Entrevista de Arkaitz Aramendia en el diario Deia el 16/03/2021
Sergio Corino, excentral vizcaino con pasado como rojiblanco y txuri-urdin, hinca el diente con Deia a una histórica cita copera que le toca de cerca y que prevé de maxima igualdad
Sergio Corino, exjugador del Athletic y de la Real Sociedad,
posa frente a San Mamés. Foto: Borja Guerrero
La histórica final de Copa del próximo 3 de abril entre Athletic y Real Sociedad pondrá frente a frente a dos equipos que pugnarán con ahínco por un ansiado título que no han podido abrazar innumerables exjugadores de uno y otro club. El pasado, para más inri, proyecta la silueta de entregados futbolistas que vistieron ambas camisetas sin poder disputar nunca un choque copero con la trascendencia del que albergará La Cartuja. Uno de ellos, nacido en octubre de 1974 en Bilbao, responde al nombre de Sergio Corino, formado en las categorías inferiores del Athletic hasta su estreno en 1994 con el primer equipo rojiblanco y traspasado posteriormente del Espanyol a la Real Sociedad de Javier Clemente en una operación que llevó al bilbaino hasta Anoeta, donde jugó como local entre 1999 y 2001.
"Aunque me siento del Athletic desde siempre, estoy orgulloso de haber estado en los dos equipos, porque es algo no todo el mundo ha conseguido y en sí es bonito", reconoce de entrada el excentral vizcaino, quien recuerda que "la mayoría de mis diez años en Primera División los hice fuera del Athletic, pero cumplí el sueño de jugar en el equipo que quería desde pequeño". De cara a la inminente final copera, así las cosas, lo tiene claro: "Estoy agradecido a la Real, pero quiero que el Athletic gane la final sí o sí". "Se va a jugar un año después, pero con la misma ilusión y ganas de conseguir un título de Copa tan ansiado, aunque es una pena que no vayan a estar las dos aficiones", apunta Corino en relación a un choque de máxima tensión que atisba "al 50%".
"Las finales son finales y hay que ganarlas. El Athletic tiene a su favor que compite muy bien, da el cien por cien en este tipo de partidos y tiene la experiencia de haber jugado otras finales, mientras que la Real no lo ha hecho y su estilo de juego puede llegar a ser un hándicap si no les salen las cosas durante el partido, aunque tienen jugadores de calidad también para poder sacar el partido adelante", expone el bilbaino, consciente de que "si las circunstancias fueran otras, tanto el prepartido como el pospartido se vivirían de forma muy distinta y es lo que da más pena".
"Siempre hay un pique por cercanía al ser los dos equipos más importantes de Euskadi, siendo para mí más importante el Athletic, pero ambas aficiones se han portado siempre fenomenal además siendo un ejemplo para el resto", constata asimismo Corino, quien echa la vista atrás para recordar la singular manera en la que se cocinó su fichaje por la Real en el mercado invernal del curso 1999-2000 procedente del Espanyol, club en el que aterrizó en el verano de 1999 al abandonar el Athletic después de protagonizar sendas cesiones previas al Mérida (1995-96) y al Salamanca (1997-1999).
El vizcaino confiesa que "las circunstancias fueron un poco raras, dado que el Espanyol me fichó porque Pochettino iba a firmar por el Real Madrid, pero al final no se fue y como el club en aquella época andaba bastante mal económicamente, decidió traspasarme esa misma temporada a la Real". "La manera de enterarme de la operación fue un poco anécdota, porque sin yo saber nada del asunto me rodeó toda la prensa después de un entrenamiento para saber qué me parecía mi traspaso a la Real. No pude hablar nada, me cogió el jefe de prensa, me puso al teléfono con el presidente y me dijo que las circunstancias del club eran las que eran y que me iban a traspasar, así que me arreglara con la Real", profundiza Corino, quien agrega que "iba a estar cerca de casa, la Real era un equipo que estando yo en el Athletic en una época en la que estaba para renovar ya me había lanzado alguna oferta y estoy contento también de haber vestido su camiseta".
ANÉCDOTA CON ARRATE
"Como presidente del Athletic estaba Jose Mari Arrate y cuando se enteró de todo me llamó para preguntarme por qué iba a firmar con la Real", recuerda asimismo un hombre que apunta que, una vez en Donostia, "al principio me costó un poco, porque a alguno no le sentó muy bien que fuera allí, pero en general guardo buen recuerdo de la afición de la Real y me alegro también de sus logros".
"No somos muchos los jugadores del Athletic que hemos ido a la Real y no creo que haya muchas diferencias en cuanto al trato por ser vizcaino y jugar allí como fue mi caso o estar en el Athletic siendo guipuzcoano, aunque es cierto que por lo que he conocido aquí, los jugadores de la Real que vienen a Bilbao se sienten muy queridos al recibir un cariño especial, aunque yo también me sentí bien en Donostia", admite Corino, quien define en relación al caso de otro vizcaino como Iñigo Martínez que "vino al Athletic pensando que aquí podía ganar algún título, ya ha ganado uno y ahora aspira a otros dos".