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lunes, 25 de febrero de 2013

Yo, del Athletic

Artículo publicado en el número 26 de la revista Athletic Club (Junio 2010)

Efrén Vázquez (Piloto motociclista)



No hace falta ser un gran aficionado al fútbol. Ni tan siquiera reflexionar sobre ello. Para un bilbaino, el 'Sentimiento Athletic' viene de serie.

Éste es mi caso. No soy, ni mucho menos, un entendido del deporte rey. Confieso que nunca he tenido la oportunidad de acudir a La Catedral. Admito incluso que no sigo con demasiada atención el día a día del Athletic. Pero aun así, cuando alguien me pregunta en cualquier parte del mundo sobre mis preferencias futbolísticas, siempre salto como un resorte: "Yo del Athletic".

Y lo hago con una mezcla de chulería -bilbainismo, podríamos decir- e indignación. ¿Acaso hay otra opción que no sea tener el corazón rojiblanco para una persona criada en Rekalde? Faltaría más...

Sin duda son muchos los matices que otorgan un halo de grandeza a nuestro equipo. Y el que yo describo es uno de ellos. El Athletic significa mucho más que fútbol. Es una cuestión de pertenencia, de emociones y sentimientos.

Pese a que pueda parecer lo contrario, en el mundillo de las motos hay mucho forofo futbolístico. Durante los fines de semana de carrera, a última hora del día y cuando el trabajo en el 'box' ha finalizado, no es extraño ver a grupos de personas que se arremolinan en torno a un televisor para seguir intensamente el partido de turno.

En un ambiente tan 'internacional' como el nuestro no faltan hooligans del United, el Liverpool o el Chelsea; tifosi del Milan, el Inter o la Juventus e hinchas de otros grandes del fútbol mundial como el Real Madrid o el FC Barcelona.

Mientras el duelo en cuestión transcurre, las acaloradas discusiones entre esos aficionados se suceden. Todos intentan conquistar para sus colores la supremacía mundial, también fuera del terreno de juego.

En los momentos de máxima tensión, suelo acercarme a esos grupos de debate y me quedo en silencio, observando. No pasa mucho tiempo hasta que unos y otros perciben mi flemática presencia y me sueltan con desconcierto un "¿y tú, que?" "¿Yo? Del Athletic..."