Fuente: Ligas Fútbol Femenino.com
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miércoles, 31 de agosto de 2016
lunes, 29 de agosto de 2016
El Barça le mete diez a Iribar y quiere ficharlo
Artículo publicado por Alfredo Relaño en elpais.com el 28/08/2016
El Barça le marcó diez goles a Iribar y aun así quiso ficharlo. Llegó a ofrecer tres millones al Basconia, que finalmente lo vendió por uno al Athletic. Aquel caso ocupó la atención pública en Bilbao durante dos meses largos.
De Iribar había empezado a hablarse en el invierno 61-62, al poco de aparecer en el Basconia, en Segunda División. Chico de caserío, tenía pasión por el fútbol, pero sobre todo por la posición de portero. Sentía por Edmundo, el portero del Zarautz (que jugaba siempre de negro, de ahí le vino a él) algo rayano en la devoción. También por otros, que nunca había visto jugar: Ramallets, Carmelo, Juanito Alonso... Se colaba en la peluquería de Zarautz a husmear en las revistas, por si aparecían fotos de ellos parando. Estudiaba sus posturas, imaginaba los movimientos previos a cada parada, los repetía en la playa y se sentía feliz cuando alcanzaba el balón. Lo miraba con cariño, como a un niño al que hubiera salvado de caer a un pozo.
Llegó al juvenil del Zarautz. A su padre, aunque alguna vez le había llevado a Atocha a ver al Athletic, no le hacía gracia aquello. Quería que fuese tornero y que ayudara en el caserío. Pero un vecino, de nombre Echabe, exjugador del Basconia (club de Basauri, muy cerca de Bilbao) le consiguió una prueba allí. En la familia se discutió mucho si autorizarle o no. Al final, tozudo, alcanzó un compromiso: tenía un año para intentar ser futbolista. Si no, al torno y al caserío. No estaban las cosas para fantasías.
El Basconia le cogió, aunque con algunas dudas. Era alto, pero flacucho, poco consistente aún. Eso sí: rapidísimo. Las dudas las despejó Gaínza. El Athletic tenía convenio con varios clubes de Vizcaya y Gaínza se ocupaba de las relaciones. Por eso vio la prueba:
—Si no os decidís, pongo yo el dinero.
Palabra de Gaínza, palabra de Dios. Iribar fichó, en principio, como tercer portero tras Arego y Munillo. Le dieron 8.000 pesetas de ficha, pensión, comida gratis y 25 pesetas por partido ganado. Juan Ignacio Azurmendi, hoy presidente del Basconia, era entonces un adolescente, forofo del equipo, de esos que iban a mosconear a los entrenamientos: “Me ponía detrás de la portería a ver los entrenamientos de Iribar. ¡Qué espectáculo! Recuerdo esos ratos entre los mejores de mi vida”. La oportunidad le llegó en la séptima jornada, por lesión de Arego. Y nada menos que ante el Indauchu, otro club convenido con el Athletic, pero este, de la capital, de barrio rico, asociado con los jesuitas y con la Escuela de Ingenieros. El Basconia, de Basauri, de pueblo. Se jugó en San Mamés y ganó el Basconia (0-2) con Iríbar formidable.
Se empezó a hablar de él en Vizcaya. Y pronto en toda España, cuando el Basconia eliminó de la Copa al Atlético (campeón de las dos ediciones anteriores), con desempate en Valladolid. El responsable fue Iríbar, con un montón de goles evitados.
Luego tocó el Barça, que ganó al Basconia en su campo de Basoselay 0-2. Tres días después (8 de marzo de 1962), la devolución de visita fue una masacre: 10-1. Salvo error u omisión, la mayor goleada conseguida por el Barça en partido oficial en el Camp Nou, donde se instaló en 1957.
El ataque del récord fue: Zaballa, Pereda, Zaldúa, Pais y Szalay. Zaldúa, buen ariete navarro, marcó dos: “Los que jugamos éramos suplentes, queríamos reivindicarnos y fuimos a por todas. De Iribar ya se hablaba por entonces y eso quizá nos incitó más. Aunque parezca raro decirlo después de diez goles, estuvo enorme”.
La masacre vino favorecida porque el central, Orive, se fue lesionado al cuarto de hora. Aún en el primer tiempo, el ariete, Bolinaga, quedó inútil y se colocó de extremo, como figura decorativa. Iribar recuerda bien, claro, aquel día: “Eran mucho mejores y además jugamos con nueve. Hice lo que pude, pero aquello fue una avalancha”.
Ese humilde “hice lo que pude”, dio para que Kubala, entrenador culé, pidiera su fichaje. Como le querían más clubes, el Barça ofreció tres millones de pesetas. Un dineral, si se piensa que el Madrid acababa de fichar de la Real a Araquistain, internacional, por seis. Iribar apenas tenía 19 años y veintitantos partidos en Segunda.
El Athletic, claro, se avivó. Tenía derechos sobre el Basconia, como club convenido, figura imprecisa, pero que se traducía en que el Athletic daba apoyo económico y cedía jugadores con derecho a recuperarlos cuando quisiera o a tomar gratis a los valores que los clubes convenidos fabricaran. Pero Juan Alonso, presidente del Basconia, no lo quería dar así como así. Estaba enfadado con el Athletic. Un año antes había dado dos jugadores, Echeberría y Argoitia y no se vio correspondido. Pensaba que le daban los mejores al Indauchu. Particularmente le irritó que ese año había pedido un extremo izquierdo y el mejor disponible, Plácido, se lo cedieron al Indauchu.
Bilbao bulló con la polémica. Hubo cartas cruzadas entre el Athletic y el Basconia, cartas de aficionados, debates en la radio… Juan Alonso le exigió al Athletic un millón. La asamblea basconista discutió horas el asunto, recuerda Azurmendi, que estuvo: “Unos querían honrar el convenio, claro. Además, todos éramos en el fondo y en gran medida del Athletic. Pero se impuso la resolución de exigir un millón”. El Athletic, lo pagó, lo que consideró una humillación. Iríbar había ganado el reto a su familia: en un año era futbolista… ¡y del mismísimo Athletic!
Por esas travesuras del fútbol, la Liga 62-63 comenzó con un Athletic-Barça en San Mamés. El Barça, que ya se había llevado a Garay (formidable central, queridísimo en San Mamés) dos años antes, fue recibido de uñas. Le culpaban de intromisión en el granero del Athletic, a sus espaldas, con el costo de un millón y las relaciones con el Basconia rotas para algún tiempo.
El partido tuvo un inicio apasionado. Al minuto había marcado Menchaca, al momento, un córner de Uribe casi entra, en el 8', Foncho saca un balón de la raya… Pero el Barça se repuso y acabó ganando 2-3, con un último gol, de Fusté, en el que el linier marcó fuera de juego, pero que Zariquiegui concedió. La bronca fue de aúpa.
Iribar fue suplente de Carmelo ese día. Debutaría, no mucho después, en Málaga, por lesión de este. Una aparición esporádica. Su presentación en San Mamés fue en la última jornada, ante el Real Madrid, que llegaba campeón. Con 0-0, Prendes le pitó un penalti al Athletic por derribo a Manolín Bueno: “Era fuera del área y se armó la gorda. Yo, con mi inocencia, fui a Puskas, cuando se preparó para tirarlo y le dije: 'Oye, échalo fuera, que si lo metes se va a armar la gorda'. Total, ya eran campeones. Él me miró como a un idiota, me dio dos cachetitos y me dijo: 'Anda, hijoputa'. Eso para mí era gravísimo. Amancio me calmó: 'Tranquilo, este nos llama hijoputa a todos”. Puskas no perdonó.
El Barça hizo nuevos intentos por ficharle en años sucesivos. Y también el Madrid. Pero la respuesta del Athletic siempre era no.
—Sólo cuando ya había entrado en la treintena me hablaron de una buena oferta del Madrid para mí. El presidente, Eguidazu, me conminaba a aceptar, pero le dije que me daba igual el dinero. Yo donde siempre quise jugar fue en el Athletic.
El Barça le marcó diez goles a Iribar y aun así quiso ficharlo. Llegó a ofrecer tres millones al Basconia, que finalmente lo vendió por uno al Athletic. Aquel caso ocupó la atención pública en Bilbao durante dos meses largos.
De Iribar había empezado a hablarse en el invierno 61-62, al poco de aparecer en el Basconia, en Segunda División. Chico de caserío, tenía pasión por el fútbol, pero sobre todo por la posición de portero. Sentía por Edmundo, el portero del Zarautz (que jugaba siempre de negro, de ahí le vino a él) algo rayano en la devoción. También por otros, que nunca había visto jugar: Ramallets, Carmelo, Juanito Alonso... Se colaba en la peluquería de Zarautz a husmear en las revistas, por si aparecían fotos de ellos parando. Estudiaba sus posturas, imaginaba los movimientos previos a cada parada, los repetía en la playa y se sentía feliz cuando alcanzaba el balón. Lo miraba con cariño, como a un niño al que hubiera salvado de caer a un pozo.
Llegó al juvenil del Zarautz. A su padre, aunque alguna vez le había llevado a Atocha a ver al Athletic, no le hacía gracia aquello. Quería que fuese tornero y que ayudara en el caserío. Pero un vecino, de nombre Echabe, exjugador del Basconia (club de Basauri, muy cerca de Bilbao) le consiguió una prueba allí. En la familia se discutió mucho si autorizarle o no. Al final, tozudo, alcanzó un compromiso: tenía un año para intentar ser futbolista. Si no, al torno y al caserío. No estaban las cosas para fantasías.
El Basconia le cogió, aunque con algunas dudas. Era alto, pero flacucho, poco consistente aún. Eso sí: rapidísimo. Las dudas las despejó Gaínza. El Athletic tenía convenio con varios clubes de Vizcaya y Gaínza se ocupaba de las relaciones. Por eso vio la prueba:
—Si no os decidís, pongo yo el dinero.
Palabra de Gaínza, palabra de Dios. Iribar fichó, en principio, como tercer portero tras Arego y Munillo. Le dieron 8.000 pesetas de ficha, pensión, comida gratis y 25 pesetas por partido ganado. Juan Ignacio Azurmendi, hoy presidente del Basconia, era entonces un adolescente, forofo del equipo, de esos que iban a mosconear a los entrenamientos: “Me ponía detrás de la portería a ver los entrenamientos de Iribar. ¡Qué espectáculo! Recuerdo esos ratos entre los mejores de mi vida”. La oportunidad le llegó en la séptima jornada, por lesión de Arego. Y nada menos que ante el Indauchu, otro club convenido con el Athletic, pero este, de la capital, de barrio rico, asociado con los jesuitas y con la Escuela de Ingenieros. El Basconia, de Basauri, de pueblo. Se jugó en San Mamés y ganó el Basconia (0-2) con Iríbar formidable.
Se empezó a hablar de él en Vizcaya. Y pronto en toda España, cuando el Basconia eliminó de la Copa al Atlético (campeón de las dos ediciones anteriores), con desempate en Valladolid. El responsable fue Iríbar, con un montón de goles evitados.
Luego tocó el Barça, que ganó al Basconia en su campo de Basoselay 0-2. Tres días después (8 de marzo de 1962), la devolución de visita fue una masacre: 10-1. Salvo error u omisión, la mayor goleada conseguida por el Barça en partido oficial en el Camp Nou, donde se instaló en 1957.
El ataque del récord fue: Zaballa, Pereda, Zaldúa, Pais y Szalay. Zaldúa, buen ariete navarro, marcó dos: “Los que jugamos éramos suplentes, queríamos reivindicarnos y fuimos a por todas. De Iribar ya se hablaba por entonces y eso quizá nos incitó más. Aunque parezca raro decirlo después de diez goles, estuvo enorme”.
La masacre vino favorecida porque el central, Orive, se fue lesionado al cuarto de hora. Aún en el primer tiempo, el ariete, Bolinaga, quedó inútil y se colocó de extremo, como figura decorativa. Iribar recuerda bien, claro, aquel día: “Eran mucho mejores y además jugamos con nueve. Hice lo que pude, pero aquello fue una avalancha”.
Ese humilde “hice lo que pude”, dio para que Kubala, entrenador culé, pidiera su fichaje. Como le querían más clubes, el Barça ofreció tres millones de pesetas. Un dineral, si se piensa que el Madrid acababa de fichar de la Real a Araquistain, internacional, por seis. Iribar apenas tenía 19 años y veintitantos partidos en Segunda.
El Athletic, claro, se avivó. Tenía derechos sobre el Basconia, como club convenido, figura imprecisa, pero que se traducía en que el Athletic daba apoyo económico y cedía jugadores con derecho a recuperarlos cuando quisiera o a tomar gratis a los valores que los clubes convenidos fabricaran. Pero Juan Alonso, presidente del Basconia, no lo quería dar así como así. Estaba enfadado con el Athletic. Un año antes había dado dos jugadores, Echeberría y Argoitia y no se vio correspondido. Pensaba que le daban los mejores al Indauchu. Particularmente le irritó que ese año había pedido un extremo izquierdo y el mejor disponible, Plácido, se lo cedieron al Indauchu.
Bilbao bulló con la polémica. Hubo cartas cruzadas entre el Athletic y el Basconia, cartas de aficionados, debates en la radio… Juan Alonso le exigió al Athletic un millón. La asamblea basconista discutió horas el asunto, recuerda Azurmendi, que estuvo: “Unos querían honrar el convenio, claro. Además, todos éramos en el fondo y en gran medida del Athletic. Pero se impuso la resolución de exigir un millón”. El Athletic, lo pagó, lo que consideró una humillación. Iríbar había ganado el reto a su familia: en un año era futbolista… ¡y del mismísimo Athletic!
Por esas travesuras del fútbol, la Liga 62-63 comenzó con un Athletic-Barça en San Mamés. El Barça, que ya se había llevado a Garay (formidable central, queridísimo en San Mamés) dos años antes, fue recibido de uñas. Le culpaban de intromisión en el granero del Athletic, a sus espaldas, con el costo de un millón y las relaciones con el Basconia rotas para algún tiempo.
El partido tuvo un inicio apasionado. Al minuto había marcado Menchaca, al momento, un córner de Uribe casi entra, en el 8', Foncho saca un balón de la raya… Pero el Barça se repuso y acabó ganando 2-3, con un último gol, de Fusté, en el que el linier marcó fuera de juego, pero que Zariquiegui concedió. La bronca fue de aúpa.
Iribar fue suplente de Carmelo ese día. Debutaría, no mucho después, en Málaga, por lesión de este. Una aparición esporádica. Su presentación en San Mamés fue en la última jornada, ante el Real Madrid, que llegaba campeón. Con 0-0, Prendes le pitó un penalti al Athletic por derribo a Manolín Bueno: “Era fuera del área y se armó la gorda. Yo, con mi inocencia, fui a Puskas, cuando se preparó para tirarlo y le dije: 'Oye, échalo fuera, que si lo metes se va a armar la gorda'. Total, ya eran campeones. Él me miró como a un idiota, me dio dos cachetitos y me dijo: 'Anda, hijoputa'. Eso para mí era gravísimo. Amancio me calmó: 'Tranquilo, este nos llama hijoputa a todos”. Puskas no perdonó.
El Barça hizo nuevos intentos por ficharle en años sucesivos. Y también el Madrid. Pero la respuesta del Athletic siempre era no.
—Sólo cuando ya había entrado en la treintena me hablaron de una buena oferta del Madrid para mí. El presidente, Eguidazu, me conminaba a aceptar, pero le dije que me daba igual el dinero. Yo donde siempre quise jugar fue en el Athletic.
sábado, 27 de agosto de 2016
El legado de José Antonio Aguirre
Artículo publicado por Irati Alonso en el diario Deia el 26/08/2016
El que fuera Lehendakari y jugador del Athletic será homenajeado el domingo por el club rojiblanco
El 7 de octubre de 1936 José Antonio Aguirre entraba por la puerta grande en la historia de Euskadi. Aquel día, el bilbaino era nombrado lehendakari en Gernika, siendo el primero en ocupar ese cargo. Ha pasado mucho tiempo desde aquel histórico momento. Sin embargo, Aguirre sigue hoy presente en la mente de la población vasca. Dejó huella tanto en el panorama político como en el social y por ello, ochenta años después de su nombramiento, el lehendakari recibirá este domingo un homenaje al que se ha unido el Athletic. Y es que, antes de dedicarse a la política, el bilbaino formó parte de la familia rojiblanca.
Nacido en Bilbao pero criado en el municipio vizcaino de Getxo, Aguirre se interesó desde muy joven por los temas políticos. Estudió derecho en la universidad de Deusto y siempre quiso tener presente el panorama político en Euskadi. Sin embargo, nunca dejó de lado su pasión: el fútbol. Era feliz en el campo y no cesó hasta llegar a ser un jugador de alto nivel. Debutó con el Athletic el 27 de noviembre de 1921 y jugó 46 partidos durante las cinco temporadas que vistió la camiseta rojiblanca, siendo el puesto de interior izquierdo el que más veces ocupó́. En sus años como jugador ganó el título de Copa en 1923, vivió la muerte de Pichichi y la celebración de las bodas de plata del club.
Por todo esto, el Athletic no ha querido quedarse fuera de las actividades en homenaje al bilbaino que ha organizado la asociación Lehendakari Agirre, que recuerda la vida del jugador y político. Esta organización lleva realizando actos conmemorativos durante todo el año. Para este domingo, en cambio, han preparado algo especial. Aprovechando el primer partido del Athletic en San Mamés -juega contra el Barcelona a las 20.15- Bilbao será escenario de una fiesta en honor al lehendakari. Las actividades darán comienzo a las 19.00 en los alrededores de San Mamés. Allí se concentrarán, además del gigante de Aguirre elaborado para la ocasión, las figuras de Don Terencio, Doña Tomasa y Pichichi de la mano de Bilboko Erraldoi eta Buruhandien Konpartsa. Música, bailes y varios vídeos sobre el paso del lehendakari Aguirre por el Athletic en las pantallas exteriores del campo amenizarán los prolegómenos del encuentro entre rojiblancos y azulgranas. Ya en el terreno de juego, y minutos antes de que comience el partido, los biznietos de Aguirre se fotografiarán con el equipo y en el tiempo de descanso, además de emitirse un vídeo sobre el paso de Aguirre por el Athletic, los gigantes volverán a actuar, esta vez en el césped de La Catedral. Asimismo, cada uno de los asistentes al encuentro recibirá una publicación especial donde se recordará el 80 aniversario de la creación del Gobierno vasco y de su primer lehendakari, y el paso de Aguirre por el club rojiblanco.
LA SELECCIÓN EUZKADI
El recorrido de Aguirre como jugador terminó a la vez que comenzó su carrera política. Sin embargo, nunca dejó de estar vinculado al fútbol. Era consciente del enorme impacto que genera este deporte en la sociedad. Por ello, ya en su época como lehendakari, creó una selección llamada Euzkadi. El principal objetivo del equipo formado por jugadores del territorio vasco, entre los que se encontraba su hermano Tomás Aguirre, era viajar por Europa con la intención de recaudar fondos para abastecer de comida y transporte a niños vascos durante la Guerra Civil. Además, Aguirre aprovechó los viajes de estos jugadores por el mundo para dar a conocer la situación desastrosa que estaba viviendo la población vasca a causa de la guerra.El recorrido de la selección Euzkadi terminó al mismo tiempo que el periodo de conflicto armado, cuando la mayoría de los integrantes del equipo decidió seguir su carrera deportiva en América.
El que fuera Lehendakari y jugador del Athletic será homenajeado el domingo por el club rojiblanco
El 7 de octubre de 1936 José Antonio Aguirre entraba por la puerta grande en la historia de Euskadi. Aquel día, el bilbaino era nombrado lehendakari en Gernika, siendo el primero en ocupar ese cargo. Ha pasado mucho tiempo desde aquel histórico momento. Sin embargo, Aguirre sigue hoy presente en la mente de la población vasca. Dejó huella tanto en el panorama político como en el social y por ello, ochenta años después de su nombramiento, el lehendakari recibirá este domingo un homenaje al que se ha unido el Athletic. Y es que, antes de dedicarse a la política, el bilbaino formó parte de la familia rojiblanca.
Nacido en Bilbao pero criado en el municipio vizcaino de Getxo, Aguirre se interesó desde muy joven por los temas políticos. Estudió derecho en la universidad de Deusto y siempre quiso tener presente el panorama político en Euskadi. Sin embargo, nunca dejó de lado su pasión: el fútbol. Era feliz en el campo y no cesó hasta llegar a ser un jugador de alto nivel. Debutó con el Athletic el 27 de noviembre de 1921 y jugó 46 partidos durante las cinco temporadas que vistió la camiseta rojiblanca, siendo el puesto de interior izquierdo el que más veces ocupó́. En sus años como jugador ganó el título de Copa en 1923, vivió la muerte de Pichichi y la celebración de las bodas de plata del club.
Por todo esto, el Athletic no ha querido quedarse fuera de las actividades en homenaje al bilbaino que ha organizado la asociación Lehendakari Agirre, que recuerda la vida del jugador y político. Esta organización lleva realizando actos conmemorativos durante todo el año. Para este domingo, en cambio, han preparado algo especial. Aprovechando el primer partido del Athletic en San Mamés -juega contra el Barcelona a las 20.15- Bilbao será escenario de una fiesta en honor al lehendakari. Las actividades darán comienzo a las 19.00 en los alrededores de San Mamés. Allí se concentrarán, además del gigante de Aguirre elaborado para la ocasión, las figuras de Don Terencio, Doña Tomasa y Pichichi de la mano de Bilboko Erraldoi eta Buruhandien Konpartsa. Música, bailes y varios vídeos sobre el paso del lehendakari Aguirre por el Athletic en las pantallas exteriores del campo amenizarán los prolegómenos del encuentro entre rojiblancos y azulgranas. Ya en el terreno de juego, y minutos antes de que comience el partido, los biznietos de Aguirre se fotografiarán con el equipo y en el tiempo de descanso, además de emitirse un vídeo sobre el paso de Aguirre por el Athletic, los gigantes volverán a actuar, esta vez en el césped de La Catedral. Asimismo, cada uno de los asistentes al encuentro recibirá una publicación especial donde se recordará el 80 aniversario de la creación del Gobierno vasco y de su primer lehendakari, y el paso de Aguirre por el club rojiblanco.
LA SELECCIÓN EUZKADI
El recorrido de Aguirre como jugador terminó a la vez que comenzó su carrera política. Sin embargo, nunca dejó de estar vinculado al fútbol. Era consciente del enorme impacto que genera este deporte en la sociedad. Por ello, ya en su época como lehendakari, creó una selección llamada Euzkadi. El principal objetivo del equipo formado por jugadores del territorio vasco, entre los que se encontraba su hermano Tomás Aguirre, era viajar por Europa con la intención de recaudar fondos para abastecer de comida y transporte a niños vascos durante la Guerra Civil. Además, Aguirre aprovechó los viajes de estos jugadores por el mundo para dar a conocer la situación desastrosa que estaba viviendo la población vasca a causa de la guerra.El recorrido de la selección Euzkadi terminó al mismo tiempo que el periodo de conflicto armado, cuando la mayoría de los integrantes del equipo decidió seguir su carrera deportiva en América.
lunes, 22 de agosto de 2016
domingo, 21 de agosto de 2016
Plantilla 2016 - 2017
Viñeta publicada por Asier y Javier en la pagina de facebook Por una escultura de Zarra junto a San Mamés
martes, 16 de agosto de 2016
lunes, 15 de agosto de 2016
sábado, 13 de agosto de 2016
viernes, 12 de agosto de 2016
lunes, 1 de agosto de 2016
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