“En la primera edición del hermanamiento, hace 17 años, tomaron parte doce peñas y nos juntamos cien personas”
Rikardo Alonso, presidente de la peña del Athletic de Gamiz-Fika. (Juan Lazkano)
Lleva tatuado en el brazo el escudo del Athletic, por si a algún mega-súper-despistado le quedaba alguna duda sobre cuál es su equipo. El corazón de Rikardo Alonso late al ritmo del alirón, una melodía que se alzará en ambiente festivo el próximo 18 de marzo en Gamiz- Fika, en el hermanamiento de peñas del Athletic que esta localidad acoge desde hace ya 17 años. Rikardo es el presidente de la agrupación que organiza esta cita, la peña del Athletic de Gamiz-Fika. Ya ha empezado la cuenta atrás para la celebración de este encuentro, en cuya presente edición el aurresku de honor se brindará a las 16 peñas rojiblancas guipuzcoanas. La jornada arrancará a las 10.00 horas con el imprescindible txupinazo que rugirá en el cielo de Uribe Butroi cual león en el terreno de juego.
La voz de Rikardo se llena de orgullo cuando habla de este hermanamiento que ha contribuido a expandir el nombre de Gamiz-Fika; ese mismo orgullo que demuestra por esta pequeña y bella localidad que le acogió hace ya 25 años, y donde arraigó vida, procedente de Bilbao. Este peñista apunta que los dos núcleos urbanos que constituyen este municipio tienen su propio carácter. “Incluso el euskera es diferente...”, señala. “En mi opinión, en Fika el euskera es más cerrado, más autóctono, más castizo”, señala.
¿Y cómo se les ocurrió esta bilbainada en pleno Uribe Butroi?
-Cuando echó a andar la peña, hace ya veinte años, empezamos a tener relación con otras peñas. Era un ámbito que empezaba a emerger. Comenzamos a hacer amistad, a coger teléfonos y organizábamos comidas en Gamiz-Fika. Y nos dijimos: “Pues vamos a hacer un hermanamiento”. Al primero acudieron doce peñas. Fue en el frontón en Fika. Nos juntamos cien personas. Un ambiente fantástico.
¿Y cuántas personas suelen venir hoy día a Gamiz-Fika esa jornada?
-La meta para nosotros no es batir récords. Hace años llegamos a juntarnos 1.200 comiendo, en el frontón y en la calle. El año pasado estuvimos unas 600 personas en la comida. Pero una cosa es los que vienen a la comida y otra, los que toman algo, pasan por las txosnas, a dar una vuelta, o al ambiente… Gamiz-Fika es una pasada de bonito. Y eso contribuye a que haya una muy buena atmósfera.
Este hermanamiento de peñas ha contribuido a que Gamiz-Fika se conozca un poco más. La gente vincula Gamiz-Fika con Athletic.
-Hemos puesto nuestro granito de arena para que sea así. Nosotros, la peña, nos movemos mucho, y cuando vas fuera la gente dice: “¡Hombre! ¡Gamiz-Fika!”. Lo relacionan con el hermanamiento. Por todo el Estado hay cantidad de peñas del Athletic, en casi todos los pueblos existe una, y son muchos los que han venido o han oído hablar de él.
Este es un pueblo bonito.
-Una postal auténtica. Para mí es precioso.
¿Cuál es su encanto?
-A mí me gusta el clima... Es como un microclima.
¿Sí? ¿Hay un microclima en Gamiz-Fika?
-Yo creo que sí. Yo noto diferencia con Mungia, por ejemplo. Aquí hay menos viento, una temperatura más uniforme siempre. Y, aparte de eso, hay buen ambiente. La gente me encanta.
Tuvo que ser un cambio muy grande lo de trasladarse de Bilbao a una zona tan rural.
-De un sitio muy bueno a un sitio extraordinario. Yo siempre digo que en el sitio en el que se vive hay que estar feliz, sea en la Gran Vía, en Barakaldo, en Gamiz-Fika, en Mungia… Siempre feliz. Y la vida al aire libre a mí me encanta. Ir a pasear acompañado de los perros es algo que me gusta mucho.
¿Este pueblo mantiene el mundo del baserri?
-Sí. Tiene unos caseríos preciosos. Vas dando paseos y te quedas extasiado viendo la maravilla de caseríos que hay, de hace muchísimos años ya. Es lo que tiene Bizkaia, que vas a cualquier pueblo y tiene unos rincones…
¿No se echan en falta servicios, como el comercio, por ejemplo?
-Recuerdo que había una tiendita, que estaba cuando yo llegué al pueblo. Hombre, estaría bien una tienda pequeñita. A mí además me gusta el tema de los pequeños comercios. Un poquito sí que se echa en falta. Menos mal que tenemos farmacia, cajero… Y hay bares y restaurantes. Y txokos también. Este es un pueblo pequeño con dos txokos de socios, uno en Gamiz y otro en Fika. A la gente que viene le gusta mucho el tema de los txokos, ver cómo funcionan. Es lo típico de aquí.
Un rincón que le guste del pueblo.
-Es muy bonito el humilladero de la plaza de Fika. La gente suele ir a sacar fotos allí . Y el molino Errotabarri.
