Artículo publicado por Julen Guerrero en el diario El Correo el 23//09/2017
Tan solo estamos en la jornada 6, pero nos encontramos con un partido entre el Málaga y el Athletic en el que ambos tienen una gran necesidad de ganar. El horizonte temporal es aún largo (restan 8 meses de competición y 32 jornadas), pero el tiempo psicológico (ese que nos dice cómo lo vivimos), puede llegar a ser asfixiante ya en estos primeros compases (y no sólo en jugadores y técnicos).
El Málaga todavía no ha puntuado y la situación es complicada. Un verano y una pretemporada conflictiva con la marcha de sus jugadores más importantes, le ha dejado en una situación incómoda, teniendo que empezar de cero incluso una vez iniciada la Liga. El aterrizaje tardío de refuerzos, alguno de ellos cuestionados e incluso lesionados, no le ha beneficiado a la hora de formar el grupo.
El Athletic, después de dos derrotas consecutivas, aún deja muchas dudas con su fútbol. Las rotaciones y la falta de continuidad en la forma de jugar están creando cierta incertidumbre. Necesita dar un zarpazo lo antes posible para que la bola no se haga cada vez más grande.
Ambos conjuntos, cada uno por sus circunstancias, necesitan encontrar un patrón de juego al que agarrarse y que les dé resultados lo antes posible.
Es un partido en el que el equipo que sepa manejar la ansiedad y adaptarse mejor a la situación tiene mucho ganado. Por supuesto, el Málaga está mucho más necesitado, y a resultado igualado, el tiempo corre a favor del Athletic. Pero no me cabe duda de que arropado por una afición fiel que sabe que su equipo le necesita, saldrá en busca de marcar un gol lo antes posible, y que les otorgue tranquilidad.
Es posible que Ziganda no quiera arriesgar con Aduriz de inicio, después de las molestias que hicieron que tuviera que cambiarle en los últimos minutos frente al Atlético. Como alternativa, todo hace indicar que Williams podría a ser la referencia arriba, y si esto va a ser así, debe preparar el choque para aprovechar sus cualidades.