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sábado, 2 de febrero de 2013

Cosas de Marcelo

El entrenador del Athletic de Bilbao, Marcelo Bielsa, no para de sorprender, esta vez con algo curioso y nada habitual. Bielsa contrató a el "Mago Óliver" y al Txagu Magu para mejorar el ambiente del vestuario del Athletic Club días antes del trascendental partido que iban a jugar los leones frente a los colchoneros dirigidos por Simeone. Con un gran resultado a favor de nuestros intereses.

Mikel San José, zaguero bilbaíno aseguró que fue una experiencia bastante peculiar: "Son cosas que pueden ayudar o no. Si ha servido, mejor; y si hay que repetirlo, lo repetiremos. Es algo que no pasa habitualmente, pero fue una experiencia bonita, nos reímos bastante y fue agradable, la verdad".

Bielsa ha aclarado que los ilusionistas no recibieron ni un euro por su 'show' de una hora de duración. "Los magos declinaron cualquier tipo de recompensa, merecida por otra parte, por amor al club".

Por otra parte Marcelo Bielsa entregó el sábado 26 de enero un regalo sorpresa a Gaizka Garitano, su 'verdugo' en la Copa, tras visitar las instalaciones de Ipurua.

Tres personas recibieron a Marcelo Bielsa y a José Ángel Iribar: el primer entrenador, su ayudante, Patxi Ferreira, y el cuidador del campo, Ángel Fernández Zapico. Una de las cosas en las que más insistió el entrenador rojiblanco es que la visita no trascendiera. Por eso madrugó y fue cuidadoso para salir por la parte de atrás del estadio.

En un momento de la visita, el entrenador del Athletic hizo un aparte con los técnicos rivales, a quienes entregó un regalo relacionado con la eliminatoria de Copa que enfrentó a los dos equipos y que se saldó con la tremenda sorpresa de que se clasificaron los azulgranas.

Los entrenadores del club de Ipurua eludieron revelar cuál era el presente.

El día que jugó en Copa en Eibar, Bielsa pidió visitar las instalaciones del club de Segunda B. Sin embargo, el trajín de aquella jornada le impidió hacerlo. El entrenador se quedó con las ganas y encontró el momento el sábado 26 de enero.

Bielsa recorrió las tripas del estadio, situadas bajo la tribuna principal. Le enseñaron las tres habitaciones con treinta literas en las que descansan los jugadores cuando hay doble sesión o llegan tarde de viaje; el txoko en el que comen y los dos depósitos, de 15.000 litros, en los que se almacena el agua encontrada en el subsuelo y con la que se riega el terreno.

También observaron el césped, en mal estado y con serios problemas de drenaje. En esos momentos, el entrenador rojiblanco recordó sus tiempos de seleccionador argentino y algunos de los problemas que sufrió para tener campos de trabajo en buenas condiciones.

Veinte minutos después de llegar, Bielsa abandonó las instalaciones del Eibar. Tenía prisa. Entrenaba a las once en Lezama con sus jugadores.