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martes, 5 de abril de 2022

Fútbol de oídas

Artículo publicado por Alberto López Echevarrieta en el número de Abril de 2022 del periodico Bilbao

En el Teatro Buenos Aires se retransmitió una final del Athletic… pero únicamente el sonido

Interior del Teatro Buenos Aires. Foto ALE ©

A lo largo de su historia, el gancho del Athletic no solo se ha hecho notar en los campos de fútbol, sino también en el cine con motivos tan memorables como el que se vive en la película La colmena (Mario Camus, 1982): En plena posguerra, un hambriento José Sacristán recurre inútilmente a un prostíbulo para que le dejen una cama libre para dormir. La “madame” se disculpa diciéndole: “Hay mucho movimiento. Como mañana juega el Athletic de Bilbao…”.

La reciente oportunidad perdida por nuestro primer equipo de lograr una Copa más para las vitrinas de San Mamés me ha recordado un curioso “susedido”. Tuvo lugar el domingo 1 de junio de 1930 y está íntimamente relacionado con una de las salas más populares y de mayor aforo que ha tenido la Villa, el añorado Teatro Buenos Aires, ya desaparecido. La clientela de ese día no pagó entrada por ver imágenes, sino por oír la retransmisión telefónica de la final de Copa entre el Athletic Club y el Real Madrid. Solo sonido, a pesar de que el cine, por definición, es imagen en movimiento.
Anuncio de la retransmisión que se iba a realizar en el Buenos Aires

El caso que les propongo tiene su gracia. Al menos no carece de originalidad. La idea la tuvo el empresario del teatro, que, como recordarán los canosos, tenía su fachada principal en la calle Buenos Aires, donde hoy está la Audiencia Territorial. Corría el año 1930 y el Athletic Club, estaba en racha y bebía de continuo en las fuentes del triunfo.

1930: Athletic-Real Madrid

En la primavera de ese año se llegaron a alcanzar altísimas cotas de fervor deportivo cuando el Athletic había conseguido ganar la Liga y se preparaba para disputar la final de Copa frente a un Real Madrid dispuesto a jugárselas todas. Se había decidido que el partido definitivo se disputara en Barcelona, en el recién construido estadio de Montjuic.

Dicen las crónicas que de víspera los merengues se refugiaron en Montserrat. Ignoro si fue para entrenar en algún campo de las alturas, para acomodarse en algún hotel de las inmediaciones o para poner velas a la Virgen moreneta porque la victoria no la veían muy clara. ¡Y además en Barcelona! Ya entonces era sabido que los catalanes asistentes al partido iban a animar al equipo vasco, cuyos seguidores habían acudido a la cita haciéndose notar.

¿Y los que no pudieron desplazarse? Seguir un partido en aquellas circunstancias era muy difícil. Surgió entonces la astucia del cartaginés, como diría mi siempre recordado amigo Charly. “¿Y si reunimos a esa afición que ha quedado en Bilbao en un local grande y le damos la información que necesita?”, preguntó un espabilado.

Desde Montjuic en directo

No ha trascendido quién tuvo la idea, pero constituyó un éxito genial. Los ojos se pusieron en el Teatro Buenos Aires, una de las salas de mayor aforo de Bilbao que disponía de un amplísimo patio de butacas, localidades de preferencia y cómodos palcos en los que, al principio, se servían meriendas. Los acomodadores vestían casacas, pantalones bombachos y medias en el mejor estilo victoriano inglés.

Para aquel domingo 1 de junio de 1930, fecha en la que se iba a jugar la Final, se pensó en organizar una sesión especial de 4:30 a 6:30 de la tarde, pero no para ver el partido en directo, sino para oírlo. Sin imágenes. Simplemente sonido a telón cerrado. ¿Podría interesar eso a alguien?

Se hizo la publicidad correspondiente con miedo al fracaso. ¿Pagaría alguien la entrada solo por escuchar una retransmisión sin el apoyo de las imágenes? La duda se despejó al poco cuando la demanda se desmandó. El reclamo en El Liberal decía: “Final Athletic-R. Madrid. Retransmisión simultánea por hilo directo telefónico con todos los detalles en el Buenos Aires. Esta empresa tiene la exclusiva de la retransmisión por hilo directo, ofreciendo, por lo tanto, las máximas garantías de información”.

Una larga conferencia

El sistema era elemental. Consistía en una conferencia telefónica en la que una persona situada en el campo de fútbol o en un lugar con suficiente visibilidad, iba narrando los pormenores del encuentro. Es decir, básicamente se inventó la ya clásica retransmisión radiofónica.

El servicio informativo que se ofreció aquel domingo sirvió también como publicidad de un determinado aparato de radio a juzgar por lo que leemos en El Noticiero Bilbaíno de aquella misma fecha: “Athletic-Real Madrid. Retransmisión completa del partido final del campeonato de España, en la Casa Irízar y Morlan, alameda Recalde 74 (frente a la Alhóndiga). Demostración gratuita con el magnífico aparato receptor Philips, número 2.511. La Casa Irízar y Morlan ha montado también magníficos receptores Philips en el Café Aláez, de Sestao, y en el Café Siglo XX, de Portugalete, mediante los cuales los aficionados de las márgenes podrán seguir las incidencias de la final Athletic-Madrid”.

No sé qué concepto tenían los anunciantes de lo que son las márgenes, pero por el texto deduzco que beneficiados con la información eran únicamente los de la margen izquierda. Por cierto, que el Café Siglo XX aún sigue ofreciendo sus servicios en el muelle viejo de La Canilla.

Lafuente trajo la película

Formación vasca que jugó la final de Copa de 1930

Aquel partido hizo historia. En la foto conmemorativa figuran por el Athletic: Blasco, Castellanos, Urquizu, Pichi, Muguerza, Chirri, Iraragorri, Unamuno, Bata, Gorostiza, Roberto, Careaga, Lafuente como capitán, y Mr. Pentland como entrenador. Las crónicas señalan como destacados a Chirri, Blanco, Gorostiza y Lafuente.

El tiempo reglamentario acabó con empate a 2. Los goles rojiblancos fueron marcados por Unamuno e Iraragorri. El desempate llegó en la prórroga cuando el capitán dio la victoria al Athletic. En resumen: Athletic 3 - R. Madrid 2. El equipo bilbaino pasó a ser campeón de Liga y Copa. Para los espectadores del Teatro Buenos Aires, que por ver no vieron más que el telón cerrado, la experiencia mereció la pena. La película impresionada del partido se proyectó días después en nuestros cines. El propio Lafuente la trajo bajo el brazo, junto a la nueva Copa.

Atención al dato: Fue la última Copa del rey Alfonso XIII, porque, con el triunfo de la República, abdicó el 14 de abril de 1931 y el trofeo pasó a llamarse Copa de España. La final de la primera copa republicana se disputó el 21 de junio de 1931 en Chamartín entre el Athletic Club y el Betis. El triunfo (3-1) fue rojiblanco gracias a los goles de Chirri II, Roberto y Bata.