Artículo publicado en el número 13 de la revista Athletic Club (Octubre 2007)
Kepa Junkera (Músico)
Guardo muchos recuerdos de mi infancia y mi juventud que de una manera u otra me vinculan con el Athletic. Desde la camiseta número '10' de Fidel Uriarte que descubrí un día colgada en la puerta del balcón, a los posteriores partidos que jugaba con ella puesta y que hacían que mi imaginación volara, y me viera emulando las jugadas de todos aquellos leones a los que admiraba en aquel entonces.
Tampoco podré olvidar el día en el que conocí a mi gran ídolo, Jose Ángel Iribar 'El Chopo'. Aún guardo con enorme cariño la foto que en aquel entonces me dedicó y que he guardado como si de un tesoro se tratara. No puedo olvidar tampoco la primera vez que visité La Catedral, todo parecía enorme, gigantesco y comencé a degustar lo que es 'vivir' un partido en San Mamés. El apoyo incondicional a los jugadores, la educación exquisita para con el contrario y las ganas de empujar a tu equipo, que hacen de este feudo algo inexplicable y diferente.
Es difícil expresar mediante palabras todas esas sensaciones y experiencias vividas tras muchos años, durante innumerables jornadas, que pasan a ser patrimonio personal de uno mismo, pero ver a tu equipo basado en la cantera con chavales jóvenes, llenos de ilusión, jugar con equipos de la elite mundial, de tú a tú, hace que se te estremezca el cuerpo por dentro y que el sentimiento de pertenecer a un 'grande' invada hasta el último poro de tu piel. Eso nos hace diferentes y de alguna manera hasta únicos.
Con el tiempo, uno comienza a almacenar muchas vivencias, trofeos, copas, cambios de presidentes, de filosofías, plantillas e incluso generaciones, y llega a la conclusión de que nuestro Club es algo fuera de lo normal. Más alla de exitos y fracasos, el Athletic no ha sucumbido a las modas y nuevas corrientes que, en parte, han venido impuestas por las grandes 'multinacionales' del futbol mundial, que han moldeado a su gusto el panorama futbolístico actual, y ha continuado su periplo basándose en la afición y en la cantera como baluartes de un espíritu único, que permanece casi inalterable marcando la diferencia con el resto.
¡¡AUPA ATHLETIC!!