Entrevista publicada en el número 30 de la publicación Athletic Club en 1985
La historia del Athletic también estä jalonada por hechos y personajes insólitos, independientemente de su calidad profesional y humana. Hombres que han batido récords insospechados, que han vivido situaciones poco comunes, que han pasado a la posteridad no sólo por una trayectoria importante, sino además por ser los autores de goles redondos. Como le ha ocurrido a Iriondo, poseedor de uno de los curriculums más inesperados entre los jugadores rojiblancos y autor del gol número mil en Liga del Athletic
Una vocación frustrada
Rafael Iriondo Aurtenechea, de todas formas, se marchó del fútbol activo con una gran frustración a cuestas. El siempre quiso ser delantero centro, el hombre que, de todas, todas, remata a puerta por definición. El quiso ser, por encima de todas las cosas, goleador. Tenía además dotes sobradas para ello pero siempre encontró un gran obstáculo en su vida. Mejor dicho, dos. O mejor todavia, tres. Uno se llamaba Zarra, otro, Igoa, y el tercero, sus grandes cualidades, además, como exterior por la derecha. E Iriondo se quedó con el «7» a la espalda
«Es verdad. Yo siempre quise ser delantero centro, pero me tuve que contentar con jugar por la derecha... salvo en un partido ante el Atlético de Madrid, con Zarra lesionado. Recuerdo que Piru Gainza también quiso jugar de delantero centro, pero yo tenia tantas ganas que me pusieron a mí. Marqué tres goles aquel partido. Sí, tenía buenas cualidades para haber triunfado como ariete pero...»
Vio el balón una vez en 21 años
Y no es que se pueda quejar de cómo le fueron las cosas como extremo derecho de aquella delantera histórica. No. Sobre todo, después de que les expliquemos cuales fueron sus primeros y únicos pasos futbolisticos antes de llegar al primer equipo rojiblanco, de aquel chaval nacido en Gernika el 24 de octubre de 1918. O mejor, que lo cuente el mismo...
«Mi historia es increíble. Con 15 años jugué mi primer y único partido con el Gernika antes de estallar la guerra. Yo no sabía hasta entonces lo que era tocar un balón de reglamento y no volví a saberlo a lo largo de casi siete años después de aquello. El Gernika desapareció por problemas económicos y como por alli no había más equipos... El caso es que al terminar la Guerra me fui a Garellano, donde estaban probando a gente para rehacer el equipo del Athletic. Me acerqué a uno y le dije por las buenas que queria jugar en el Athletic o en el Bilbao, y junto a el nos fuimos hacia José María Olavarría, el presidente. «Que éste quiere jugar en el Athletic», le dijo el que iba conmigo. Me preguntó mis antecedentes futbolisticos y yo, ni corto, ni perezoso, le dije que habla jugado en el Germika. Y no mentia, aunque sólo lo hubiera hecho una sola vez. Total que hice una prueba y Roberto Echevarría, el entrenador me dijo que si queria jugar ese mismo domingo con el Bilbao. Así lo hice durante cinco partidos antes de...»
Lo de «Yriondo» no coló
...Antes de que le cayera encima a Rafa Iriondo la losa del Servicio Militar, que también tuvo su guasa y su tragedia. «Eso fue auténtica mala suerte. Hasta los 21 años sin tocar balón, lo consigo al fichar nada menos que por el club rojiblanco y en la mili me toca a ¡AFRICA! Era el colmo. Aquel reemplazo nos tocó a Africa a los apellidos comprendidos hasta la «I», justo mi letra. Por tratar de librarme de aquelia losa le dije la coronel, aquí, en Bilbao, que mi apellido también se podia escribir con «Y» griega. No hubo suerte. Tras la correspondiente carcajada me mandó a mi destino africano. Allí volvi a jugar otros cinco partidos con el Atlético Tetuán y entre soldados de mi compañia y la legión. Recuerdo, además, que el Athletic se portó muy bien pues me enviaba 25 duros al mes de ayuda. Con ese dinero allí era el amo del cotarro. Pero poco después, por una vez, me sonrie la suerte. Yo estaba terminando mi carrera de perito mercantil y me reclaman desde Bilbao por prórroga de estudios concediéndome el traslado la autoridad militar correspondiente. Volví a Bilbao, y...»
De Africa, al Athletic, con once partidos
...Y el Athletic. Si, señores. Once partidos jugados en su vida por todo bagaje futbolístico, y Rafa Iriondo debuta en el Athletic.
Todavía me estoy preguntando cómo fue aquello, pero creo que en ese sentido debo ser algo así como un caso único en el fútbol. Urquizu me hizo debutar en el mismo día en que lo hizo Zarra, en el año 40, contra el Valencia, en Valencia. Empatamos a dos, no se me olvidará jamás. Fueron, a partir de ahí, catorce años como rojiblanco, hasta la 53-54 en que Barrios me dio la baja, con 35 años».
Aquella final ante el Valencia...
Una historia desconocida, por lo relámpago, que comenzó así para continuar envuelta en el éxito. Un título de Liga, el del 42-43 y cuatro de Copa corroboran ese caminar exitoso de Rafa Iriondo como jugador, aunque a la hora de recordar finales se queda con una.
«De la que mejor recuerdo personal tengo es de la que ganamos al Valencia por 3-2. Quizá sea porque en ella yo conseguí dos goles que, a la vista está, fueron decisivos de cara al cara al triunfo final».
También recuerda la anécdota de Lisboa, cuando en un partido contra el Sporting empleamos táctica nuevas para ir perdiendo por 4-0, logrando empatar a cuatro cuando los jugadores decidieron jugar como siempre, como sabian. Y recuerda también el momento de su adiós en el Athletic.
Del Athletic, al Baracaldo, y de allí a la Real
«Cierto día, un amigo me dice que había oído por la radio que no iba a jugar el siguiente partido. Ni corto ni perezoso, me fui donde Barrios, para preguntarle sobre el caso. Quería hablar con usted -me dijo- para preguntarle si no le importaría que juegue Arteche el próximo partido ya que ha sido seleccionado y le haríamos un gran favor. Yo le dije que acataría su decisión, pero que no podía dar mi consentimiento. Yo tenía ya 34 y Arteche estaba empezando. Y no me quito en ese partido, pero al final de temporada redactó un informe en el que se decía que yo había tenido la culpa de la derrota en la final de la Copa ante el Barcelona por 2-1 y el Athletic me concedió la baja. Mejor dicho, me ofreció la posibilidad de quedarme por la mitad de lo que estaba cobrando y no acepté las 80.000 pesetas, claro. Y empecé a buscar equipo. La cosa estaba mal de verdad y por fin recalé en el Baracaldo, en Segunda, porque insistió tanto que accedió a mi petición sine qua non: JUGAR DE DELANTERO CENTRO. ¡Por fin! Lo hice, marqué unos cuantos goles, y vino a por mí la Real Sociedad, con la que todavía jugué un par de temporadas más. Pero, ¡ay de mi!, allí me tropecé con Igoa como delantero centro y tuve que acabar mi carrera futbolística tal y como la había empezado, como extremo. Y así lo hice».
Rafa Iriondo también es de los que cree que antes se hacia un fútbol mucho más vistoso que ahora, y aboga por la reforma de las reglas que rigen actualmente el juego. «Además, antes hablabamos más entre nosostros, los jugadores, quizás porque se tardaba más en los viajes. Y preparábamos jugadas, corregiamos defectos... Eso es algo fundamental y ahora apenas se hace».
Como entrenador debutó pegando a un árbitro
Su etapa como entrenador ha sido más dilatada y по menos sacrificada. Rafael Iriondo ha entrenado a equipos como el Indautxu, Alavés, Baracaldo, Bilbao Athletic, Español, Zaragoza, Real Sociedad, Betis, Rayo y también, cómo no, el Athletic, en el que estuvo, como en el Betis, en dos etapas distintas.
«Del Indautxu, mi primer equipo, guardo muy buenos recuerdos. Llevé al equipo a los propios Zarra y Panizo, ya en el ocaso de su vida deportiva, y estuvimos a punto de ascender a Primera. Recuerdo también una goleada a todo un Real Madrid por 4-1. Por cierto que también tuve mi leyenda negra en esta época, cuando le agredí a un árbitro en Avilés, después de un pésimo arbitraje en contra nuestra por lo que estuve un año sancionado, aunque luego me bajaron tal sanción. Fue una pérdida total de mis nervios».
Entre Piru y Ronnie
Más tarde pasó fugazmente por el Alavés, volvió al Indautxu y posteriormente ascendió al Bilbao Athletic de Segunda a Primera Regional. Y de ahí, al Athletic en su primera etapa como entrenador del primer equipo.
«Sustituí a Piru en plena temporada compatibilizando mi labor con el segundo equipo. Salvamos el pellejo en la Liga, que se nos había puesto muy dificil, y fuimos campeones de Copa. Luego vino Ronnie Allen y dejé el Club».
Y se va al Español, al que asciende a Primera. Y de alli, al Zaragoza, que le llama a mitad de temporada, y logra también ascenderlo a Primera División. Más tarde, la Real.
Renovar la Real
«La Real Sociedad me llama con un encargo muy concreto, llevar adelante la renovación total del equipo. Lo dejaban Mendiluce, Ormaechea, Arzac... y conmigo debutaron Urruti, Satrústegui, Kortabarria y algunos más. Salvamos la temporada, y en la siguiente nos clasificamos para la Copa de la UEFA por primera vez en la historia de la Real».
Y otra vez al Athletic
Y en éstas estamos cuando va el Athletic a buscarle decididamente a través de uno de sus directivos, Iñaki Olascoaga. El Athletic quería lo mismo que la Real, la renovación total del equipo.
«Para mi era un orgullo volver al Athletic y volver a casa y no me lo pensé dos veces. Abandonaban el fútbol Uriarte Arieta, Larrauri, Aranguren, Sáez y había que rehacer el equipo. Así es que hice debutar a Escalza, Madariaga, Dani, más tarde Goiko. Salvamos la primera temporada por los pelos (décimos), y en la segunda nos clasificamos para la Copa de la UEFA, pero después de un partido de Copa contra el Sporting en San Mamés en el que perdimos la eliminatoria después de haber ganado el partido de ida por 0-2 en Gijón, presenté mi dimisión, aunque continué hasta final de temporada. La verdad es que me afectaron mucho las criticas y las amenazas. Había una voz anónima que no paraba de llamarme por teléfono y amenazarme muy seriamente a mi y a mi familia».
Enseño a Esnaola como parar el penalty a Dani
Iriondo cogió al Betis con negativos más tarde, lo metió en la UEFA y lo hizo campeón de Copa ganándole la final precisamente al Athletic en la temporada 76-77
Lo hablamos sopesado todo, hasta los penalties. Por eso le dije a Esnaola que cuando le tocara lanzar a Dani no se moviera de su sitio hasta que se hubiera parado, como siempre lo hacia, antes de disparar. Así lo hizo, y Dani fallo el lanzamiento decisivo. En la temporada siguiente eliminamos al Lokomotiv y al Milán y caemos ante el Spartak de Moscú. Fue la temporada del Eurobetis en la que terminamos descendiendo a Segunda División por un arreglo en el último partido entre el Burgos y el Hércules».
Luego se fue a un Rayo sin posibilidades cuando llegó a él por la gran carga de negativos y, por fin, otra vez al Betis, donde tuvo sus más y sus menos con la directiva por unas declaraciones suyas en contra de los fichajes realizados y lo cesan a falta de cinco partidos, contra los cinco colistas, yendo sextos en le clasificación. Esa fue una puntilla que le animo a dejar definitivamente el fútbol Su vida deportiva antenor no habia podido ser más intensa.