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viernes, 28 de mayo de 2010

Piru Gainza, El Gamo de Dublín (II)

Doblete en 1943

Superados los problemas físicos derivados de su grave lesión, Piru afrontó con renovados bríos la temporada 1942-43, la que sería ya definitiva para su consagración como figura del fútbol. El Athletic se proclamó campeón de Liga con cierta autoridad, sacando tres puntos de ventaja al Sevilla y cuatro al F.C. Barcelona.

El equipo de San Mamés ganó 26 encuentros, empató cuatro y perdió seis. Hubo sonoras goleadas, tal como el 8-1 al Oviedo en La Catedral, o el 5-2 al Barça y el 5-0 al Sevilla. Por contra, en la Final copera sólo se doblegó por 1-0 al R. Madrid. Aparte de ese historico doblete, Piru Gainza vivió la alegría de seis Copas más en 1944, 45, 50, 55, 56 y 58, hasta totalizar así siete en su brillante palmarés, todo un récord personal.

Piru Gainza, el Gamo de Dublín
De su faceta como goleador en el torneo de la regularidad hay que valorar sus 119 tantos, lo que le coloca en el quinto lugar dentro de la tabla de los mejores del Athletic de toda la historia, sólo por detras de Zarra, Dani, Arieta y Panizo. Aparte de la Liga, que disputó en diecinueve ocasiones, cabe resaltar lo de los ocho goles en un partido, dentro de la eliminatoria copera de 1947, que le endosó al Celta de Vigo en una memorable tarde de mayo, el día 18.

La final de Copa contra el Valencia (1945) en el viejo estadio de Montjuich (Barcelona) guarda una curiosa anecdota. Vascos y Levantinos estaban empatados a dos tantos a falta sólo de tres minutos para oír el pitido final del tiempo reglamentario. De repente, Piru fue capaz de poner al alcance de Iriondo un increíble balón, lo que, al menos en apariencia, parecia un prodigioso pase.

Era la jugada decisiva que otorgaba al Athletic su tercer título copero consecutivo en el primer lustro de los años 40. Aunque todo el mundo se quedó literalmente boquiabierto por esa exhibición de técnica, por semejante visión de juego, el propio basauritarra confesaría más tarde, en un rasgo de sinceridad que le honra, que todo fue producto de la suerte. Piru no se cortó al admitir que su objetivo era ese día chutar a puerta, y, por contra, le salió una involuntaria cesión a un compañero muy bien colocado.

"El Gamo de Dublín"

Como era de esperar, Piru iba para internacional absoluto. Sería seleccionado por un gran deportista barakaldés: Jacinto Quincoces (ex jugador del Alavés y del Real Madrid, campeón de Liga y Copa con este último equipo), que ya había vestido en 25 ocasiones la camiseta nacional como jugador.

Piru Gainza con la zamarra de la selección española
Para el partido contra Portugal, amistoso, en el recién estrenado Estadio Nacional de Lisboa (11 de marzo de 1945), también fueron llamados del Athletic tres jugadores más: Zarra, Panizo e Iriondo, aunque sólo el primero acompañó en esta ocasión a Piru. Casualmente, el de Mungia y el de Basauri coincidieron en su condición de debutantes, formando a partir de ese día una explosiva pareja en el combiando estatal.

Agustín Gainza era el mejor relevo posible del legendario Bala Roja, y entregaría el simbólico testigo al tercero de los más grandes extremos zurdos que ha visto el Estado Español: Francisco Gento, cuando el cántabro ya estaba en las filas del Real Madrid. Piru jugó en 33 de las 36 ocasiones posibles en la selección española, desde 1945 a 1955, con el Mundial de Brasil como uno de los recuerdos más gratos.

Para la posteridad ha quedado el 2 de marzo de 1947 como el mejor partido internacional del basauritarra que ahora nos ocupa, y éso que los anfitriones ganaron por 3-2 este choque de carácter amistoso. Tanto irlandeses como españoles hablaron de la calidad mostrada por el chico de Basauri, convertido en auténtico líder del combiando hispano. Así las cosas, un cronista lo bautizó como "El Gamo de Dublín", y en verdad que no pudo ofrecer a sus lectores un apelativo más certero. Era la coletilla que le acompañaría de por vida.

(Fuente: Crónica del Athletic de Bilbao 1994 - 1995)