(Artículo publicado por Jose L. Artetxe en el diario Deia el 5/12/2012)
Último partido europeo en San Mamés
Los protagonistas del Athletic-Oporto, primer partido de competición europea en San Mamés el 26 de septiembre de 1956, rememoran su trabajada victoria
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Uribe, Artetxe, Merodio, Etura, Mauri y Carmelo rescatan de la memoria algunos de los pasajes del primer partido europeo que jugó el Athletic en San Mames, contra el Oporto en 1956. (FOTOS: PABLO VIÑAS)
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Artetxe hizo los goles que permitieron remontar muy al final y ganar 3-2
EL 26 de septiembre de 1956, San Mamés acogió el primer encuentro de competición continental. El Athletic estrenaba ese día ante sus seguidores la condición de campeón de la Liga 55-56 en el marco de la Copa de Europa, un torneo incipiente, de futuro incierto entonces y que con el tiempo acabaría convirtiéndose en el más grande espectáculo futbolístico a nivel de clubes. La cita levantó una enorme expectación, pues iba a permitir a los rojiblancos conocer su auténtico potencial fuera del ámbito donde en ese momento eran los mejores. De la mano de Ferdinand Daucik, se había conquistado el doblete en la temporada anterior y, con los títulos de Liga y Copa a modo de carta de presentación, compareció el Athletic ante el Oporto, un rival desconocido, como todos en aquella época, al que eliminó pasando muchos apuros.
Al partido no le faltó de nada, concentró cuantos ingredientes se necesitan para afirmar que fue una estupenda tarde de fútbol: ritmo, muchos goles, expulsiones, penalti, remontada,… Esto último fue lo mejor de todo, después de haber mantenido en vilo a la afición, con el Oporto llevando siempre la delantera, al final el marcador sonrío al Athletic, que lo pasó mal, mucho peor de lo que cabía presumir, puesto que se había traído un marcador favorable del encuentro disputado una semana antes en campo luso.
SORPRESA
Se esfumó la ventaja en la ida
El 1-2 logrado en Oporto, donde el juego fue ramplón por ambas partes, parecía encarrilar una eliminatoria que se denominó 'ronda previa'. Piru Gainza abrió el marcador en el comienzo, el también extremo zurdo José María igualó a los pocos minutos de la segunda mitad y cuando el empate se antojaba inamovible, marcó Canito. Un goleador inesperado (sólo firmó 6 goles en 435 partidos oficiales) gracias a un remate asimismo inesperado. El lateral lanzó desde muy lejos lo que en principio se interpretó como un intento de centro, pero por efecto del viento el balón se envenenó y acabó alojándose en la red de la portería defendida por Acurcio, tan o más atónito que el resto.
La mínima ventaja obtenida en Oporto apenas duró un suspiro en Bilbao. Para el cuarto minuto, los portugueses habían equilibrado el cruce y a partir de ahí todo resultó complicado, accidentado y muy emocionante, hasta el mismo pitido final del italiano Mario Maurelli, colegiado que dirigió ambos partidos, una costumbre entonces. Los protagonistas del histórico partido coinciden a la hora de hacer la lectura de lo ocurrido. Todos sin excepción aseguran que el Oporto les sorprendió y la mayoría admite abiertamente que incluso se hizo acreedor al triunfo en San Mamés, aunque a la postre el Athletic supiera sacar adelante el compromiso y continuar así escribiendo páginas gloriosas en aquella Copa de Europa, contra el Honved de Budapest y el Manchester United.
A estos dos equipazos también les derrotó el Athletic en San Mamés. Eliminó a los húngaros, no pudiendo con los ingleses, que accederían a las semifinales donde, a su vez, fueron apeados por el Real Madrid, vigente campeón continental que revalidaría dicho galardón tras hacerle dos goles al Fiorentina en la final. Esa supremacía blanca, plasmada en la consecución de las cinco primeras Copas de Europa, explica el influjo que en la génesis de esta competición tuvo la figura de su presidente, Santiago Bernabéu. El hombre supo ver la importancia de organizar el torneo, así como las enormes probabilidades de que su club se beneficiara del mismo.
HAT-TRICK
Una reaparición de lo más oportuna
Volviendo a lo que interesa en vísperas de que el viejo San Mamés se despida de Europa, son Carmelo Cedrún, Manolo Etura, Mauri Ugartemendia, José Luis Artetxe, Armando Merodio e Ignacio Uribe, quienes rememoran cuanto ocurrió en el Athletic-Oporto. Daucik alineó el siguiente once: Carmelo; Orue, Garay, Canito; Mauri, Maguregi; Artetxe, Markaida, Uribe, Merodio, Gainza. Eran los mismos que habían comparecido en la ida con la salvedad de Artetxe, quien lesionado había dejado su puesto a Azkarate. Su reaparición fue clave, pues fue el autor de los tres goles. De cuantos intervienen en este reportaje, es quien menos información aporta: "La verdad es que no me acuerdo de este partido y de casi ninguno. Es mucho tiempo y tampoco le doy mayor importancia al fútbol. Sé que al día siguiente en los periódicos traía que había metido tres goles. Nada más. De eso me acuerdo y del delantero centro de ellos, que era muy bueno".
El archivo que es Armando Merodio permite una primera aproximación a lo que fue el partido: "Costó la tira pasar. Era el peor equipo de los tres que tuvimos en la Copa de Europa, pero nos las hizo pasar canutas. Ellos merecieron ganar aquí. Fue un partido fuerte, de categoría. El partido lo ganó José Luis porque metió todos los goles, uno de penalti y cuando el partido se acababa". Hasta en los términos que utiliza, Mauri le da la razón: "Aquí pasamos canutas. Fue un gran partido. Ellos, la mayoría, eran internacionales y tenían varios negros que se comían el campo, qué forma de correr".
"Durísimo, difícil, aquí no merecimos, pero aquel Athletic era difícil de derrotar". Habla Carmelo y añade: "No había visto un equipo mejor, nos fueron ganando 0-1 y 1-2. Me trajeron loco toda la tarde, eran balas". Todos de acuerdo, también Etura, que siguió el partido desde la grada y se detiene en otro factor que a su entender fue determinante para alcanzar la victoria: "En Oporto no había dado tanta impresión, pero de los tres rivales que tuvimos en aquella Copa de Europa fue el que mejor lo hizo en San Mamés. Fue superior y si no le llegan a expulsar a Virgilio, las hubiésemos pasado moradas. Piru Gainza fue clave, no por lo que jugó ese día, sino porque fue capaz de que su marcador se volviera loco y le expulsaran y luego él fue quien provocó el penalti con el que empatamos". Merodio remacha: "Piru armó el taco. Consiguió que echaran al mejor defensa de ellos, que era una especie de Puyol el del Barcelona. Le puso el anzuelo, este le tiró un hachazo y a la calle".
JABURU
Un incordio para el gran Garay
El interior Hernani había hecho el 0-1 y Artetxe equilibró al cuarto de hora de partido. No tardó Jaburu en volver a adelantar el Oporto. Jaburu, sigue en la memoria de todos, por algo será: "Jesús Garay soñó con Jaburu", "le volvió loco a Jesús, creo que es el único partido en que le he visto dominado por un delantero", "en vez de pegarle a él, fue Jaburu el que pegó a nuestros defensas". En fin, que no pudieron con este ariete que luego tuvo un mal final de carrera y pasó previamente por las filas del Celta.
A falta de un cuarto de hora, vino la expulsión de Virgilio y fue el principio del fin para el Oporto. Enseguida, el derribo a Gainza en el área, Artetxe igualó desde los once metros y sin tiempo para nada, el tercer gol que ponía el 3-2. Unos segundos después, también Jaburu tomaba el camino de la ducha antes de tiempo y las gradas, "que estaban a reventar", aplaudían por la calificación para los octavos de final, donde aguardaba el Honved.
"Aquello eran Copas de Europa, no jugaban más que los campeones de cada país y el campeón del año anterior. Aquello era de asustar, 90 minutos contra los mejores equipos, eran equipazos. Había que tener dos corazones, uno para ganar y otro para perder porque no se podían hacer cambios. Ahora si no hay cambios, se mueren todos", opina Mauri. "En la Copa de Europa nos tocaron los peores enemigos, partidos como este del Oporto ya no se ven", concluye Carmelo.