y unión. El Athletic sin unión no tenía nada que hacer. Yo me marché del Athletic precisamente porque pretendieron romper esa unión, sobre todo El Correo. Quisieron dinamitar lo que era la convivencia del Athletic a través de Manolo Sarabia. Se aprovecharon de eso y ahí es donde acabaron con aquel equipo campeón.
¿Cómo planteó la final de Copa una semana después?
- No nos veíamos favoritos. Ese partido era para nosotros una revancha a un partido. Le presentamos mucha batalla al Barcelona de Maradona y Schuster. Aquel día estuvimos físicamente más fuertes que ellos y por eso ganamos, no porque demostráramos que jugábamos más que ellos. No, al contrario. Una final había que ganarla por espíritu y por fortaleza. Y nosotros la ganamos con fortaleza.
Les iban a mirar con lupa por el episodio de Goikoetxea y Maradona.
- Yo creo que no había que darle mucha importancia a aquello. El Barcelona después de la final, sobre todo Maradona, no asimiló la derrota. No había ganado cuando vino al Barcelona y en ese sentido creo que perder la final le resultó frustrante. Fue un cuarto de hora de picada que no hay que darle importancia porque las relaciones entre el Barcelona y el Athletic, Catalunya y Euskadi, siempre habían sido estupendas.
¿Con qué momento se queda de aquella noche en el Bernabéu?
- Yo me quedo con el momento en el que los jugadores disfrutan de su triunfo. La imagen más bonita que guardo es cuando veo a los jugadores que han currelado y están celebrando un éxito. Es algo que he vuelto a sentir en Sudáfrica, cómo tu equipo, que se ha sacrificado, celebra y disfruta un éxito en el que tú has colaborado.
¿Pensaba que aquello podía prolongarse en el tiempo?
- Yo lo que creo es que cuando las cosas van muy bien, alguno se encarga de que no vaya bien. En el Athletic intervienen temas políticos, entre comillas, y esos cinco años de éxitos rotundos no eran algo bien llevado.
¿Cómo era su Athletic?
- Era muy bueno, de mucha calidad. No se puede ser campeón, ni ganar tantísimos partidos si no se tiene calidad. Era un equipo muy unido. El trabajo estaba muy asumido y no era un equipo de once, era una plantilla de 22. Y tercero, los jóvenes tenían mucha importancia dentro del equipo. Los veteranos asumían y ayudaban muchísimo a los jóvenes.
¿Sigue siendo el mismo técnico?
- Soy más viejo y he vivido más acontecimientos futbolísticos. Han pasado treinta años y creo que tengo muchos más conocimientos que antes. Las cosas poco a poco van cambiando, pero el concepto de juego de equipo que tengo es el mismo. Tengo muy claro que el equipo es el fundamento del juego. Sé cómo tiene que trabajar el equipo durante el año para conseguir una serie de logros. Lo que pasa es que eso se está perdiendo. El fútbol ha evolucionado mucho, los jugadores están evolucionando, las directivas han cambiado... El Athletic ya no tiene el ambiente jugadores-pueblo que había antaño. Se ha roto por muchos lados y el Athletic tiene que volver a buscar la piedra que le convirtió en el equipo más fuerte de España. Eso lo hemos ido perdiendo por presidentes que han hecho cosas que no se debían y la unión jugador-equipo-directiva ya no existe. Hay que ir reciclando otra vez ese ambiente de Athletic unido con Bizkaia porque si no, tendremos altibajos, con años buenos y años malos, y eso es muy peligroso para el Athletic.
Con todo ese cambio del fútbol, ¿qué sería hoy en día de su Athletic?
- Esa generación hoy en día sería otra vez campeona.
¿Lo cree de verdad?
- ¡Yo sí! Yo creo en aquella generación porque era muy buena. Había nueve jugadores internacionales. El Athletic no ha vuelto a tener nueve jugadores internacionales nunca. Eso lo hicimos en Lezama. Hubo jugadores de fuera que fueron muy importantes para el Athletic, pero la base fundamental del equipo era Bizkaia. Eso es lo que no tenía que haberse perdido y lo dejaron morir. Yo espero que el Athletic vuelva a sus orígenes y a su cauce, aun reconociendo, lógicamente, que los tiempos han cambiado. Se puede volver a los orígenes de siempre, pero amoldándote y actualizándote en los tiempos actuales. Porque en Lezama se está trabajando de una forma, no ridícula, pero sí de una forma muy equivocada para lo que es el fútbol del Athletic desde mi punto de vista.
¿Qué es lo que más le emocionó del día de la gabarra?
- Yo me senté en la parte de atrás de la gabarra y estuve viendo el jolgorio que llevaban los jugadores celebrando el triunfo que habían conseguido.
¿Confía en ver de nuevo la gabarra?
- Confío en que el Athletic vuelva por sus fueros. Pero llevamos muchos años que eso no es así. Nunca pierdo la ilusión de que el Athletic vuelva por sus fueros, indudablemente.
¿En todo lo que ha vivido en el fútbol hay algo comparable a ser campeón con el Athletic?
- Vives momentos muy bonitos en muchos sitios. Del Athletic salí después de cinco años y me fui al Espanyol, donde viví un Espanyol también impresionante con la final de la UEFA y fuimos terceros en la Liga. Luego en la selección también fue algo impresionante. En el Atlético de Madrid fuimos segundos. También he ido a clubes que hemos estado en la cola y hemos descendido. He vivido de todo. Yo ya estoy acabando y, en general, he tenido muchos más momentos buenos que malos, más victorias que derrotas. Por tanto, he disfrutado muchísimo con el fútbol y espero seguir disfrutando. Incluso espero seguir disfrutando en el Athletic. Esa es mi idea y mi ilusión.
¿No renuncia a volver al Athletic?
- Yo creo que voy a volver al Athletic, lo que no sé es cuándo. Sí sé que no va a ser de entrenador. Yo ya soy un entrenador veterano y ahora está Ernesto que es más joven y lo está haciendo muy bien. Por lo tanto yo no me veo ahora, con 64 años, como entrenador. Pero sí espero que el Athletic retome el Athletic histórico, que es el fútbol vizcaino. Es algo que se ha perdido desde hace muchos años porque hemos hecho las cosas muy mal.
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