Artículo publicado en el número 1 de la revista Athletic Club
(Octubre 2005)
Carlos Sobera, actor y presentador de tv
He discutido mil veces con mis amigos... por no querer ir a la misma disco... por no votar al mismo partido... por gustarnos la misma chica...
He discutido mil veces con mi chica... por no querer ir a ver la misma peli... por acelerar un poco más en la carretera... por no ir a cenar a casa de su madre...
He discutido mil veces con mi madre... por no ir al cole... por no querer hacer los deberes... por intentar volver más tarde a casa...
Ya sé que parece que me he pasado la vida discutiendo... Esto nos pasa a quienes tenemos pasión por la vida, como yo, que tengo además pasión por el Athletic. Y además, esto nos pasa a quienes amamos al Athletic, que podemos discutir. ¿Por qué? Porque al final, tras cada discusión, el Athletic es nuestro punto de encuentro... con mi madre, con mi chica, con mis amigos...
Y es que el Athletic es lo común a todos nosotros. Lo que sirve para reconocernos. lo que nos recuerda a casa cuando estamos lejos, lo que nos permite hablar con desconocidos cuando estamos solos...
Aunque pase el tiempo y la distancia, el Athletic es nuestra cara conocida entre tantas caras nuevas. Lo de siempre, lo que no falla, lo que está aquí... para nosotros, nuestro lugar en el mundo nuestra referencia, nuestra ilusión... en quien ponemos nuestra esperanza.
No es la pelota, ni el deporte, ni el campo, ni los títulos, ni siquiera el equipo concreto... es el Athletic... un sentimiento de unión, una prolongación de nuestra vida, una maravillosa excusa para sentirse vivo.