(Artículo publicado por Jon Agiriano en el diario El Correo el 07/12/2012)
Último partido europeo en San Mamés
El debut contra el Oporto, el enfrentamiento contra el Honved de Puskas, el United de los 50 y el de Ferguson..., grandes equipos han visitado al Athletic a lo largo de los últimos 56 años
No es que la historia del Athletic en Europa sea especialmente memorable, pero ha tenido suficientes momentos de esplendor como para que el partido de competición europea en San Mamés frente al Sparta sepa a muy poco. El primero tuvo lugar el 26 de septiembre de 1956. El gran Oporto de mediados de los cincuenta fue el primer rival de los rojiblancos en competición continental; en concreto, en la recién creada Copa de Europa. Hasta esa fecha, las visitas de equipos extranjeros a San Mamés siempre habían tenido carácter amistoso, lo que no significaba que no fueran importantes, ni mucho menos. Todo lo contrario. Uno de los grandes momentos de la temporada para la afición del Athletic eran aquellos partidos ante grandes equipos europeos o americanos que solían jugarse en fechas navideñas. Contra el Oporto era distinto. Se trataba de hacer valer la ventaja que el equipo de Dauzik había conseguido en Das Antas (1-2). Y no era una tarea fácil.
Los portugueses eran un equipazo con futbolistas de la talla de Virgilio, Da Costa, Hernani, Jaburu o Perdigao. Para hacerse una idea de su personalidad basta con recordar que, a los cuatro minutos del partido de vuelta en San Mamés, Hernani igualó la eliminatoria tras un saque de esquina. No habían venido a hacer amigos los portugueses. Al Athletic le iba a tocar remar. Y de lo lindo. Al cuarto de hora, se activó una de las mejores conexiones del equipo rojiblanco: Gainza sacó una falta y Artetxe hizo de cabeza el 1-1. Comenzaba así una noche mágica del futbolista getxotarra, autor de un 'hat trick' inolvidable. Su segundo gol llegó tras un polémico penalti de Virgilio a Gainza que acabó suponiendo la expulsión del defensa luso. Corría el minuto 81.
Un gran comienzo
Artetxe era un seguro desde los once metros, frío y certero. Le daba tan poco mérito a marcar penaltis que, cuando este cronista le preguntó una vez si tenía alguna costumbre o alguna táctica especial a la hora de ejecutarlos, le contestó socarrón que lo único que hacía antes de lanzar era mirar fijamente al portero para ver si tenía cara de tonto. El extremo derecha rojiblanco batió a Acurció y en San Mamés se escuchó un profundo suspiro de alivio. El ansiado empate había llegado. Y es que el Oporto había vuelto a adelantarse en el minuto 26 con un gol de Jaburu, un formidable delantero negro con el que Jesús Garay tuvo pesadillas durante varias semanas. Tampoco la hinchada del Athletic le olvidó. De hecho, al cabo de unos pocos años, bautizó con su nombre a Iñaki Sáez, que era muy moreno. El 3-2 definitivo volvería a marcarlo Artetxe en el minuto 83, cazando una volea, entre el delirio de la parroquia rojiblanca.
No deja de ser curioso que, de toda la historia del Athletic en las diferentes competiciones continentales, los capítulos más brillantes fueran aquellos primeros de la temporada 1956-57. Porque si la eliminatoria ante el Oporto resultó espectacular las dos siguientes, ante el gran Honved de Puskas y el Manchester United de Matt Busby, forman parte de la mitología del club. Ya se ha escrito tanto sobre aquellos partidos que, ahora que el viejo San Mamés espera turno para la piqueta, sólo queda efectuar una constatación: por la calidad y entidad histórica de esos rivales y por la manera en que fueron derrotados, el 3-0 al Honved y el 5-3 al United bajo la nieve son las dos victorias más grandes que ha conseguido el Athletic en San Mamés.
Hubo otras muchas más. Los rojiblancos fueron muy fiables en La Catedral. Sus once primeros partidos europeos, de hecho, los saldaron con victorias. La primera derrota no llegó hasta 1968, en la Copa de la UEFA, ante el Ferencvaros (1-2). De aquellas noches quedan vivencias inolvidables sobre las que se sigue hablando al cabo de los años, como la victoria agónica ante el Dunfermline en 1965. No tiene desperdicio el relato que el propio Fidel Uriarte hizo de su gol decisivo a los escoceses para la serie 'Los inolvidables'. «Íbamos empate a uno y faltaban cinco minutos para el final. Cogí un balón y me fui hacia delante, driblando. Quería dársela a alguno, pero nada, los cabrones me dejaron solo. Antes de llegar al área vi que no podía más y me dije: 'Tienes que chutar'. Y le metí una hostia, ¡fuaaaaas!, ¡ziuuuuuuu!. Por toda la escuadra. Casi me matan mis compañeros. Se me tiraron encima y no podía respirar. Y yo gritándoles desde abajo: 'Hijoputas, quitaos de encima, queme ahogoooo, que me mueroooo'».
Inolvidables
Entre los recuerdos más brillantes, por supuesto, se encuentran los acumulados en la temporada 1976-77, en la que San Mamés se convirtió en algo parecido al infierno para todos sus visitantes. Quizá el partido más completo fuera el 4-1 ante el Milan de Gianni Rivera, que se adelantó con un gol de Fabio Capello y luego fue directamente pulverizado por los muchachos de Koldo Aguirre. Ese mismo resultado tampoco hubiera extrañado en la final ante la Juventus, tan bella y amarga, el golpe más duro e inmerecido que ha recibido la afición rojiblanca en su estadio. Pero es que la historia es eso. Momentos duros como ése o la derrota ante el Liverpool en la Copa de Europa de 1984, semanas después de aquella remontada vibrante ante el Lech Poznan con Andoni Goikoetxea como protagonista. Otra bonita remontada fue aquella lograda ante el Newcastle, en la Copa de la UEFA de 1997, con gol de 'Cuco' Ziganda. Tampoco se puede olvidar la 'Champions Luis', por lo que supuso de regreso a la máxima competición continental, y mucho menos la Europa League de la pasada temporada, de la que nunca dejaremos de hablar.