Artículo publicado en el número 5 de la revista Athletic Club (Junio 2006)
Miguel Madariaga (Manager general del equipo ciclista Euskaltel-Euskadi)
El Athletic Club es un sentimiento inigualable. Desde joven he sido muy consciente de una cosa, y es que no nos damos cuenta del valor del Athletic hasta que no nos toca salir de Euskadi. Entonces comprendemos orgullosos la verdadera dimensión de esta casa. Por ello, tenemos que ser más conscientes de lo que es el Athletic y de su valor.
Recuerdo que de chaval para mí era un dios intocable Telmo Zarraonaindia. Lo más satisfactorio ha sido poder conocerlo y comprobar la maravillosa persona que era, lo fácil que era hablar con él. Los recuerdos se me amontonan cuando miro atrás y rememoro los tiempos del servicio militar en Madrid, de los innumerables viajes al Santiago Bernabéu y al Antiguo Metropolitano. Se me ha quedado grabada la imagen de un 4-1 que nos endosaron, con el inigualable Txopo bajo los palos, ¡qué duro fue aquello!. También fue otro trago el día que el defensa Cardona lesionó a Pedro Lavín, al cual me unía y me une una gran amistad.
Pensar en el Athletic es sentir muy fuerte los colores rojiblancos. Por eso, otra gran ilusión se vio colmada cuando conocí, por causas ajenas al fútbol, a uno de mis mejores amigos, Iñaki Sáez. Una anécdota curiosa es la manera en la que conocí a uno de los más grandes del Athletic, Genar Andrinua. Le recuerdo entrando por la puerta de mi sala de masaje de Mungia como juvenil del Romo. Trabé una gran amistad y poder seguir disfrutando de ella es un tesoro.
Eskerrik asko, Athletic!