Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 26//01/2018
Hoy visita San Mamés el Eibar, curiosamente con 28 puntos el mejor equipo vasco en la clasificación a estas alturas del campeonato. No empezó bien la temporada, con muchas lesiones y algunos jugadores fuera de su mejor forma, pero en la jornada duodécima despertó y solo ha perdido un partido de los últimos nueve disputados. Cierto es que seis de esos nueve encuentros, los ha jugado en Ipurua, donde se siente más fuerte.
El Athletic debe aprovechar este partido para seguir escalando posiciones en la clasificación. Lograr los tres puntos supone pasar al Eibar, además de ganar el golaverage particular con un rival directo en estos momentos, al que en la primera vuelta se consiguió ganar en su campo.
Pero parece que la actualidad del Athletic viene marcada más por las renovaciones y la próxima marcha de Laporte al City que por el encuentro de hoy. En la actualidad rojiblanca, el verde deja paso a los despachos.
Dentro de las renovaciones, dos han destacado por encima del resto. Las de Williams y Kepa. Dos formas muy diferentes de renovar, pero al final con un mismo objetivo: los dos son jóvenes, con gran presente pero sobre todo son la base del Athletic que se esta construyendo para el futuro.
Estos contratos les debe dar tranquilidad y una estabilidad para poder progresar centrándose en lo realmente importante, pero a su vez vienen cargados de una enorme responsabilidad especialmente en el inconsciente colectivo. A partir de ahora puede que el nivel de exigencia que tengan que asumir sea mayor. Y no sólo en el campo, también en todo lo que rodea en el día a día en el club. Pasan a ser referencia dentro de la estructura rojiblanca. Saber transmitir la pasión con la que se vive este club y defendería, tanto ante las nuevas generaciones como ante todos los aficionados, forma parte del peso que llevan estos contratos. También mostrar ambición y no ser conformistas. Que haya objetivos valientes e ilusionantes por los que pelear cada temporada y que hagan soñar, tiene que ser parte de su lenguaje cotidiano. Esperemos que ese peso no suponga una carga.
Sin embargo, parece que siempre hay algo que atenta contra estos momentos de felicidad y que impide que ésta sea completa. La marcha de Laporte cuando el City pague la cláusula será un golpe directo a la linea de flotación del equipo. No se espera en estos momentos.
Pero el Athletic debe estar preparado para estos imprevistos. Lezama siempre ha respondido cuando se ha necesitado, y estoy convencido de que en esta ocasión también lo hará. Unai Núñez es un claro ejemplo en este aspecto. La baja de Yeray ha permitido que conozcamos a un central que ofrece garantías y ha sabido ganarse un sitio en la primera plantilla. El relevo generacional inmediato es una seña de identidad de este club. La filosofía tan diferente que tenemos pero de la que nos sentimos orgullosos, nos hace vivir en una necesidad constante que estimula a nuestra institución a permanecer siempre alerta.
Sería importante que la salida de Laporte no se convierta en otro culebrón y el equipo sufra un desgaste que le despiste de sus objetivos. Es fácil caer en la tentación del chismorreo, las intrigas palaciegas... algo que este club no merece ni necesita. Quizá seria bueno que presidente y jugador dieran una rueda de prensa juntos con naturalidad, para dar las gracias al futbolista por su compromiso en los años que ha estado y dejando la puerta abierta para una posible vuelta, eso si, si es que su puesto no está entonces bien ocupado. El Athletic trabaja su cantera para ello y los nuevos valores (que los hay), piden abrirse paso y tener su oportunidad.
65 millones de euros son muchos millones, y es un buen pellizco que hay que recibir con los brazos abiertos. Pero también saber como gestionarlos, en el campo y en la estructura del club. El Athletic es un ser vivo que tiene que estar en continuo progreso y crecimiento.