Artículo publicado por Alfredo Relaño en el diario As el 30/05/2019
La leyenda del Athletic, ganador de siete títulos del Generalísimo, se dedicó al fútbol para hacer un favor a su hermano.
Cuentan que en 1958, cuando Franco le entregó la Copa, le dijo: “¡Hombre, Gainza…! ¿Otra vez usted por aquí?”; y que el vizcaíno le contestó: “A usted y a mí no hay quien nos eche”. La anécdota quizá sea apócrifa, o adornada, pero es verosímil. Eran años en los que se decía que la Copa era una competición cuya final jugaban el Atlético de Bilbao y otro, y que generalmente la ganaba el Atlético. Entonces no se llamaba Athletic. El Régimen proscribió los nombres extranjeros en favor de la "lengua del imperio".
Ahora cabría decir lo mismo del Barça, tan insistente jugador de finales que Messi, Busquets y Piqué han llegado a amenazar con igualar el singular récord de Gainza, Agustín Gainza Vicandi en el Registro Civil, Piru Gainza en el fútbol. Siete veces ganó la Copa aquel fenómeno.
Fue una carrera larga y casual. Natural de Basauri (Bizkaia), no le gustaba el fútbol, al revés que a su hermano mayor, Miguel, que tiraba de él. Le daba pereza y si acaso aceptaba ponerse de portero, de ahí que empezaran a llamarle "Piru", mote de un portero célebre de la comarca. El joven Agustín era un fenómeno en tirar la peonza y en cazar pájaros con el tirachinas, y agradecía esa popularidad, pero no le gustaba que le alabaran sus condiciones para el fútbol.
Al hermano le llevaban los demonios porque le veía tan ágil y despierto que presentía en él un gran futbolista. A rastras consiguió meterle en un torneo que organizó en 1937 el aún Athletic de Bilbao para buscar jugadores por toda Bizkaia. El equipo de antes de la Guerra estaba disuelto, con la mayoría en México o Argentina, después de la famosa gira de la selección vasca. Al torneo, para chicos de 15 a 19 años, se apuntaron 39 equipos que se fueron eliminando hasta quedar cinco, con los que el club hizo una liga. Acabado el torneo, seleccionaron a los dos Gainza, pero Piru dijo que no quería fichar. Empezó a trabajar de laminador en la Basconia, una tarea dura. Acababa baldado.
En esas, a Miguel le llegó la mili y le destinaron a Valencia. El club ofreció a la familia utilizar sus influencias para traerle a hacer la mili a Bizkaia… si Agustín fichaba. Y este por fin cedió para hacerle el favor a su hermano. Y así fue como tuvimos un fabuloso futbolista, que enlazó a Gorostiza (del que fue suplente hasta que se marchó al Valencia) con Gento. Las tres gés del fútbol español, se decía en los sesenta, tres glorias de nuestro fútbol que ocuparon el puesto del loco. Se decía que porteros y extremos izquierdos tenían que ser locos.
Jugaba de extremo, con desborde y centro (a Zarra), o en diagonal y chupinazo. Zurdísimo, de regate corto endiablado y salida muy veloz. Ojos pequeños, mirada de inteligencia, pelo creciendo hacia arriba y hacia atrás, nariz chata, tenía verdaderamente cara de león. De pequeño, cuando oí hablar de "los leones de San Mamés", pensé que era por Gainza.
Ganó las finales de 1943, 1944, 1945, 1950, 1955, 1956 y 1958. La primera y la última, al Madrid. La segunda y la tercera, al Valencia, la cuarta al Valladolid, la quinta al Sevilla y la sexta al Atlético. Le tocó perder las de 1949 y 1953 frente al Valencia y el Barça. Por el camino, le marcó ocho goles al Celta el 18 de mayo de 1947.
La más celebrada de sus finales fue la última, ante el Madrid de Di Stéfano. Las vísperas fueron polémicas. El Athletic solicitaba terreno neutral, pero Franco estaba en Madrid, no tenía prevista ninguna salida, y en Madrid debía ser. Se pensó en el Metropolitano, pero Gainza, ya entonces una autoridad en el club, sentenció que mejor en el Bernabéu. Que ir allí les daría una baza psicológica. Y "once aldeanos" ganaron 2-0 al Madrid, que andaba por su tercera Copa de Europa consecutiva.
Un año después le dieron la baja. Tenía 38 años, llevaba 20 en el club. La directiva hizo una larga carta, cargada de disculpas y de elogios, como no he visto otra para caso así, pero aun así la afición se indignó. Quedó en Lezama como consejero áulico y entrenador ocasional. Entre sus éxitos estuvo descubrir a Clemente como entrenador. Fue respetado y temido, lo primero por su trayectoria e inteligencia, lo segundo por su humor vitriólico. Era capaz de comentarios terribles. Murió a los 72 años por causas naturales rodeado de gloria.
Y a todo esto, ¿qué fue de Miguel? También jugó en el club, cinco temporadas, en los cuarenta. Jugador de complemento en la parte de atrás, no alcanzó ninguna final. Terminó en el Baracaldo. Se diría que no hizo mucho en el fútbol, pero hizo muchísimo: gracias a él tuvimos a su hermano.
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viernes, 31 de mayo de 2019
lunes, 20 de mayo de 2019
“El Athletic nació en 1891”
Artículo publicado por Aner Gondra en el diario Deia el 12/11/2018
Una investigación de Josu Turuzeta desmonta la versión oficial de la creación del club y la sitúa siete años antes de lo comúnmente aceptado
Hay fechas, datos y anécdotas que cualquier aficionado del Athletic recita como si fuesen un salmo aprendido en catequesis. Así se ha transmitido la sagrada historia del club a lo largo de décadas y así se recitará incansablemente con la aspiración de que las generaciones venideras hereden también la pasión rojiblanca. ¿Pero qué ocurre si parte de lo que nos contaron no es cierto? ¿Y si el Athletic no nació en 1898?
Josu Turuzeta es un hombre al que la curiosidad le resta años de vida. Su inquietud por arrojar luz sobre el pasado le empuja a gastar horas y horas en las sombras de hemerotecas y archivos de todo tipo. Si en la arqueología el carbono 14 es el que dictamina la antigüedad de los hallazgos, Turuzeta se agarra a documentos gráficos y textos sepultados sobre décadas de olvido para deshacer los errores, muchas veces interesados, del discurso aprendido.
En 2012 publicó el libro El Athletic Club. Origen de una leyenda o cuando el león era aún cachorro, en el que sacudía sin piedad muchas premisas sagradas de la historia del Athletic. “Patrañas”, las llama. Según él, y según los documentos que aporta, el club rojiblanco no se fundó en 1898. Turuzeta cree que en este 2018 debería celebrarse el 127º cumpleaños del club, ya que sitúa la creación del Athletic en 1891. ¿Cómo puede explicarse este baile de fechas? La versión oficial de los orígenes del Athletic fue plasmada por primera vez, negro sobre blanco, por el historiador José María Mateos, quien, según Turuzeta, manipuló los datos a su conveniencia. Después, durante décadas, decenas de autores se han limitado a reproducir la versión creada por Mateos dando por hecho que era fiel a la realidad. Pero Josu Turuzeta quiso saber la verdad.
Turuzeta tuvo que incluir en un libro algunos datos sobre el origen del Athletic e intuyó que algo no encajaba. “Vi que el propio Mateos, en su artículo de Hermes de 1921, en su libro de 1922 y en su libro de 1948, daba versiones diferentes sobre el origen del Athletic”, explica a DEIA seis años después de publicar su libro, “eso me mosqueó y decidí buscar la verdad e investigar”. Lo primero que hizo fue ir al Gobierno Civil en busca del libro de registro de las asociaciones de 1887, pero comprobó que había sido destruido en 1977. Optó entonces por buscar en la prensa de la época alguna referencia sobre la creación del Athletic. “No hay una sola”. Su insistencia le sirvió para comprobar que tampoco existía ninguna referencia en el Boletín Oficial de Bizkaia ni en los archivos notariales. “No había ni rastro”, sentencia, “no hay una sola alusión documentada de la creación del Athletic en 1898”.
Tozudo en su empeño, decidió retroceder en el tiempo en las hemerotecas. Cuando menos lo esperaba, encontró lo que buscaba. “Encontré una alusión a la verdadera creación del Athletic, con el Club Atleta de Astilleros del Nervión”, detalla el investigador vizcaino, “en la prensa sí que aparecen alusiones al Club Atleta. ¡Pero eso no es Athletic Club!”. Turuzeta tiene una explicación a por qué el club en sus orígenes no tenía su nombre en inglés: “Según la ley de aquella época, todas las personas físicas y jurídicas tenían que tener nombre en español. Incluso los extranjeros que venían tenían que cambiarse el nombre en los papeles oficiales. Por ejemplo, si llegaba un inglés llamado Richard Harris, en los papeles españoles aparecía como Ricardo Harris”. De hecho, Turuzeta señala que, aunque la ley obligaba a bautizar al club en castellano, “sus socios y miembros le llamaban Athletic Club. He encontrado referencias de que le llaman así ya en aquellos años”.
En su libro Josu Turuzeta explica cómo este club nació en el seno de S. A. Astilleros del Nervión, promovido por sus directivos ingleses para distraer a sus trabajadores. El 1 de mayo de 1890 se convocaron en toda Europa huelgas obreras que en las siguientes semanas desencadenaron importantes altercados en Bilbao. La empresa constructora de barcos, con vistas a que en el 1 de mayo del siguiente año no se repitieran los episodios, creó el Club Atleta. Su primer presidente fue James S. Clark.
A Turuzeta le quedaba demostrar que el Club Atleta fundado en 1981 es la misma entidad que el Athletic Club creado en 1898, según Mateos, y fundado legalmente en 1901. “Tenía que haber un hilo conductor”, dice el investigador. En aquellos tiempos el fútbol era un hobby para quien lo practicaba, por lo que los futbolistas permanecían poco tiempo en el equipo: “Normalmente jugaban hasta que se casaban. De los fundadores del Athletic en 1901, al de dos años, quedaban muy poquitos en el equipo. Había una rueda de rotación muy rápida. Del equipo que gana al Madrid en 1904, por ejemplo, en 1906 solo quedan dos jugadores. Van desapareciendo porque se casan, o se van fuera a estudiar o trabajar”. A pesar de ello, Turuzeta ha encontrado documentación que demuestra que son dos los jugadores que sobreviven desde el Club Atleta de 1891 hasta el Athletic Club de 1901. Sus nombres solo los conoce él. Son algunos de los datos que quiere presentar en exclusiva en un futuro libro o en una exposición.
Esta nueva versión de los orígenes del Athletic desmonta algunas afirmaciones de José María Mateos, como que el Athletic nace en el Café García. Esto, al igual que el nacimiento en 1898, sería fruto de las obsesiones de Mateos: “El Café García tuvo importancia en la historia del club, pero en 1904, no en el primer año del Athletic. Mateos le da esa importancia porque el informante era el hijo del propietario del Café García, que fue jugador del Athletic”. Del mismo modo, Mateos sitúa el germen del club en el Gimnasio Zamacois “porque su interés era que el Athletic fuese anterior al FC Barcelona”. “Para conseguir el decanato tenía que adelantarse un año”, explica Turuzeta, “el Barcelona se creó en un gimnasio y su fundación fue en un café y él situó el Athletic en el Gimnasio Zamacois, que fue el germen de lo que sería el Deportivo de Bilbao, de donde Mateos fue presidente. Así unía Athletic y Deportivo prestigiando a Zamacois como germen de ambas entidades”.
José María Mateos, con ideas de derechas y contrario al nacionalismo, habría minimizado de forma intencionada otros aspectos de los primeros años del Athletic, según Turuzeta. Es el caso de la fusión entre el Athletic Club y el Bilbao FC: “Mateos lo presenta como que ingresan los del Bilbao en el Athletic. Pero aquí lo importante es de quién era el dinero. Ahí entra la figura de Ramón de Aras. Era nacionalista, había estado en Inglaterra y tenía pasión por el fútbol. Durante años puso dinero de su bolsillo en el Bilbao FC y después en el Athletic”. Ramón de Aras fue un generoso mecenas en tiempos complicados para el club. En 1921 ya lo señalaba Alejandro de la Sota en la revista Hermes: “El club le debe su vida a Ramón de Aras”. Hasta 1909 Ramón de Aras puso dinero de su bolsillo, mantuvo la llama y fue el artífice de la fusión con The Union, donde jugaban Amann y otros. Incluso fue concejal del Ayuntamiento de Bilbao: “Lo fue pese a que el gobernador lo quiso impedir, pero lo consiguió en los tribunales. Mateos lo ocultó por ser nacionalista”. El mecenas murió en 1960. Para Turuzeta, el Athletic no ha tenido la sensibilidad de devolver el gesto a quien fue vital en sus orígenes: “En San Mamés no se guardó un minuto de silencio. Mucho más grave es que su tumba, en Derio, tuvo que ser removida. El Athletic no movió un dedo para mantener, por poco dinero, la tumba de quien fue su mecenas”.
Pero no todas las incorrecciones que hoy en día se esconden en la historia del Athletic tienen su origen en José María Mateos. “Hay patrañas que se dan por buenas en todas las etapas de la historia del Athletic”, se lamenta Turuzeta, “la gente piensa que en el Athletic solo jugaron unos pocos ingleses en los primeros años, cuando en el Athletic jugaron un belga, un suizo, un danés, un sueco, dos noruegos… ¡hasta un judío! En total fueron más de sesenta jugadores extranjeros. Pero en la historia del Athletic se han escondido por patriotismo español y por bilbainismo mal entendido”.
Desde que publicó su libro, Turuzeta ha recabado muchos más datos y documentos que corroboran su teoría. Por eso, ahora que el club cumple 120 años de su historia oficial, reclama una mirada rigurosa al pasado: “Veo necesario que el Athletic revise su historia. Como decía Ortega y Gasset, las reformas del futuro empiezan por las reformas del pasado. El Athletic lo tendría que hacer por justicia. La misión de limpiar, fijar y dar esplendor a su historia no me corresponde a mí, sino al más interesado: el propio club. Se trata de hacer justicia a los verdaderos padres del Athletic y del fútbol en Bizkaia. Lo normal es que uno sienta curiosidad por saber quiénes son sus padres. Es de justicia que el Athletic recupere los nombres de sus padres. Es injusto que no aparezcan sus nombres y simplemente se diga que fueron unos ingleses”.
Una investigación de Josu Turuzeta desmonta la versión oficial de la creación del club y la sitúa siete años antes de lo comúnmente aceptado
Hay fechas, datos y anécdotas que cualquier aficionado del Athletic recita como si fuesen un salmo aprendido en catequesis. Así se ha transmitido la sagrada historia del club a lo largo de décadas y así se recitará incansablemente con la aspiración de que las generaciones venideras hereden también la pasión rojiblanca. ¿Pero qué ocurre si parte de lo que nos contaron no es cierto? ¿Y si el Athletic no nació en 1898?
Josu Turuzeta es un hombre al que la curiosidad le resta años de vida. Su inquietud por arrojar luz sobre el pasado le empuja a gastar horas y horas en las sombras de hemerotecas y archivos de todo tipo. Si en la arqueología el carbono 14 es el que dictamina la antigüedad de los hallazgos, Turuzeta se agarra a documentos gráficos y textos sepultados sobre décadas de olvido para deshacer los errores, muchas veces interesados, del discurso aprendido.
En 2012 publicó el libro El Athletic Club. Origen de una leyenda o cuando el león era aún cachorro, en el que sacudía sin piedad muchas premisas sagradas de la historia del Athletic. “Patrañas”, las llama. Según él, y según los documentos que aporta, el club rojiblanco no se fundó en 1898. Turuzeta cree que en este 2018 debería celebrarse el 127º cumpleaños del club, ya que sitúa la creación del Athletic en 1891. ¿Cómo puede explicarse este baile de fechas? La versión oficial de los orígenes del Athletic fue plasmada por primera vez, negro sobre blanco, por el historiador José María Mateos, quien, según Turuzeta, manipuló los datos a su conveniencia. Después, durante décadas, decenas de autores se han limitado a reproducir la versión creada por Mateos dando por hecho que era fiel a la realidad. Pero Josu Turuzeta quiso saber la verdad.
Turuzeta tuvo que incluir en un libro algunos datos sobre el origen del Athletic e intuyó que algo no encajaba. “Vi que el propio Mateos, en su artículo de Hermes de 1921, en su libro de 1922 y en su libro de 1948, daba versiones diferentes sobre el origen del Athletic”, explica a DEIA seis años después de publicar su libro, “eso me mosqueó y decidí buscar la verdad e investigar”. Lo primero que hizo fue ir al Gobierno Civil en busca del libro de registro de las asociaciones de 1887, pero comprobó que había sido destruido en 1977. Optó entonces por buscar en la prensa de la época alguna referencia sobre la creación del Athletic. “No hay una sola”. Su insistencia le sirvió para comprobar que tampoco existía ninguna referencia en el Boletín Oficial de Bizkaia ni en los archivos notariales. “No había ni rastro”, sentencia, “no hay una sola alusión documentada de la creación del Athletic en 1898”.
Tozudo en su empeño, decidió retroceder en el tiempo en las hemerotecas. Cuando menos lo esperaba, encontró lo que buscaba. “Encontré una alusión a la verdadera creación del Athletic, con el Club Atleta de Astilleros del Nervión”, detalla el investigador vizcaino, “en la prensa sí que aparecen alusiones al Club Atleta. ¡Pero eso no es Athletic Club!”. Turuzeta tiene una explicación a por qué el club en sus orígenes no tenía su nombre en inglés: “Según la ley de aquella época, todas las personas físicas y jurídicas tenían que tener nombre en español. Incluso los extranjeros que venían tenían que cambiarse el nombre en los papeles oficiales. Por ejemplo, si llegaba un inglés llamado Richard Harris, en los papeles españoles aparecía como Ricardo Harris”. De hecho, Turuzeta señala que, aunque la ley obligaba a bautizar al club en castellano, “sus socios y miembros le llamaban Athletic Club. He encontrado referencias de que le llaman así ya en aquellos años”.
En su libro Josu Turuzeta explica cómo este club nació en el seno de S. A. Astilleros del Nervión, promovido por sus directivos ingleses para distraer a sus trabajadores. El 1 de mayo de 1890 se convocaron en toda Europa huelgas obreras que en las siguientes semanas desencadenaron importantes altercados en Bilbao. La empresa constructora de barcos, con vistas a que en el 1 de mayo del siguiente año no se repitieran los episodios, creó el Club Atleta. Su primer presidente fue James S. Clark.
A Turuzeta le quedaba demostrar que el Club Atleta fundado en 1981 es la misma entidad que el Athletic Club creado en 1898, según Mateos, y fundado legalmente en 1901. “Tenía que haber un hilo conductor”, dice el investigador. En aquellos tiempos el fútbol era un hobby para quien lo practicaba, por lo que los futbolistas permanecían poco tiempo en el equipo: “Normalmente jugaban hasta que se casaban. De los fundadores del Athletic en 1901, al de dos años, quedaban muy poquitos en el equipo. Había una rueda de rotación muy rápida. Del equipo que gana al Madrid en 1904, por ejemplo, en 1906 solo quedan dos jugadores. Van desapareciendo porque se casan, o se van fuera a estudiar o trabajar”. A pesar de ello, Turuzeta ha encontrado documentación que demuestra que son dos los jugadores que sobreviven desde el Club Atleta de 1891 hasta el Athletic Club de 1901. Sus nombres solo los conoce él. Son algunos de los datos que quiere presentar en exclusiva en un futuro libro o en una exposición.
Esta nueva versión de los orígenes del Athletic desmonta algunas afirmaciones de José María Mateos, como que el Athletic nace en el Café García. Esto, al igual que el nacimiento en 1898, sería fruto de las obsesiones de Mateos: “El Café García tuvo importancia en la historia del club, pero en 1904, no en el primer año del Athletic. Mateos le da esa importancia porque el informante era el hijo del propietario del Café García, que fue jugador del Athletic”. Del mismo modo, Mateos sitúa el germen del club en el Gimnasio Zamacois “porque su interés era que el Athletic fuese anterior al FC Barcelona”. “Para conseguir el decanato tenía que adelantarse un año”, explica Turuzeta, “el Barcelona se creó en un gimnasio y su fundación fue en un café y él situó el Athletic en el Gimnasio Zamacois, que fue el germen de lo que sería el Deportivo de Bilbao, de donde Mateos fue presidente. Así unía Athletic y Deportivo prestigiando a Zamacois como germen de ambas entidades”.
José María Mateos, con ideas de derechas y contrario al nacionalismo, habría minimizado de forma intencionada otros aspectos de los primeros años del Athletic, según Turuzeta. Es el caso de la fusión entre el Athletic Club y el Bilbao FC: “Mateos lo presenta como que ingresan los del Bilbao en el Athletic. Pero aquí lo importante es de quién era el dinero. Ahí entra la figura de Ramón de Aras. Era nacionalista, había estado en Inglaterra y tenía pasión por el fútbol. Durante años puso dinero de su bolsillo en el Bilbao FC y después en el Athletic”. Ramón de Aras fue un generoso mecenas en tiempos complicados para el club. En 1921 ya lo señalaba Alejandro de la Sota en la revista Hermes: “El club le debe su vida a Ramón de Aras”. Hasta 1909 Ramón de Aras puso dinero de su bolsillo, mantuvo la llama y fue el artífice de la fusión con The Union, donde jugaban Amann y otros. Incluso fue concejal del Ayuntamiento de Bilbao: “Lo fue pese a que el gobernador lo quiso impedir, pero lo consiguió en los tribunales. Mateos lo ocultó por ser nacionalista”. El mecenas murió en 1960. Para Turuzeta, el Athletic no ha tenido la sensibilidad de devolver el gesto a quien fue vital en sus orígenes: “En San Mamés no se guardó un minuto de silencio. Mucho más grave es que su tumba, en Derio, tuvo que ser removida. El Athletic no movió un dedo para mantener, por poco dinero, la tumba de quien fue su mecenas”.
Pero no todas las incorrecciones que hoy en día se esconden en la historia del Athletic tienen su origen en José María Mateos. “Hay patrañas que se dan por buenas en todas las etapas de la historia del Athletic”, se lamenta Turuzeta, “la gente piensa que en el Athletic solo jugaron unos pocos ingleses en los primeros años, cuando en el Athletic jugaron un belga, un suizo, un danés, un sueco, dos noruegos… ¡hasta un judío! En total fueron más de sesenta jugadores extranjeros. Pero en la historia del Athletic se han escondido por patriotismo español y por bilbainismo mal entendido”.
Desde que publicó su libro, Turuzeta ha recabado muchos más datos y documentos que corroboran su teoría. Por eso, ahora que el club cumple 120 años de su historia oficial, reclama una mirada rigurosa al pasado: “Veo necesario que el Athletic revise su historia. Como decía Ortega y Gasset, las reformas del futuro empiezan por las reformas del pasado. El Athletic lo tendría que hacer por justicia. La misión de limpiar, fijar y dar esplendor a su historia no me corresponde a mí, sino al más interesado: el propio club. Se trata de hacer justicia a los verdaderos padres del Athletic y del fútbol en Bizkaia. Lo normal es que uno sienta curiosidad por saber quiénes son sus padres. Es de justicia que el Athletic recupere los nombres de sus padres. Es injusto que no aparezcan sus nombres y simplemente se diga que fueron unos ingleses”.
domingo, 19 de mayo de 2019
martes, 14 de mayo de 2019
Markel, leyenda de oro
Artículo publicado por Asier Sanz en el blog 'Athletic Risas Club' en el diario Deia el 8/05/2019
Markel Susaeta, el quinto futbolista con más partidos en la historia del Athletic, 506 partidos a la espaldas, registros solo superados por Iribar, Etxeberria, Rojo e Iraola, abandonará San Mamés el 30 de junio después de 22 temporadas en el club bilbaíno, las 12 últimas en el primer equipo. Markel entró en Lezama a los 9 años y 22 después se despide convertido en una gran leyenda de los leones que ha escrito con su fútbol renglones de oro en la historia del club de Ibaigane. Eskerrik asko por darnos tanto y hacer más grande al Athletic!. ¡Te deseo lo mejor de lo mejor en tu futuro!
Markel Susaeta, el quinto futbolista con más partidos en la historia del Athletic, 506 partidos a la espaldas, registros solo superados por Iribar, Etxeberria, Rojo e Iraola, abandonará San Mamés el 30 de junio después de 22 temporadas en el club bilbaíno, las 12 últimas en el primer equipo. Markel entró en Lezama a los 9 años y 22 después se despide convertido en una gran leyenda de los leones que ha escrito con su fútbol renglones de oro en la historia del club de Ibaigane. Eskerrik asko por darnos tanto y hacer más grande al Athletic!. ¡Te deseo lo mejor de lo mejor en tu futuro!
lunes, 6 de mayo de 2019
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