Artículo publicado por Macu Briones en marca.com el 25/05/13
Fue una referencia como centrocampista del Athletic, conquistando dos Copas
Koldo Agirre ha escrito la historia del Athletic y de San Mamés, como jugador, durante las 12 temporadas que vistió la zamarra rojiblanca, y como entrenador, dirigiendo a aquel equipo que fue finalista de la UEFA y de la Copa en 1977.
También como coordinador de Lezama, entre 1990 y 1994. Le ha dado muchas cosas al Athletic y, a sus 74 años, se las sigue dando, ejerciendo de embajador del club en sus visitas a las peñas rojiblancas.
Pregunta. ¿Qué sensaciones le produce que San Mamés vaya a dejar de existir en tan pocas fechas?
Respuesta. Esto es como cuando tienes una casa en la que estás muy a gusto, pero se va haciendo vieja y sabes que tienes que cambiar. Vas a ir a otra casa mejor y te olvidas un poco de la otra. Pero en este caso no sé si me va a pasar eso porque aquí hay muchas vivencias y muchas historias. La vida sigue y hay que cambiar. Pero aunque en el otro voy a estar bien y cómodo, este campo no se me va a olvidar en la vida porque aquí he vivido muchas cosas.
P. ¿Qué ha vivido Koldo Agirre sobre este césped?
R. Primero, empezar a jugar con la selección juvenil, que fue una cosa importantísima en mi vida. Sin haber salido casi del pueblo, de Sondika, de repente te ves jugando en la selección juvenil de Bizkaia. Jugamos contra Navarra y todo el pueblo vino a verme. Fue precioso. Y luego, el debut aquí con el Athletic. Fue en un amistoso ante el Burnley inglés. Fue cuando el entrenador, Daucik, sacó a Carmelo de delantero centro. Eso fue su ruina, porque a la semana siguiente le echaron.
P. Tardó en debutar con el Athletic. ¿Le costó adaptarse a aquel equipo brillante que venía de conseguir el doblete la temporada anterior.
R. Me costó debutar, pero me sentí muy arropado desde el principio porque era un equipo que había hecho cosas importantes y era más fácil debutar en ese grupo que hacerlo en uno que anda mal. Yo aparecí allí, un chavalito del pueblo, y me trataron muy bien. Por eso fue más fácil mi debut.
P. Pero luego jugó toda la Copa del 58 y le ganaron a aquel Madrid campeón de Europa.
R. Sí. Y les ganamos en su campo. Ese es de los recuerdos más importantes que tengo en el Athletic.
P. ¿Solía usted bajar en moto a San Mamés?
R. Tenía una Vespa, pero bajaba pocas veces porque el club no nos dejaba andar en moto.
P. Se hizo un nombre en el Athletic, y como capitán disputó en el 68 los treintaydosavos de final de la Copa de Ferias ante el Liverpool. ¿Recuerda aquella eliminatoria?
R. La gente me pregunta muchas veces: ¿es verdad que ganaste una eliminatoria a cara y cruz?. Pues sí. Habíamos ganado aquí 2-1 y allí se dio el mismo resultado. Luego en la prórroga no se movió el marcador y como no había penaltis se hizo a cara o cruz, rojo o azul. El árbitro me daba las explicaciones en inglés y yo no me enteraba.
Entonces le dije al masajista que llamara al presidente, Javier Prado, que hablaba muy bien inglés. Para cuando bajó ya habían tirado una moneda. Salió azul. Yo pensaba que ya había perdido, pero esa moneda era para ver quién pedía de los dos. Ellos pidieron rojo y volvió a salir azul. Aunque no podía ni con el alma, pegué un salto que todos los que estaban allí salieron corriendo.
P. Como entrenador dirigió al Athletic en 137 encuentros. ¿Qué le ha llenado más su etapa como jugador o como técnico?
R. Como entrenador he hecho cosas importantes, pero como jugador he disfrutado mucho más.
P. Usted logró llevar al Athletic a dos finales por primera vez en la misma temporada, Copa y UEFA. Y perdieron ambas. Tiene mucho en común con Marcelo Bielsa...
R. Yo diría que él las tiene en común conmigo.
P. ¿Qué cree que ha aportado Bielsa al Athletic?
R. Marcelo Bielsa ha innovado y ha conseguido que algunos jugadores hayan crecido y hayan mejorado muchísimo con su trabajo. Hay que darle ese mérito.
P. Y con el arco, ¿qué le gustaría que ocurriese?
R. Me gustaría que estuviese en un sitio que se viera y que los aficionados, los viejos y los nuevos, puedan seguir disfrutando de él.