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miércoles, 24 de julio de 2013

Un kiosko del Athletic

(Artículo publicado por Jon Uriarte en el diario El Correo el 18/07/13)


La descripción que me habían dado no correspondía con lo que veía, pero aún así pregunté. "Me han dicho que hay un kiosquero por aquí que es del Athletic". La respuesta fue rotunda. "Yo mismo. Y si hay dudas...". Levantó la pierna por encima del mostrador y mostró su pantalón. Corto, negro y con un escudo. El del Athletic. "Me llamo Txema, con 'tx'", añadió orgulloso. No habia dado con él, pero habia dado con ellos. Con los Ajenjo. Una familia madrileña cuyo abuelo se enamoó de un club que habita a 400 kilómetros de la Puerta del Sol. Esta historia se la debo a Ane Luzuriaga, compañera bilbaina recién llegada a Madrid que me la regaló, y a Félix, padre de Txema e hijo de Don Esteban. El hombre que me cuenta el por qué de todo.

"Este año, el 19 de diciembre, mi padre habría cumplido 100 años. Como San Mamés". Félix habla con el orgullo del que sabe que nació de un buen hombre y una buena mujer. "Hizo la mili en Granada en el 34 y tuvo buenos amigos vascos". Lo que hubiera dado por ver a aquella cuadrilla. Tenián el barracón decorado como una peña. "No faltaba la camiseta del Athletic colgada de sus camas". Ante tal exhibición, Esteban se hizo "del Bilbao". "Al comenzar la Guerra Civil coincidió con otros rojiblancos y su pasión creció". Terminada la contienda y pasado los años, nacía su hijo Félix. "Me compraba todo lo relacionado con el Athletic. Cuadernos, estuches, plumieres y siempre con la imagen de los Mauri, Maguregui...". Llegados a este punto se confiesa. "Con mis hijos hago lo mismo". Pero no acaban aquí las vinculaciones con nuestra tierra. Bien lo sabe María José, su mujer. Ella es aún más gata que Félix. Su origen madrileño se pierde en las noches de los tiempos. "Es del Rayo Vallecano. Pero tiene una simpatía especial por el Athletic". Al fin y al cabo, en el kiosko se respira aire athleticzale. "Rara vez hablamos de ello porque tenemos clientes de todos los equipos, pero en cuanto alguien pide El Correo, se lo cuento". Que se lo pregunten a Orbaiz. Jugador, padres y hermano pasaron a comprar la prensa trasa ganar el Rubin Kazan al Atlético de Madrid. Y alucinó. Apuntemos aquí que no es un kiosco cualquiera. 113 años le contemplan. Casi como el Athletic. "Empezó con la bisabuela, luego la abuela, el cuñado y ahora yo". Primero en la esquina de Carretas y desde 1970 en la de Preciados, abiertos de sol a sol y sin fines de semana. De ahí que no conociera La Catedral. Pero algo sucedió. "La novia de Txema es de Estella, les gusta tirar para el norte y un día me llamó desde San Mamés. Ambos lloramos". Secadas las lágrimas, reflexionó. "Con 23 años habia conocido La Catedral y yo, con 60, no. Así que fui a verla en diciembre". Dejó el coche en el Guggenheim, subieron al tranvía y pararon frente al escudo. "No paré de llorar desde ese momento". El museo estaba cerrado. Solo pudo acceder al vestibulo. Se sacó una foto y compró artículos en la tienda para la familia. Por eso lucía Txema con pasión el pantalón.

"Mi padre no conoció San Mamés. Pero no es perdia un partido cuando venían al Calderón. El Bernabéu no lo pisaba, porque le tenía fobia al Madrid". Ahora lo merengue tiene mejor acogida en casa de los Ajenjo. Pero el Athletic es otra cosa. "Seguir a este club es mantener el espíritu de mi padre. Es una cuestión de familia". Cómo me suenan esas palabras. Da igual que sea en una esquina de Bilbao o en la Puerta del Sol de Madrid. Nuestro equipo siempre será el kilómetro cero del fútbol. El origen. El que no se puede definir, pero hace que una familia madrileña sea ayer, hoy y siempre del Athletic. Si pasan por el centro de Madrid recuerden que bajo el reloj que aguarda a las uvas, muy cerca del oso, tiene un kiosco y su rincón el viejo león de San Mamés.

Entrevista a Julen Guerrero

Entrevista publicada en la revista Líbero Julio 2013


Un joven mito de 39 años viviendo lejos de la tierra que le idolatra. Así se resume la historia actual de Julen Guerrero (Portugalete 1974). Vive como un turista alemán más en Marbella, disfrutando del sol, del deporte aficionado y la tranquilidad de su familia desde 2008, cuando decidió trasladar su residencia desde Euskadi a Andalucía. En sus recuerdos del Athletic Club reitera la palabra entrega tanto para describir lo bueno como para los malos recuerdos. El agrio final de su brillante carrera todavía sangra. La impotencia de la estrella que se ve de la noche a la mañana, sin explicación deportiva plausible, desterrado al banquillo y la grada fue un palo del que todavía le cuesta reponerse. Pero el antídoto es fácil, le basta el recuerdo del rugido de San Mamés con su presencia. El último grito de aliento lo recibió en el partido de despedida del pasado junio donde jugó sus últimos cinco minutos de rojiblanco con la camiseta con la que posa para protagonizar esté número de Líbero. Incapaz de hablar mal de su club, al que entró con 8 años y salió con 32, en su visión conjunta se vislumbran arañazos por curar. El amor rojiblanco que tiene en su ADN le dará una oportunidad, en el banquillo o en el palco, para resarcirse de ese amargo final y volver algún día a su ciudad.

¿Por qué vive en Málaga?

Vine para desconectar un poco y estoy aquí desde 2008. Conocía la zona de veranear y está muy bien, se vive fenomenal. A Bilbao sale un avión a las 7 de la mañana.

Aunque hace tiempo que dejo el fútbol, su aspecto es de futbolista. ¿Sigue jugando?

Hago deporte todos los días. Este año ando más tranquilo porque el Athletic no ha jugado la liga Indoor. Juego al padel, corro y monto en bici.

En los partidos de veteranos se aprecia que lo da todo. Incluso echa broncas a sus compañeros ¿Es una persona competitiva?

La verdad es que no me gusta perder a nada. Si juego al padel me lo tomo muy en serio. Me gusta ganar. Supongo que le pasa a la mayoría de deportistas. En el indoor el primer año empezamos de prueba y los partidos pasaron del 16-13 a resultados más ajustados. El gusanillo no se pierde.

Se puede decir que el entrenador del año ha sido alguien que conoce muy bien, Jupp Heynckes. ¿Esperaba esa carrera de él cuando te hizo debutar con 18 años?

Para mí era todo nuevo, no podía comparar. Pero tenía las ideas muy claras, muy profesional, modernizó muchas cosas en el club. Fue valiente porque nos subió a bastantes y nos quedamos la mayoría. El club venía de una época difícil de cambio porque no habían salido bien las cosas. Jugábamos con dos arriba, yo jugaba en el centro del campo con bastante libertad para llegar arriba, aunque esas son mis características. También gente en la banda para llegar con proyección. Era un entrenador que todos los entrenamientos me venían bien lo de tocar.

¿Es el entrenador que sacó lo mejor de Julen Guerrero?

En la primera etapa, en la segunda fue diferente. En 1992 jugaba con Valverde y Ziganda y nos daba igual quién fuera el rival, jugábamos siempre igual. Con Heynckes hice la pretemporada con el primer equipo con la idea de que bajaría después al Bilbao Athletic porque había jugado sólo doce partidos en Segunda división después de subir el año anterior desde el juvenil. Tenía 18 años pero me empezó a dar minutos, creo que los aproveché en pretemporada y jugué de inicio el primer partido y ya toda la temporada. En cuatro meses pasé del juvenil a ser convocado con la selección en enero de 1992. En la segunda etapa, en el 2000, el fútbol ya había cambiado y sí se preocupaba más del rigor táctico.

¿A quién le quitó el puesto?

Quizá a David Villabona que venía de los Juegos Olímpicos de Barcelona. No empezó la pretemporada porque venía de los Juegos y cuando se incorporó jugué yo mucho más. Ese año jugué 37 partidos y metí 10 goles. En el segundo año metí 18.

Tiene el título de entrenador y ha estado trabajando en la cantera del Málaga, ¿Qué tipo de entrenador quiere ser?

Me saqué el título con 25 o 26 años pero cuando estás en el banquillo lo ves de otra forma. Me gusta llegar con gente arriba, aunque el fútbol ha evolucionado y ahora hay que estar muy ordenado atrás.

En la selección coincidió muchos años con Guardiola ¿Se veía que iba a conseguir ese nivel?

Seguro que en el Bayern puede repetir los títulos. En la selección se le veía que era un líder, bien posicionado en el campo, muy capacitado y con cerebro para el fútbol.

¿Era muy pesado en el campo hablando?

La verdad es que lo vivía mucho. Los partidos no empiezan cuando pita el árbitro sino mucho antes. Preparación, saber con quién juegas…

Otro de los entrenadores triunfadores del año fue un duro rival tuyo ¿Esperaba que Simeone fuera así en los banquillos?

No me sorprende, es como jugaba. Exigente, con mucho ritmo, con mucha fe en sus posibilidades, valiente. Tira para adelante a sus jugadores y tanto el equipo como él han cohesionado y ha conseguido un gran rendimiento.

¿Cómo jugador era más duro, más violento?

No tienen nada que ver. Es muy exigente con sus jugadores. Muy pendiente, con la vena todo el partido y así era su manera de jugar.

El taco que te clavó en el muslo fue de las imágenes más duras que se han visto en televisión. ¿Ha hablado después de eso con él?

No, no he vuelto a hablar con él. Para mí el shock vino cuando vi el agujero. Habíamos tenido los típicos piques de un partido. Contra el Atlético siempre eran partidos calientes, además en San Mamés lo das todo y me sorprendí porque el pisotón no lo sentí, entró limpio. Pero cuando me levanté y vi el agujero… Más tarde tuvieron que volver a abrir la herida porque se cerró por fuera pero me tuvieron que limpiar. Tuve que dejar de entrenar para que no se metiera la humedad del sudor, dejar de ducharme… pero bueno, sin más, todo pasado.

Solo fuiste expulsado una vez, en Los Pajaritos en Soria ¿Recuerda por qué?

Dos amarillas por dos chorradas, ni me acuerdo. La verdad es que no he sido un jugador muy de picarse.

¿Recibió muchas ofertas para irse del Athletic?

Ofertas tenía todos los años. A mi padre le intentaron comprar para que me fuera. En Bilbao estaba a gusto y no quise irme. Entiendo que ahora las cosas han cambiado, que antes nadie salía fuera a jugar, ahora están en cualquier liga. Llevaba desde los 8 años en el club. No me arrepiento. El otro día estuve en San Mamés y que coreen tu nombre los 40.000 desde que salgo del partido no tiene precio.

¿Le llamó Jorge Valdano en la famosa oferta del Real Madrid?

Me llamó porque era el entrenador en ese momento. Me dijo lo típico para convencerme, dónde iba a jugar, que confiaba en mí… Pero éramos una familia muy unida, no nos separábamos nunca y aquello hubiese supuesto una ruptura.

¿Entiende que resultara difícil de comprender desde fuera de Bilbao que rechazara irse?

Lo veo tan difícil de entender desde fuera como entendible desde los que hemos nacido allí. Para mí era normal quedarse. Pero entiendo la extrañeza porque es difícil ponerse en la piel del que renuncia a dinero, prestigio, títulos… muchas cosas.

Otros como Alkorta, Karanka o Eskurza sí se fueron ¿Estaba más presionado?

Algunos decidieron irse, otros lo necesitaban. Cada uno...

¿Debería entender el club que para muchos jóvenes de hoy, el Athletic no es lo máximo?

Es cierto que el mundo se ha abierto mucho. Para nosotros antes ir a Santander era un mundo y ahora estás al lado de Londres. Lo que es cierto es que no sé si hay vizcaínos, vizcaínos (repite con énfasis el adjetivo) que se hayan querido ir. No hay tantos. Los que se han ido este año no lo son por ejemplo. Puede pasar, pero de momento, los vizcaínos nacemos con la camiseta del Athletic, el que viene de fuera igual le gusta, pero ha venido porque le conviene o cualquier cosa. En Vizcaya naces con la camiseta del Athletic seguro, sin duda.

Pero hay jugadores como Joseba Etxeberria que llegaron de fuera y lo vivieron mucho.

Los había y los hay. Es positivo que estén los mejores jugadores de Euskadi pero los vizcaínos dan una identidad y un compromiso y me gustaría que hubiera más. Y al público de San Mamés también. No sé si habrá o no jugadores en la cantera o se le dan más facilidades a los que traen de fuera por ese hecho pese a tener el mismo rendimiento.

Es muy crítico entonces con casos como el de Javi Martínez.

No es que sea crítico, soy realista. Has ido a Osasuna y has pagado la cláusula, ahora se va y pagan la cláusula. No es que sea del Athletic, supongo que ahora tendrá su corazón del Athletic, pero ha estado muchos años en Osasuna y habrá sido fiel. Ha decidido que quiere evolucionar, lo hizo en el Athletic y lo ha hecho con el Bayer. Es legítimo. No hay que asustarse. No sé si era de Osasuna o de otro equipo. Le echó narices al venir, aunque supongo que le harían un buen contrato e iba a Primera División. Y ojo que su rendimiento ha sido excelente.

¿Y Llorente?

El club decidió que no vendía y es legítimo. Pero una vez decidido eso es un jugador aprovechable. Es más, los dos o tres goles de los últimos partidos dieron la tranquilidad al equipo. Pasará ahora con Víctor Valdés. Lo normal es que juegue todo el año. No me cabe duda.

Ha sido Marcelo Bielsa, uno entrenador llegado de fuera, el que más rendimiento ha sacado al Athletic de ahora.

Su primer año fue extraordinario. En más de 100 años de historia del club sólo se ha logrado dos veces llegar a una final de Copa y otra final en Europa el mismo año. La pena es que el equipo llegó justo. No creo que haya que achacarle nada. Es un club peculiar porque puedes fichar alguno pero te encuentras con lo que hay. Pero creo que los entrenadores que llegan trabajan a gusto porque no tienen que pelear con el que viene de fuera, el que no juega… La plantilla se entrega. Igual en otros equipos es más complicado, con ambientes raros o diferentes culturas. En el Athletic encuentras plantillas jóvenes de chavales que acaban de empezar y que lo dan todo. Les pides entrenar mañana, tarde, noche y madrugada y no te dicen nada. Todos los entrenadores se van encantados.

¿Puede que la filosofía el club, de jugar sólo con los jugadores vascos, se utilice como excusa?

La crisis tiene que favorecer al Athletic. Ni la filosofía del club te garantiza nada ni traer extranjeros te garantiza nada. La Real decidió tener extranjeros y bajó a Segunda. Creo que se puede seguir la filosofía. Habrá años mejores o peores pero el compromiso del club hace que el Athletic sobresalga. Y sobre todo, la suerte de la afición. Vayas como vayas el campo se llena, la afición te ayuda, se entrega, lo dan todo vayas primero o el 15. Muerde y eso son muchos puntos que te da la afición.

Trabajó un año en la cantera entrenando tras tu retirada. ¿Está anticuada? ¿Tenía razón Bielsa cuando reclamaba con las obras en Lezama?

La verdad es que en un año no me dio tiempo a mucho. Estuve con el juvenil y me tuve que acoplar a lo que había. Se trae cada vez más gente de fuera no sé si se está tapando a los de casa. A igualdad de rendimiento se traen de fuera. Es cierto y es bueno que haya vizcaínos, pero no es porque sean fieles sino que han nacido así ya. Tienen ese plus de compromiso con el que el Athletic ha conseguido mucho. El compromiso de los que somos vizcaínos y el contagio a los que vienen de fuera, porque lo notas cuando entran al vestuario. Ese compromiso es lo que hace que con la afición el equipo dé más.

¿Quién le contagió ese espíritu?

Cuando tuve 8 años el Athletic ganó Liga y Copa. Tengo el recuerdo de la gabarra, la ría, no ir a clase porque el Athletic había ganado la Copa. No hizo falta que nadie me explicara nada. Lo viví. Con 8 años entré y desde entonces fui a San Mamés.

¿Quiénes eran sus ídolos?

Mi ídolo eran todos los del Athletic y en mi posición me gustaban Schuster y Platini. Porque eran centrocampistas con mucha visión, pases largos… De los del Athletic todos. No tenía a nadie en particular. Jugaban de una manera diferente, con un 4-3-3 y nadie en mi posición y me gustaban todos porque eran los campeones, los teníamos cerca.

¿Qué significa ser capitán del Athletic?

Responsabilidad. Fui desde los 21 años hasta que me retiré. El capitán entonces era Andrinua y el entrenador Stepanovic. Me entregué. El Athletic vive mucho de saber transmitir a los niños el querer al club. Y estaba totalmente entregado a esa labor. Para las peñas, los colegios, charlas…

Era un referente en Bilbao mucho más allá de lo deportivo. ¿Cómo vivió esos años? ¿Se dice que incluso tuvo que ocultar su boda? ¿Cómo es posible que no fuera a Sorpresa Sorpresa?

Me lo pidieron y dije que iría a ver a la chica de la sorpresa, pero lo haría sin cámaras. Asumí que mi papel era así. Yo estaba 24 horas pensando en el fútbol. Entrenar, comer, siesta. En Bilbao iba donde iba. No oculté la boda lo que pasa es que fue muy íntima, con mis padres, mis suegros, hermanos y los curas. Once o doce personas. Yo hacía vida para que no me agobiaran aunque lo llevaba con naturalidad. Ahora hay jugadores en los que se invierte y se aprovechan mediáticamente. En mi caso no sucedió. Yo vendía mucho, me llamaban para muchos temas comerciales y el club nunca quiso hacer nada conmigo. Mucha gente me llamaba y me decía que iba a la tienda y no había camisetas. No entendía que se perdiera ese dinero.

Tenía incluso una marca propia de Reebok Julen Guerrero.

Fui el primer jugador que tuvo página web. No sé cómo era el tema de las marcas pero en ese momento hubo un boom y se hicieron cosas.

Sus años buenos eran también duros en la política. ¿Cómo vivió la actividad de ETA?

Lo viví igual que el resto. Por parte de los jugadores quedó claro que nos dedicábamos a jugar y punto. Y que precisamente lo bueno de San Mamés era que venía todo tipo de gente. Independientemente de la ideología había una unión y eso es la fuerza de este estadio. No sé dónde estaba el día del comunicado de paz. Creo que es algo que se venía barruntando de tiempo. Se veía que iba a llegar.

Hay quien le ve en el palco de presidente

Supongo que como no tengo identificación con nadie y la gente le haría ilusión.

¿Cómo fue el día de su despedida del club?

Lo pasé muy mal. Momentos antes me preguntaron si quería decir algo y veía que no podía decir nada. Fue muy repentino, lo decidí de un día para otro sin más. La verdad es que pasé unos años duros porque no jugaba. No es que no jugara, es que entrenaba bien, pasaban cosas y sabía que no iba a jugar. Incluso volvía a casa después de entrenar pasándolo mal después de darlo todo por el club, no sólo a jugar, he estado a su disposición. He ido a hospitales, a colegios… lo que quisieran, 24 horas disponible, para fotos… lo que sea desde que empecé. Fue duro. El ambiente no era agradable porque sabía que no iba a jugar. Igual algún entrenador me iba a poner o no, pero yo sabía que no me iban a poner. La sensación era que lo mejor era dejarlo.

¿Se mordió la lengua ese día?

No ese día, durante mucho tiempo, pero bueno creo que el club está por encima de todos y la afición me trata genial y prefería dejarlo así.

El club tampoco le hizo un partido homenaje.

Mi despedida fue aquel primer partido en el que hice el saque de honor, para que me bailaran el aurresku y nada más. En Inglaterra, dónde íbamos muchos veranos de pretemporada, al que cumplía 10 años le hacían homenaje aunque luego se fuera o no se retirara. Hay otra cultura. Cada vez es más complicado estar 10 años en un club.

Su suplencia fue muy extraña porque pasó de ser el jugador franquicia a que le utilizaran como revulsivo sólo saliendo a calentar.

A veces me sacaban a calentar y luego no jugaba.

Dicen que tuvo un bajón físico, pero no trataron de adaptarte a una posición menos explosiva.

Lo del bajón físico es incierto. Si tienes un jugador con unas características muy buenas lo que intentas es recuperarlo. Lo tengo claro. Si Messi ahora le pega un bajón no creo que el Barça le deje tirado, le espera un mes, dos o el año siguiente. En mi caso daba igual no iba a jugar y ya está.

A veces, siendo titular, el juego del equipo no contribuía a sus características.

Los primeros años nos divertimos porque jugábamos al fútbol. Pero hubo otros años que no. Al menos para mí, igual había otros compañeros que les venía muy bien jugar así. Pero es cierto que no pasaba el balón por el centro del campo. No se me daba mal porque vivía mucho el partido y metía muchos goles por estar atento.

Era muy goleador, incluso se decía que era el mejor llegador. ¿Cómo hizo para manejar las dos piernas por igual?

Tengo ahora un hijo que juga y se lo digo. Yo entrenaba y tiraba uno con la derecha y otro con la izquierda. Con los pases, lo mismo. Me podrían salir bien o regular pero al final conseguí que la zurda fuera igual que la derecha. No soportaba tener una ocasión con la zurda y fallar por no saber. Yo volvía a casa y decía: ‘Esto no puede ocurrir. No, no, no’. Si tienes una ocasión de gol, tiene que entrar caiga donde te caiga. Tengo esa mentalidad desde que empecé. No entiendo que se pueda llegar a Primera División sin usar las dos piernas… Los hay y muchos, pero es que para mí es un problema de amor propio. No es que te lo tenga que decir el entrenador. No me puede exigir el entrenador más que yo. Me podrá corregir o que me he pasado, pero no entiendo en el deporte que tengan que estar detrás de ti para que progreses. Y existe, o niños de 10 años que parece que se creen que están en el Mundial. El mejor entrenador eres tú mismo.

¿Cómo recuerda su gol 100?

Fue especial no por el gol sino porque creía que no llegaba. Tres o cuatro años antes lleva más de 90 y pensaba: ‘La temporada que viene es la del 100’. Y al año siguiente jugué tres partidos, el siguiente otros dos… Veía que no llegaba. Iba a ser imposible. Y para mí tenía que haberlo superado con creces. Muchos más de cien. La camiseta que llevaba debajo igual tenía tres años porque cuando llevaba 97 me la ponía y pensaba: ‘Y si meto un hat trick’. No descartaba nada. A ver si iba a tener la tarde bien. Fue uno de falta al Albacete.

También estrenó a Casillas en Primera.

Hace poco lo hablamos en un reportaje que hicimos en San Mamés. Iba ajustada y dio un paso hacia el otro lado. Le engañé y pasó rozando el palo. Fue empate a dos.

¿Qué le pasó a su generación con la Selección para que no ganara nada?

Lo que sí pasó en la Eurocopa de 2008: ganar unos penaltis y pasar. Nada más. Si España ese día no gana los penaltis hubiésemos estado en las mismas. Si hubiésemos pasado la eliminatoria del 94 contra Italia, con la ocasión de Julio, el codazo a Luis Enrique que podría haber sido penalti y expulsión, nos habríamos metido en la final, no tengo la mínima duda. Seguro. En la Eurocopa del 96 le pegamos un baño a Inglaterra, no nos dio por meter un gol, penaltis y a casa. Yo hago un reconocimiento a esa época. Ahora se consiguen cosas pero igual hay una labor oscura de esas generaciones que hemos estado trabajando por mejorar. Pero no quería entrar. En el Mundial 98 también teníamos un equipazo.

Se decía que era el talismán de la selección.

He jugado 41 partidos pero habré visto 100. Estuve 39 partidos sin perder. De hecho, sólo perdí uno. Hubo partidos de muchas goleadas. Mi último partido fue contra Austria en Viena.

¿Cuál es su mejor recuerdo de San Mamés?


Todos. Cuando empecé con 8 años e íbamos a un córner a una zona especial para niños. No veríamos nada pero recuerdo bien esa época. Luego a los que jugábamos en categorías inferiores nos metían en una grada superior. No había recogepelotas. Recuerdo la mejor época de las ligas ganadas porque luego compartí con ellos cosas en el club. Por ejemplo, me acuerdo del que llevaba el 8 en aquella época que era Txetxu Gallego que ahora es el encargado del material en el primer equipo. Es bonito encontrarte con ellos después.

¿Se esperaba el recibimiento del partido de despedida del estadio?

Fue una alegría enorme porque han pasado unos años desde que estuve ahí y la gente está deseando verme. La conclusión es que están deseando que aportes, que estés. Esa es la conclusión de la gente que estuvo ahí. Fue muy reconfortante. No sabía lo que iba a pasar. Estaba ilusionado por jugar esos cinco minutos.

¿Le gusta el nuevo estadio?

Espero que siga siendo caliente. San Mamés era un hervidero y por cómo es la gente no tengo duda de que no van a dejar de ser como son aunque el campo pueda estar más lejos. Hay 10.000 o 15.000 más y es una capacidad maja. Son 10.000 más animando. Siempre comparo la afición de San Mamés con otros clubes donde se empieza la temporada con el campo lleno y según avanza el estadio se va vaciando. En Bilbao eso no pasa. No hay entradas. Si no va uno, va otro y claro son muchos puntos.

¿Tiene su localidad en el nuevo o cuando va al fútbol va al palco?

Voy a mi localidad. A mi asiento y el de mis hijos que son socios. Mis hermanos también van. Dentro de los carnés que hay en casa hemos podido seguir juntos en el nuevo. Estoy un poco esquinado, tribuna alta, en uno de los córner.

Lo raro es que conociendo la fama de los bilbaínos no se haya hecho un estadio de 200.000 espectadores.

Ojo que si lo hubieran hecho lo llenaríamos. Imagino que han dejado algo previsto por si hay que ampliar.

viernes, 5 de julio de 2013

Operación arco: 600 fotos en dos minutos

Artículo publicado por Unai Muñoz en el diario Deia el 04/07/13

En medio de una gran expectación y tras casi ocho horas de un laborioso trabajo, el arco de San Mamés fue retirado en una precisa maniobra hasta reposar sobre el suelo del viejo campo del Athletic. En esta sucesión de 600 fotos puedes ver en dos minutos una operación que duró ocho horas.



Un mes después de su cierre definitivo para la práctica del fútbol, ya se puede decir que el viejo San Mamés es historia. La retirada del arco de lo alto de la Tribuna Principal, una maniobra de precisión que se extendió durante toda la mañana de ayer y que fue ejecutada según lo previsto, dejó a La Catedral y a Bilbao sin uno de los símbolos que ha permanecido intacto durante las últimas seis décadas. Un ingenio arquitectónico que ha traspasado el objetivo para el que fue diseñado y que ha calado en muchos aficionados rojiblancos.

Solo de esta forma se puede explicar la gran expectación que generaron desde primera hora los trabajos para su retirada. El ir y venir de espectadores fue constante. Con su punto álgido entre las 13.00 y las 13.45 horas, momento en el que alrededor de un millar de personas se concentraron en la calle Luis Briñas y en la entrada de la Escuela de Ingenieros para ver el arco por los aires hasta que fue posado en el lugar en el que hasta hace bien poco lucía impoluto el césped de San Mamés. Una escena imborrable que muchos no quisieron perderse y que reunió a numerosos medios de comunicación en busca de la mejor imagen, tanto de la retirada como de los curiosos que, pacientemente, aguantaron en la zona hasta que comenzó la operación más esperada desde que el viejo campo cerró definitivamente sus puertas.

La imagen fue espectacular. Desde las 6.00 horas, las cuatro grúas de grandes dimensiones destinadas a cargar con las doscientas toneladas del arco estaban dispuestas dentro del campo. Los enganches estaban preparados y los operarios encargados de afianzarlos sobre la estructura de metal fueron sujetándolos uno a uno. Cinco horas después, el arco ya estaba listo para ser elevado. Pero la maniobra más esperada se retrasó unos minutos. No importó. Los curiosos se acumulaban en los aledaños de la zona 0 y hasta los conductores aprovechaban los semáforos en rojo o directamente aparcaban sobre la acera o en doble fila para inmortalizar el momento.

Media hora después del mediodía, dos de los operarios que estaban colgados de una grúa en el lado del arco aposentado más cerca de Ingenieros revisaron el soporte y, ayudados de una maza, golpearon la estructura para separarla definitivamente. Treinta minutos después, a eso de las 13.00 horas, el símbolo de San Mamés empezó a elevarse. Los móviles y las cámaras fotográficas eran mayoría entre los espectadores. Los obreros que trabajan levantando el nuevo campo también hicieron un parón para seguir desde su privilegiada atalaya la maniobra más esperada. Dentro del viejo San Mamés, atentos a un ordenador, los técnicos encargados de dirigir las cuatro grúas comprobaban que todo marchaba según lo previsto. Así fue hasta el final.

Una imagen imponente

Poco antes de cumplirse las ocho horas de trabajo, el arco tocó suelo. Nada más completar la maniobra, algunos no pudieron evitar los gritos a favor del Athletic. La expectación fue descendiendo y las zonas de mejor visión recuperaron una cierta normalidad. Pero la imagen de La Catedral era muy diferente a la conocida hasta la fecha. Los 115 metros de metal lucían ya en su nueva ubicación y la Tribuna Principal, o lo poco que hay de ella, parecía desnuda. En las próximas semanas no quedará nada de ella, pasará a ser escombros, como el resto del coliseo rojiblanco, que asiste como testigo de excepción al imparable avance del nuevo campo, al que le restan poco más de dos meses para acoger su primer partido oficial.

Ya por la tarde, pasada la efervescencia del momento, el arco continuó atrayendo a todo el que pasó por la zona. Desde cerca, sin tanto brillo y mostrando algunas zonas oxidadas por la parte superior, este símbolo del sentimiento Athletic y de la propia capital vizcaina, lejos de perder su fuerza, asomaba igual o más imponente. Ahora, en los próximos días, el arco será dividido en doce partes para su posterior traslado a Lezama. En la factoría rojiblanca será unido de nuevo y volverá a su aspecto inicial para ser instalado en un lugar que la Junta Directiva presidida por Josu Urrutia todavía no ha revelado. Antes, necesitará chapa y pintura. El paso de los años no perdona. Tampoco al arco.

Cien años de Las Encartaciones con el Athletic

Artículo publicado en el diario Deia el 04/07/13

El Museo de Las Encartaciones, en la Casa de Juntas de Abellaneda, en Sopuerta, abre hasta el 30 de noviembre la exposición "Cien años de Las Encartaciones con el Athletic", un homenaje a San Mamés en el año de su centenario y desaparición.


Según ha informado desde las Juntas Generales de Bizkaia, en la exposición se ofrece "una mirada de la relación que el Athletic Club ha mantenido con Las Encartaciones desde sus orígenes".

El museo encartado, propiedad de las Juntas Generales de Bizkaia, ha contado con la colaboración desinteresada del club que ha cedido fotografías, maquetas del campo, un audiovisual y tres copas. Igualmente, la muestra recoge material fotográfico de una exposición previa realizada el pasado año en la sede bilbaina de las Juntas dedicada a la afición en recuerdo de la exitosa campaña 2011/2012.

El "terreno de juego" de la exposición está dividido en cuatro áreas. En una, se recogen a todos los jugadores de Enkerterri (incluyendo Ezkerraldea y Meatzaldea) que han debutado con el primer equipo desde sus orígenes hasta la actualidad.

En otro espacio, se relata la relación entre esta circunscripción de Bizkaia y el origen del fútbol y del club en los últimos años del siglo XIX.

Una tercera parte rinde un homenaje al campo de San Mamés, con la exposición de cuatro maquetas que muestran la evolución de "La Catedral" a lo largo de estos cien años, mas un audiovisual que incide en este proceso de transformación.

Como colofón, el campo expositivo incluye parte de la muestra "Athleeee....clic!" que se expuso en Bilbao durante el verano de 2012, con "decenas de fotografías de aficionados rojiblancos como reconocimiento a los otros "encartados" del Athletic: su afición".

El origen del fútbol en Bizkaia estuvo muy relacionado con la llegada de británicos y jóvenes vizcainos que estudiaban en Inglaterra y, por ello, su relación con la industria y la minería de la ría fue importante.

Los ingleses eran marineros, ingenieros y técnicos que trabajaron en las minas y en las fábricas de Ezkerraldea, espacio que antiguamente se llamó Valle de Somorrostro y que fue parte de Las Encartaciones desde la Edad Media. En este ambiente se forjó, por ejemplo, el club Atleta, nacido en los Astilleros del Nervión ubicados en Sestao, que, junto al Bilbao Football Club, asentado en la otra margen del Nervión, jugaron el primer partido del que se tiene constancia en el hipódromo de Lamiako en el año 1892.

A partir de aquí, la relación de Enkarterri con el Athletic será fructífera e ininterrumpida desde su fundación en 1898. El primer jugador de esta antigua comarca fue Pedro Larrañaga (Portugalete), que debutó en 1902. El último, Erik Morán, también de la villa jarrillera, pisó "La Catedral" por primera vez con el primer equipo en 2012. Entre ambos, más de 70 jugadores procedentes de lo que fueron Las Encartaciones han defendido la camiseta rojiblanca en San Mamés.

Iraia Iturregi pregonera de la Aste Nagusia 2013

Artículo publicado en elcorreo.com el 02/07/13


Iraia Iturregui (Bilbao, 24 de abril de 1985), capitana del Athletic Club femenino, ha sido elegida este martes por la Comisión de Fiestas pregonera de la Aste Nagusia 2013, en representación de todo el equipo. Con esta elección, la citada Comisión ha querido hacer un reconocimiento al fútbol femenino y, a su vez, homenajear a este equipo que tantas alegrías ha dado a la ciudad.

El Athletic Club Emakumeen Futbol Taldea fue creado en 2002. En su debut, las leonas lograron conquistar el campeonato liguero, llenando el estadio de San Samés con 35.000 espectadores en la jornada decisiva del torneo. Luego vendrían dos títulos más, ganados de forma consecutiva y, un cuarto en 2007, situándose como uno de los clubes más laureados de la Superliga española con cuatro títulos ligueros. Iraia Iturregi, es la primera en la historia que ha disputado 100 partidos con el Athletic.

Por otro lado, Bilboko Konpartsak ha elegido a la txupinera de Aste Nagusia 2013. La elegida será Jone Artola, fundadora de la Konpartsa Txori Barrote.