Artículo publicado por Jean-Romain BLANC en www.lequipe.fr el 26/09/2013
Après une saison mitigée, tant sur le plan des résultats qu'au niveau extrasportif, l'Athletic Bilbao a bien entamé la Liga (6e) avant de recevoir le Bétis Séville, jeudi à 20h00. Un drôle de match pour Benat, formé chez les Basques, révélé en Andalousie et revenu cet été à Bilbao.
Comme son nouveau stade de San Mames, l'Athletic Bilbao est un club en pleine reconstruction. Après une saison 2011-2012 flamboyante, la méthode Bielsa s'est étiolée. Mais cette année, Bilbao, avec son nouvel entraîneur Ernesto Valverde, relève la tête. Sixième du Championnat d'Espagne, les Basques auront à coeur de préserver leur inviciblité à domicile dans le nouveau stade de San Mames, inauguré il y a dix jours contre Vigo (3-2), lors de la réception du Bétis Séville, jeudi à 20h00. L'entraîneur espagnol avait alors mis la pression sur ses joueurs en rappellant que toute équipe qui se déplacera à Bilbao «voudra être la première à s'imposer face à l'Athletic à San Mames».
Club formateur dont le recrutement se limite aux joueurs nés au pays Basque, l'Athletic doit se baser sur des joueurs qui ont fait leurs classes dans les catégories de jeunes du club. Jusqu'à que les meilleurs d'entre eux partent. Comme ça a été le cas de Javi Martinez, qui s'est envolé pour le Bayern Munich en 2012, et Fernando Llorente, qui s'est engagé avec la Juventus cet été. Attendu depuis un an, le départ du "Rey Leon" a pu être anticipé par les dirigeants. Aritz Aduriz, auteur de 14 buts en 36 rencontres en Liga la saison passée avec l'Athletic, est notamment venu renforcer l'attaque des Leones après avoir été formé à Bilbao.
«Je ne célébrerais pas mon but»
Cette année encore, les Basques ont frappé un gros coup en attirant le milieu de terrain international Beñat Etxebarria (4 sélections). Formé au sein de la cantera de l'Athletic, le Basque n'a disputé qu'un match avec le maillot de l'équipe première avant d'exploser véritablement lors de la saison 2011-2012 avec le ... Bétis. En signant cet été, Beñat a retrouvé un coach qu'il avait déjà pu observer : quand il était dans les équipes de jeunes de l'Athletic, Valverde a entraîné la réserve et l'équipe "une" de Bilbao, entre 2001 et 2005. Le milieu, qui a déjà marqué lors de l'inauguration du nouveau San Mames, sera sur le terrain, jeudi, l'un des principaux dangers pour son ancienne équipe. Pas ingrat, il a déclaré : «Si je marque je ne célébrerais pas mon but par respect pour le Bétis. Je suis très reconnaissant au club et à l'entraîneur».
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(Disculpas de antemano por la traducción vía Bing y Google)
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El Athletic Club se reconstruye
Después de una temporada movida, tanto en términos de resultados como a nivel extradeportivo, el Athletic Club comenzó bien la Liga (6º) antes de recibir al Betis, el jueves a las 20:00. Un partido especial para Beñat, formado entre los vascos, explotó en el Betis y de nuevo este verano en el Athletic Club.
Como su nuevo estadio de San Mames, el Athletic Club es un club en plena reconstrucción. Después de una ostentosa temporada 2011-2012, el método de Bielsa se ha desmoronado. Pero este año, el Athletic Club, con su nuevo entrenador, Ernesto Valverde, esta en cabeza. Sexto del campeonato español, los vascos estarán dispuestos a mantener su campo invicto, inaugurado contra el Celta de Vigo (3-2) y recibirán diez días después al Betis el jueves a las 22:00. El entrenador español tendrá entonces que ejercer presión sobre sus jugadores recordándoles que cualquier equipo que viaje a Bilbao "deseará ser el primero en ganar al Athletic Club en San Mamés'.
Club formador cuya contratación se limita a jugadores nacidos en el País Vasco, el Athletic Club debe contar con los jugadores que se hicieron en las categorías inferiores del club. Hasta deja lo mejor de ellos. Como fue el caso de Javi Martínez, quien fichó por el Bayern Munich en el 2012 y Fernando Llorente, que lo hizo con la Juventus este verano. Considerando que el año pasado, la salida del "Rey León" podría ser anticipada por los dirigentes. Aritz Aduriz, anotó 14 goles en 36 partidos en la temporada en La Liga con el Athletic Club, vino especialmente a fortalecer el ataque de los Leones después de formarse en Bilbao.
"No me gustaría celebrar mi gol"
Otra vez este año, los vascos han asestado un gran golpe fichando al centrocampista internacional Beñat Etxebarria (4 veces internacional). Formado en la cantera de Lezama, el vasco jugó un partido con la camiseta del primer equipo antes de explotar realmente durante la temporada 2011-2012 con el... Betis. Con la firma de este verano, Beñat encontró un entrenador que le había seguido: cuando estaba en el equipo juvenil del Athletic Valverde le llevó al Bilbao Athletic entre 2001 y 2005. El centrocampista, quien ya anotó en la inauguración del nuevo San Mames, será el jueves sobre el terreno, uno de los mayores peligros para su ex equipo. Dijo: "si anoto no celebraré mi gol por respeto a Betis. Estoy muy agradecido al club y el entrenador."
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domingo, 29 de septiembre de 2013
Athletic 0 - Política 1
Artículo publicado por Jon Uriarte en la sección de El Correo 'El Piscolabis' el 28/09/2013
El club es de todos y de nadie, por eso duele que, en pro de los derechos del pueblo, alguien por buena voluntad, torpeza o mala fe añada tensiones donde no había
"Cómo será de mala la política que una madre es lo más hermoso del mundo y una madre política es una suegra". Me llevo de cine con la mía y la política me parece vital, así que no comparto el chiste. Aunque sí su trasfondo. Sobre todo, aplicado al fútbol. Empezamos mal la nueva era. La vieja Catedral vivió en sus cien años los avatares propios de un siglo con cambios económicos, sociales y políticos. Guerra Civil incluida. Pero logró navegar sin naufragar. De hecho, jamás perdió el rumbo. El que tenía fijado desde su fundación: el fútbol como destino en el horizonte. Por eso jamás supe a quién votaban mis vecinos de asiento. No puedo decir lo mismo de otros lugares de nuestra tierra, ni de fuera de ella. De ahí que la 'Sanmamesitis' que últimamente se está extendiendo entre la clase política resulta inquietante. Máxime cuando estrenamos campo y es el momento perfecto para empezar de cero. Vaya por delante que no creo en quimeras. El fútbol siempre será utilizado para intereses políticos e identitarios. Por unos y por otros, ojo. Del Athletic han dicho de todo. Desde que es un ejemplo del poderío de la raza vasca, sobre todo cuando ganábamos títulos, hasta que se trata del único y verdadero equipo español. De la primera tuvimos ejemplos por estos lares para dar y regalar. Y de la segunda, tenemos desde la utilización de los goles de Zarra por el régimen franquista hasta las portadas de Ansón con titulares tipo 'El Athletic con 11 españoles vence al Madrid de las estrellas'. Y cuando uno creía que todo eso estaba superado, algunos quieren volver atrás. Lo último, el empeño por hacer de una visita guiada a San Mamés una causa política.
La idea es fantástica. Que quede claro. Gran parte se ha pagado con dinero de todos y supongo que el club tenía previsto hacer una jornada de puertas abiertas, una vez terminado, allá por marzo de 2015. Es decir, días antes o poco después de ser inaugurado y cuando la parte más pública de San Mamés esté realizada. Para eso queda año y medio. Por lo que no es justo que, hasta entonces, no puedan verlo o recorrer sus recovecos las personas que no se hallan entre los socios veteranos. Y lo dice uno de ellos. Porque el sentido común así lo indica. Otra cosa es el inusitado empeño en el tema por parte de la clase política. No recuerdo igual preocupación por abrir al pueblo otros edificios, empresas y entidades que también se han realizado con dinero de su bolsillo y del mío. Tampoco recuerdo haber sido invitado a jornadas de puertas abiertas a instalaciones deportivas, centros culturales, bibliotecas, hospitales, teatros o, ya que hablamos de fútbol, al estadio de Anoeta. Por no hablar de las sedes de partidos, colectivos y sindicatos. Puede que no mirara bien en el buzón a la hora de buscar la invitación.
También es cierto que 36.000 privilegiados hemos podido visitarlo. Pero ha sido previo pago de una cuota de socio. De hecho, el entrenamiento de puertas abiertas del 13 de septiembre se llevó a cabo para que el socio conociera su ubicación y se evitara el colapso el día 16. No para ver lo bonito que estaba. Y aun así, dudo que haya un solo socio del Athletic que no esté de acuerdo con que todo el mundo lo visite. Porque además, insisto, es de todos. Pero de ahí a exigirlo como si fuera lo más importante en estos días…Al final va a ser cierto que el fútbol es el circo romano de nuestros tiempos. Solo que el opio que doma al ciudadano está fuera. Cada vez que un político utiliza al Athletic para recriminarle a otro político algo, acaba perdiendo el Athletic. No falla. Unos criticaron la visita privada de Rajoy en los tiempos de Macua, otros que no han sido invitados al palco ahora y mañana será uno que dice que le caen goteras porque Urrutia es de tal o cual partido. Por cierto, bueno sería, para evitar situaciones desagradables, que se deje muy claro cuál es el protocolo de invitaciones para la inauguración definitiva. Queda un mundo, así que hay tiempo para hacer las cosas bien y explicar quiénes son los que deben estar para que no haya chapuza ni sospecha. Porque, estoy seguro, alguien que no esté se quejará y alguien que no debería aparecer, estará. Y porque la política ya nos ha marcado un gol antes de terminar el campo. Que no meta más, de nosotros depende.
El Athletic es de todos y de nadie. Es una frase que teclee hace años, pero que llevo como máxima desde que nací. Así nos lo enseñaron a quienes amamos este club. Por eso nos duele que, en pro de los derechos del pueblo, alguien por buena voluntad, torpeza o mala fe, que de todo hay, añada tensiones donde no había. No recuerdo manifestaciones en las calles pidiendo una jornada de puertas abiertas en San Mamés. En cambio sí he visto muchas en las que se pedían cosas que no defienden luego con tanta pasión nuestros dirigentes, abanderados siempre del "bien general". Hagamos las jornadas de puertas abiertas, pero que nadie intente poner banderas donde la que importa es una. La que izaron el 16 de septiembre de 2013 los capitanes del club. La que es roja y blanca, y ondea por el mundo desde 1898. La del Athletic.
El club es de todos y de nadie, por eso duele que, en pro de los derechos del pueblo, alguien por buena voluntad, torpeza o mala fe añada tensiones donde no había
"Cómo será de mala la política que una madre es lo más hermoso del mundo y una madre política es una suegra". Me llevo de cine con la mía y la política me parece vital, así que no comparto el chiste. Aunque sí su trasfondo. Sobre todo, aplicado al fútbol. Empezamos mal la nueva era. La vieja Catedral vivió en sus cien años los avatares propios de un siglo con cambios económicos, sociales y políticos. Guerra Civil incluida. Pero logró navegar sin naufragar. De hecho, jamás perdió el rumbo. El que tenía fijado desde su fundación: el fútbol como destino en el horizonte. Por eso jamás supe a quién votaban mis vecinos de asiento. No puedo decir lo mismo de otros lugares de nuestra tierra, ni de fuera de ella. De ahí que la 'Sanmamesitis' que últimamente se está extendiendo entre la clase política resulta inquietante. Máxime cuando estrenamos campo y es el momento perfecto para empezar de cero. Vaya por delante que no creo en quimeras. El fútbol siempre será utilizado para intereses políticos e identitarios. Por unos y por otros, ojo. Del Athletic han dicho de todo. Desde que es un ejemplo del poderío de la raza vasca, sobre todo cuando ganábamos títulos, hasta que se trata del único y verdadero equipo español. De la primera tuvimos ejemplos por estos lares para dar y regalar. Y de la segunda, tenemos desde la utilización de los goles de Zarra por el régimen franquista hasta las portadas de Ansón con titulares tipo 'El Athletic con 11 españoles vence al Madrid de las estrellas'. Y cuando uno creía que todo eso estaba superado, algunos quieren volver atrás. Lo último, el empeño por hacer de una visita guiada a San Mamés una causa política.
La idea es fantástica. Que quede claro. Gran parte se ha pagado con dinero de todos y supongo que el club tenía previsto hacer una jornada de puertas abiertas, una vez terminado, allá por marzo de 2015. Es decir, días antes o poco después de ser inaugurado y cuando la parte más pública de San Mamés esté realizada. Para eso queda año y medio. Por lo que no es justo que, hasta entonces, no puedan verlo o recorrer sus recovecos las personas que no se hallan entre los socios veteranos. Y lo dice uno de ellos. Porque el sentido común así lo indica. Otra cosa es el inusitado empeño en el tema por parte de la clase política. No recuerdo igual preocupación por abrir al pueblo otros edificios, empresas y entidades que también se han realizado con dinero de su bolsillo y del mío. Tampoco recuerdo haber sido invitado a jornadas de puertas abiertas a instalaciones deportivas, centros culturales, bibliotecas, hospitales, teatros o, ya que hablamos de fútbol, al estadio de Anoeta. Por no hablar de las sedes de partidos, colectivos y sindicatos. Puede que no mirara bien en el buzón a la hora de buscar la invitación.
También es cierto que 36.000 privilegiados hemos podido visitarlo. Pero ha sido previo pago de una cuota de socio. De hecho, el entrenamiento de puertas abiertas del 13 de septiembre se llevó a cabo para que el socio conociera su ubicación y se evitara el colapso el día 16. No para ver lo bonito que estaba. Y aun así, dudo que haya un solo socio del Athletic que no esté de acuerdo con que todo el mundo lo visite. Porque además, insisto, es de todos. Pero de ahí a exigirlo como si fuera lo más importante en estos días…Al final va a ser cierto que el fútbol es el circo romano de nuestros tiempos. Solo que el opio que doma al ciudadano está fuera. Cada vez que un político utiliza al Athletic para recriminarle a otro político algo, acaba perdiendo el Athletic. No falla. Unos criticaron la visita privada de Rajoy en los tiempos de Macua, otros que no han sido invitados al palco ahora y mañana será uno que dice que le caen goteras porque Urrutia es de tal o cual partido. Por cierto, bueno sería, para evitar situaciones desagradables, que se deje muy claro cuál es el protocolo de invitaciones para la inauguración definitiva. Queda un mundo, así que hay tiempo para hacer las cosas bien y explicar quiénes son los que deben estar para que no haya chapuza ni sospecha. Porque, estoy seguro, alguien que no esté se quejará y alguien que no debería aparecer, estará. Y porque la política ya nos ha marcado un gol antes de terminar el campo. Que no meta más, de nosotros depende.
El Athletic es de todos y de nadie. Es una frase que teclee hace años, pero que llevo como máxima desde que nací. Así nos lo enseñaron a quienes amamos este club. Por eso nos duele que, en pro de los derechos del pueblo, alguien por buena voluntad, torpeza o mala fe, que de todo hay, añada tensiones donde no había. No recuerdo manifestaciones en las calles pidiendo una jornada de puertas abiertas en San Mamés. En cambio sí he visto muchas en las que se pedían cosas que no defienden luego con tanta pasión nuestros dirigentes, abanderados siempre del "bien general". Hagamos las jornadas de puertas abiertas, pero que nadie intente poner banderas donde la que importa es una. La que izaron el 16 de septiembre de 2013 los capitanes del club. La que es roja y blanca, y ondea por el mundo desde 1898. La del Athletic.
viernes, 27 de septiembre de 2013
martes, 24 de septiembre de 2013
lunes, 23 de septiembre de 2013
El lunes fue 1913
Artículo publicado por Jon Uriarte en la sección de El Correo 'El Piscolabis' el 21/09/2013
A principios de semana quedaba inaugurado, de manera oficiosa, el nuevo campo de San Mamés. Sucedió en Bilbao el 16 de septiembre de 1913. ¿O era 2013?
El lunes de la semana corriente fue presentado, ante público y autoridades, el flamante campo de 'football' del Athletic Club. Siendo una entidad de Bilbao se decidió, por unanimidad, hacerlo con un tercio del campo sin finalizar, para no avasallar ni humillar a los rivales. No faltó a la cita el tradicional sirimiri para disfrute de los presentes, que se entretuvieron esquivando las simpáticas goteras, mientras presentaban sus respetos a sus nuevos vecinos. Minutos antes del inicio del encuentro el Presidente, Don Josu Urrutia Tellería, daba inicio a una sencilla, a la par que emotiva, ceremonia inaugural.
Tras el aurresku de honor, magistralmente realizado por una simpática pareja de dantzaris al son de instrumentos autóctonos, se llevó a cabo la tradicional ofrenda al mítico jugador Pichichi. Don Rafael Moreno Aranzadi, pese a ser busto, tuvo a bien bajar al césped. En esta ocasión, por ser el primer 'match', el ramo fue entregado por el club anfitrión, bajo los flashes de las inquietas cámaras de los periodistas gráficos. Los fastos se cerraron tras la sentida izada de la bandera por parte de los capitanes de las diferentes categorías del club.
Las escuadras saltaron juntas al terreno de juego, que mostraba un césped en perfecto estado, pese a la insistente lluvia. Por el equipo anfitrión, una alineación para la historia. Iago Herrerín, Iraola, Aymeric, San José, Gurpegui, Morán, Beñat, Ander Herrera, Muniain, Susaeta y Aduriz. Finalmente no saltó Iribar, para disgusto de la afición. Y por parte del Celta, Yoel, Hugo Mallo, David Costas, Toni, Oubiña, Álex López, Rafinha, Augusto, Charles y Nolito. Su entrenador Luis Enrique optó por portar el traje de su boda, dada la importancia de la cita.
Fue entonces cuando sonó, por primera vez, el himno rojiblanco entre sus paredes. Gracias a la ausencia de la tribuna Este pudo ser escuchado por aquellos rojiblancos que se hallan en la diáspora, pues llegó hasta Argentina y más allá. Momento emotivo, que provocó lágrimas entre algunos de los presentes. No así al impertérrito colegiado del encuentro, Don Jesús Gil Manzano, del excelentísimo colegio extremeño, que lanzó como manda la normativa una justiciera moneda al aire.
Los visitantes eligieron portería ya que, sabiendo de la vehemencia parroquial, preferían defender la segunda parte en la zona carente de público. Comprensible teniendo en cuenta la garra con la que arrancó el encuentro. El veterano Iraola golpeó con la derecha, contagiado por el ambiente. Pero fue el conjunto gallego quien marcó primero. En un gesto, que da fe de la caballerosidad bilbaína, el Athletic permitió al Celta anotar el primer gol en el nuevo San Mamés.
Los gallegos, abrumados ante el detalle de Morán, cedieron tal honor al ariete Charles Días de Oliveira. Al parecer todo se debe a que nació en Bélem y, aunque esté en Brasil, suena a nacimiento, sea de un mesías o de un campo. Dado el ambiente navideño, pese a ser primeros de septiembre, fue San José quien marcó el empate. Poco después el árbitro pitaba el final de los primeros 45 minutos y ambos conjuntos se retiraban para dejar a la afición degustar las viandas, conocer el ambigú y curiosear los nuevos aseos.
El público, que desconocía la intención del Athletic de seguir dando ventaja al rival, vivió momentos de perplejidad en la segunda parte cuando el joven guardameta bilbaino, Iago Herrerin Buisán, cometió penalti. El Celta, abrumado ante tamaña generosidad, optó por enviarla fuera, para que el fair play fuera mutuo y de paso, comprobar la firmeza de la lona situada tras la portería. Todo un detalle que mantenía en el marcador el mismo resultado que en la primera inauguración, cien años atrás.
Pero el pizpireto Muniain que desconocía la efeméride, cedió el balón de tacón a su compañero Iraola que marcaba un espléndido gol y adelantaba a los de casa. Una ventaja que aumentaría tras jugada individual de Beñat que, orgulloso de su paso por la ciudad hispalense, mostró un dominio admirable del baile ante la defensa contraria y mandó el cuero a la red. Animado, el portero rojiblanco salía minutos después por soleares y dejaba la contienda en un digno tres a dos. Una situación que provocó el desaforado entusiasmo del colegiado, hasta el punto de alargar el encuentro más allá de lo aceptable.
Faltaban seis minutos para recibir al martes cuando el silbato ponía fin a la inquietud general, no tanto por miedo al empate como por llegar tarde a casa. Y de esta gloriosa manera quedaba inaugurado, de manera oficiosa y a la espera del cierre total, el nuevo campo de San Mamés. Sucedió en Bilbao el 16 de septiembre de 1913. ¿O era 2013? De cualquier manera, parece que fue ayer.
A principios de semana quedaba inaugurado, de manera oficiosa, el nuevo campo de San Mamés. Sucedió en Bilbao el 16 de septiembre de 1913. ¿O era 2013?
El lunes de la semana corriente fue presentado, ante público y autoridades, el flamante campo de 'football' del Athletic Club. Siendo una entidad de Bilbao se decidió, por unanimidad, hacerlo con un tercio del campo sin finalizar, para no avasallar ni humillar a los rivales. No faltó a la cita el tradicional sirimiri para disfrute de los presentes, que se entretuvieron esquivando las simpáticas goteras, mientras presentaban sus respetos a sus nuevos vecinos. Minutos antes del inicio del encuentro el Presidente, Don Josu Urrutia Tellería, daba inicio a una sencilla, a la par que emotiva, ceremonia inaugural.
Tras el aurresku de honor, magistralmente realizado por una simpática pareja de dantzaris al son de instrumentos autóctonos, se llevó a cabo la tradicional ofrenda al mítico jugador Pichichi. Don Rafael Moreno Aranzadi, pese a ser busto, tuvo a bien bajar al césped. En esta ocasión, por ser el primer 'match', el ramo fue entregado por el club anfitrión, bajo los flashes de las inquietas cámaras de los periodistas gráficos. Los fastos se cerraron tras la sentida izada de la bandera por parte de los capitanes de las diferentes categorías del club.
Las escuadras saltaron juntas al terreno de juego, que mostraba un césped en perfecto estado, pese a la insistente lluvia. Por el equipo anfitrión, una alineación para la historia. Iago Herrerín, Iraola, Aymeric, San José, Gurpegui, Morán, Beñat, Ander Herrera, Muniain, Susaeta y Aduriz. Finalmente no saltó Iribar, para disgusto de la afición. Y por parte del Celta, Yoel, Hugo Mallo, David Costas, Toni, Oubiña, Álex López, Rafinha, Augusto, Charles y Nolito. Su entrenador Luis Enrique optó por portar el traje de su boda, dada la importancia de la cita.
Fue entonces cuando sonó, por primera vez, el himno rojiblanco entre sus paredes. Gracias a la ausencia de la tribuna Este pudo ser escuchado por aquellos rojiblancos que se hallan en la diáspora, pues llegó hasta Argentina y más allá. Momento emotivo, que provocó lágrimas entre algunos de los presentes. No así al impertérrito colegiado del encuentro, Don Jesús Gil Manzano, del excelentísimo colegio extremeño, que lanzó como manda la normativa una justiciera moneda al aire.
Los visitantes eligieron portería ya que, sabiendo de la vehemencia parroquial, preferían defender la segunda parte en la zona carente de público. Comprensible teniendo en cuenta la garra con la que arrancó el encuentro. El veterano Iraola golpeó con la derecha, contagiado por el ambiente. Pero fue el conjunto gallego quien marcó primero. En un gesto, que da fe de la caballerosidad bilbaína, el Athletic permitió al Celta anotar el primer gol en el nuevo San Mamés.
Los gallegos, abrumados ante el detalle de Morán, cedieron tal honor al ariete Charles Días de Oliveira. Al parecer todo se debe a que nació en Bélem y, aunque esté en Brasil, suena a nacimiento, sea de un mesías o de un campo. Dado el ambiente navideño, pese a ser primeros de septiembre, fue San José quien marcó el empate. Poco después el árbitro pitaba el final de los primeros 45 minutos y ambos conjuntos se retiraban para dejar a la afición degustar las viandas, conocer el ambigú y curiosear los nuevos aseos.
El público, que desconocía la intención del Athletic de seguir dando ventaja al rival, vivió momentos de perplejidad en la segunda parte cuando el joven guardameta bilbaino, Iago Herrerin Buisán, cometió penalti. El Celta, abrumado ante tamaña generosidad, optó por enviarla fuera, para que el fair play fuera mutuo y de paso, comprobar la firmeza de la lona situada tras la portería. Todo un detalle que mantenía en el marcador el mismo resultado que en la primera inauguración, cien años atrás.
Pero el pizpireto Muniain que desconocía la efeméride, cedió el balón de tacón a su compañero Iraola que marcaba un espléndido gol y adelantaba a los de casa. Una ventaja que aumentaría tras jugada individual de Beñat que, orgulloso de su paso por la ciudad hispalense, mostró un dominio admirable del baile ante la defensa contraria y mandó el cuero a la red. Animado, el portero rojiblanco salía minutos después por soleares y dejaba la contienda en un digno tres a dos. Una situación que provocó el desaforado entusiasmo del colegiado, hasta el punto de alargar el encuentro más allá de lo aceptable.
Faltaban seis minutos para recibir al martes cuando el silbato ponía fin a la inquietud general, no tanto por miedo al empate como por llegar tarde a casa. Y de esta gloriosa manera quedaba inaugurado, de manera oficiosa y a la espera del cierre total, el nuevo campo de San Mamés. Sucedió en Bilbao el 16 de septiembre de 1913. ¿O era 2013? De cualquier manera, parece que fue ayer.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
lunes, 16 de septiembre de 2013
Llegó el gran día
Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario Deia el 16/09/2013
Y llegó el gran día. Ese día en el que el Athletic quiere dar un gran paso adelante después de sus más de cien años de historia. Hemos visto cómo el fútbol y muchos clubes se han ido modernizando en estas últimas décadas, y el Athletic, pionero en su trabajo como club por su cantera, su afición, su formación… no se podía quedar atrás.
Ver nacer a San Mamés de nuevo tiene que servir, si cabe, para trabajar más unidos hacia un mismo y único sentimiento Athletic.
Modernizarse no significa cambiar los valores, todo lo contrario. El Athletic necesita que cada niño o niña que nazca quiera jugar en el Athletic, quiera formar parte de esta gran familia. Unos conseguirán llegar arriba, otros se quedarán en el camino, pero lo importante es que todos defiendan y crean en este sentimiento que hace que el Athletic sea una fortaleza. San Mamés empieza una nueva era, pero con unos cimientos forjados por una afición que lleva al Athletic en el corazón, y que son indestructibles.
Hoy será la primera de las muchas batallas que habrá en los próximos años. Los que salten al campo serán unos privilegiados de vivir esa experiencia. Pero en el Athletic jugamos todos, los que están en el terreno de juego, los que en estos momentos pertenecen al club, los socios y aficionados que puedan estar en directo en esta cita y los miles y miles que por unas circunstancias u otras no puedan asistir. En el campo, los once que jueguen de inicio del Athletic no estarán solos, si no que jugarán acompañados por las infinitas almas que desean vestir esa camiseta y que la defienden con todo su amor propio.
Esta es la grandeza del Athletic, la que nos ha hecho fuertes y únicos.
¡¡AUPA ATHLETIC!!
Y llegó el gran día. Ese día en el que el Athletic quiere dar un gran paso adelante después de sus más de cien años de historia. Hemos visto cómo el fútbol y muchos clubes se han ido modernizando en estas últimas décadas, y el Athletic, pionero en su trabajo como club por su cantera, su afición, su formación… no se podía quedar atrás.
Ver nacer a San Mamés de nuevo tiene que servir, si cabe, para trabajar más unidos hacia un mismo y único sentimiento Athletic.
Modernizarse no significa cambiar los valores, todo lo contrario. El Athletic necesita que cada niño o niña que nazca quiera jugar en el Athletic, quiera formar parte de esta gran familia. Unos conseguirán llegar arriba, otros se quedarán en el camino, pero lo importante es que todos defiendan y crean en este sentimiento que hace que el Athletic sea una fortaleza. San Mamés empieza una nueva era, pero con unos cimientos forjados por una afición que lleva al Athletic en el corazón, y que son indestructibles.
Hoy será la primera de las muchas batallas que habrá en los próximos años. Los que salten al campo serán unos privilegiados de vivir esa experiencia. Pero en el Athletic jugamos todos, los que están en el terreno de juego, los que en estos momentos pertenecen al club, los socios y aficionados que puedan estar en directo en esta cita y los miles y miles que por unas circunstancias u otras no puedan asistir. En el campo, los once que jueguen de inicio del Athletic no estarán solos, si no que jugarán acompañados por las infinitas almas que desean vestir esa camiseta y que la defienden con todo su amor propio.
Esta es la grandeza del Athletic, la que nos ha hecho fuertes y únicos.
¡¡AUPA ATHLETIC!!
La joya de la corona
Artículo publicado por P. Ruiz en el diario Deia el 16/09/2013
San Mamés abre hoy sus puertas 27 meses y medio después de la colocación de la primera piedra
El estreno de los socios. El pasado viernes los rojiblancos se ejercitaron por segunda vez en el nuevo campo, ya ante la presencia de más de 10.000 socios del Athletic, que lo conocieron 'in situ' en lo que se entendió como una prueba de fuego. (Oskar Martínez, Zigor Alkorta y Pablo Viñas)
El esfuerzo ha merecido la pena". La expresión emana desde San Mames Barria, la sociedad propietaria del nuevo campo. Hoy llega el día D. 27 meses y medio después de que arrancaran las obras. Un tiempo de récord. Aunque los plazos definitivos se evaluarán una vez que el complejo esté construido al cien por cien. Habrá que esperar a inicios de 2015. Hoy es noche de gala. "Se habían generado en algunos foros ciertas dudas sobre si se llegaba a tiempo", recalcan los dueños del campo -Athletic, Diputación Foral de Bizkaia, Gobierno vasco, BBK y Ayuntamiento de Bilbao-, que han invertido, hasta la fecha, 141 millones de euros de los 200 totales que se prevén en el plan financiero.
Quedan los retoques de última hora, frenéticos hasta minutos antes de que arranque el Athletic-Celta, el partido que pasará a la historia como el primero que se disputa en la nueva joya de la corona para la familia rojiblanca. Todo comenzó hace seis años y medio, el 23 de marzo de 2007, cuando la Asamblea Extraordinaria de Socios Compromisarios, el órgano soberano del club, dio el visto bueno. Por entonces, Ana Urquijo, presidenta durante una temporada, tuvo el honor de ejercer de cabeza visible del proyecto, que pasó seguidamente a manos de la Junta Directiva presidida por Fernando García Macua y rematado por la actual presidencia de Josu Urrutia, que cortará la virtual cita que oficializa la apertura de San Mamés, el heredero de la vieja Catedral, con un siglo de servicio como legado.
Algunos sectores tildaban el campo como una obra faraónica, por aquello del alto coste que suponía en tiempos de crisis. Las instituciones, motores del proyecto, rebatieron semejantes argumentos. El minucioso informe económico elaborado al respecto ofreció datos rotundos: "Por cada euro de inversión pública en la construcción (aproximadamente 100 millones de euros) se estima un retorno en términos de recaudación tributaria de 0,9 euros, derivado del impacto económico generado por la actividad". Es decir, el esfuerzo inversor no cae en saco roto. Además, el estudio estima que la actividad económica anual incremental generada por la explotación de nuevo campo respecto al viejo se eleva a 14 millones de euros con un impacto total de 46 millones por temporada, así como una recaudación tributaria de seis millones por ejercicio.
Son las cifras redondas. Unos números que serán más fiables cuando el cálculo se aplique con el campo totalmente construido. Será, entonces, cuando se busquen otros caminos más allá de los domésticos (Liga BBVA y Copa). Esta misma semana se podría oficializar la candidatura de Bilbao como una de las posibles sedes de la Eurocopa 2020, que se celebrará en 13 Estados, y a medio plazo se pujará por acoger una final continental. Es el aval que aporta ser un campo Cinco Estrellas UEFA. El informe económico recoge un impacto directo de 14 millones de euros -58 millones si se habla de ingresos indirectos- en caso de albergar una final, mientras que ese mismo impacto directo se iría hasta los 68 millones si San Mamés fuera sede de grupo de una Eurocopa o de un Mundial.
REAJUSTES
El proyecto del campo se presentó en sociedad el 19 de octubre de 2009. Fue un acto con glamour. José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia, dejó un definición que simboliza la grandeza de San Mamés: "Es la nueva joya de la corona de Bilbao, de Bizkaia ...y de Euskadi". Enfatizó la última parte. Pasados cuatro años de aquel bautizo institucional, el proyecto, diseñado por el arquitecto César Azcárate, ha sufrido algunos reajustes. El aforo se queda en poco más de 53.300 espectadores, se han levantado tres graderíos, se ha instalado una cubierta que ha tomado la referencia del techo del Allianz Arena de Múnich, se ha modificado la idea original del exterior, con unas lamas especiales, el césped procede de Extremadura, el coste final de la construcción ha sufrido un recorte del 25% respecto a las primeras estimaciones, que rondaban los 240 millones de euros...
Esta noche a San Mamés le toca pasar la primera prueba del algodón. A los socios propietarios -Gobierno vasco y Ayuntamiento de Bilbao fueron los últimos es sumarse a un sociedad creada en su origen por Athletic, Diputación Foral de Bizkaia y BBK- les sacude ese cosquilleo que se genera en las horas previas a un acontecimiento de cariz histórico. Una noche que se ha hecho esperar desde que se colocara la primera piedra, el 26 de mayo de 2010. Esta noche las primeras casi 36.000 gargantas -el provisional aforo solo permite la entrada a los socios- encarnarán la magia del San Mamés de toda la vida. Por delante quedará otro año y medio de obras para que el nuevo campo emerja con el cien por cien construido. Es la joya de la corona.
San Mamés abre hoy sus puertas 27 meses y medio después de la colocación de la primera piedra
El estreno de los socios. El pasado viernes los rojiblancos se ejercitaron por segunda vez en el nuevo campo, ya ante la presencia de más de 10.000 socios del Athletic, que lo conocieron 'in situ' en lo que se entendió como una prueba de fuego. (Oskar Martínez, Zigor Alkorta y Pablo Viñas)
El esfuerzo ha merecido la pena". La expresión emana desde San Mames Barria, la sociedad propietaria del nuevo campo. Hoy llega el día D. 27 meses y medio después de que arrancaran las obras. Un tiempo de récord. Aunque los plazos definitivos se evaluarán una vez que el complejo esté construido al cien por cien. Habrá que esperar a inicios de 2015. Hoy es noche de gala. "Se habían generado en algunos foros ciertas dudas sobre si se llegaba a tiempo", recalcan los dueños del campo -Athletic, Diputación Foral de Bizkaia, Gobierno vasco, BBK y Ayuntamiento de Bilbao-, que han invertido, hasta la fecha, 141 millones de euros de los 200 totales que se prevén en el plan financiero.
Quedan los retoques de última hora, frenéticos hasta minutos antes de que arranque el Athletic-Celta, el partido que pasará a la historia como el primero que se disputa en la nueva joya de la corona para la familia rojiblanca. Todo comenzó hace seis años y medio, el 23 de marzo de 2007, cuando la Asamblea Extraordinaria de Socios Compromisarios, el órgano soberano del club, dio el visto bueno. Por entonces, Ana Urquijo, presidenta durante una temporada, tuvo el honor de ejercer de cabeza visible del proyecto, que pasó seguidamente a manos de la Junta Directiva presidida por Fernando García Macua y rematado por la actual presidencia de Josu Urrutia, que cortará la virtual cita que oficializa la apertura de San Mamés, el heredero de la vieja Catedral, con un siglo de servicio como legado.
Algunos sectores tildaban el campo como una obra faraónica, por aquello del alto coste que suponía en tiempos de crisis. Las instituciones, motores del proyecto, rebatieron semejantes argumentos. El minucioso informe económico elaborado al respecto ofreció datos rotundos: "Por cada euro de inversión pública en la construcción (aproximadamente 100 millones de euros) se estima un retorno en términos de recaudación tributaria de 0,9 euros, derivado del impacto económico generado por la actividad". Es decir, el esfuerzo inversor no cae en saco roto. Además, el estudio estima que la actividad económica anual incremental generada por la explotación de nuevo campo respecto al viejo se eleva a 14 millones de euros con un impacto total de 46 millones por temporada, así como una recaudación tributaria de seis millones por ejercicio.
Son las cifras redondas. Unos números que serán más fiables cuando el cálculo se aplique con el campo totalmente construido. Será, entonces, cuando se busquen otros caminos más allá de los domésticos (Liga BBVA y Copa). Esta misma semana se podría oficializar la candidatura de Bilbao como una de las posibles sedes de la Eurocopa 2020, que se celebrará en 13 Estados, y a medio plazo se pujará por acoger una final continental. Es el aval que aporta ser un campo Cinco Estrellas UEFA. El informe económico recoge un impacto directo de 14 millones de euros -58 millones si se habla de ingresos indirectos- en caso de albergar una final, mientras que ese mismo impacto directo se iría hasta los 68 millones si San Mamés fuera sede de grupo de una Eurocopa o de un Mundial.
REAJUSTES
El proyecto del campo se presentó en sociedad el 19 de octubre de 2009. Fue un acto con glamour. José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia, dejó un definición que simboliza la grandeza de San Mamés: "Es la nueva joya de la corona de Bilbao, de Bizkaia ...y de Euskadi". Enfatizó la última parte. Pasados cuatro años de aquel bautizo institucional, el proyecto, diseñado por el arquitecto César Azcárate, ha sufrido algunos reajustes. El aforo se queda en poco más de 53.300 espectadores, se han levantado tres graderíos, se ha instalado una cubierta que ha tomado la referencia del techo del Allianz Arena de Múnich, se ha modificado la idea original del exterior, con unas lamas especiales, el césped procede de Extremadura, el coste final de la construcción ha sufrido un recorte del 25% respecto a las primeras estimaciones, que rondaban los 240 millones de euros...
Esta noche a San Mamés le toca pasar la primera prueba del algodón. A los socios propietarios -Gobierno vasco y Ayuntamiento de Bilbao fueron los últimos es sumarse a un sociedad creada en su origen por Athletic, Diputación Foral de Bizkaia y BBK- les sacude ese cosquilleo que se genera en las horas previas a un acontecimiento de cariz histórico. Una noche que se ha hecho esperar desde que se colocara la primera piedra, el 26 de mayo de 2010. Esta noche las primeras casi 36.000 gargantas -el provisional aforo solo permite la entrada a los socios- encarnarán la magia del San Mamés de toda la vida. Por delante quedará otro año y medio de obras para que el nuevo campo emerja con el cien por cien construido. Es la joya de la corona.
Estrenamos San Mamés con una sonrisa
Viñeta publicada por Asier como motivo del partido inaugural del nuevo San Mamés en su blog 'Athletic Risas Club' el 16/09/2013 (Clic en la imagen para ampliarla)
Viñeta publicada por Argote en el diario Deia el 16/09/2013 (Clic en la imagen para ampliarla)
Viñeta publicada por Argote en el diario Deia el 16/09/2013 (Clic en la imagen para ampliarla)
El nuevo San Mamés
Fuente: www.eitb.com
Presentado por José Ituarte, este programa muestra en exclusiva las nuevas instalaciones del Athletic Club de Bilbao, a través de imágenes aéreas espectaculares grabadas por un octocóptero.
Presentado por José Ituarte, este programa muestra en exclusiva las nuevas instalaciones del Athletic Club de Bilbao, a través de imágenes aéreas espectaculares grabadas por un octocóptero.
sábado, 14 de septiembre de 2013
"¡Mourinho, que tú eres el segundo!"
Artículo publicado por Unai Larrea* en el diario Deia el 14/09/2013
El volcánico Luis Fernández, entrenador del Centenario, y el mediático linier Rafa Guerrero, hincha del Athletic desde crío, intercambian para 'Un siglo y 90 minutos' una batería de anécdotas
El popular exlinier leonés Rafa Guerrero, que confesó que su equipo era el Athletic tras retirarse, junto a Luis Fernández, que dirigió al equipo el año del Centenario. (U.L.)
Para cuando Luis Fernández llega del txoko, con el retraso habitual en todo aquel que pasa por el txoko antes de una cita, Rafa Guerrero ya se ha sacado como cinco docenas de fotos en el antepalco de San Mamés. Ha llegado por carretera, desde León, al volante de un BMW, en compañía de su pareja y de uno de sus hijos. La cámara de fotos echa humo: con el león disecado, junto al busto de Pichichi, sentado en los banquillos, sobre la cal de la banda que tantas veces recorrió de punta a punta... Hace ya unos años que Guerrero, castellano de pura cepa, salió del armario. Mientras fue juez de línea, jamás confesó su amor por el Athletic, que era de sobra conocido en petit comité. "¡Cómo iba a reconocerlo! Si lo hacía, me quedaba sin poder arbitrar en San Mamés, y eso para mí habría sido lo último", dice, momento en que el técnico tarifeño, ahora una estrella del espectro radiofónico francés, se incorpora a la charla "Es que no ser del Athletic es muy difícil", sentencia. Primera carcajada.
Es 12 de abril de 2013 y a San Mamés le quedan cinco partidos de vida: cuatro de Liga y el último contra la selección de Bizkaia. Sopla una ligera brisa que confiere un toque melancólico al encuentro. Fernández y Guerrero toman asiento, obedientes, y guardan silencio cuando el realizador se dispone a hacer la claqueta. En cuanto esta suena, clap, dos volcanes dialécticos entran en erupción de forma simultánea. Y este es el resultado.
Luis Fernández. Bueno, Rafa. Buen sitio San Mamés, ¿eh?
Rafa Guerrero. Fíjate, Luis: ser del Athletic y no poder decirlo por tu condición de árbitro, por el qué dirán, por miedo a que nunca te mandaran aquí a arbitrar... Escucha: Iribar, Sáez, Etxeberria, Beitia, Aranguren, Gisasola, Igartua, Larrauri, Betzuen, Ortuondo, Argoitia, Clemente, Arieta... El Athletic para mí es un sentimiento desde crío.
L. F. Pero, Rafa: tú me recitas la alineación de carrerilla y dices que eres del Athletic, pero muchas veces, cuando yo te tenía en la banda, no he sentido ese sentimiento, ¿eh?. Nos levantabas siempre la bandera. "¡Fuera de juego!".
R. G. ¿Tú sabes que yo lloré en San Mamés en pleno partido?
L. F. Sí, en tu primer partido después de aquel Zaragoza-Barça y el "No me jodas, Rafa", ¿no?
R. G. Correcto.
L. F. Cuando entraste al campo y te fuiste a aquella banda, todo el mundo se levantó para aplaudirte. Y yo pensando: "Todavía el partido no ha empezado y todo el mundo está aplaudiendo a un árbitro".
R. G. ¡A un linier! ¡Ni siquiera al árbitro, a un linier! Normalmente te insultan, pero allí era todo lo contrario. Era un Athletic-Logroñés. Yo había declarado que el fútbol no merecía la pena después de todo aquello.
L. F. Lo pasaste mal.
R. G. Muy mal. ¿A quién había matado yo?
L. F. A nadie.
R. G. Me había equivocado, sí, pero no podía estar escondido, como estuve una semana, ni ver a un hijo venir a casa llorando porque en el colegio le decían que su padre era un ladrón....
L. F. Y siendo de León, ¿cómo eres del Athletic?
R. G. En Castilla hubo un gran éxodo porque el trabajo estaba aquí, en Altos Hornos, en Bizkaia, y la gente de Castilla necesitaba salir a trabajar. Y en los veranos, siempre veías coches con matrícula BI, y venían los niños con los que antes jugabas en el colegio y que ahora se habían ido. Un día, un vecino, el padre de un amigo, vino de Bilbao, y en lugar de traerme un juguete me trajo un traje del Athletic, y pocos tenían entonces un traje porque eran momentos difíciles.
L. F. Y cuando te dan el traje del Athletic...
R. G. Uffff. Ese traje... Me iba a acostar, o hacía los deberes, y lo ponía en una silla y me pasaba horas mirándolo.
L. F. ¿Te das cuenta de un detalle? Es el destino. En tu peor momento, regresas en San Mamés.
R. G. ¡Claro! Y me vino todo eso a la cabeza: la camiseta, las medias, la infancia... Por eso me emocioné aquel día, por eso se me escapó una lágrima. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, incluso retirarme aquel mismo día.
L. F. Fue una de las muchísimas veces que yo entendí por qué a San Mamés se le dice La Catedral: aquí hay un conocimiento del fútbol, un sentir, un conocer el juego, apoyar, presionar... Porque esta es una afición fuerte, ¿eh? Cuando entrabas a este campo te daban ganas de responder a esta afición, de que la afición estuviera contenta con tu trabajo. Fuerte pero cariñosa. Nada más llegar, mi familia y yo muy pronto nos sentimos integrados y queridos.
R. G. Eso es una suerte, porque como árbitro nunca te integras en ningún sitio, y casi siempre huyes de todos: no tienes una afición, no tienes a nadie. Y aquí, en La Catedral, en este campo, lo que yo sentí cuando dije que pensaba en dejar el arbitraje, y cuando salto al campo y todo el mundo canta: "Rafa no te vayas, Rafa quédate"... A mí se me cayeron las lágrimas. No había empezado el partido y se me caían las lágrimas. La única vez en mi vida, en 16 años en Primera División, me pasó aquí, en este campo que yo soñaba de pequeño y que era lo máximo. Y ahí me di cuenta de que esto no es solo un campo de fútbol. Es algo más.
L. F. Es diferente.
R. G. Yo vi aplaudir a Raúl en este campo, con un 0-5. Y esas cosa se te quedan.
L. F. Es una afición que conoce el fútbol, que lo vive.
R. G. Y un mes después de aquello, yo vuelvo con un Athletic-Sevilla. Marqué una falta que no era, y me dijiste: "Rafa, no me jodas". Y yo me quedé tan parado... que sonreí. Y dije: "Este es un tío cojonudo". Me dejaste helado, y me dije: "No le pito una falta más".
L. F. Aquí hemos ganado muchos partidos porque la afición te lleva. Aquí, cuando vienen el Madrid o el Barça... Escucha: cuando llego a Bilbao, el primer año tenemos un partido aquí contra el Barça de Ronaldo, Figo, Guardiola... Que ves a esa afición que les espera con ganas... Y esa noche, cuando tú ves el campo lleno, el campo con lluvia...
R. G. Es que aquí, si no hay lluvia no empieza el partido.
L. F. La lluvia siempre ayuda. Cuando tú empiezas a poner un poco de ritmo, a atacar, a presionar, todo eso ayuda. Le estás diciendo a ese Barcelona: "Si queréis ganar aquí, vais a tener que sudar". Y empezamos perdiendo 0-1, empató José Mari, y luego la falta de Julen, que marca ese segundo gol...
R. G. No se te olvidará nunca.
L. F. Al final del partido tuve un pequeño problemilla con Mourinho.
R. G. ¿Qué pasó con Mourinho?
L. F. Mourinho estaba de segundo, y Robson era el número uno, pero Mourinho se levantaba, y pedía falta, y gritaba... Estaba entrando un poco demasiado en juego, y yo estaba en el banquillo, lo tenía al lado, y lo veía más a él que a Robson.
R. G. "Estaba entrando un poco demasiado en juego". ¡Qué bueno!
L. F. Y en ese momento me levanté y le dije a Mourinho: "¡Hombre, que tú eres el número dos! ¡El número uno es Robson! Déjale a él, no te pongas aquí, déjanos a nosotros...". Fue una noche... Al ganarle al Barça, en mi primer año, me digo: el año que viene, el año del Centenario, y en ese año del Centenario le tenemos que traer algo a la afición. Trajimos a los jugadores que necesitábamos, hicimos una buena plantilla. Y ese año hay un partido, el último, contra el Zaragoza, que si ganamos somos segundos y jugamos la Champions. Tú no te puedes imaginar lo que fue en toda la ciudad, en el campo...
L. F. Otro momento importante para mí fue cuando me fui de Bilbao y volví con el Espanyol. Mi primer partido fue contra el Athletic, aquí. Y aquel recibimiento, cuando tú sales y la gente se levanta... Eso también marca.
R. G. ¡Hombre! Es que tú y yo, sin ser vascos, hemos llevado el sentimiento dentro. ¡Te lo hacen llevar!
L. F. Te lo meten bien dentro.
R. G. Aquí se respira el fútbol: el olor a hierba cortada, el resbalón, volver a la carga, la grada entregada... Además, si estaba un poco tranquila, ya te encargabas tú de agitarla...
L. F. Se le empuja, se le pide...
R. G. Yo te decía: "¡Luis, por favor!'. Y tú hacías así (Guerrero muestra las palmas de la mano a la altura de los hombros) y ya está. Tenías que hacerlo. Yo lo entendía. Por cierto, has hablado del partido del Zaragoza. Sacaste una ikurriña, y aquello fue ya el éxtasis.
L. F. Tenía ganas de hacer algo. Y cogí una bandera, que era la ikurriña, y empecé a darle unos pases, y todo el público: "Olé, olé, olé".
R. G. Los pases los das bien.
L. F. Después, algunos me dijeron: "¿Tú sabes que esa noche tú tenías la ikurriña, y la ikurriña para nosotros es algo que vale, que tiene mucho valor? Te lo perdonamos porque tú tenías ganas de hacer sentir que una filosofía como la del Athletic, cien años, consiguiera acabar segundo de la Liga, y llegar a la Liga de Campeones, en una Liga muy competitiva". Barça, Valencia, Madrid, Sevilla... Ellos tenían el presupuesto muy alto, y el Athletic tenía sus límites. Y con sus límites, lo logramos. Nunca olvidaré esa noche.
R. G. Yo tengo una anécdota curiosa: estuve arbitrando un Athletic-Sevilla... y lo hice en Anoeta.
L. F. ¡Claro! ¡Si estaba yo! El 0-0.
R. G. Yo me disgusté: que me toque el Athletic y se juegue en Anoeta... ¡No lo puedo soportar! Eso sí, lleno el campo.
L. F. ¡Lleno, lleno, lleno! Había una apuesta, porque Anoeta no se llenaba nunca. Y entonces, cuando pasó aquello, dijimos que nosotros les íbamos a enseñar cómo se llena un campo, y toda la afición fue a Anoeta. Campo lleno, domingo por la tarde, buena temperatura... y 0-0. ¿Te acuerdas de ese partido?
L. F. Yo te voy a decir una cosa: Zidane y Deschamps, que vinieron aquí con la Juventus en Liga de Campeones, cuando me hablan de San Mamés, lo hacen con mucho respeto. "Me gusta jugar en San Mamés porque hay ambiente de fútbol. Jugar ahí es un placer", te dicen.
R. G. O sea, que no es que lo digamos tú y yo, Luis y Rafa.
L. F. Te lo dicen los demás. Zidane me dijo a mí: "¿Jugar en San Mamés? Un placer". Karembeu y Boghossian: "Joder, qué ambiente, este es un ambiente de fútbol". Francia jugó aquí el Mundial de 1982 contra Inglaterra. Y aquí traje yo a Platini a jugar un amistoso conmigo, contra los veteranos del Athletic campeón de Liga. La única vez que yo jugué aquí.
R. G. ¿Y Platini estaba contento?
L. F. Le gustó mucho. Si tú le preguntas lo que es la filosofía del Athletic, le encanta.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
El volcánico Luis Fernández, entrenador del Centenario, y el mediático linier Rafa Guerrero, hincha del Athletic desde crío, intercambian para 'Un siglo y 90 minutos' una batería de anécdotas
El popular exlinier leonés Rafa Guerrero, que confesó que su equipo era el Athletic tras retirarse, junto a Luis Fernández, que dirigió al equipo el año del Centenario. (U.L.)
Para cuando Luis Fernández llega del txoko, con el retraso habitual en todo aquel que pasa por el txoko antes de una cita, Rafa Guerrero ya se ha sacado como cinco docenas de fotos en el antepalco de San Mamés. Ha llegado por carretera, desde León, al volante de un BMW, en compañía de su pareja y de uno de sus hijos. La cámara de fotos echa humo: con el león disecado, junto al busto de Pichichi, sentado en los banquillos, sobre la cal de la banda que tantas veces recorrió de punta a punta... Hace ya unos años que Guerrero, castellano de pura cepa, salió del armario. Mientras fue juez de línea, jamás confesó su amor por el Athletic, que era de sobra conocido en petit comité. "¡Cómo iba a reconocerlo! Si lo hacía, me quedaba sin poder arbitrar en San Mamés, y eso para mí habría sido lo último", dice, momento en que el técnico tarifeño, ahora una estrella del espectro radiofónico francés, se incorpora a la charla "Es que no ser del Athletic es muy difícil", sentencia. Primera carcajada.
Es 12 de abril de 2013 y a San Mamés le quedan cinco partidos de vida: cuatro de Liga y el último contra la selección de Bizkaia. Sopla una ligera brisa que confiere un toque melancólico al encuentro. Fernández y Guerrero toman asiento, obedientes, y guardan silencio cuando el realizador se dispone a hacer la claqueta. En cuanto esta suena, clap, dos volcanes dialécticos entran en erupción de forma simultánea. Y este es el resultado.
Luis Fernández. Bueno, Rafa. Buen sitio San Mamés, ¿eh?
Rafa Guerrero. Fíjate, Luis: ser del Athletic y no poder decirlo por tu condición de árbitro, por el qué dirán, por miedo a que nunca te mandaran aquí a arbitrar... Escucha: Iribar, Sáez, Etxeberria, Beitia, Aranguren, Gisasola, Igartua, Larrauri, Betzuen, Ortuondo, Argoitia, Clemente, Arieta... El Athletic para mí es un sentimiento desde crío.
L. F. Pero, Rafa: tú me recitas la alineación de carrerilla y dices que eres del Athletic, pero muchas veces, cuando yo te tenía en la banda, no he sentido ese sentimiento, ¿eh?. Nos levantabas siempre la bandera. "¡Fuera de juego!".
R. G. ¿Tú sabes que yo lloré en San Mamés en pleno partido?
L. F. Sí, en tu primer partido después de aquel Zaragoza-Barça y el "No me jodas, Rafa", ¿no?
R. G. Correcto.
L. F. Cuando entraste al campo y te fuiste a aquella banda, todo el mundo se levantó para aplaudirte. Y yo pensando: "Todavía el partido no ha empezado y todo el mundo está aplaudiendo a un árbitro".
R. G. ¡A un linier! ¡Ni siquiera al árbitro, a un linier! Normalmente te insultan, pero allí era todo lo contrario. Era un Athletic-Logroñés. Yo había declarado que el fútbol no merecía la pena después de todo aquello.
L. F. Lo pasaste mal.
R. G. Muy mal. ¿A quién había matado yo?
L. F. A nadie.
R. G. Me había equivocado, sí, pero no podía estar escondido, como estuve una semana, ni ver a un hijo venir a casa llorando porque en el colegio le decían que su padre era un ladrón....
L. F. Y siendo de León, ¿cómo eres del Athletic?
R. G. En Castilla hubo un gran éxodo porque el trabajo estaba aquí, en Altos Hornos, en Bizkaia, y la gente de Castilla necesitaba salir a trabajar. Y en los veranos, siempre veías coches con matrícula BI, y venían los niños con los que antes jugabas en el colegio y que ahora se habían ido. Un día, un vecino, el padre de un amigo, vino de Bilbao, y en lugar de traerme un juguete me trajo un traje del Athletic, y pocos tenían entonces un traje porque eran momentos difíciles.
L. F. Y cuando te dan el traje del Athletic...
R. G. Uffff. Ese traje... Me iba a acostar, o hacía los deberes, y lo ponía en una silla y me pasaba horas mirándolo.
L. F. ¿Te das cuenta de un detalle? Es el destino. En tu peor momento, regresas en San Mamés.
R. G. ¡Claro! Y me vino todo eso a la cabeza: la camiseta, las medias, la infancia... Por eso me emocioné aquel día, por eso se me escapó una lágrima. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, incluso retirarme aquel mismo día.
L. F. Fue una de las muchísimas veces que yo entendí por qué a San Mamés se le dice La Catedral: aquí hay un conocimiento del fútbol, un sentir, un conocer el juego, apoyar, presionar... Porque esta es una afición fuerte, ¿eh? Cuando entrabas a este campo te daban ganas de responder a esta afición, de que la afición estuviera contenta con tu trabajo. Fuerte pero cariñosa. Nada más llegar, mi familia y yo muy pronto nos sentimos integrados y queridos.
R. G. Eso es una suerte, porque como árbitro nunca te integras en ningún sitio, y casi siempre huyes de todos: no tienes una afición, no tienes a nadie. Y aquí, en La Catedral, en este campo, lo que yo sentí cuando dije que pensaba en dejar el arbitraje, y cuando salto al campo y todo el mundo canta: "Rafa no te vayas, Rafa quédate"... A mí se me cayeron las lágrimas. No había empezado el partido y se me caían las lágrimas. La única vez en mi vida, en 16 años en Primera División, me pasó aquí, en este campo que yo soñaba de pequeño y que era lo máximo. Y ahí me di cuenta de que esto no es solo un campo de fútbol. Es algo más.
L. F. Es diferente.
R. G. Yo vi aplaudir a Raúl en este campo, con un 0-5. Y esas cosa se te quedan.
L. F. Es una afición que conoce el fútbol, que lo vive.
R. G. Y un mes después de aquello, yo vuelvo con un Athletic-Sevilla. Marqué una falta que no era, y me dijiste: "Rafa, no me jodas". Y yo me quedé tan parado... que sonreí. Y dije: "Este es un tío cojonudo". Me dejaste helado, y me dije: "No le pito una falta más".
L. F. Aquí hemos ganado muchos partidos porque la afición te lleva. Aquí, cuando vienen el Madrid o el Barça... Escucha: cuando llego a Bilbao, el primer año tenemos un partido aquí contra el Barça de Ronaldo, Figo, Guardiola... Que ves a esa afición que les espera con ganas... Y esa noche, cuando tú ves el campo lleno, el campo con lluvia...
R. G. Es que aquí, si no hay lluvia no empieza el partido.
L. F. La lluvia siempre ayuda. Cuando tú empiezas a poner un poco de ritmo, a atacar, a presionar, todo eso ayuda. Le estás diciendo a ese Barcelona: "Si queréis ganar aquí, vais a tener que sudar". Y empezamos perdiendo 0-1, empató José Mari, y luego la falta de Julen, que marca ese segundo gol...
R. G. No se te olvidará nunca.
L. F. Al final del partido tuve un pequeño problemilla con Mourinho.
R. G. ¿Qué pasó con Mourinho?
L. F. Mourinho estaba de segundo, y Robson era el número uno, pero Mourinho se levantaba, y pedía falta, y gritaba... Estaba entrando un poco demasiado en juego, y yo estaba en el banquillo, lo tenía al lado, y lo veía más a él que a Robson.
R. G. "Estaba entrando un poco demasiado en juego". ¡Qué bueno!
L. F. Y en ese momento me levanté y le dije a Mourinho: "¡Hombre, que tú eres el número dos! ¡El número uno es Robson! Déjale a él, no te pongas aquí, déjanos a nosotros...". Fue una noche... Al ganarle al Barça, en mi primer año, me digo: el año que viene, el año del Centenario, y en ese año del Centenario le tenemos que traer algo a la afición. Trajimos a los jugadores que necesitábamos, hicimos una buena plantilla. Y ese año hay un partido, el último, contra el Zaragoza, que si ganamos somos segundos y jugamos la Champions. Tú no te puedes imaginar lo que fue en toda la ciudad, en el campo...
L. F. Otro momento importante para mí fue cuando me fui de Bilbao y volví con el Espanyol. Mi primer partido fue contra el Athletic, aquí. Y aquel recibimiento, cuando tú sales y la gente se levanta... Eso también marca.
R. G. ¡Hombre! Es que tú y yo, sin ser vascos, hemos llevado el sentimiento dentro. ¡Te lo hacen llevar!
L. F. Te lo meten bien dentro.
R. G. Aquí se respira el fútbol: el olor a hierba cortada, el resbalón, volver a la carga, la grada entregada... Además, si estaba un poco tranquila, ya te encargabas tú de agitarla...
L. F. Se le empuja, se le pide...
R. G. Yo te decía: "¡Luis, por favor!'. Y tú hacías así (Guerrero muestra las palmas de la mano a la altura de los hombros) y ya está. Tenías que hacerlo. Yo lo entendía. Por cierto, has hablado del partido del Zaragoza. Sacaste una ikurriña, y aquello fue ya el éxtasis.
L. F. Tenía ganas de hacer algo. Y cogí una bandera, que era la ikurriña, y empecé a darle unos pases, y todo el público: "Olé, olé, olé".
R. G. Los pases los das bien.
L. F. Después, algunos me dijeron: "¿Tú sabes que esa noche tú tenías la ikurriña, y la ikurriña para nosotros es algo que vale, que tiene mucho valor? Te lo perdonamos porque tú tenías ganas de hacer sentir que una filosofía como la del Athletic, cien años, consiguiera acabar segundo de la Liga, y llegar a la Liga de Campeones, en una Liga muy competitiva". Barça, Valencia, Madrid, Sevilla... Ellos tenían el presupuesto muy alto, y el Athletic tenía sus límites. Y con sus límites, lo logramos. Nunca olvidaré esa noche.
R. G. Yo tengo una anécdota curiosa: estuve arbitrando un Athletic-Sevilla... y lo hice en Anoeta.
L. F. ¡Claro! ¡Si estaba yo! El 0-0.
R. G. Yo me disgusté: que me toque el Athletic y se juegue en Anoeta... ¡No lo puedo soportar! Eso sí, lleno el campo.
L. F. ¡Lleno, lleno, lleno! Había una apuesta, porque Anoeta no se llenaba nunca. Y entonces, cuando pasó aquello, dijimos que nosotros les íbamos a enseñar cómo se llena un campo, y toda la afición fue a Anoeta. Campo lleno, domingo por la tarde, buena temperatura... y 0-0. ¿Te acuerdas de ese partido?
L. F. Yo te voy a decir una cosa: Zidane y Deschamps, que vinieron aquí con la Juventus en Liga de Campeones, cuando me hablan de San Mamés, lo hacen con mucho respeto. "Me gusta jugar en San Mamés porque hay ambiente de fútbol. Jugar ahí es un placer", te dicen.
R. G. O sea, que no es que lo digamos tú y yo, Luis y Rafa.
L. F. Te lo dicen los demás. Zidane me dijo a mí: "¿Jugar en San Mamés? Un placer". Karembeu y Boghossian: "Joder, qué ambiente, este es un ambiente de fútbol". Francia jugó aquí el Mundial de 1982 contra Inglaterra. Y aquí traje yo a Platini a jugar un amistoso conmigo, contra los veteranos del Athletic campeón de Liga. La única vez que yo jugué aquí.
R. G. ¿Y Platini estaba contento?
L. F. Le gustó mucho. Si tú le preguntas lo que es la filosofía del Athletic, le encanta.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
viernes, 13 de septiembre de 2013
"Reescribimos la historia"
Artículo publicado por Unai Larrea* en el diario Deia el 13/09/2013
Nerea Onaindia y Susana Guerrero, capitanas del Athletic y del Puebla, rememoran para el documental 'Un siglo y 90 minutos' el primer partido femenino jugado en el campo de San Mamés
Domingo 30 de marzo de 2003. A falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato, el Athletic se juega más de tres cuartos de Superliga ante su rival más directo, el Puebla. La expectación es tan grande que el club, presidido por el malogrado Javier Uria, decide abrir, por primera vez en los 90 años de vida de su hogar, las puertas de San Mamés al fútbol femenino. El choque va a marcar un hito no solo en la historia de la entidad, también en la de las conquistas sociales. Hay curiosidad por ver cuántos espectadores son capaces de reunir las chicas de Iñigo Juaristi. El equipo femenino ha nacido hace solo unos meses, por lo que no hay precedentes que aporten una sola pista. ¿10.000? ¿15.000? ¿20.000?
Sábado 19 de enero de 2003. Nerea Onaindia y Susana Guerrero llevan años sin verse. Conocen de oídas las peripecias de una y otra tras colgar las botas, pero se ponen al día en unos pocos minutos. Muy pronto la conversación deriva hacia aquel histórico partido. Guerrero recuerda hasta el más mínimo detalle, imborrable como es el recuerdo grabado aquella lejana mañana de marzo; Onaindia trata de disimular, en un par de ocasiones sin demasiado éxito, la lucha interna que libra contra las emociones, a flor de piel una década después.
Susana Guerrero. Aquel día, cuando salimos del hotel y vimos tanta gente por la calle con las camisetas y las bufandas, decíamos: Bueno, jugará también el equipo masculino. Pero cuando llegamos al campo y vimos que todos iban hacia allí...
Nerea Onaindia. Nosotras vinimos al campo dos horas antes, para estar más tranquilas, pero vimos que ya estaban colocados los puestos de venta de banderas y chucherías, como en los partidos de los chicos, y dijimos: Jo, esto va a ser.... Y cuando salimos del túnel a calentar, empezamos a correr hacia la grada de enfrente, la Tribuna Este, y no nos atrevimos a mirar hacia atrás. Y al dar la vuelta, nos dijimos: Ostras, ¿qué es lo que hay ahí? Estaba la Tribuna Principal llena, pero todavía no había entrado todo el mundo. Tenían previsto abrir solo una grada, y tuvieron que abrir más. ¡No había ni entradas! Tuvieron que abrir las puertas cuando el partido llevaba ya unos cuantos minutos.
S. G. Es algo que no vamos a olvidar. Yo he estado muchos años jugando al fútbol y no lo voy a volver a vivir, y mucho menos en un escenario como este. Puedes tener muchos campos...
N. O. Pero este es especial.
S. G. Sí, y además la gente lo hizo especial. Ya la víspera, cuando llegamos al hotel, todos los periódicos hablaban del partido del día siguiente. ¡Todos! Increíble. La verdad es que nos jugábamos la Liga, porque los partidos que nos quedaban eran trámites. ¡Pero es que era en San Mamés! Tú, Nerea, al equipo de tu ciudad te lo imaginabas siempre en San Mamés, pero no te imaginabas que fueras a salir un día tú por el túnel de vestuarios y encontrarte en un San Mamés lleno. ¡Pues imagínate nosotras! No es lo mismo San Mamés lleno que nuestro campo, con aquellos señores del pueblo...
N. O. Que eran bastante cañeros...
S. G. Pero es que aquí, en San Mamés, metimos tres o cuatro veces la población de nuestro pueblo.
N. O. Ni siquiera era un sueño, porque de crías nunca pensamos en jugar aquí, ni siquiera que el Athletic tuviera equipo femenino.
S. G. Recuerdo niños que te pedían autógrafos, que te venían con la libreta, tan ilusionados... Para ellos era ilusión, pero ellos no sabían lo que realmente sentíamos nosotras...
N. O. Fueron momentos inolvidables. Yo creo que todas fuimos conscientes de que estábamos haciendo la historia.
S. G. Sí, sí, reescribimos la historia. Una anécdota: mi viaje de vuelta no fue demasiado bueno. Habíamos perdido una Liga y nos tocaba un largo viaje de vuelta. Pero tú oías a los directivos, que muchos eran del Athletic, que si habíamos vivido una experiencia que nadie antes había vivido, que si habíamos sido las primeras... Realmente, la gente iba contentísima porque habíamos vivido una experiencia irrepetible.
N. O. Pues nada, que ya sabes que dentro de seis meses van a derribar este campo, y el nuevo está aquí, justo al lado.
S. G. Sí, he visto los cimientos.
N. O. Es ilusionante poder tener un campo más grande, más moderno, que permite tener más socios...
S. G. ¿Pero no os da pena tirar este? Tanta historia que tiene...
N. O. Pues sí. Es un campo mítico para todo el mundo, no solo en el Estado sino a nivel mundial.
S. G. ¿Y el sentir de la gente? Porque, claro, aquí hay mucha gente que ha nacido con este campo, y el ver cómo van a tirar tanta historia...
N. O. Es una pena porque al final es derrumbar un montón de años de historia.
S. G. ¿Qué crees que recordarás dentro de 20 años?
N. O. Supongo que me acordaré de la grada llena aquel día y del momento que levanté los brazos tras marcar aquel primer gol.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
Nerea Onaindia y Susana Guerrero, capitanas del Athletic y del Puebla, rememoran para el documental 'Un siglo y 90 minutos' el primer partido femenino jugado en el campo de San Mamés
Domingo 30 de marzo de 2003. A falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato, el Athletic se juega más de tres cuartos de Superliga ante su rival más directo, el Puebla. La expectación es tan grande que el club, presidido por el malogrado Javier Uria, decide abrir, por primera vez en los 90 años de vida de su hogar, las puertas de San Mamés al fútbol femenino. El choque va a marcar un hito no solo en la historia de la entidad, también en la de las conquistas sociales. Hay curiosidad por ver cuántos espectadores son capaces de reunir las chicas de Iñigo Juaristi. El equipo femenino ha nacido hace solo unos meses, por lo que no hay precedentes que aporten una sola pista. ¿10.000? ¿15.000? ¿20.000?
Sábado 19 de enero de 2003. Nerea Onaindia y Susana Guerrero llevan años sin verse. Conocen de oídas las peripecias de una y otra tras colgar las botas, pero se ponen al día en unos pocos minutos. Muy pronto la conversación deriva hacia aquel histórico partido. Guerrero recuerda hasta el más mínimo detalle, imborrable como es el recuerdo grabado aquella lejana mañana de marzo; Onaindia trata de disimular, en un par de ocasiones sin demasiado éxito, la lucha interna que libra contra las emociones, a flor de piel una década después.
Susana Guerrero. Aquel día, cuando salimos del hotel y vimos tanta gente por la calle con las camisetas y las bufandas, decíamos: Bueno, jugará también el equipo masculino. Pero cuando llegamos al campo y vimos que todos iban hacia allí...
Nerea Onaindia. Nosotras vinimos al campo dos horas antes, para estar más tranquilas, pero vimos que ya estaban colocados los puestos de venta de banderas y chucherías, como en los partidos de los chicos, y dijimos: Jo, esto va a ser.... Y cuando salimos del túnel a calentar, empezamos a correr hacia la grada de enfrente, la Tribuna Este, y no nos atrevimos a mirar hacia atrás. Y al dar la vuelta, nos dijimos: Ostras, ¿qué es lo que hay ahí? Estaba la Tribuna Principal llena, pero todavía no había entrado todo el mundo. Tenían previsto abrir solo una grada, y tuvieron que abrir más. ¡No había ni entradas! Tuvieron que abrir las puertas cuando el partido llevaba ya unos cuantos minutos.
S. G. Es algo que no vamos a olvidar. Yo he estado muchos años jugando al fútbol y no lo voy a volver a vivir, y mucho menos en un escenario como este. Puedes tener muchos campos...
N. O. Pero este es especial.
S. G. Sí, y además la gente lo hizo especial. Ya la víspera, cuando llegamos al hotel, todos los periódicos hablaban del partido del día siguiente. ¡Todos! Increíble. La verdad es que nos jugábamos la Liga, porque los partidos que nos quedaban eran trámites. ¡Pero es que era en San Mamés! Tú, Nerea, al equipo de tu ciudad te lo imaginabas siempre en San Mamés, pero no te imaginabas que fueras a salir un día tú por el túnel de vestuarios y encontrarte en un San Mamés lleno. ¡Pues imagínate nosotras! No es lo mismo San Mamés lleno que nuestro campo, con aquellos señores del pueblo...
N. O. Que eran bastante cañeros...
S. G. Pero es que aquí, en San Mamés, metimos tres o cuatro veces la población de nuestro pueblo.
N. O. Ni siquiera era un sueño, porque de crías nunca pensamos en jugar aquí, ni siquiera que el Athletic tuviera equipo femenino.
S. G. Recuerdo niños que te pedían autógrafos, que te venían con la libreta, tan ilusionados... Para ellos era ilusión, pero ellos no sabían lo que realmente sentíamos nosotras...
N. O. Fueron momentos inolvidables. Yo creo que todas fuimos conscientes de que estábamos haciendo la historia.
S. G. Sí, sí, reescribimos la historia. Una anécdota: mi viaje de vuelta no fue demasiado bueno. Habíamos perdido una Liga y nos tocaba un largo viaje de vuelta. Pero tú oías a los directivos, que muchos eran del Athletic, que si habíamos vivido una experiencia que nadie antes había vivido, que si habíamos sido las primeras... Realmente, la gente iba contentísima porque habíamos vivido una experiencia irrepetible.
N. O. Pues nada, que ya sabes que dentro de seis meses van a derribar este campo, y el nuevo está aquí, justo al lado.
S. G. Sí, he visto los cimientos.
N. O. Es ilusionante poder tener un campo más grande, más moderno, que permite tener más socios...
S. G. ¿Pero no os da pena tirar este? Tanta historia que tiene...
N. O. Pues sí. Es un campo mítico para todo el mundo, no solo en el Estado sino a nivel mundial.
S. G. ¿Y el sentir de la gente? Porque, claro, aquí hay mucha gente que ha nacido con este campo, y el ver cómo van a tirar tanta historia...
N. O. Es una pena porque al final es derrumbar un montón de años de historia.
S. G. ¿Qué crees que recordarás dentro de 20 años?
N. O. Supongo que me acordaré de la grada llena aquel día y del momento que levanté los brazos tras marcar aquel primer gol.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
"Venir a San Mamés es algo más"
Artículo publicado por Unai Larrea* en el diario Deia el 12/09/2013
Joseba Etxeberria, el tercer 'león' con más partidos oficiales, y Xavi Hernández, que nunca perdió en sus visitas a 'La Catedral', rinden tributo a San Mamés en el documental 'Un siglo y 90 minutos'
6 de febrero de 2013. Es miércoles y no hay forma de dar con una combinación que permita a Xavi Hernández entrenar la mañana del día 7 en Barcelona, viajar a mediodía hasta Bilbao, ver por la tarde el Barcelona-Madrid de la Copa ACB en el Buesa Arena, grabar su entrevista con Joseba Etxeberria en San Mamés la mañana del día 8 y regresar a la Ciudad Condal. La conexión Bilbao-Barcelona está en precario desde que solo Vueling la explota. Todo son problemas. Suena el móvil. Es un SMS del responsable de prensa del FC Barcelona. Más problemas, seguro. "Oye, chato, olvídate de los vuelos, que Xavi se coge el jueves un avión privado a Bilbao, el viernes por la mañana graba en San Mamés con Joseba y a mediodía se vuelve a Barcelona en el avión privado. Y lo paga él de su bolsillo, claro".
Al leer el mensaje, el periodista, sorprendido, piensa que la mística del campo del Athletic, su condición catedralicia, no es una bilbainada más, tampoco uno de esos tópicos tan gastados por su mal uso que campan a sus anchas por el mundo del fútbol. Vamos, que va a ser verdad que San Mamés es un espacio físico y emocional único. Que algo tendrá el agua cuando la bendicen. La sonrisa de Xavi Hernández cuando acaricia al león del antepalco; el brillo de sus ojos cuando palpa, respetuoso, el busto de Pichichi; su recogimiento cuando baja a los vestuarios en compañía de Joseba Etxeberria, su gran amigo en Bilbao, con quien se ha citado para la grabación de Un siglo y 90 minutos; y el chorro de anécdotas, vivencias y recuerdos que mana de su boca nada más pisar el césped corroboran aquella impresión inicial. Sí, San Mamés es único, y no lo decimos solo nosotros, los orgullosos y fanfarrones bilbainos, sino que lo certifican los otros con sus palabras y sus acciones. "¿Cuánto costará un avión privado?". Mejor no pensarlo.
Xavi Hernández. Venir aquí siempre es una maravilla: el césped, el estadio, la afición... Es muy leal aquí la afición al futbolista. Una maravilla.
Joseba Etxeberria. Sí, da igual el partido que sea. Yo recuerdo un partido que jugamos, dieciseisavos de final de Copa o algo así, contra el Melilla, y había 30.000 personas.
X. H. Ya sabes que yo no he perdido nunca aquí, en San Mamés...
J. E. Ya sé, ya sé, ja, ja.
X. H. ¡Casualidad! Igual he venido once, doce, trece veces, y no he perdido ningún partido. ¡Por eso me gusta tanto!
J. E. Recuerdo un partido que te cambian y la gente empezó...
X. H. Sí, fue una maravilla. Me han cambiado un par de veces o tres, y la gente me ha ovacionado. Me he sentido como en casa, como si estuviera jugando en el Camp Nou. Es una pasada la gente de aquí, te respeta. La hermandad Catalunya-País Vasco...
J. E. Eso ayuda mucho.
X. H. Tú viniste de la Real, pero esto del Athletic lo llevas muy adentro. De hecho, sentaste un precedente: jugaste gratis tu última temporada.
J. E. Tenía ganas de poder devolver algo de todo lo que habían hecho aquí por mí. Yo vengo de otro club, pero la sensación que tengo desde el primer día es que este club está hecho a mi medida: cómo es la gente, la ciudad, los valores que quiere transmitir el club...
X. H. Fíjate que San Mamés siempre me trae buenos recuerdos.
J. E. A mí también. Bueno, alguno malo también...
X. H. El día del Levante aquí, ¿no? Un sufrimiento espectacular, ¿no? El sentimiento de poder bajar de categoría...
J. E. Hemos pasado momentos muy malos, pero alguno dramático. Mi primer año nos jugamos la promoción de descenso en casa contra el Rayo, pero el empate nos valía. Fue dramático, pero el día del Levante, con un simple empate habríamos bajado. Y lo mismo que tienes ese plus de fuerza con la gente que te arropa, tienes ese plus de responsabilidad representando a un club que jamás ha jugado en Segunda División, que siempre ha estado en Primera.
X. H. Tiene que ser muy dura esa semana, tensión...
J. E. No te lo aconsejo.
X. H. No, no, no, seguro. Situación complicadísima. Y más jugando en casa, porque si vas a jugar fuera quizás tienes menos presión...
J. E. Y en el descanso, 0-0.
X. H. Pero la gente no os ha fallado nunca. Estando en Champions, lógicamente, y en una final está con vosotros, pero en momentos malos, como el día del Levante, la gente está ahí: campo lleno, a reventar... Esa es la envidia un poco de la afición de San Mamés. Envidia de la mayoría de las aficiones del resto del mundo: siempre están fieles.
J. E. Siempre. Da igual cuál sea el momento del equipo, da igual cuál sea el juego del equipo, porque ha habido temporadas en que hemos jugado verdaderamente mal: da igual. Aquí el Athletic está por encima de todo. De hecho, hay muchísima gente en Bilbao que no le gusta el fútbol, pero todo el mundo sabe lo que ha hecho el Athletic.
X. H. Es como una religión. Va dentro del ser.
J. E. Va en la sangre.
X. H. Va en la familia, sí, sí. Por eso a mí me da pena que lo derriben.
J. E. A mí también.
X. H. Campo histórico donde los haya. Será parecido el campo nuevo, ¿no?
J. E. Más moderno.
X. H. Se ve más alto también. Para los socios, mucho mejor.
J. E. Bueno, no sé si podrá tener la magia que tiene San Mamés.
X. H. Con el paso de los años, quizá. Esto es histórico, este campo es magnífico.
J. E. Se ha intentado, dentro de la magia que este tiene, hacerlo parecido... Pero yo la sensación que tengo es como cuando te vas de casa: es triste porque te vas de tu hogar, pero es para mejorar, porque tú lo eliges, y al final nos vamos justo aquí al lado, en la misma calle, la calle Pichichi.
X. H. Habrá nostalgia, pero es cuestión del paso de los años, el paso del tiempo, el paso de los partidos.
J. E. ¿Qué destacarías de San Mamés, Xavi?
X. H. Campo histórico, la cercanía del público, la lealtad del público hacia los futbolistas, ese ambiente, se ganara o se perdiera, de fidelidad al equipo...
J. E. Ambiente de fútbol.
X. H. Sí, ambiente de fútbol total, total, total. La verdad es que entras aquí y es como un símbolo del fútbol mundial. El hecho de venir a San Mamés es algo más, es un plus.
J. E. Nosotros hemos jugado aquí muchas veces. Pero yo, la sensación cuando viene un equipo de fuera por primera vez, ese ritual por el que el capitán va por toda la tribuna, llega aquí, hasta el palco y el busto de Pichichi, todo el mundo se abre y entrega un ramo de flores... Esa sensación...
X. H. Solo ese momento ya es histórico, ya es algo más, es un plus. Yo he disfrutado muchísimo viniendo aquí a San Mamés, pero muchísimo. La sensación de tener ganas de jugar al fútbol, de esa sensación de decir que tengo ganas de participar, tengo ganas de jugar.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
Joseba Etxeberria, el tercer 'león' con más partidos oficiales, y Xavi Hernández, que nunca perdió en sus visitas a 'La Catedral', rinden tributo a San Mamés en el documental 'Un siglo y 90 minutos'
6 de febrero de 2013. Es miércoles y no hay forma de dar con una combinación que permita a Xavi Hernández entrenar la mañana del día 7 en Barcelona, viajar a mediodía hasta Bilbao, ver por la tarde el Barcelona-Madrid de la Copa ACB en el Buesa Arena, grabar su entrevista con Joseba Etxeberria en San Mamés la mañana del día 8 y regresar a la Ciudad Condal. La conexión Bilbao-Barcelona está en precario desde que solo Vueling la explota. Todo son problemas. Suena el móvil. Es un SMS del responsable de prensa del FC Barcelona. Más problemas, seguro. "Oye, chato, olvídate de los vuelos, que Xavi se coge el jueves un avión privado a Bilbao, el viernes por la mañana graba en San Mamés con Joseba y a mediodía se vuelve a Barcelona en el avión privado. Y lo paga él de su bolsillo, claro".
Al leer el mensaje, el periodista, sorprendido, piensa que la mística del campo del Athletic, su condición catedralicia, no es una bilbainada más, tampoco uno de esos tópicos tan gastados por su mal uso que campan a sus anchas por el mundo del fútbol. Vamos, que va a ser verdad que San Mamés es un espacio físico y emocional único. Que algo tendrá el agua cuando la bendicen. La sonrisa de Xavi Hernández cuando acaricia al león del antepalco; el brillo de sus ojos cuando palpa, respetuoso, el busto de Pichichi; su recogimiento cuando baja a los vestuarios en compañía de Joseba Etxeberria, su gran amigo en Bilbao, con quien se ha citado para la grabación de Un siglo y 90 minutos; y el chorro de anécdotas, vivencias y recuerdos que mana de su boca nada más pisar el césped corroboran aquella impresión inicial. Sí, San Mamés es único, y no lo decimos solo nosotros, los orgullosos y fanfarrones bilbainos, sino que lo certifican los otros con sus palabras y sus acciones. "¿Cuánto costará un avión privado?". Mejor no pensarlo.
Xavi Hernández. Venir aquí siempre es una maravilla: el césped, el estadio, la afición... Es muy leal aquí la afición al futbolista. Una maravilla.
Joseba Etxeberria. Sí, da igual el partido que sea. Yo recuerdo un partido que jugamos, dieciseisavos de final de Copa o algo así, contra el Melilla, y había 30.000 personas.
X. H. Ya sabes que yo no he perdido nunca aquí, en San Mamés...
J. E. Ya sé, ya sé, ja, ja.
X. H. ¡Casualidad! Igual he venido once, doce, trece veces, y no he perdido ningún partido. ¡Por eso me gusta tanto!
J. E. Recuerdo un partido que te cambian y la gente empezó...
X. H. Sí, fue una maravilla. Me han cambiado un par de veces o tres, y la gente me ha ovacionado. Me he sentido como en casa, como si estuviera jugando en el Camp Nou. Es una pasada la gente de aquí, te respeta. La hermandad Catalunya-País Vasco...
J. E. Eso ayuda mucho.
X. H. Tú viniste de la Real, pero esto del Athletic lo llevas muy adentro. De hecho, sentaste un precedente: jugaste gratis tu última temporada.
J. E. Tenía ganas de poder devolver algo de todo lo que habían hecho aquí por mí. Yo vengo de otro club, pero la sensación que tengo desde el primer día es que este club está hecho a mi medida: cómo es la gente, la ciudad, los valores que quiere transmitir el club...
X. H. Fíjate que San Mamés siempre me trae buenos recuerdos.
J. E. A mí también. Bueno, alguno malo también...
X. H. El día del Levante aquí, ¿no? Un sufrimiento espectacular, ¿no? El sentimiento de poder bajar de categoría...
J. E. Hemos pasado momentos muy malos, pero alguno dramático. Mi primer año nos jugamos la promoción de descenso en casa contra el Rayo, pero el empate nos valía. Fue dramático, pero el día del Levante, con un simple empate habríamos bajado. Y lo mismo que tienes ese plus de fuerza con la gente que te arropa, tienes ese plus de responsabilidad representando a un club que jamás ha jugado en Segunda División, que siempre ha estado en Primera.
X. H. Tiene que ser muy dura esa semana, tensión...
J. E. No te lo aconsejo.
X. H. No, no, no, seguro. Situación complicadísima. Y más jugando en casa, porque si vas a jugar fuera quizás tienes menos presión...
J. E. Y en el descanso, 0-0.
X. H. Pero la gente no os ha fallado nunca. Estando en Champions, lógicamente, y en una final está con vosotros, pero en momentos malos, como el día del Levante, la gente está ahí: campo lleno, a reventar... Esa es la envidia un poco de la afición de San Mamés. Envidia de la mayoría de las aficiones del resto del mundo: siempre están fieles.
J. E. Siempre. Da igual cuál sea el momento del equipo, da igual cuál sea el juego del equipo, porque ha habido temporadas en que hemos jugado verdaderamente mal: da igual. Aquí el Athletic está por encima de todo. De hecho, hay muchísima gente en Bilbao que no le gusta el fútbol, pero todo el mundo sabe lo que ha hecho el Athletic.
X. H. Es como una religión. Va dentro del ser.
J. E. Va en la sangre.
X. H. Va en la familia, sí, sí. Por eso a mí me da pena que lo derriben.
J. E. A mí también.
X. H. Campo histórico donde los haya. Será parecido el campo nuevo, ¿no?
J. E. Más moderno.
X. H. Se ve más alto también. Para los socios, mucho mejor.
J. E. Bueno, no sé si podrá tener la magia que tiene San Mamés.
X. H. Con el paso de los años, quizá. Esto es histórico, este campo es magnífico.
J. E. Se ha intentado, dentro de la magia que este tiene, hacerlo parecido... Pero yo la sensación que tengo es como cuando te vas de casa: es triste porque te vas de tu hogar, pero es para mejorar, porque tú lo eliges, y al final nos vamos justo aquí al lado, en la misma calle, la calle Pichichi.
X. H. Habrá nostalgia, pero es cuestión del paso de los años, el paso del tiempo, el paso de los partidos.
J. E. ¿Qué destacarías de San Mamés, Xavi?
X. H. Campo histórico, la cercanía del público, la lealtad del público hacia los futbolistas, ese ambiente, se ganara o se perdiera, de fidelidad al equipo...
J. E. Ambiente de fútbol.
X. H. Sí, ambiente de fútbol total, total, total. La verdad es que entras aquí y es como un símbolo del fútbol mundial. El hecho de venir a San Mamés es algo más, es un plus.
J. E. Nosotros hemos jugado aquí muchas veces. Pero yo, la sensación cuando viene un equipo de fuera por primera vez, ese ritual por el que el capitán va por toda la tribuna, llega aquí, hasta el palco y el busto de Pichichi, todo el mundo se abre y entrega un ramo de flores... Esa sensación...
X. H. Solo ese momento ya es histórico, ya es algo más, es un plus. Yo he disfrutado muchísimo viniendo aquí a San Mamés, pero muchísimo. La sensación de tener ganas de jugar al fútbol, de esa sensación de decir que tengo ganas de participar, tengo ganas de jugar.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
Así es San Mamés
Fuente: www.athletic-club.net
Así es San Mamés o así será cuando finalice su construcción. En el vídeo adjunto, el arquitecto que ha diseñado el campo, y varios componentes de su equipo, nos presentan las características fundamentales de San Mamés, los criterios utilizados en su construcción, la ligazón del edificio con la Villa o, entre otros detalles, la esencia buscada para nuestra nueva casa sin renunciar ni olvidar de dónde venimos.
Así es San Mamés o así será cuando finalice su construcción. En el vídeo adjunto, el arquitecto que ha diseñado el campo, y varios componentes de su equipo, nos presentan las características fundamentales de San Mamés, los criterios utilizados en su construcción, la ligazón del edificio con la Villa o, entre otros detalles, la esencia buscada para nuestra nueva casa sin renunciar ni olvidar de dónde venimos.
jueves, 12 de septiembre de 2013
"Fue un puñetazo a lo Ruiz-Mateos"
Artículo publicado por Unai Larrea* en el diario Deia el 11/09/2013
Villar y Del Bosque comparten sus anécdotas, enfrentamientos y recuerdos de San Mamés, incluido el famoso incidente del bilbaino con Johan Cruyff, para el documental 'Un siglo y 90 minutos'
22 de enero de 2013. Nieva en toda Castilla y, sin embargo, ahí están Vicente del Bosque y Ángel María Villar, jugándose el tipo en una furgoneta de gama alta de la Federación Española de Fútbol. Lo más prudente hubiera sido darse la vuelta en Somosierra, o incluso en Burgos, donde el temporal arrecia, pero su agenda está tan apretada, y les ofrece tan pocas alternativas, que arrean para no faltar a su cita con San Mamés, muy posiblemente la última. Ambos quieren participar, como sea, en Un siglo y 90 minutos, el documental que pretende rendir tributo al viejo campo del Athletic, un estadio que por aquel entonces seguía en pie, tan rotundo y tan majestuoso que resultaba imposible imaginarlo reducido a un montón de escombros, lo que es hoy en día... La cuestión es que Villar y Del Bosque derrotan a la nieve y se plantan con una amplia sonrisa en la puerta de acceso a los vestuarios de San Mamés. Del Bosque silba y arquea sus cejas, impactado, al contemplar el esqueleto de cemento del nuevo campo del Athletic. El periodista le da las gracias por acudir a la cita en este día de perros. "El placer es mío, de verdad", se presenta, tan sencillo y campechano como aparece en el televisor, el seleccionador campeón del mundo. "¿Sabías que yo de pequeño era del Athletic?", rompe el hielo.
Vicente del Bosque. ¿De verdad que naciste aquí al lado?
Ángel María Villar. Sí, sí. San Mamés es parte de mi niñez. Mi madre, a pocos metros de donde estamos sentados, me dio a luz un 21 de enero de 1950, y desde la ventana de su habitación se veía San Mamés, se veía el césped. Toda mi niñez se ha desarrollado alrededor de este campo. Jugaba al fútbol fuera del campo con mis amigos del barrio.
V. B. ¿Tú entrabas aquí a ver los partidos del Athletic?
Á. M. V. Sobre todo a los entrenamientos. Con diez o doce años, San Mamés era como un juguete para nosotros: entrábamos aquí, corríamos, saltábamos, no en el césped sino en la tribuna... Cuando ya empecé a jugar al fútbol, yo me entrenaba con los juveniles del Athletic. Y yo no podía ir a los entrenamientos de Etxebarri y de Mallona porque estaba en la escuela, en los Escolapios. Y venía a entrenarme aquí a las siete de la tarde. Nos entrenábamos en la tribuna, sobre cemento, con José Luis Garai, que en paz descanse. Y alguna vez José Luis, extralimitándose, nos dejaba entrenar en un rincón del césped, que, por cierto, cuando llovía estaba prohibido, y al día siguiente le llamaban la atención, a ver por qué habíamos entrenado niños en San Mamés. Esta zona es mi barrio, es parte de mi infancia.
V. B. Yo, como muchos chavales de provincia, de Salamanca, aficionados al fútbol, éramos todos del Athletic de Bilbao. Teníamos todos una admiración y un sentimiento a la pureza que tenía el Athletic. ¿Mi primer partido aquí? Fue con la selección castellana entonces, madrileña actual, contra la selección vizcaína en abril de 1969, con 18 años. Perdimos. Para nosotros era un privilegio jugar en este campo. Recuerdo las vallas por fuera, que eran como de cemento, y el campo casi lleno para ver un partido de juveniles. Recuerdo a Zuloaga, Ortuondo, Viteri... Ese es mi primer recuerdo de San Mamés. Luego hemos coincidido.
Á. M. V. ¿Alguna vez nos ganasteis aquí en San Mamés?
V. B. No, no. Perdimos aquí con el Córdoba, como tú bien sabes, 5-0. Nos dieron un repaso... Recuerdo que solo era centro de Txetxu, remate de Uriarte, centro por el otro lado... Nos dieron un repaso.
Á. M. V. ¿Metiste algún gol?
V. B. Sí, con el Castellón. Fue una falta en diagonal, un poquito alejada del área, creo que me marcaba Larrauri, mítico defensa del Athletic, y de cabeza marqué el 1-1.
Á. M. V. ¿Cómo calificarías a San Mamés?
V. B. Un campo que, como local, para todos los que venían era muy difícil. Yo recuerdo el fútbol propio de cada región: antes había el fútbol vasco, el fútbol del Athletic, el fútbol directo, de llegar al área muy rápido, de muchos centros y remates... Ahora yo creo que se ha perdido, el fútbol está más globalizado. ¿El mayor recuerdo de San Mamés? De pasarlo muy mal todos los partidos.
Á. M. V. ¿Veníais a gusto?
V. B. Siempre muy a gusto. Yo siempre he jugado muy cómodo en San Mamés. La admiración que sentíamos por el Athletic era recíproca, había jugadores del Athletic que sentían admiración y respeto por el Real Madrid.
Á. M. V. Hay dos momentos muy especiales en mi vida como jugador del Athletic. El primero es cuando debuté, en 1971, que jugué diez minutos, al final, contra la UD Las Palmas. Mi sueño era jugar en el Athletic y jugar en San Mamés, porque había nacido a diez metros del campo. Toda mi vida ha sido San Mamés. Y, el segundo, la final de la UEFA contra la Juventus de Turín. Allí perdimos 1-0 y aquí ganamos 2-1. Fue un partido intensísimo. Pero tengo también recuerdos maravillosos de cuando empecé a jugar en Primera División, porque había veteranos a los que había visto yo en la infancia: Iribar, Fidel Uriarte, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Rojo, Arieta... Ante todo, me transmitieron un gran respeto. Tengo una anécdota del primer viaje que hice con el Athletic de Bilbao, en el tren. Teníamos que ir a Madrid en coche-cama. Llego yo, joven, primera convocatoria, y me pongo en el vagón en el medio. Y entonces me llamó Argoitia, que era capitán en aquel momento, y me dijo: "Chaval, eso es para los veteranos. Chaval, a la rueda".
V. B. A la rueda.
Á. M. V. Y después me han transmitido muchísimas enseñanzas de respeto, de disciplina, de respeto a esta institución, el significado que tiene defender los colores del Athletic, jugadores que llevo en el corazón porque me permitieron aprender muchísimas cosas.
V. B. Cosas que tuviste la posibilidad de transmitir luego.
Á. M. V. Además, yo tenía ciertas inquietudes, que igual mis compañeros no las tenían. Inquietudes de ser el defensor de los derechos del futbolista, de ir a hablar de las primas, de los días de fiesta, de Hacienda... Muchos compañeros me decían que yo no iba a ser entrenador cuando dejara el fútbol, sino que iba a ser dirigente. Acertaron.
V. B. ¿Y tienes algún recuerdo malo de San Mamés? Aparte de cuando te echaron...
Á. M. V. ¿Recuerdo malo? Que le agredí a Johan Cruyff. Sí, es un recuerdo malo porque dejé el Athletic...
V. B. Pero fue un puñetazo a lo Ruiz-Mateos...
Á. M. V. Fue una caricia. Al final del partido, el míster y Ángel Iribar me llamaron la atención, y además bien llamada, porque mi comportamiento no fue el correcto. Además, Iribar me solicitó que fuera a pedir perdón a Johan Cruyff.
V. B. Qué bueno, tío.
A. M. V. Y así lo hice. Yo tenía 24 años, era un crío. Salí de la caseta y me fui a la caseta del visitante. Toqué la puerta, y me abren la puerta el padre de Ángel Mur y Ángel Mur. "Hombre, Ángel, ¿qué?". "Pues vengo a pedir perdón a Johan Cruyff". Todo el mundo se acuerda de esa anécdota.
V. B. Fue una cosa negativa, un hecho que a lo mejor no es muy edificante, pero que lo resolviste de la mejor manera.
Á. M. V. Después fui a Barcelona y pedí perdón. Bueno, como antes me has calificado como futbolista, ¿yo tendría hoy lugar en la selección?
V. B. Pues no lo sé. Comparar tiempos no es fácil, incluso te diría que ahora, con los centrocampistas que tenemos, lo tendrías muy difícil, ¿eh?
Á. M. V. Te iba a contestar yo así a la pregunta.
V. B. Los dos lo tendríamos muy difícil, esa es la realidad. Pero no porque seamos humildes y tal, sino por la realidad. Nosotros ahora no tenemos tres centrocampistas, sino 16, que pueden jugar perfectamente y con un excelente nivel. Por cierto, ¿algún recuerdo de los que te gustaría comentarnos, alguna nostalgia del pasado que dirías: "La señora fulana de tal, que nos limpiaba las camisetas"?
Á. M. V. En mi niñez, había aquí un caserío, que se llamaba caserío San Dios...
V. B. Estabais entre santos: San Mamés, San Dios...
Á. M. V. No, no, el caserío era San Dios, que tuvo una historia al final del siglo XIX, principios del XX, que aparecían fantasmas... En ese caserío, el club daba la ropa de los jugadores a lavar. Yo recuerdo que, a veces, entraba en el caserío y me ponía la camiseta del Athletic. Eran unas camisetas gordísimas, como de lona, de invierno, y me ponía y parecía que llevaba un camisón, cuando tenía 8 o 9 años.
V. B. Si tuvieras que decir un jugador de campo con el que te entendieras bien, y que te gustaría destacar, sin menospreciar a nadie...
Á. M. V. Fidel Uriarte.
V. B. ¡Fidel Uriarte!
Á. M. V. Impresionante. Fidel Uriarte tenía una fuerza extraordinaria, era goleador, jugaba muy bien al fútbol, era izquierdo, que es muy bonito, tenía un salto impresionante, metía muchísimos goles de cabeza, con barro era invencible... Aquí, en San Mamés, cuando jugaba de media punta con el campo mojado... Ufff.
V. B. Y estaba Iribar, un mito. Yo debuté con la selección en Madrid, contra Rumanía, y él era capitán y el personaje más conocido en el fútbol español. Querido en todos los campos. Recuerdo que le vi ya con una cesión que tuvo, en el Basconia.
Á. M. V. Ángel Iribar ha sido, siempre, un ídolo. Adonde ibas, en cualquier lugar de Europa, era el jugador más conocido.
V. B. A la gente le gustaba por su sobriedad, no era palomitero... ¿Y nunca os planteasteis salir del Athletic?
Á. M. V. No, no. Ya sabes que estaba el derecho de retención. Te tenía que vender el equipo, y el Athletic sí que ha vendido jugadores, pero rara vez, excepcionalmente. Y después, cuando se derogó el derecho de retención, pues como somos gente de aquí, y tenemos nuestro arraigo, nuestra cultura y nuestra manera de ser, y el sueño de niño es jugar en el Athletic y jugar en San Mamés... No te llama mucho la atención el ir fuera. Nos sentíamos orgullosos de defender los colores del Athletic.
V. B. ¿Y el nuevo campo se llamará San Mamés?
Á. M. V. Parece ser que sí. Pero aunque no se llamara San Mamés, esto será para mí siempre San Mamés, porque este es el barrio de San Mamés. La estatua de San Mamés está a cien metros de aquí, en La Misericordia, que, por cierto, cuando vengo a Bilbao como presidente de la RFEF y tengo un rato libre, voy a ver la estatua de San Mamés. Es un chico joven, bien parecido, con dos leones o leonas a sus pies. Y voy porque siempre he tenido una gran admiración por esa estatua, desde que soy niño, porque yo los domingos iba a oír misa a La Misericordia.
V. B. Hombre, a mí me costaría mucho entender que no fuera San Mamés. Primero, por lo que tú dices, que es el barrio y la zona de San Mamés. Y, además, porque el Athletic, si lleva unos cuantos nombres consigo, uno es San Mamés. Su identificación más clara es San Mamés, y si es posible, La Catedral.
Á. M. V. Yo recuerdo que, cuando yo era niño y se hablaba de catedral, no sabía de qué se hablaba, hasta que me di cuenta de que La Catedral del fútbol era San Mamés, y lo sigue siendo.
V. B. Con el paso de los años, esa liturgia de San Mamés no se ha perdido, no se ha perdido el querer venir jugar a Bilbao. Yo creo que es de los sitios que al jugador profesional de fútbol le gusta venir.
Á. M. V. Yo diría que es un lugar de solera, un lugar que gusta jugar.
V. B. Siempre ha estado bien el campo, aunque recuerdo en algún tiempo pasado que sí es verdad que se embarraba más el campo...
Á. M. V. Los inviernos son aquí muy duros, y yo recuerdo que la parte de aquí enfrente, la de la General, a la derecha, se embarraba, y yo en el mes de febrero y marzo tenía dolores de pubis, porque cada 15 días tenías que jugar por aquella zona. Para mí, ya digo, esto es mi vida, parte de mi vida. Fuera del campo, jugaba con mis amigos del barrio, que también los recuerdo y algunos han fallecido, y sobre todo a mi familia, que me han hecho mucho bien, mi hermano mayor Antontxu y mi hermano Luis Mari.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
Villar y Del Bosque comparten sus anécdotas, enfrentamientos y recuerdos de San Mamés, incluido el famoso incidente del bilbaino con Johan Cruyff, para el documental 'Un siglo y 90 minutos'
22 de enero de 2013. Nieva en toda Castilla y, sin embargo, ahí están Vicente del Bosque y Ángel María Villar, jugándose el tipo en una furgoneta de gama alta de la Federación Española de Fútbol. Lo más prudente hubiera sido darse la vuelta en Somosierra, o incluso en Burgos, donde el temporal arrecia, pero su agenda está tan apretada, y les ofrece tan pocas alternativas, que arrean para no faltar a su cita con San Mamés, muy posiblemente la última. Ambos quieren participar, como sea, en Un siglo y 90 minutos, el documental que pretende rendir tributo al viejo campo del Athletic, un estadio que por aquel entonces seguía en pie, tan rotundo y tan majestuoso que resultaba imposible imaginarlo reducido a un montón de escombros, lo que es hoy en día... La cuestión es que Villar y Del Bosque derrotan a la nieve y se plantan con una amplia sonrisa en la puerta de acceso a los vestuarios de San Mamés. Del Bosque silba y arquea sus cejas, impactado, al contemplar el esqueleto de cemento del nuevo campo del Athletic. El periodista le da las gracias por acudir a la cita en este día de perros. "El placer es mío, de verdad", se presenta, tan sencillo y campechano como aparece en el televisor, el seleccionador campeón del mundo. "¿Sabías que yo de pequeño era del Athletic?", rompe el hielo.
Vicente del Bosque. ¿De verdad que naciste aquí al lado?
Ángel María Villar. Sí, sí. San Mamés es parte de mi niñez. Mi madre, a pocos metros de donde estamos sentados, me dio a luz un 21 de enero de 1950, y desde la ventana de su habitación se veía San Mamés, se veía el césped. Toda mi niñez se ha desarrollado alrededor de este campo. Jugaba al fútbol fuera del campo con mis amigos del barrio.
V. B. ¿Tú entrabas aquí a ver los partidos del Athletic?
Á. M. V. Sobre todo a los entrenamientos. Con diez o doce años, San Mamés era como un juguete para nosotros: entrábamos aquí, corríamos, saltábamos, no en el césped sino en la tribuna... Cuando ya empecé a jugar al fútbol, yo me entrenaba con los juveniles del Athletic. Y yo no podía ir a los entrenamientos de Etxebarri y de Mallona porque estaba en la escuela, en los Escolapios. Y venía a entrenarme aquí a las siete de la tarde. Nos entrenábamos en la tribuna, sobre cemento, con José Luis Garai, que en paz descanse. Y alguna vez José Luis, extralimitándose, nos dejaba entrenar en un rincón del césped, que, por cierto, cuando llovía estaba prohibido, y al día siguiente le llamaban la atención, a ver por qué habíamos entrenado niños en San Mamés. Esta zona es mi barrio, es parte de mi infancia.
V. B. Yo, como muchos chavales de provincia, de Salamanca, aficionados al fútbol, éramos todos del Athletic de Bilbao. Teníamos todos una admiración y un sentimiento a la pureza que tenía el Athletic. ¿Mi primer partido aquí? Fue con la selección castellana entonces, madrileña actual, contra la selección vizcaína en abril de 1969, con 18 años. Perdimos. Para nosotros era un privilegio jugar en este campo. Recuerdo las vallas por fuera, que eran como de cemento, y el campo casi lleno para ver un partido de juveniles. Recuerdo a Zuloaga, Ortuondo, Viteri... Ese es mi primer recuerdo de San Mamés. Luego hemos coincidido.
Á. M. V. ¿Alguna vez nos ganasteis aquí en San Mamés?
V. B. No, no. Perdimos aquí con el Córdoba, como tú bien sabes, 5-0. Nos dieron un repaso... Recuerdo que solo era centro de Txetxu, remate de Uriarte, centro por el otro lado... Nos dieron un repaso.
Á. M. V. ¿Metiste algún gol?
V. B. Sí, con el Castellón. Fue una falta en diagonal, un poquito alejada del área, creo que me marcaba Larrauri, mítico defensa del Athletic, y de cabeza marqué el 1-1.
Á. M. V. ¿Cómo calificarías a San Mamés?
V. B. Un campo que, como local, para todos los que venían era muy difícil. Yo recuerdo el fútbol propio de cada región: antes había el fútbol vasco, el fútbol del Athletic, el fútbol directo, de llegar al área muy rápido, de muchos centros y remates... Ahora yo creo que se ha perdido, el fútbol está más globalizado. ¿El mayor recuerdo de San Mamés? De pasarlo muy mal todos los partidos.
Á. M. V. ¿Veníais a gusto?
V. B. Siempre muy a gusto. Yo siempre he jugado muy cómodo en San Mamés. La admiración que sentíamos por el Athletic era recíproca, había jugadores del Athletic que sentían admiración y respeto por el Real Madrid.
Á. M. V. Hay dos momentos muy especiales en mi vida como jugador del Athletic. El primero es cuando debuté, en 1971, que jugué diez minutos, al final, contra la UD Las Palmas. Mi sueño era jugar en el Athletic y jugar en San Mamés, porque había nacido a diez metros del campo. Toda mi vida ha sido San Mamés. Y, el segundo, la final de la UEFA contra la Juventus de Turín. Allí perdimos 1-0 y aquí ganamos 2-1. Fue un partido intensísimo. Pero tengo también recuerdos maravillosos de cuando empecé a jugar en Primera División, porque había veteranos a los que había visto yo en la infancia: Iribar, Fidel Uriarte, Sáez, Etxeberria, Aranguren, Rojo, Arieta... Ante todo, me transmitieron un gran respeto. Tengo una anécdota del primer viaje que hice con el Athletic de Bilbao, en el tren. Teníamos que ir a Madrid en coche-cama. Llego yo, joven, primera convocatoria, y me pongo en el vagón en el medio. Y entonces me llamó Argoitia, que era capitán en aquel momento, y me dijo: "Chaval, eso es para los veteranos. Chaval, a la rueda".
V. B. A la rueda.
Á. M. V. Y después me han transmitido muchísimas enseñanzas de respeto, de disciplina, de respeto a esta institución, el significado que tiene defender los colores del Athletic, jugadores que llevo en el corazón porque me permitieron aprender muchísimas cosas.
V. B. Cosas que tuviste la posibilidad de transmitir luego.
Á. M. V. Además, yo tenía ciertas inquietudes, que igual mis compañeros no las tenían. Inquietudes de ser el defensor de los derechos del futbolista, de ir a hablar de las primas, de los días de fiesta, de Hacienda... Muchos compañeros me decían que yo no iba a ser entrenador cuando dejara el fútbol, sino que iba a ser dirigente. Acertaron.
V. B. ¿Y tienes algún recuerdo malo de San Mamés? Aparte de cuando te echaron...
Á. M. V. ¿Recuerdo malo? Que le agredí a Johan Cruyff. Sí, es un recuerdo malo porque dejé el Athletic...
V. B. Pero fue un puñetazo a lo Ruiz-Mateos...
Á. M. V. Fue una caricia. Al final del partido, el míster y Ángel Iribar me llamaron la atención, y además bien llamada, porque mi comportamiento no fue el correcto. Además, Iribar me solicitó que fuera a pedir perdón a Johan Cruyff.
V. B. Qué bueno, tío.
A. M. V. Y así lo hice. Yo tenía 24 años, era un crío. Salí de la caseta y me fui a la caseta del visitante. Toqué la puerta, y me abren la puerta el padre de Ángel Mur y Ángel Mur. "Hombre, Ángel, ¿qué?". "Pues vengo a pedir perdón a Johan Cruyff". Todo el mundo se acuerda de esa anécdota.
V. B. Fue una cosa negativa, un hecho que a lo mejor no es muy edificante, pero que lo resolviste de la mejor manera.
Á. M. V. Después fui a Barcelona y pedí perdón. Bueno, como antes me has calificado como futbolista, ¿yo tendría hoy lugar en la selección?
V. B. Pues no lo sé. Comparar tiempos no es fácil, incluso te diría que ahora, con los centrocampistas que tenemos, lo tendrías muy difícil, ¿eh?
Á. M. V. Te iba a contestar yo así a la pregunta.
V. B. Los dos lo tendríamos muy difícil, esa es la realidad. Pero no porque seamos humildes y tal, sino por la realidad. Nosotros ahora no tenemos tres centrocampistas, sino 16, que pueden jugar perfectamente y con un excelente nivel. Por cierto, ¿algún recuerdo de los que te gustaría comentarnos, alguna nostalgia del pasado que dirías: "La señora fulana de tal, que nos limpiaba las camisetas"?
Á. M. V. En mi niñez, había aquí un caserío, que se llamaba caserío San Dios...
V. B. Estabais entre santos: San Mamés, San Dios...
Á. M. V. No, no, el caserío era San Dios, que tuvo una historia al final del siglo XIX, principios del XX, que aparecían fantasmas... En ese caserío, el club daba la ropa de los jugadores a lavar. Yo recuerdo que, a veces, entraba en el caserío y me ponía la camiseta del Athletic. Eran unas camisetas gordísimas, como de lona, de invierno, y me ponía y parecía que llevaba un camisón, cuando tenía 8 o 9 años.
V. B. Si tuvieras que decir un jugador de campo con el que te entendieras bien, y que te gustaría destacar, sin menospreciar a nadie...
Á. M. V. Fidel Uriarte.
V. B. ¡Fidel Uriarte!
Á. M. V. Impresionante. Fidel Uriarte tenía una fuerza extraordinaria, era goleador, jugaba muy bien al fútbol, era izquierdo, que es muy bonito, tenía un salto impresionante, metía muchísimos goles de cabeza, con barro era invencible... Aquí, en San Mamés, cuando jugaba de media punta con el campo mojado... Ufff.
V. B. Y estaba Iribar, un mito. Yo debuté con la selección en Madrid, contra Rumanía, y él era capitán y el personaje más conocido en el fútbol español. Querido en todos los campos. Recuerdo que le vi ya con una cesión que tuvo, en el Basconia.
Á. M. V. Ángel Iribar ha sido, siempre, un ídolo. Adonde ibas, en cualquier lugar de Europa, era el jugador más conocido.
V. B. A la gente le gustaba por su sobriedad, no era palomitero... ¿Y nunca os planteasteis salir del Athletic?
Á. M. V. No, no. Ya sabes que estaba el derecho de retención. Te tenía que vender el equipo, y el Athletic sí que ha vendido jugadores, pero rara vez, excepcionalmente. Y después, cuando se derogó el derecho de retención, pues como somos gente de aquí, y tenemos nuestro arraigo, nuestra cultura y nuestra manera de ser, y el sueño de niño es jugar en el Athletic y jugar en San Mamés... No te llama mucho la atención el ir fuera. Nos sentíamos orgullosos de defender los colores del Athletic.
V. B. ¿Y el nuevo campo se llamará San Mamés?
Á. M. V. Parece ser que sí. Pero aunque no se llamara San Mamés, esto será para mí siempre San Mamés, porque este es el barrio de San Mamés. La estatua de San Mamés está a cien metros de aquí, en La Misericordia, que, por cierto, cuando vengo a Bilbao como presidente de la RFEF y tengo un rato libre, voy a ver la estatua de San Mamés. Es un chico joven, bien parecido, con dos leones o leonas a sus pies. Y voy porque siempre he tenido una gran admiración por esa estatua, desde que soy niño, porque yo los domingos iba a oír misa a La Misericordia.
V. B. Hombre, a mí me costaría mucho entender que no fuera San Mamés. Primero, por lo que tú dices, que es el barrio y la zona de San Mamés. Y, además, porque el Athletic, si lleva unos cuantos nombres consigo, uno es San Mamés. Su identificación más clara es San Mamés, y si es posible, La Catedral.
Á. M. V. Yo recuerdo que, cuando yo era niño y se hablaba de catedral, no sabía de qué se hablaba, hasta que me di cuenta de que La Catedral del fútbol era San Mamés, y lo sigue siendo.
V. B. Con el paso de los años, esa liturgia de San Mamés no se ha perdido, no se ha perdido el querer venir jugar a Bilbao. Yo creo que es de los sitios que al jugador profesional de fútbol le gusta venir.
Á. M. V. Yo diría que es un lugar de solera, un lugar que gusta jugar.
V. B. Siempre ha estado bien el campo, aunque recuerdo en algún tiempo pasado que sí es verdad que se embarraba más el campo...
Á. M. V. Los inviernos son aquí muy duros, y yo recuerdo que la parte de aquí enfrente, la de la General, a la derecha, se embarraba, y yo en el mes de febrero y marzo tenía dolores de pubis, porque cada 15 días tenías que jugar por aquella zona. Para mí, ya digo, esto es mi vida, parte de mi vida. Fuera del campo, jugaba con mis amigos del barrio, que también los recuerdo y algunos han fallecido, y sobre todo a mi familia, que me han hecho mucho bien, mi hermano mayor Antontxu y mi hermano Luis Mari.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
"La leyenda de 'La Catedral' la han forjado todos los que han pisado San Mamés"
Artículo publicado por Rosana Lakunza en el diario Deia el 11/09/2013
ETB-2 emite hoy 'Un siglo y 90 minutos', un documental que repasa la historia centenaria del viejo San Mamés en el momento en el que las nuevas instalaciones cogen el relevo. El periodista Unai Larrea ha dirigido este trabajo audiovisual que ha sido producido por Baleuko
Unai Larrea, sobre lo que queda de 'La Catedral' y con el nuevo San Mames de telón de fondo. (Pablo Viñas)
Un siglo y 90 minutos habla de historia, de mitos del fútbol, de reencuentros entre jugadores del Athletic y de otros equipos que han pasado por La Catedral. Todos los que han participado en este documental, que el domingo podrán adquirir los lectores de DEIA, han puesto el alma en los encuentros y entrevistas que refleja este trabajo.
Lo que vamos a ver como documental era un proyecto editorial.
La idea original era un libro de reencuentros, sobre todo de leyendas del Athletic y leyendas de otros clubs; pero, casualidades de la vida, el Athletic tenía otro proyecto editorial comprometido anteriormente y reformulamos el proyecto. Entendíamos que la idea era buena y nos parecía una pena que no se hiciera como despedida a San Mamés. La historia del campo la han escrito los jugadores del Athletic pero también los de fuera…
¿Fue fácil cambiar el chip?
Un día di con Edu Barinaga, cabeza visible de la productora Baleuko, y entre los dos fuimos capaces de montar un trabajo audiovisual que ha superado a los reencuentros, que son el corazón del documental, pero hay entrevistas, imágenes de archivo y un punto de ficción y drama. Hay mucho cariño por nuestra parte y mucha emoción por parte de todos los que han participado.
¿Cuántas personas han participado en el documental?
62 personas y solo hay una persona de todas ellas que no habla: Celia, la nieta de Rafa Iriondo. Es la estrella, porque ella lo empieza y ella lo acaba. Esos son los actores principales, pero secundarios hay miles y miles; todos los que aparecen en las gradas. Entendemos que la leyenda en San Mames la han forjado los jugadores y mucha más gente. Todo el que haya pisado una vez San Mamés ha forjado esta leyenda. Tenemos imágenes de San Mamés en 1913 y hasta el último partido.
¿Quiénes han participado en las entrevistas?
Hemos abierto las entrevistas a ese público del que hablábamos antes: socios, aficionados, anónimos, periodistas, fotógrafos, escritores, políticos…
¿El espíritu de 'La Catedral' estará en el nuevo San Mames?
Todos queremos pensar eso, pero no acabamos de creérnoslo. Va a ser un proceso que nos va a costar. Ojalá dentro de dos o tres años podamos decir que ese espíritu lo hemos trasladado al nuevo campo.
La ubicación es la misma.
Eso es importante. El ritual de ir a San Mamés se va a respetar; el que venga de Deusto, vendrá por el puente Euskalduna, la aproximación de Pozas, los que vengan de otros municipios... todos mantendrán el ritual y eso me parece bien. Los bares en los que apuras la última cerveza antes del partido o en los que celebras el final siguen estando al lado.
El lunes, ¿será un día intenso?
Un día muy extraño para todos nosotros. Lo dice Iribar en el documental: "Tenemos un reto muy grande, trasladar toda la leyenda del viejo San Mamés al nuevo". Va a ser difícil y se hará en noches bonitas y en noches tristes.
El viejo San Mamés se despidió envuelto en lágrimas.
La despedida fue durísima. Fue triste la despedida de la Copa, de la Europa League, fue triste el último partido de liga jugado en San Mamés, que se perdió...
Algunas derrotas saben a gloria...
Las grandes derrotas forjan grandes leyendas. El partido más recordado por muchas generaciones de aficionados es la final del 77 contra la Juventus de Turín, se ganó el partido pero se perdió la final. Se tiene como uno de los hitos en la historia de San Mamés, para muchos es el partido más especial.
¿Se acuerda de la primera vez que pisó San Mamés?
Creo que fue en el 79 y tengo dudas de si fue un partido contra el Espanyol o contra el Valencia. Me sorprendió la pendiente de escaleras a la tribuna principal y, sobre todo, cuando ves por la bocana las luces de la tribuna Este y el verde tan especial del campo.
Ha tenido usted la suerte o el privilegio de seguir al Athletic en su vida profesional en DEIA.
Como aficionado o socio lo he seguido muchos años. Como profesional solo uno, el año 2006-2007, en el que el Athletic se salvó en la última jornada contra el Levante en un partido dramático; lo cuenta mejor que nadie Ana Urquijo, presidenta del club en aquellos momentos. Dice que todavía sufre pesadillas cada vez que oye el nombre de Molina, el portero del Levante. El Athletic necesitaba ganar como fuese. Recuerdo la sensación que teníamos al llegar al descanso con un 0-0 y la amenaza del descenso sobre nosotros.
Menudo papelón.
Ana Urquijo dice que estaba temblando, por primera vez una mujer presidenta y que bajara el equipo a segunda... Ese sambenito no se lo iba quitar ella ni sus descendientes.
ETB-2 emite hoy 'Un siglo y 90 minutos', un documental que repasa la historia centenaria del viejo San Mamés en el momento en el que las nuevas instalaciones cogen el relevo. El periodista Unai Larrea ha dirigido este trabajo audiovisual que ha sido producido por Baleuko
Unai Larrea, sobre lo que queda de 'La Catedral' y con el nuevo San Mames de telón de fondo. (Pablo Viñas)
Un siglo y 90 minutos habla de historia, de mitos del fútbol, de reencuentros entre jugadores del Athletic y de otros equipos que han pasado por La Catedral. Todos los que han participado en este documental, que el domingo podrán adquirir los lectores de DEIA, han puesto el alma en los encuentros y entrevistas que refleja este trabajo.
Lo que vamos a ver como documental era un proyecto editorial.
La idea original era un libro de reencuentros, sobre todo de leyendas del Athletic y leyendas de otros clubs; pero, casualidades de la vida, el Athletic tenía otro proyecto editorial comprometido anteriormente y reformulamos el proyecto. Entendíamos que la idea era buena y nos parecía una pena que no se hiciera como despedida a San Mamés. La historia del campo la han escrito los jugadores del Athletic pero también los de fuera…
¿Fue fácil cambiar el chip?
Un día di con Edu Barinaga, cabeza visible de la productora Baleuko, y entre los dos fuimos capaces de montar un trabajo audiovisual que ha superado a los reencuentros, que son el corazón del documental, pero hay entrevistas, imágenes de archivo y un punto de ficción y drama. Hay mucho cariño por nuestra parte y mucha emoción por parte de todos los que han participado.
¿Cuántas personas han participado en el documental?
62 personas y solo hay una persona de todas ellas que no habla: Celia, la nieta de Rafa Iriondo. Es la estrella, porque ella lo empieza y ella lo acaba. Esos son los actores principales, pero secundarios hay miles y miles; todos los que aparecen en las gradas. Entendemos que la leyenda en San Mames la han forjado los jugadores y mucha más gente. Todo el que haya pisado una vez San Mamés ha forjado esta leyenda. Tenemos imágenes de San Mamés en 1913 y hasta el último partido.
¿Quiénes han participado en las entrevistas?
Hemos abierto las entrevistas a ese público del que hablábamos antes: socios, aficionados, anónimos, periodistas, fotógrafos, escritores, políticos…
¿El espíritu de 'La Catedral' estará en el nuevo San Mames?
Todos queremos pensar eso, pero no acabamos de creérnoslo. Va a ser un proceso que nos va a costar. Ojalá dentro de dos o tres años podamos decir que ese espíritu lo hemos trasladado al nuevo campo.
La ubicación es la misma.
Eso es importante. El ritual de ir a San Mamés se va a respetar; el que venga de Deusto, vendrá por el puente Euskalduna, la aproximación de Pozas, los que vengan de otros municipios... todos mantendrán el ritual y eso me parece bien. Los bares en los que apuras la última cerveza antes del partido o en los que celebras el final siguen estando al lado.
El lunes, ¿será un día intenso?
Un día muy extraño para todos nosotros. Lo dice Iribar en el documental: "Tenemos un reto muy grande, trasladar toda la leyenda del viejo San Mamés al nuevo". Va a ser difícil y se hará en noches bonitas y en noches tristes.
El viejo San Mamés se despidió envuelto en lágrimas.
La despedida fue durísima. Fue triste la despedida de la Copa, de la Europa League, fue triste el último partido de liga jugado en San Mamés, que se perdió...
Algunas derrotas saben a gloria...
Las grandes derrotas forjan grandes leyendas. El partido más recordado por muchas generaciones de aficionados es la final del 77 contra la Juventus de Turín, se ganó el partido pero se perdió la final. Se tiene como uno de los hitos en la historia de San Mamés, para muchos es el partido más especial.
¿Se acuerda de la primera vez que pisó San Mamés?
Creo que fue en el 79 y tengo dudas de si fue un partido contra el Espanyol o contra el Valencia. Me sorprendió la pendiente de escaleras a la tribuna principal y, sobre todo, cuando ves por la bocana las luces de la tribuna Este y el verde tan especial del campo.
Ha tenido usted la suerte o el privilegio de seguir al Athletic en su vida profesional en DEIA.
Como aficionado o socio lo he seguido muchos años. Como profesional solo uno, el año 2006-2007, en el que el Athletic se salvó en la última jornada contra el Levante en un partido dramático; lo cuenta mejor que nadie Ana Urquijo, presidenta del club en aquellos momentos. Dice que todavía sufre pesadillas cada vez que oye el nombre de Molina, el portero del Levante. El Athletic necesitaba ganar como fuese. Recuerdo la sensación que teníamos al llegar al descanso con un 0-0 y la amenaza del descenso sobre nosotros.
Menudo papelón.
Ana Urquijo dice que estaba temblando, por primera vez una mujer presidenta y que bajara el equipo a segunda... Ese sambenito no se lo iba quitar ella ni sus descendientes.
"La fe cambia de catedral"
Artículo publicado por Unai Larrea* en el diario Deia el 10/09/2013
Andoni Zubizarreta y Jorge Valdano comparten recuerdos, experiencias y anhelos del viejo San Mamés para 'Un siglo y 90 minutos', el documental que rinde tributo al mítico campo
Andoni Zubizarreta y Jorge Valdano dialogan en el antepalco del viejo San Mamés durante la grabación del documental. (Unai Larrea)
Hoy, siete meses después de aquel encuentro en La Catedral, el paso del tiempo se manifiesta más cruel e insobornable que nunca. El presente que durante la charla conjugan Andoni Zubizarreta (Gasteiz, 1961) y Jorge Valdano (Las Parejas, Argentina, 1955), el césped que pisan y las tribunas que los abrigan esta gélida mañana de febrero son ya pasado, pasado reciente, pero parecen prehistoria. Del legendario campo de San Mamés ya nada queda en pie. Ni rastro de su mítico arco, ni de su inmaculado pasto, ni de su infinita general, ni del feroz rugido de su hinchada. El futuro al que apelan Zubizarreta y Valdano, con la absurda pero cierta esperanza de que nunca llegue, está ya entre nosotros, y se manifiesta en forma de un estadio, el nuevo, que se levanta flamante, moderno, invasivo, sobre la zona cero del viejo San Mamés.
Zubizarreta y Valdano se han citado en Bilbao para participar en un documental que pretende legar a las generaciones futuras, al menos, una infinitésima parte de la mística de San Mamés, el único estadio que, hasta ahora, había acogido todas las ediciones del Campeonato de Liga de Primera División. El realizador hace la claqueta y, al instante, brota un chorro de vivencias, recuerdos, anhelos, mitos, leyendas, sonidos, colores, sabores... De pronto, San Mamés, el de siempre, el viejo, el de 1913, el de Pichichi, Belauste, Gorostiza, Zarra, Iriondo, Gainza, Iribar, Rojo, Goikoetxea, Guerrero y Etxeberria, abandona el cementerio de los santuarios y se hace presente, una vez más, entre nosotros. Un último milagro en La Catedral.
Andoni Zubizarreta. No vine a San Mamés hasta los 12 o 13 años, y ni siquiera vi al Athletic. Fue un torneo de verano y me impresionó el Dinamo de Kiev de [Oleg] Blokhine, me pareció una cosa mágica, un deporte que yo no había visto.
Jorge Valdano. Te impresionó más el Dinamo que San Mamés.
A. Z. Seguramente el continente, San Mamés, le dio ese tono mágico, pero me pareció algo único. Me enamoré del fútbol desde ese punto de vista: esto puede ser correr, chutar y parar, pero además es el entorno, el ambiente, la gente, el respeto... Me llamó la atención el respeto del público: el campo lleno en un torneo de verano, cosa hoy inimaginable, 40.000 espectadores, y la liturgia de San Mamés, el respeto al futbolista, la exigencia...
J. V. ¿Tú ya te imaginabas entonces como futbolista?
A. Z. [José Ángel] Iribar suele decir una cosa que refleja muy bien lo que yo sentía: "Nosotros éramos porteros en la imaginación". Yo imaginaba a Iribar volando de palo a palo o sacando la pelota con la punta de los dedos porque lo leía en el periódico y lo oía en la radio... pero me faltaba el dónde, porque yo lo ubicaba en el campo del Aretxabaleta, que está muy bien pero es el campo del Aretxabaleta. Y entonces, ese día que vine, todos esos elementos le dieron liturgia a todo lo que yo soñaba ser. Desde ese día, ya me imaginaba ejecutando una parada o haciendo un saque con la mano... en San Mamés.
J. V. Aquí descubrí el fútbol europeo. Yo jugaba en el Alavés, un fútbol de cabotaje...
A. Z. Allí nos conocimos, sí, en Mendizorrotza.
J. V. Empecé a venir a ver partidos de la Copa de la UEFA. Se comía bien en San Mamés: unos bocadillos así, por ahí alguien te invitaba a comer de una cazuela... Me impresionó. Pero el primer partido que vi aquí no fue europeo. Vino River [Plate] a un torneo de verano. Vi una actuación gloriosa del Beto Alonso, un mito en Argentina. Y me quedó grabada una acción: sacaba Fillol, alto, altísimo, Alonso se apoyaba en la marca y paraba el balón con el exterior del pie, y salía jugando como una bailarina. Y había en la tribuna un preparador físico del Athletic que se ponía de pie y decía: "Miren bien esto, porque no lo van a volver a ver ". Y a mí me daba mucho orgullo, por mi argentinidad. Los demás fueron partidos de la UEFA, con un ambiente impresionante... y me seducía Rojo. Yo venía a ver a Txetxu Rojo. ¿Y tu debut aquí?
A. Z. Con la selección de Euskadi, antes de mi fichaje en el Athletic. Fue un debut maravilloso: en la primera jugada, pisé mal, me rompí un dedo del pie, me metieron gol y, como mi suplente tenía la rodilla rota, tuve que jugar noventa minutos con el dedo roto.
J. V. ¿Cómo terminó aquello?
A. Z. Perdimos 2-0. Había una especie de runrún en Bilbao, y era que el Athletic iba a fichar un portero del Alavés, un guipuzcoano al que nadie conocía. Aquella era mi reválida y, claro, cuando acabó el partido, me iba por el túnel de vestuarios, pensando: "Chaval, no te van a llamar en la vida". Pero al día siguiente, con el pie escayolado, estaba ya en el Athletic.
J. V. ¿Y tu primer partido con el Athletic?
A. Z. Mi primer partido de local fue en Atotxa, porque San Mamés estaba en obras para el Mundial'82, contra el Sevilla. Y el inicio fue... Saca el Sevilla, Pintinho le pega desde el centro del campo y la pelota pasa un palmo por encima del larguero. Y yo pensé. "Esta gente tiene muy malas intenciones en Primera División".
J. V. El profesionalismo no es para mí.
A. Z. Mi primer partido en San Mamés fue contra el Sestao, de Copa, con la grada caída, sin fondo y sin focos. Ganamos 2-0 y sufrimos un montón. Ese fue mi primer partido, en un San Mamés en reconstrucción. Fue el inicio de un Athletic también en reconstrucción y que luego ganaría dos Ligas seguidas. Me recuerdo en el túnel. Vas a salir y, claro, vas a pisar un sitio donde tú has visto jugar al Txopo [Iribar]... "Joder, chaval, que llevas el uno a la espalda", te dices.
J. V. Siempre la sombra del Txopo, ¿no?
A. Z. El Txopo nunca ha sido una sombra. Él me quitó la sensación de que venía a sustituirle.
J. V. Lo humanizaste.
A. Z. Yo tenía la idea de Iribar vestido de negro, y yo creía que ese era el color del portero del Athletic. Y lo primero que me dijo fue: "No. Tú define tu personalidad, cómo quieres que San Mamés te vea. De negro jugaba yo, pero tú define tu color porque la gente te tiene que ver a ti, a Zubizarreta, no a Iribar". Y esa me pareció una lección...
J. V. ¿Y la primera vez que viniste con otra camiseta?
A. Z. Con el Barça. Muy difícil. Yo no quise salir del Athletic, pero fui al Barça, y es una de mis no decisiones de las que no me arrepiento en absoluto. Se me hizo raro ir al vestuario de la derecha. Y cuando vi lo pequeño que era el vestuario visitante, pensé: "Esto no es San Mamés".
J. V. Con el Zaragoza. Marqué un gol, pero luego nos metieron tres... Yo tengo una relación con San Mamés que explica un poco mi vida: vine como espectador; luego como jugador, con el Zaragoza y con el Real Madrid; como entrenador, con el Tenerife y con el Madrid; como hombre de la comunicación, para transmitir partidos; y finalmente como directivo. De alguna manera, San Mamés explica mi paso por España.
A. Z. También recuerdo a Juanito salir aplaudido...
J. V. Era un enemigo que se iba, al que la gente había maltratado durante años, pero el día de su despedida le reconocía su talento y su personalidad, y se fue ovacionado.
A. Z. Yo recuerdo la primera vez que nos enfrentamos como directivos. Acabó el partido y yo me despedí: "Adiós, Jorge, me voy al metro". "¿Vienes en metro al campo?". "Sí". "¡Eso es imposible en Madrid!". Yo cogía el metro en el Casco Viejo, venía hasta aquí y siempre he tenido la sensación de un respeto muy grande. Sí, algún comentario... A la ida casi siempre era: "Aupa, Andoni, hoy ganaremos, ¿no?". Y a la vuelta era: "Joder, Zubi, a ver si hacemos...". Pero nunca he tenido ninguna situación de tensión, ni de presión.
J. V. Eso es muy vasco, ¿no? Yo he venido muchas veces a ver a Bielsa, nos ponemos los dos a caminar por el centro de la ciudad y la gente no es nada invasiva. Lo ve y lo saluda con respeto, pero es como si fuera el entrenador del Albacete.
A. Z. Hay que entender que este es un club de la gente. Este club sin su grada, sin su afición, no es absolutamente nada.
J. V. ¿Cuál es el gran recuerdo que te llevas de San Mamés?
A. Z. El partido contra Inglaterra, el homenaje a Rojo. Cuando llegué al Athletic, el peso del Txopo y de la portería era muy grande. El año anterior había jugado Andoni Cedrún y había una gran discusión sobre quién podía ser su sucesor. Inglaterra aceptó jugar contra el Athletic porque jugaba aquí el Mundial, era su sede, quería ganarse al público... Y ese día Iribar me dijo: "Oye, hoy no nos jugamos nada, así que disfruta: está el campo a reventar, es Inglaterra....". Y jugué un partido maravilloso. Ahí cambió la percepción de San Mamés. "Ostras, este es un muy buen portero".
J. V. Te sentiste jugador de fútbol.
A. Z. Creo que en mi vida he vuelto a jugar un partido como ese, pero también creo que en la vida me han chutado tantas veces. Ese es mi partido, el día en que te duchas con esa sensación de decir: "Este es mi sitio, esto es lo que yo soñaba cuando era chaval". San Mamés tiene ese punto, o a mí siempre me ha parecido, de que aquí pueden pasar cosas mágicas. Aquí, de vez en cuando, los equipos se acaban convirtiendo en mejores.
J. V. Esa resonancia mítica la tiene en toda España. Cualquier jugador que viene por primera vez a San Mamés habla de la experiencia como de un acontecimiento personal.
A. Z. Cesc me decía cuando vino al Barça: "Yo quiero jugar en San Mamés". Fíjate, con el Arsenal él había jugado en grandes campos ingleses... "Ya, ya, pero San Mamés tiene un aire diferente, solo lo he visto en televisión...". Recuerdo que Pep [Guardiola] le tenía un enorme respeto a San Mamés.
J. V. Juanito, cada vez que venía, se reinventaba como futbolista. Como campo, le tenía más respeto a San Mamés que al Nou Camp.
A. Z. El reto, la tensión, hay jugadores que necesitan eso.
J. V. Yo estoy muy contento porque vine a ver los partidos contra el Manchester y contra el Schalke, y me llevo un recuerdo de San Mamés encendido. En esos dos partidos, toda la hinchada del Athletic, pero sobre todo la gente joven que no había vivido experiencias así, de tratar de tú a tú a un equipo alemán o al gran Manchester; entendió que el Athletic todavía tenía derecho a la grandeza, que después de la Ley Bosman había también derecho a la grandeza, que no había por qué no soñar con grandes gestas.
A. Z. Este es un campo que durante muchos años, años muy duros en Euskadi, ha sido un terreno neutral. Sí, ha sido altavoz de algunas cuestiones políticas, pero aquí se ha sido seguidor del Athletic. San Mamés aunaba a todos: mayores, pequeños, clases sociales diferentes, diferentes ideologías políticas... La cosa era ser del Athletic, y eso hacía, creaba sociedad.
J. V. Ese es el gran milagro de este estadio: reflejar una identidad con una fuerza tremenda, una fuerza que se está debilitando en los demás equipos. Aquí, si uno ve un partido hace cien años y ve un partido ahora, en lo esencial no hay modificación. Es la expresión del orgullo de una ciudad a través de 20 o 25 generaciones distintas, y esa es una expresión del fútbol más puro.
A. Z. Recuerdo la bajada por la ría en la gabarra, la ciudad entregada a un equipo. Era una época muy dura. Bilbao, a la que amo, me parecía entonces oscura, negra, dura, con el cierre de Altos Hornos y de los astilleros, con una situación política, los años de plomo, los asesinatos... Y, en medio de aquel desastre, la posibilidad de celebrar algo.
J. V. Yo siempre digo que Bilbao me reconcilia con la clase política, porque esta ciudad se ha transformado en los últimos treinta años hasta el punto de convertirse en una ciudad superatractiva. Hemos pasado de eso, de la sensación de oscuridad y decadencia, a esta belleza de ciudad.
A. Z. El paso del viejo al nuevo San Mamés puede ser la contribución del Athletic a esa transformación.
J. V. Como siempre, el fútbol llega tarde al cambio. Es el último.
A. Z. Cuando me dicen que el año que viene ya no vendremos aquí, y aunque el tránsito va a ser el mismo, y el metro me dejará en la misma parada, creo que tendré la sensación de ir a un sitio diferente. No sé cómo será, pero quiero vivir esa sensación. No quiero ver esa imagen de San Mamés que se derrumba. Apagaré los informativos para no ver cómo cae San Mamés. Pero, bueno, eso El Txopo también me lo enseñó: "El fútbol ahora se ve con tus ojos, no con los míos", me decía. Bueno, pues ahora lo veremos con los ojos del nuevo campo.
J. V. Si los próximos años son de paz, de tranquilidad, de felicidad, pues entonces será más fácil olvidar San Mamés. Si no, el peso de la nostalgia va a ser invencible.
A. Z. Habrá que adaptarse a ese espacio sin uno de los fondos. Ya he explicado que mi inicio fue un poco así, sin fondo, con lo cual, si tiene el mismo efecto prosperidad que el cambio que tuvo en 1982, pues competiremos.
J. V. Se va un símbolo, empieza otro. La religión cambia de iglesia, la fe cambia de catedral.
A. Z. Cambia, pero sigue aquí.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
Andoni Zubizarreta y Jorge Valdano comparten recuerdos, experiencias y anhelos del viejo San Mamés para 'Un siglo y 90 minutos', el documental que rinde tributo al mítico campo
Andoni Zubizarreta y Jorge Valdano dialogan en el antepalco del viejo San Mamés durante la grabación del documental. (Unai Larrea)
Hoy, siete meses después de aquel encuentro en La Catedral, el paso del tiempo se manifiesta más cruel e insobornable que nunca. El presente que durante la charla conjugan Andoni Zubizarreta (Gasteiz, 1961) y Jorge Valdano (Las Parejas, Argentina, 1955), el césped que pisan y las tribunas que los abrigan esta gélida mañana de febrero son ya pasado, pasado reciente, pero parecen prehistoria. Del legendario campo de San Mamés ya nada queda en pie. Ni rastro de su mítico arco, ni de su inmaculado pasto, ni de su infinita general, ni del feroz rugido de su hinchada. El futuro al que apelan Zubizarreta y Valdano, con la absurda pero cierta esperanza de que nunca llegue, está ya entre nosotros, y se manifiesta en forma de un estadio, el nuevo, que se levanta flamante, moderno, invasivo, sobre la zona cero del viejo San Mamés.
Zubizarreta y Valdano se han citado en Bilbao para participar en un documental que pretende legar a las generaciones futuras, al menos, una infinitésima parte de la mística de San Mamés, el único estadio que, hasta ahora, había acogido todas las ediciones del Campeonato de Liga de Primera División. El realizador hace la claqueta y, al instante, brota un chorro de vivencias, recuerdos, anhelos, mitos, leyendas, sonidos, colores, sabores... De pronto, San Mamés, el de siempre, el viejo, el de 1913, el de Pichichi, Belauste, Gorostiza, Zarra, Iriondo, Gainza, Iribar, Rojo, Goikoetxea, Guerrero y Etxeberria, abandona el cementerio de los santuarios y se hace presente, una vez más, entre nosotros. Un último milagro en La Catedral.
Andoni Zubizarreta. No vine a San Mamés hasta los 12 o 13 años, y ni siquiera vi al Athletic. Fue un torneo de verano y me impresionó el Dinamo de Kiev de [Oleg] Blokhine, me pareció una cosa mágica, un deporte que yo no había visto.
Jorge Valdano. Te impresionó más el Dinamo que San Mamés.
A. Z. Seguramente el continente, San Mamés, le dio ese tono mágico, pero me pareció algo único. Me enamoré del fútbol desde ese punto de vista: esto puede ser correr, chutar y parar, pero además es el entorno, el ambiente, la gente, el respeto... Me llamó la atención el respeto del público: el campo lleno en un torneo de verano, cosa hoy inimaginable, 40.000 espectadores, y la liturgia de San Mamés, el respeto al futbolista, la exigencia...
J. V. ¿Tú ya te imaginabas entonces como futbolista?
A. Z. [José Ángel] Iribar suele decir una cosa que refleja muy bien lo que yo sentía: "Nosotros éramos porteros en la imaginación". Yo imaginaba a Iribar volando de palo a palo o sacando la pelota con la punta de los dedos porque lo leía en el periódico y lo oía en la radio... pero me faltaba el dónde, porque yo lo ubicaba en el campo del Aretxabaleta, que está muy bien pero es el campo del Aretxabaleta. Y entonces, ese día que vine, todos esos elementos le dieron liturgia a todo lo que yo soñaba ser. Desde ese día, ya me imaginaba ejecutando una parada o haciendo un saque con la mano... en San Mamés.
J. V. Aquí descubrí el fútbol europeo. Yo jugaba en el Alavés, un fútbol de cabotaje...
A. Z. Allí nos conocimos, sí, en Mendizorrotza.
J. V. Empecé a venir a ver partidos de la Copa de la UEFA. Se comía bien en San Mamés: unos bocadillos así, por ahí alguien te invitaba a comer de una cazuela... Me impresionó. Pero el primer partido que vi aquí no fue europeo. Vino River [Plate] a un torneo de verano. Vi una actuación gloriosa del Beto Alonso, un mito en Argentina. Y me quedó grabada una acción: sacaba Fillol, alto, altísimo, Alonso se apoyaba en la marca y paraba el balón con el exterior del pie, y salía jugando como una bailarina. Y había en la tribuna un preparador físico del Athletic que se ponía de pie y decía: "Miren bien esto, porque no lo van a volver a ver ". Y a mí me daba mucho orgullo, por mi argentinidad. Los demás fueron partidos de la UEFA, con un ambiente impresionante... y me seducía Rojo. Yo venía a ver a Txetxu Rojo. ¿Y tu debut aquí?
A. Z. Con la selección de Euskadi, antes de mi fichaje en el Athletic. Fue un debut maravilloso: en la primera jugada, pisé mal, me rompí un dedo del pie, me metieron gol y, como mi suplente tenía la rodilla rota, tuve que jugar noventa minutos con el dedo roto.
J. V. ¿Cómo terminó aquello?
A. Z. Perdimos 2-0. Había una especie de runrún en Bilbao, y era que el Athletic iba a fichar un portero del Alavés, un guipuzcoano al que nadie conocía. Aquella era mi reválida y, claro, cuando acabó el partido, me iba por el túnel de vestuarios, pensando: "Chaval, no te van a llamar en la vida". Pero al día siguiente, con el pie escayolado, estaba ya en el Athletic.
J. V. ¿Y tu primer partido con el Athletic?
A. Z. Mi primer partido de local fue en Atotxa, porque San Mamés estaba en obras para el Mundial'82, contra el Sevilla. Y el inicio fue... Saca el Sevilla, Pintinho le pega desde el centro del campo y la pelota pasa un palmo por encima del larguero. Y yo pensé. "Esta gente tiene muy malas intenciones en Primera División".
J. V. El profesionalismo no es para mí.
A. Z. Mi primer partido en San Mamés fue contra el Sestao, de Copa, con la grada caída, sin fondo y sin focos. Ganamos 2-0 y sufrimos un montón. Ese fue mi primer partido, en un San Mamés en reconstrucción. Fue el inicio de un Athletic también en reconstrucción y que luego ganaría dos Ligas seguidas. Me recuerdo en el túnel. Vas a salir y, claro, vas a pisar un sitio donde tú has visto jugar al Txopo [Iribar]... "Joder, chaval, que llevas el uno a la espalda", te dices.
J. V. Siempre la sombra del Txopo, ¿no?
A. Z. El Txopo nunca ha sido una sombra. Él me quitó la sensación de que venía a sustituirle.
J. V. Lo humanizaste.
A. Z. Yo tenía la idea de Iribar vestido de negro, y yo creía que ese era el color del portero del Athletic. Y lo primero que me dijo fue: "No. Tú define tu personalidad, cómo quieres que San Mamés te vea. De negro jugaba yo, pero tú define tu color porque la gente te tiene que ver a ti, a Zubizarreta, no a Iribar". Y esa me pareció una lección...
J. V. ¿Y la primera vez que viniste con otra camiseta?
A. Z. Con el Barça. Muy difícil. Yo no quise salir del Athletic, pero fui al Barça, y es una de mis no decisiones de las que no me arrepiento en absoluto. Se me hizo raro ir al vestuario de la derecha. Y cuando vi lo pequeño que era el vestuario visitante, pensé: "Esto no es San Mamés".
J. V. Con el Zaragoza. Marqué un gol, pero luego nos metieron tres... Yo tengo una relación con San Mamés que explica un poco mi vida: vine como espectador; luego como jugador, con el Zaragoza y con el Real Madrid; como entrenador, con el Tenerife y con el Madrid; como hombre de la comunicación, para transmitir partidos; y finalmente como directivo. De alguna manera, San Mamés explica mi paso por España.
A. Z. También recuerdo a Juanito salir aplaudido...
J. V. Era un enemigo que se iba, al que la gente había maltratado durante años, pero el día de su despedida le reconocía su talento y su personalidad, y se fue ovacionado.
A. Z. Yo recuerdo la primera vez que nos enfrentamos como directivos. Acabó el partido y yo me despedí: "Adiós, Jorge, me voy al metro". "¿Vienes en metro al campo?". "Sí". "¡Eso es imposible en Madrid!". Yo cogía el metro en el Casco Viejo, venía hasta aquí y siempre he tenido la sensación de un respeto muy grande. Sí, algún comentario... A la ida casi siempre era: "Aupa, Andoni, hoy ganaremos, ¿no?". Y a la vuelta era: "Joder, Zubi, a ver si hacemos...". Pero nunca he tenido ninguna situación de tensión, ni de presión.
J. V. Eso es muy vasco, ¿no? Yo he venido muchas veces a ver a Bielsa, nos ponemos los dos a caminar por el centro de la ciudad y la gente no es nada invasiva. Lo ve y lo saluda con respeto, pero es como si fuera el entrenador del Albacete.
A. Z. Hay que entender que este es un club de la gente. Este club sin su grada, sin su afición, no es absolutamente nada.
J. V. ¿Cuál es el gran recuerdo que te llevas de San Mamés?
A. Z. El partido contra Inglaterra, el homenaje a Rojo. Cuando llegué al Athletic, el peso del Txopo y de la portería era muy grande. El año anterior había jugado Andoni Cedrún y había una gran discusión sobre quién podía ser su sucesor. Inglaterra aceptó jugar contra el Athletic porque jugaba aquí el Mundial, era su sede, quería ganarse al público... Y ese día Iribar me dijo: "Oye, hoy no nos jugamos nada, así que disfruta: está el campo a reventar, es Inglaterra....". Y jugué un partido maravilloso. Ahí cambió la percepción de San Mamés. "Ostras, este es un muy buen portero".
J. V. Te sentiste jugador de fútbol.
A. Z. Creo que en mi vida he vuelto a jugar un partido como ese, pero también creo que en la vida me han chutado tantas veces. Ese es mi partido, el día en que te duchas con esa sensación de decir: "Este es mi sitio, esto es lo que yo soñaba cuando era chaval". San Mamés tiene ese punto, o a mí siempre me ha parecido, de que aquí pueden pasar cosas mágicas. Aquí, de vez en cuando, los equipos se acaban convirtiendo en mejores.
J. V. Esa resonancia mítica la tiene en toda España. Cualquier jugador que viene por primera vez a San Mamés habla de la experiencia como de un acontecimiento personal.
A. Z. Cesc me decía cuando vino al Barça: "Yo quiero jugar en San Mamés". Fíjate, con el Arsenal él había jugado en grandes campos ingleses... "Ya, ya, pero San Mamés tiene un aire diferente, solo lo he visto en televisión...". Recuerdo que Pep [Guardiola] le tenía un enorme respeto a San Mamés.
J. V. Juanito, cada vez que venía, se reinventaba como futbolista. Como campo, le tenía más respeto a San Mamés que al Nou Camp.
A. Z. El reto, la tensión, hay jugadores que necesitan eso.
J. V. Yo estoy muy contento porque vine a ver los partidos contra el Manchester y contra el Schalke, y me llevo un recuerdo de San Mamés encendido. En esos dos partidos, toda la hinchada del Athletic, pero sobre todo la gente joven que no había vivido experiencias así, de tratar de tú a tú a un equipo alemán o al gran Manchester; entendió que el Athletic todavía tenía derecho a la grandeza, que después de la Ley Bosman había también derecho a la grandeza, que no había por qué no soñar con grandes gestas.
A. Z. Este es un campo que durante muchos años, años muy duros en Euskadi, ha sido un terreno neutral. Sí, ha sido altavoz de algunas cuestiones políticas, pero aquí se ha sido seguidor del Athletic. San Mamés aunaba a todos: mayores, pequeños, clases sociales diferentes, diferentes ideologías políticas... La cosa era ser del Athletic, y eso hacía, creaba sociedad.
J. V. Ese es el gran milagro de este estadio: reflejar una identidad con una fuerza tremenda, una fuerza que se está debilitando en los demás equipos. Aquí, si uno ve un partido hace cien años y ve un partido ahora, en lo esencial no hay modificación. Es la expresión del orgullo de una ciudad a través de 20 o 25 generaciones distintas, y esa es una expresión del fútbol más puro.
A. Z. Recuerdo la bajada por la ría en la gabarra, la ciudad entregada a un equipo. Era una época muy dura. Bilbao, a la que amo, me parecía entonces oscura, negra, dura, con el cierre de Altos Hornos y de los astilleros, con una situación política, los años de plomo, los asesinatos... Y, en medio de aquel desastre, la posibilidad de celebrar algo.
J. V. Yo siempre digo que Bilbao me reconcilia con la clase política, porque esta ciudad se ha transformado en los últimos treinta años hasta el punto de convertirse en una ciudad superatractiva. Hemos pasado de eso, de la sensación de oscuridad y decadencia, a esta belleza de ciudad.
A. Z. El paso del viejo al nuevo San Mamés puede ser la contribución del Athletic a esa transformación.
J. V. Como siempre, el fútbol llega tarde al cambio. Es el último.
A. Z. Cuando me dicen que el año que viene ya no vendremos aquí, y aunque el tránsito va a ser el mismo, y el metro me dejará en la misma parada, creo que tendré la sensación de ir a un sitio diferente. No sé cómo será, pero quiero vivir esa sensación. No quiero ver esa imagen de San Mamés que se derrumba. Apagaré los informativos para no ver cómo cae San Mamés. Pero, bueno, eso El Txopo también me lo enseñó: "El fútbol ahora se ve con tus ojos, no con los míos", me decía. Bueno, pues ahora lo veremos con los ojos del nuevo campo.
J. V. Si los próximos años son de paz, de tranquilidad, de felicidad, pues entonces será más fácil olvidar San Mamés. Si no, el peso de la nostalgia va a ser invencible.
A. Z. Habrá que adaptarse a ese espacio sin uno de los fondos. Ya he explicado que mi inicio fue un poco así, sin fondo, con lo cual, si tiene el mismo efecto prosperidad que el cambio que tuvo en 1982, pues competiremos.
J. V. Se va un símbolo, empieza otro. La religión cambia de iglesia, la fe cambia de catedral.
A. Z. Cambia, pero sigue aquí.
* Unai Larrea es periodista y director de Un siglo y 90 minutos, documental que recoge la historia del campo de San Mamés y que DEIA pondrá a la venta el próximo domingo, 15 de septiembre, en formato DVD.
Los Diez Mandamientos del nuevo campo del Athletic
Fuente: www.blogseitb.com
Bueno, pues ya estamos ahí: el primer partido del Athletic Club en el nuevo San Mamés será el Athletic-Celta de la tercera jornada de la Liga 2013-2014, eso está confirmado, y también sabemos -desde hace días- la fecha y hora del estreno: el 16 de septiembre, el lunes que viene, a las diez de la noche. Sí, es verdad, el mejor de los horarios no es, pero bueno, vamos a centrarnos en lo importante: estamos a punto de vivir un acontecimiento histórico, nada menos que la inauguración de la nueva Catedral. Hay que ir al campo ese día con los deberes hechos, así que es el momento de estudiar a fondo los…
DIEZ MANDAMIENTOS QUE TODO FOROFOGOITIA DEBE CUMPLIR EN EL NUEVO CAMPO DEL ATHLETIC
1. Llamarás al nuevo campo “San Mamés”, no “San Mamés Barria” ni nuevo San Mamés. Esto del nombre parece que no tiene importancia, pero ya se sabe cómo nos cabreamos cada vez que alguien, confiamos en que sin mala intención, llama al Athletic “el Bilbao” en lugar de “el Athletic”. Pues mucho ojo, porque, aunque sea nuevo, el campo se sigue llamando San Mamés. Lo ha aclarado en varias ocasiones la Junta Directiva. Un dato: el nuevo campo del Barakaldo, el de Lasesarre (ya hace unos años que fue inaugurado), es otro ejemplo: tampoco se llama “nuevo Lasesarre”. Así que llamemos a las cosas por su nombre.
2. No confundirás la Tribuna Principal con la Tribuna Este, ni la Tribuna Norte con la Tribuna Sur. A ver si nos aclaramos: si nos situáramos de pie en el lugar en el que antes estaba la Tribuna Principal, la del arco, mirando hacia donde está el nuevo campo, la orientación es esta: frente a nosotros, la Tribuna Norte; a nuestra izquierda, la Tribuna Principal; a la derecha, la Tribuna Este; donde estamos de pie, aún sin construir, la Tribuna Sur. Este mandamiento es fácil, en cuanto vayamos el día 16 (o el 13, al entrenamiento que está programado para esa tarde-noche) nos lo vamos a aprender sin ningún problema.
3. No dirás ni estarás de acuerdo con nadie que diga que “el campo nuevo es bonito, pero le falta el ambiente del antiguo”, o frases por el estilo. Esto hay que tenerlo muy claro: es imposible que un campo nuevo tenga la historia de otro que para cuando la mayoría lo conocimos contaba ya por lo menos con sesenta años de historia. Pero eso no le quita nada al estadio que vamos a estrenar. Al fin y al cabo, conseguir que el ambiente del nuevo campo sea como el que había en el que hemos disfrutado hasta ahora está en nuestra mano, en la de todos los que íbamos al fútbol hasta ahora y vamos a seguir yendo.
4. No harás la ola tampoco en el nuevo campo. Innegociable, la ola no nos ha gustado nunca y seguro que tampoco nos gustará a partir de ahora. Salvo en situaciones muy puntuales (como con los partidos de la Selección Vasca), el antiguo campo jamás fue amigo de animar a los nuestros haciendo la ola, y no tiene ninguna pinta de que esto vaya a cambiar.
5. No harás olés tampoco en el nuevo campo. Lo mismo que la ola, vamos. Ya lo dice el viejo proverbio forofogóitico: en San Mamés, ni olas ni olés.
6. No te encariñarás mucho con tu nueva localidad, siempre y cuando esta sea provisional para la temporada 2013-2014 y mejor que la que has cogido para a partir de la temporada 2014-2015. Sí, sí, esto es duro, pero es así. Pudiera suceder que el día 16 te encuentres sentado –o de pie, si lo prefieres- en una localidad desde la que ves el fútbol mejor que el mismísimo Beñat Etxebarria; pero si tú reamente has elegido uno que aún no está construido (en la Tribuna Sur, o en los extremos de las Tribunas Principal y Este) y que es peor que ese que estás disfrutando, lo mejor es que te vayas haciendo a la idea de que estás ahí solo para unos meses :-) .
7. Echarás de menos el mítico arco de San Mamés, por mucho que en una futura remodelación del nuevo campo se vuelva a poner ese arco y otros cuatro más, si hicieran falta. Esto más que un mandamiento es un hecho: cómo vamos a notar la falta del arco, la de veces que lo habremos visto, admirado y fotografiado en la Catedral. Bueno, habrá que ir a Lezama para verlo.
8. Contarás a tus nietos que el día en el que se inauguró el nuevo campo del Athletic tú estuviste allí. Seamos serios: ¿cuántos de los que estuvieron en el primer partido de la historia del campo antiguo, el 21 de agosto de 1913, van a estar en el Athletic-Celta del 16 de septiembre? Tiene toda la pinta de que nadie… salvo que alguien de por lo menos 105 o 106 años vaya al estreno de la semana que viene… Así que no hay duda, vamos a tener el privilegio de vivir una noche para la historia (que sí, que es lunes y que es a las diez, que ya podía ser sábado a las ocho, por ejemplo, pero está claro que es una noche para la historia, ¿o no?).
9. Subirás a todas las redes sociales en las que tengas presencia un montón de fotos que acrediten que ya has estado en el nuevo campo del Athletic. Un poco en la línea del mandamiento número siete: a muchos de los chavales de ahora les parecerá imposible, pero hubo una época, remota, en la que no había Facebook, ni Twitter, ni Instagram, por no haber no había ni siquiera You Tube, ¡ni Flickr! 1913, año en que se inauguró el antiguo campo, pertenece a esa remota época (que se estima finalizó hacia mediados de la pasada década), así que es el momento de bombardear a fotos a todos nuestros contactos repartidos por el mundo con fotos de nosotros en San Mamés. Qué envidia van a tener.
10. Llevarás siempre contigo al nuevo campo estos Diez Mandamientos, especialmente porque aquí están los horarios del Metro, aquí los de cercanías de Renfe, aquí los de Eusko Tren y aquí los del tranvía y en este enlace los de FEVE. El día del primer partido salimos casi a las doce, pero visto cómo se las gastan los de las televisiones no es descartable que en cualquier otra ocasión salgamos más tarde, así que conviene tener a mano en todo momento los transportes públicos especiales.
Bien, pues este es el Décalogo de obligado cumplimiento para cualquier forofogoitia en nuestra nueva casa. ¡¡A disfrutarla y aupa Athletic!!
Bueno, pues ya estamos ahí: el primer partido del Athletic Club en el nuevo San Mamés será el Athletic-Celta de la tercera jornada de la Liga 2013-2014, eso está confirmado, y también sabemos -desde hace días- la fecha y hora del estreno: el 16 de septiembre, el lunes que viene, a las diez de la noche. Sí, es verdad, el mejor de los horarios no es, pero bueno, vamos a centrarnos en lo importante: estamos a punto de vivir un acontecimiento histórico, nada menos que la inauguración de la nueva Catedral. Hay que ir al campo ese día con los deberes hechos, así que es el momento de estudiar a fondo los…
DIEZ MANDAMIENTOS QUE TODO FOROFOGOITIA DEBE CUMPLIR EN EL NUEVO CAMPO DEL ATHLETIC
1. Llamarás al nuevo campo “San Mamés”, no “San Mamés Barria” ni nuevo San Mamés. Esto del nombre parece que no tiene importancia, pero ya se sabe cómo nos cabreamos cada vez que alguien, confiamos en que sin mala intención, llama al Athletic “el Bilbao” en lugar de “el Athletic”. Pues mucho ojo, porque, aunque sea nuevo, el campo se sigue llamando San Mamés. Lo ha aclarado en varias ocasiones la Junta Directiva. Un dato: el nuevo campo del Barakaldo, el de Lasesarre (ya hace unos años que fue inaugurado), es otro ejemplo: tampoco se llama “nuevo Lasesarre”. Así que llamemos a las cosas por su nombre.
2. No confundirás la Tribuna Principal con la Tribuna Este, ni la Tribuna Norte con la Tribuna Sur. A ver si nos aclaramos: si nos situáramos de pie en el lugar en el que antes estaba la Tribuna Principal, la del arco, mirando hacia donde está el nuevo campo, la orientación es esta: frente a nosotros, la Tribuna Norte; a nuestra izquierda, la Tribuna Principal; a la derecha, la Tribuna Este; donde estamos de pie, aún sin construir, la Tribuna Sur. Este mandamiento es fácil, en cuanto vayamos el día 16 (o el 13, al entrenamiento que está programado para esa tarde-noche) nos lo vamos a aprender sin ningún problema.
3. No dirás ni estarás de acuerdo con nadie que diga que “el campo nuevo es bonito, pero le falta el ambiente del antiguo”, o frases por el estilo. Esto hay que tenerlo muy claro: es imposible que un campo nuevo tenga la historia de otro que para cuando la mayoría lo conocimos contaba ya por lo menos con sesenta años de historia. Pero eso no le quita nada al estadio que vamos a estrenar. Al fin y al cabo, conseguir que el ambiente del nuevo campo sea como el que había en el que hemos disfrutado hasta ahora está en nuestra mano, en la de todos los que íbamos al fútbol hasta ahora y vamos a seguir yendo.
4. No harás la ola tampoco en el nuevo campo. Innegociable, la ola no nos ha gustado nunca y seguro que tampoco nos gustará a partir de ahora. Salvo en situaciones muy puntuales (como con los partidos de la Selección Vasca), el antiguo campo jamás fue amigo de animar a los nuestros haciendo la ola, y no tiene ninguna pinta de que esto vaya a cambiar.
5. No harás olés tampoco en el nuevo campo. Lo mismo que la ola, vamos. Ya lo dice el viejo proverbio forofogóitico: en San Mamés, ni olas ni olés.
6. No te encariñarás mucho con tu nueva localidad, siempre y cuando esta sea provisional para la temporada 2013-2014 y mejor que la que has cogido para a partir de la temporada 2014-2015. Sí, sí, esto es duro, pero es así. Pudiera suceder que el día 16 te encuentres sentado –o de pie, si lo prefieres- en una localidad desde la que ves el fútbol mejor que el mismísimo Beñat Etxebarria; pero si tú reamente has elegido uno que aún no está construido (en la Tribuna Sur, o en los extremos de las Tribunas Principal y Este) y que es peor que ese que estás disfrutando, lo mejor es que te vayas haciendo a la idea de que estás ahí solo para unos meses :-) .
7. Echarás de menos el mítico arco de San Mamés, por mucho que en una futura remodelación del nuevo campo se vuelva a poner ese arco y otros cuatro más, si hicieran falta. Esto más que un mandamiento es un hecho: cómo vamos a notar la falta del arco, la de veces que lo habremos visto, admirado y fotografiado en la Catedral. Bueno, habrá que ir a Lezama para verlo.
8. Contarás a tus nietos que el día en el que se inauguró el nuevo campo del Athletic tú estuviste allí. Seamos serios: ¿cuántos de los que estuvieron en el primer partido de la historia del campo antiguo, el 21 de agosto de 1913, van a estar en el Athletic-Celta del 16 de septiembre? Tiene toda la pinta de que nadie… salvo que alguien de por lo menos 105 o 106 años vaya al estreno de la semana que viene… Así que no hay duda, vamos a tener el privilegio de vivir una noche para la historia (que sí, que es lunes y que es a las diez, que ya podía ser sábado a las ocho, por ejemplo, pero está claro que es una noche para la historia, ¿o no?).
9. Subirás a todas las redes sociales en las que tengas presencia un montón de fotos que acrediten que ya has estado en el nuevo campo del Athletic. Un poco en la línea del mandamiento número siete: a muchos de los chavales de ahora les parecerá imposible, pero hubo una época, remota, en la que no había Facebook, ni Twitter, ni Instagram, por no haber no había ni siquiera You Tube, ¡ni Flickr! 1913, año en que se inauguró el antiguo campo, pertenece a esa remota época (que se estima finalizó hacia mediados de la pasada década), así que es el momento de bombardear a fotos a todos nuestros contactos repartidos por el mundo con fotos de nosotros en San Mamés. Qué envidia van a tener.
10. Llevarás siempre contigo al nuevo campo estos Diez Mandamientos, especialmente porque aquí están los horarios del Metro, aquí los de cercanías de Renfe, aquí los de Eusko Tren y aquí los del tranvía y en este enlace los de FEVE. El día del primer partido salimos casi a las doce, pero visto cómo se las gastan los de las televisiones no es descartable que en cualquier otra ocasión salgamos más tarde, así que conviene tener a mano en todo momento los transportes públicos especiales.
Bien, pues este es el Décalogo de obligado cumplimiento para cualquier forofogoitia en nuestra nueva casa. ¡¡A disfrutarla y aupa Athletic!!
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