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sábado, 7 de marzo de 2020

El eterno guardián de San Mamés

Artículo publicado por Javier Siñeriz en spherasports.com el 28/02/2019

Cuando oímos algo sobre San Mamés tendemos a pensar en una de las siguientes cosas. Los más religiosos pensarán en aquel santo que consiguió amansar a los leones a los que fue entregado. Otros muchos, los apasionados por el fútbol, pensarán en el mítico estadio del Athletic Club. En las siguientes líneas podría referirme al león que siempre aparece junto a San Mamés en la mayoría de las representaciones de este santo. Sin embargo, este texto va dedicado a un mito del fútbol español. Aunque el estadio actual no sea el mismo en el que él brilló, José Ángel Iribar siempre será el guardián de San Mamés.

Iribar es, sin duda alguna, uno de los mejores porteros de la historia de España y un gran referente para muchos que hemos querido ocupar esta posición. ‘El Chopo’, como era conocido, jugó 614 partidos con la camiseta del Athletic, se mantuvo 18 temporadas en la disciplina del conjunto rojiblanco y ganó dos Copas. Con la selección española disputó 49 partidos, manteniendo el récord de internacionalidades durante varios años, y ganó una Eurocopa.

Originario de Zarauz, José Ángel comenzó a jugar al fútbol en la playa, lo que le ayudo a no tener miedo de tirarse al suelo. Pronto destacó como guardameta, eso hizo que pasara por las categorías inferiores del club de su pueblo hasta llegar al Basconia, club convenido con el Athletic. Su buen papel en el conjunto asociado al gigante bilbaíno le sirvió para dar el salto al equipo rojiblanco, no sin antes haber interesado a otro grande de España como el Fútbol Club Barcelona.


Como guardameta, Iribar destacaba por diferentes aspectos. Transmitía una seguridad bárbara a su defensa al estar siempre bien colocado. Del mismo modo, tenía unos reflejos increíbles que le permitían hacer paradas inverosímiles. Otra de sus grandes cualidades era la facilidad que tenía para blocar balones complicados, por lo que era habitual ver cómo hacía una ‘palomita’ espectacular al mismo tiempo que blocaba la pelota, algo que hoy en día no se suele ver. También era muy reconocido su saque con la mano. Ponía en ventaja a sus compañeros y comenzaba de esa manera los ataques de su equipo.

El cariño que le tiene la afición del Athletic Club es increíble. El cántico más famoso dedicado al guardameta se creó después de una final de Copa perdida. El equipo bilbaíno perdió la final del campeonato copero de 1966 frente al Real Zaragoza. Pese a esto, la afición compuso el famoso “Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo, como Iribar no hay ninguno”, cántico estrella en la afición de los leones. Esa canción nos hace tomar conciencia de lo que José Ángel Iribar supone para toda la afición del Athletic. El cariño de los aficionados también se vio de forma clara cuando ‘El Chopo’ estuvo a punto de morir en 1973 por culpa de unas fiebres tifoideas.

Iribar ha reconocido en multitud de ocasiones su respeto y admiración por sus semejantes. Siempre ha mantenido que su gran ídolo fue Lev Yashin, conquien mantuvo una gran amistad. De hecho, en 2012 visitó la tumba de su ídolo y amigo en Moscú, devolviéndole así la visita que Yashin le hizo con motivo de su homenaje. Además, Iribar ha dicho en alguna ocasión que Gordon Banks fue el culpable de que él comenzara a utilizar guantes de portero. De hecho, el portero español viajó a Londres para conseguir los mismos que utilizaba el mítico portero inglés que falleció hace dos semanas.

La influencia de Iribar va mucho más allá de sus habilidades como portero. La afición del Athletic siempre le ha guardado un respeto enorme por su compromiso, ya que, pese a tener ofertas en multitud de ocasiones, Iribar siempre se negó a irse del club que le dio todo. Todos los aficionados del Athletic Club conocen a José Ángel ‘El Chopo’ Iribar. Los más vetustos porque le vieron jugar y los más jóvenes porque han conocido sus hazañas a través de los testimonios de sus padres y sus abuelos. Eso magnifica la figura de Iribar, un hombre al que siempre se recordará como el eterno guardián de San Mamés.