“LA GABARRA ES MI MEJOR RECUERDO. AHÍ SENTÍ LA EXISTENCIA DE UN PUEBLO”
RECIÉN JUBILADO DESPUÉS DE MÁS DE TRES DÉCADAS COMO PREPARADOR FÍSICO DEL PRIMER EQUIPO, MANOLO DELGADO LO SABE CASI TODO SOBRE EL ATHLETIC CLUB. EN SU ÚLTIMO AÑO, TRABAJÓ EN EL CLUB PARA DAR A CONOCER CÓMO SE FRAGUÓ LA PUESTA EN MARCHA DE LA FILOSOFÍA DE LEZAMA.
Athletic Club.- ¿Cuál es el mejor recuerdo de tu vida profesional con el primer equipo?
Manolo Delgado.- Primeramente, la Gabarra, que espero se vuelva a repetir. Aquello fue algo espontáneo, impensable, imprevisto, la mayor emoción posible. Se había inaugurado el puente de Rontegi, aún estaban allí los talleres, los barcos, La Naval,... y la gente salía de todos lados. Las márgenes estaban abarrotadas, era la fuerza de La Gabarra. En San Antón, el desembarco fue glorioso hasta subir a Begoña. Ahí sentí un pueblo. Teníamos la referencia de ‘Piru’ Gainza, que nos decía, “chavales, no sabéis la que habéis armado”. Después de aquello, la directriz del Club era clara: “chavales, beste bat”.
AC.- ¿Qué Liga fue más difícil de ganar, la primera (1983) o la segunda (1984)?
MD.- La segunda, porque los demás equipos estaban sobreavisados. Se preguntaban, ‘qué pasa aquí, que no podemos con el Athletic’. Antiguamente era un Real Madrid-FC Barcelona en sesión continúa. Tras el título, era un Athletic contra el Barcelona y el Madrid. Ellos contra nosotros.
AC.- Guardas películas sobre el funcionamiento de Lezama desde sus orígenes, y en tu último año de contrato con el Athletic Club las quisiste dar a conocer....
MD.- Son grabaciones que usábamos como soporte pedagógico en la escuela de entrenadores. Así podíamos ver cómo hacíamos, en aquella época, las pruebas físicas y los reconocimientos médicos. Desde 1975 hasta 1985 fue una década de promoción, de instaurar una nueva metodología de trabajo, con la cual el Athletic Club llegó a la primera final de la UEFA, a otra de Copa y después, en los años ochenta, fuimos campeones.
AC.- ¿Dirigías tú esas pruebas innovadoras?
MD.- En un primer momento, no. Después fue cosa de Gonzalo Abando y mía. Instauramos nuestras propias herramientas de trabajo. Tanto médicas, por parte de Paco Angulo, como físicas. Fueron sistemas novedosos. Todo está filmado para decirle al mundo futbolístico en qué estaba innovando Lezama.
AC.- ¿Cómo se grabaron estas películas?
MD.- Se grabaron con tomavistas, con imágenes en alta definición a color. Usábamos cartuchos de tres minutos y después había que mandar a revelar para ver las escenas aprovechables y montarlas. Existen 42 carretes a color de unas 26 horas. Todo ésto hace 32 años. A partir de 2011, hubo que reeditarlo en un sistema moderno.
AC.- Coleccionas numerosos objetos de la historia rojiblanca...
MD.- Sí. Todos los objetos que guardaba, que incluye chándales y muchas más cosas son ahora propiedad del Club.
