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jueves, 20 de febrero de 2025

Carta abierta a Óscar De Marcos: honor a un escudo

Artículo publicado por Silvia Martínez en spherasports.com el 20/02/2025
(Foto: Athletic Club)

Querido Óscar,

Te vas a ir como llegaste: con humildad, con la sonrisa sincera, sin aspavientos ni despedidas grandilocuentes. Te vas a retirar sin buscar protagonismo, pero el fútbol y el Athletic te deben una ovación infinita. Has sido el que aparece cuando hace falta. El que rompe líneas cuando todo se atasca. El que ve el espacio antes que nadie y lo ocupa sin pedir permiso.

Llegaste al Athletic casi sin creértelo, escribiendo una historia que comenzaba en Isla Canela. Te pusiste la rojiblanca como quien se pone la piel de su vida, sin saber que con el tiempo esa camiseta llevaría impreso tu nombre como leyenda del club.

Lo has dado todo, hasta la última gota de sudor y hasta la última herida. Literalmente. Jugaste una hora con un desgarro en el escroto porque el equipo te necesitaba. Aguantaste una lesión de tobillo que amenazó con apartarte del fútbol, pero volviste.

Has sido sinónimo de entrega, de coraje y de lucha. Fuiste el guerrero que, a pesar de las adversidades, nunca se rindió. El que marcó un gol inolvidable en Old Trafford y sentenció el pase a cuartos en San Mamés. Soportaste esas finales con sentencia poco agradable y ayudaste a sacar al equipo adelante. Y, merecidamente, el que disfrutó como un niño a bordo de esa Gabarra, cumpliendo un sueño que no podrías haber imaginado cuando trasteabas de forma ilusionante con el balón en las calles de Laguardia.

El pasado domingo cumpliste 560 partidos como león, igualando a Iker Muniain. Lo hiciste con la sonrisa e ilusión intactas, sin hacer ruido, y haciendo honor a quien lidera la tabla: el mismísimo Iribar. Fuiste mediapunta con Bielsa, lateral con Valverde, capitán cuando tocó. Te adaptaste a todo porque nunca te importó el puesto, solo la camiseta. Nunca buscaste ser protagonista, solo ser útil. Elegiste a Gurpegi antes que convertirte en un ‘10’ que captara la fama.

Al anunciarse tu retirada ha abundado más la gratitud que las lágrimas. Se puede colgar las botas de muchas maneras, pero las tuyas cargan fútbol, esfuerzo y unos valores que serán referente en las futuras generaciones.