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jueves, 25 de marzo de 2021

Juan Ignacio Vidarte y Miguel Zugaza, el arte de ser del Athletic

Artículo publicado por Nagore Marcos en el diario Deia el 25/03/2021

Juan Ignacio Vidarte, director del Guggenheim y Miguel Zugaza, su homólogo en el Bellas Artes, comparten la ilusión y esperanza de ver al club rojiblanco levantar otras dos copas.
Miguel Zugaza y Juan Ignacio Vidarte. Borja Guerrero

"No sé si soy futbolero, solo sé que soy del Athletic", asegura Juan Ignacio Vidarte, director del Guggenheim. De Bilbao de toda la vida y rojiblanco hasta la médula. Esa es la carta de presentación del máximo dirigente del museo que, anclado entre el Puppy de Jeff Koons y la Mamá de Louise Bourgeois, cambió el rostro de la capital vizcaina. Pero no es el único. A menos de diez minutos andando de las reconocibles placas de titanio, pegado al parque de Doña Casilda, el Bellas Artes se erige capitaneado por Miguel Zugaza, rojiblanco "por genética y por cultura". Ambos representan a la perfección el arte de ser del Athletic. Y ambos encaran con ilusión y esperanza el reto de levantar tres títulos en poco más de tres meses. "Esto de jugar tres finales en un año es una situación histórica para el Athletic; por eso, aunque van a ser dos partidos muy complicados ante dos grandes equipos, la misión es ir a ganarlo todo. Será difícil, pero es una misión histórica, por lo que hay que sacar la versión épica, la más intensa y la de mayor carácter, que ya se sacó en la pasada Supercopa", dice Vidarte. Asimismo, Zugaza avisa de que la plantilla de Marcelino tiene la calidad necesaria "para llegar a las 25 Copas en el palmarés". "Claro que hay oportunidad de ganar las dos finales, el Athletic puede aspirar a los dos títulos aunque serán partidos diferentes y lo que hagas en el primero tendrá repercusión en el segundo. Pero hay que tratar de empujar a los chavales en la dirección más ambiciosa, porque no vamos a renunciar a nada", asevera.

Los dos directores comparten, además, el deseo de volver a ver la gabarra. Y es que recuerdan con gran cariño la celebración sobre la ría de las última liga y Copa del Athletic. Esa primavera del 84. "Los que empezamos a vestir canas transmitimos ese momento a las nuevas generaciones, por eso en esta ocasión no me hace tanta ilusión por mí, sino por mis hijos, que no han podido vivir nada igual y están expectantes, con ganas de sentir lo que es celebrar un título del Athletic", explica Zugaza. Así pues, conscientes de que la crisis sanitaria obligará a unos festejos más comedidos y familiares, evocan esos momentos con gran melancolía. "Tengo un recuerdo fantástico de la gabarra, por eso me da mucha pena que nos haya tocado vivir tres finales no solo sin poder celebrarlas, sino además sin poder disfrutarlas en el campo. Me da pena, pero es lo que toca; si ganamos habrá que dejar la celebración para otro momento. Demorar la gabarra", reconoce Vidarte. Y es al dirigente del Guggenheim se le está haciendo especialmente duro eso de no poder ir a San Mamés: "El fútbol en la televisión no me gusta, no me acostumbro. Y mucho menos ver fútbol por la tele con los campos vacíos. A mí me gusta ir al estadio. Lo demás es la antítesis del fútbol".

De hecho, Vidarte opina que, aunque todos los clubes echan de menos a sus socios cuando no están cerca, es el Athletic el equipo que más nota esa ausencia: "El Athletic pierde mucho sin su gente, pero es que el fútbol sin afición no es fútbol, es otra cosa. Ahora no hay más remedio que jugarlo así, pero sin aficiones de los dos equipos, sin el ambiente, ya no es fútbol". Por otro lado, en medio de la euforia, Zugaza echa la vista atrás y hace una petición que sabe, de antemano, que no podrá aceptarse: dejarle a Garitano dirigir la final ante la Real Sociedad: "El Athletic de Marcelino es el de Garitano, pero revolucionado. Al equipo le faltaba un poco de ilusión y el nuevo entrenador ha conseguido cambiar eso. Pero no hay que olvidar que las cosas se han logrado gracias también al equipo técnico anterior. Por eso, si hubiera la posibilidad de que Garitano estuviera en la primera final sería increíble porque realmente se lo merece. Sería lo más justo, pero el fútbol no funciona así".

PARALELISMOS

La casualidad ha querido que, justo cuando el Athletic podría estar a dos pasos levantar tres títulos, el Guggenheim exponga Bilbao y la pintura, una colección de obras que recorre la historia de la capital vizcaina desde finales del siglo XIX y en la que destaca el cuadro de José Arrue que plasma la plantilla de 1915, esa que levantó tres años seguidos la Copa (1914, 15 y 16). "Es una obra muy simbólica porque aparecen jugadores icónicos como Pichichi. Además, el Athletic de aquella época reflejaba lo que estaba pasando en Bilbao en ese momento. La villa estaba saliendo de una situación complicada de guerras y pandemias y comenzaba a mirar hacia el futuro. El club es consecuencia de esa influencia de Europa e Inglaterra", explica Vidarte. Así pues, si la entidad rojiblanca ayudó al cambio de la capital vizcaina desde su génesis, el Guggenheim hizo lo propio un siglo después. Algo de lo que su director se siente muy orgulloso: "El Museo es el reflejo de la transformación de Bilbao, sirvió de catalizador del proceso de cambio que, por supuesto, ha tenido muchos elementos y protagonistas. Por eso, sin el Athletic y sin el Guggenheim, Bilbao sería una ciudad muy diferente. Sería una ciudad peor".

El club de Ibaigane también guarda paralelismos con el Bellas Arte puesto que, tal y como Zugaza explica, ambas instituciones ponen en valor lo propio, el fútbol y el arte autóctonos: "Nuestra historia y la de las Copas del Athletic van en paralelo; pero es que además también reivindico que el Bellas Artes es mucho más que un museo de Bilbao, es un museo de Euskadi. Conservamos un patrimonio que se ha ido formando gracias a la contribución que hace no solo la ciudadanía vizcaina, sino la vasca".