En 1972, Piru Gainza relató a la publicación "Programa Oficial" del Athletic Club de Bilbao la curiosa historia sobre un antiquisimo sistema de comunicación. Había que llevar noticias desde "La Catedral" a las cercanias del monte Avril, donde esta ubicado el Hospital de Santa Marina, este es su relato:
"Hace veinticinco o treinta años las informaciones de los resultados de los campos de fútbol, no eran, ni mucho menos, tan rápidas como ahora, que todo el mundo se entera al momento de lo que está sucediendo en cualquier sitio.
Hoy, transmitir un partido por radio, o verlo a través de la televisión, afortunadamente, está al alcance de cualquier ciudadano.
Aquí, en Vizcaya, siempre han tenido una significación muy grata las instituciones benéficas y recuerdo que una de las más fieles seguidoras del Athletic era Santa Marina, lugar espléndido, en cuyo sanatorio los enfermos querían saber cosas del partido de San Mamés, lo más pronto posible.
¿Cómo se podía comunicar esa alegría a aquellos magníficos seguidores del Athletic que, impedidos por su dolencia, no podían ir a San Mamés?.
Pues de la forma más curiosa y yo diría que hasta única. Los aficionados de entonces seguro que lo recordarán. Por medio de palomas mensajeras.
Las aves eran trasportadas al campo en cestas pintadas de rojo y blanco, nuestros entrañables colores. Cuando se marcaba un gol, se colocaba en el anillo de una pata de paloma un papelito en el que se escribía el nombre del jugador que conseguia el gol, el resultado... y a volar, hasta el palomar de Santa Marina.
Con aquél simpatico procedimiento se enteraban nuestros amigos los enfermos del resultado del encuentro que el Athletic estaba disputando.
Por cierto que una vez, creo que el 18 de mayo de 1947, salieron de San Mamés ocho palomas transportando cada una de ellas el mensaje "minuto tal, Gainza".
¿Qué ocurrió?. Pues que tuve la fortuna de meter al Celta, el simpático equipo gallego, ocho goles de los doce que marcó el equipo en una eliminatoria de Copa.
Creo que esta cifra constituye todavia un récord en la competición oficial. Pero al margen de ésto, la anécdota está en que aquel día se llevaron a San Mamés más cantidad de palomas que las previstas de ordinario, porque quince días antes Panizo, el gran interior y compañero, con seis goles fenomenales que metió al Alcoyano, puso en guardia al encargado del palomar.
Lo malo, que todo hay que decirlo, es cuando no volaban palomas desde San Mamés; era mala señal."
Evidentemente los tiempos han cambido y las comunicaciones han evolucionado trayendo consigo que este entrañable sistema de comunicación pasara a la historia.
Hay que decir que posteriormente al empleo de las palomas se utilizaron cohetes para informar de lo que acontecia en San Mamés: dos cohetes indicaban gol del Athletic y uno gol del equipo rival.
En la actualidad esta tradición se mantiene por parte de los regentes del txakoli Abasolo, que lanzan un cohete cada vez que los leones perforan la porteria rival.
(Fuente: Crónica del Athletic de Bilbao 1994 - 1995)