Translate

martes, 9 de enero de 2018

Reflexiones navideñas

Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 07//01/2018


El parón navideño, normalmente, es bien recibido por los jugadores y el cuerpo técnico. El desgaste físico y psicológico que hay desde el primer día de entrenamiento a primeros de julio es muy grande.

Las pretemporadas han dejado de ser aquellas sesiones de entrenamiento en las que se buscaba un sitio para estar tranquilos y que no pasara nada reseñable más allá de las cuestiones propias de las primeras cargas de trabajo. Ahora, los viajes y compromisos son los que mandan. Más aún sí el equipo ha de jugar una o dos fases previas de Europa League, donde te juegas parte del trabajo de la temporada anterior.

Así pues, este descanso navideño sirve para desconectar de los esfuerzos y exigencias y pasar algo más de tiempo con la familia y amigos. El descanso, además de necesario, debe ser reparador y ayudar a jugadores, cuerpo técnico y, por qué no, directiva, a integrar todo lo que ha ido sucediendo a lo largo de estos meses. Ayuda a encajar las piezas, a que cada elemento de esta microhistoria encuentre su lugar.

Pero todo tiene su parte buena y menos buena. Si la desconexión es demasiado grande, volver a la competición después de este periodo de descanso, puede que no resulte nada sencillo. En el primer encuentro suele costar coger el ritmo, y en esto, el Alavés, rival hoy del Athletic en San Mamés, parte con ventaja ya que ha jugado partido de Copa entre semana, además con victoria, en Formentera.

Otros años se ha disputado el partido de la selección de Euskadi, que suele venir muy bien para adaptarse de nuevo a la competición. Pero este año, esta tradicional y esperada cita, no se ha celebrado. Era un partido que se jugaba, sí o sí. ¿Es éste otro síntoma de que los tiempos están cambiando?

Pero si el descanso es necesario, lo debería ser para todos, aunque vivimos en una sociedad que, a veces, no lo permite. Los medios de comunicación necesitan publicar información de manera constante, la maquinaria nunca duerme. La afición también lo demanda.

Hay veces que el Athletic, que siempre genera información, lo pone especialmente fácil. Por un lado tenemos la salida (o no) de Kepa, supuestamente al Real Madrid. Un chaval de 23 años, con varias cesiones en equipos de Segunda División, experiencia en el primer equipo e internacional absoluto. Por otro, la incorporación de dos jugadores, uno de la misma edad que Kepa y otro un año más joven, para el Baskonia, tercer equipo del club rojiblanco. En el Baskonia, desde donde dan el salto los chavales del juvenil, se van a encontrar con compañeros varios años mas jóvenes que ellos. Todo esto, que choca con la línea habitual de actuación dentro de Lezama, está dando mucho de qué hablar y debatir entre los aficionados de la parroquia rojiblanca.

Hablando de Kepa y de los 23 años que tiene. No me parece un joven inmaduro o inexperto, como en muchos sitios se da a entender, aunque no lleve muchos partidos en Primera División. Con esa edad, en el fútbol son muchas las dificultades y la experiencia que has tenido que ir asumiendo, y es posible que más siendo portero.

Kepa ha tenido que salir de Lezama para curtirse. Dos cesiones - Ponferrada y Valladolid - en esos momentos sí que era inexperto, con apenas diecinueve o veinte años, teniendo que dejar la familia y el Athletic, que era lo único que conocía. Abandonar tu casa no es nada sencillo.

Siempre nos ponemos en el lado bueno. Te ceden para que cojas experiencia y puedas volver mucho más formado. Mirado así suena muy bien, y quizá en ese momento no haya otras alternativas. Lo de Kepa ha funcionado, pero ¿alguien se acuerda de todos aquellos que son cedidos y nunca vuelven? Que por cierto, son la mayoría.

Es posible que la decisión de quedarse o no, la pudo empezar a mascar en la soledad de estas cesiones, cuando empiezas a ver las cosquillas a la vida. Donde muchos otros se quedaron y normalmente son olvidados.

Pase lo que pase, es momento de que todo termine. La decisión de Kepa, no queda mas remedio, debe ser respetada. El Athletic se tiene que centrar en su día a día y en sus compromisos. Siempre ha salido adelante, y en la portería, si decide marcharse, hay recambios de garantías.

El Athletic es un club único en el mundo y. entre otras cosas, debe distinguirse por su señorío. En situaciones como ésta, la actuación de los que forman o formamos el Athletic globalmente, debe ser distinta a otros clubes. Pero no solo si Kepa se queda, sobre todo si decide irse.

Debe ser parte de la educación que se imparte en Lezama. La cuestión no es abducir a un jugador para que se quede, sino hacerle consciente de lo que Bilbao, el Athletic y su afición te aporta. A partir de ahí el Athletic debe actuar de manera honesta, respetar decisiones y velar por su sistema. No tiene sentido cerrar puertas cegados por el rencor. A menudo, son puertas que más que cerrarse el que decide irse, se cierra a sí mismo el club.