Artículo publicado por Felipe Olcina Anaya en www.spherasports.com el 03/03/2016
Mamá me marcho tengo cosas que hacer así de escueto y directo fue Marcelo Bielsa, dispuesto a descubrir mundo, como aquel que baja a por tabaco, que no coge ni llaves, ni chaqueta, un loco lleva tres monedas en el bolsillo y una mente repleta de ideas. Años más tarde después de embarcarse en esa nueva aventura, de muchos kilómetros recorridos con su Fiat 147, de muchos jugadores vistos y muchas noches sobreviviendo con el café a esquemas y formaciones inventadas se topó con el Athletic y San Mamés.
Marcelo enamoró a los vascos con eso lo digo todo. Los comienzos fueron difíciles, los jugadores no se acostumbraban a las ideas del loco y los resultados tardaron en llegar. Fueron dos años, nunca fueron más por el desgaste que supone pero en Bilbao disfrutaron de él y los suyos, vieron otro Bilbao, uno más vistoso, más guerrero y en el recuerdo aquella Europa League. Las victorias en Manchester y en Gelsenkirchen o la remontada en la Catedral frente al Sporting de Lisboa antes de llegar a la final, 35 años después. Europa estaba atónita ante un Athletic que deslumbraba.
En el verano de 2012 y último año al servicio del club, llegó Aduriz. Su vuelta a Bilbao, equipo que le vio a nacer era todo un reto para él. El entrenador a primeras, no opinaba igual. “Nunca hice una solicitud de jugadores, señalé las posiciones que se debían reforzar, que no son las de Aduriz e Isma” Tiempo más tarde, Aduriz era titular. Le había ganado la partida a Fernando Llorente y en Marzo, meses más tardes de dichas declaraciones la situación era totalmente inversa. Aduriz en punta acumulaba ocho partidos sin encontrar gol y Bielsa respondía así: “Por supuesto que la razón de ser de Aduriz en el equipo, según su propia observación, es el gol, pero desde mi óptica nos ofrece un sinfín de cosas más que son muy útiles aunque no convierta. Si convierte, muchísimo mejor”.
Justo hace 3 años de aquellas declaraciones. Aduriz tenía 32 años y parecía mas viejo de la frescura que respira a día de hoy. Fue uno de los pocos, puede estar orgulloso. Uno de los pocos vascos que no se enamoró de Bielsa sino el loco de él. Con 35 años es el máximo goleador nacional, 30 goles entre todas las competiciones: 17 en la Liga, 7 en la Europa League, 2 en la Copa del Rey y 4 en la Supercopa. Los mismos que Leo Messi. Lo que dijo Bielsa añádele gol, una brutalidad. Aduriz hace gol y juega. El Athletic lo nota, es el factor diferencial. Valverde lo ha comentado en rueda de prensa recientemente: “Nos sorprende partido a partido. Siempre pensamos que con 35 años en algún momento tendrá que dar un bajón, pero lo mejor es que no termine nunca esta temporada porque está increíble. Lo que he visto este año no lo había visto nunca en un jugador de campo. Se me acaban los adjetivos”
Un toque, un desmarque, todo lo hace bien. El jugador es consciente de la edad, se regula cada partido. En Mestalla fue suplente pero le sobraron minutos para apuntalar el balón en la red. Hace pocos días de su genialidad en Marsella, tierra del loco Bielsa. Aduriz también la conquisto con un misil lejano. Todo esto y tres hat tricks para igualar a Leo Messi en el mejor momento de su carrera, con 35 años y dosificando su cuerpo. ¿Estamos locos?
Él que parece que lo está es el seleccionador nacional. Con estos números no importa la edad y más bien sí una oportunidad. Ya le llegan las voces, las recientes declaraciones del seleccionador confirman los deseos del pueblo. “Si todos nos dicen Aduriz, Aduriz, no vamos a ser los más listos nosotros”. Ahora solo queda verlo en lista de cara a la Eurocopa y entonces lo podremos decir, un loco más en la lista. Uno más acabó enamorado de los años, la cabeza y los goles de Aritz Aduriz.