(Artículo publicado por Tomas Guasch en el diario deportivo As, 12 de septiembre 2008)
Amancio y el 'Chopo' rememoran el penalti fantasma de la Liga del 68 El 11 de febrero de 1968 Madrid y Athletic se enfrentaron en el Bernabéu. Era la jornada 20 de la Liga 67-68. Empataron a cero y se produjo la jugada que recoge esta foto de Agustín Vega entre Amancio e Iribar. El árbitro valenciano Lloris no pitó y ¡acertó!fotos con leyenda
El partido estaba atascado. El Madrid atacaba. José Ángel Iribar y sus defensas le cerraban los caminos hacia el gol. De pronto pasó. Los clásicos dirían sobre la jugada que les engañó "el efecto óptico". Parece la Madre de todos los Penaltis y no lo fue. Amancio Amaro, la presunta víctima, lo explica así: "Traté de driblar al Chopo, pero me tapó bien. Me fui hacia un costado, la pelota se me fue larga y me tiré. Jamás me tocó". Iribar sonríe: "Mis manos fueron siempre hacia el balón, nunca lo toqué, ni tampoco a Amancio. La bola se perdió por la línea de fondo y el árbitro señaló lo que debía: saque de puerta".
¿El Bernabéu, dice usted? Alfredo Relaño, nuestro director, estuvo aquella tarde en el estadio. "No protestó nadie", asegura. Amancio bromea: "Yo sí". Iribar sale al cruce: "Y yo recuerdo que te dije algo poco cariñoso". Observen la grada: en aquel Bernabéu de los años 60 cabían más de cien mil espectadores. El caso es que no hubo siquiera tímidas protestas tras la polémica jugada. La sorpresa llegó el día siguiente, en la portada del AS del 12 de febrero, en la que apareció la foto bajo un único titular: "Penalti".
Amancio ejerce de gallego: "Lo que estáis viendo y pensando (por la fotografía) es mentira". Todo un titular para aclarar el malentendido, que para ellos nunca existió. "Otras veces fue al rev me hicieron penalti y los árbitros no lo pitaron", filosofa Amancio. Iribar se encoge de hombros: "Es que con éste suelto en el área podía pasar cualquier cosa". A los pocos días, la Prensa del momento le preguntó a Amancio por la jugada. "Dije que no había sido penalti y en el club se enfadaron conmigo".
El madridista recela de todo tipo de cámaras, también las de televisión. "Lo de este penalti imaginario se puede entender, la foto lleva a engaño. Más gordo fue lo del segundo gol a Rusia, cuando ganamos la Eurocopa del 64". Iribar era el portero; Amancio, el 7 de aquella Selección. Los goles los marcaron Pereda y Marcelino. Este verano, cuando la Roja de Luis Aragonés se disparó hacia el título, cierto canal de televisión le pidió a Amancio que les acompañara al Bernabéu, escenario de aquella final. "Me quedé pasmado cuando me preguntaron si era verdad que yo le había dado a Marcelino el centro del 2-1. ¿Después de cuarenta años me haces esa pregunta?, les contesté".
Y es que también había truco. El No-Do de la época acostumbrada a enlazar jugadas de los partidos si le faltaba la acción completa. No había la cantidad de cámaras de hoy siguiendo a los jugadores. Y en el gol del 2-1 faltaba el centro que fue obra de Chus Pereda y no de Amancio. "Como la toma general de la jugada, las imágenes del partido corrido, no eran buenas, tomaron un centro mío y le añadieron el cabezazo de Marcelino. Cualquier buen observador vería que por la dirección de la pelota era imposible que aquel centro acabara en el cabezazo glorioso. Pero como es lo que se vio por la tele años y años".
El centro fue de Pereda. Tan cierto como que Iribar no le hizo penalti a Amancio, que sigue a lo suyo: "Lo que estáis viendo y pensando es mentira". Aquel Madrid-Ahletic acabó en empate a cero, ya digo. El Real ganó aquella Liga con 42 puntos, el Barça fue segundo con 39 y Athletic, séptimo, con 32. Nuestra Primera División la formaban entonces 16 equipos y las victorias valían dos puntos. La rivalidad entre Amancio e Iribar (en aquel entonces y a nivel popular lo que son hoy Rafa Nadal y Pau Gasol para los españoles) ya tenía su historia. "Los dos debutamos en Primera, en el Madrid y en el Athletic, en 1962, pero uno antes, Amancio en el Deportivo y yo en el Basconia, me metió el gol más rápido que he encajado en mi vida", recuerda Iribar. A Amancio no se le olvidó: "Sí, fue en Riazor. Sacó de centro Veloso (con el que coincidiría después en Chamartín), dimos dos toques y marqué". "De mi equipo no lo tocó nadie", apostilla el Chopo, al que Amancio define así entre risas: "Era un porterito que despuntaba".
Un millón de pesetas de la época pagó el Madrid por Amancio, al que seguía el Valencia y sobre todo el Atlético. O más que el Atlético, Antonio Collar, hermano de Enrique, el 11 legendario de los colchoneros. "Jugaba conmigo en Coruña y llamaba continuamente al Atleti, ¡llevaros a éste, llevaros a éste! Nunca me llamaron". Sí lo hizo el Barcelona poco antes de firmar por el Madrid. "Tenían los azulgrana un directivo, Tamburini se llamaba, con negocios textiles y aparecía mucho por Galicia. Un día me citó en el hotel Atlántico y me hizo una oferta... que no me acabó de gustar".
Iribar pasó del Basconia al Athletic. Antes jugó un partidazo frente al Barcelona en partido de Copa. "Me metieron nueve, pero es que jugamos con dos menos medio partido. Kubala me preguntó sí quería fichar con ellos. Se adelantó el Athletic. Con 30 años cumplidos vino el Madrid a por mí: no le di permiso al presidente para que negociara. ¡Si le llego a decir que sí me hubiera vendido, que era mucho dinero! Pero yo no quería moverme, estaba en mi casa".
La rivalidad Amancio-Iribar vivió otros episodios deliciosos, como el del abrazo del madridista a Txutxi Aranguren, el lateral zurdo de aquel Athletic. "Fue en San Mamés", se arranca Amancio. "El campo estaba embarrado y fui a presionar a Aranguren", continúa y le para Iríbar. "Como entonces se podía pasar la pelota al portero, que la cogía sin problemas, Aranguren me la dio y Amancio siguió insistiendo. Quise darle con el pie, mandarla lejos, fuera del estadio, pero dio un bote raro y se me coló por debajo de la bota. ¡Vaya gol!". Inmediatamente llegó la guinda del momento con Amancio: "Yo me fui a abrazar a Aranguren, me salió del alma y casi me dio un puñetazo". El Chopo, siempre grande, tercia: "El error fue mío, no os metáis con Txutxi. En San Mamés, y en otros campos, estaba mal visto echar la pelota atrás para perder tiempo y yo quise que siguiera en juego. Fue un desastre".
Amancio asegura que jamás en su vida ha visto un portero como Iribar: "Este ha sido el más grande, lo veías en la portería y pensabas: ¡a ver cómo me las apaño para meterle un gol! Era un espectáculo, él cogía lo que no se podía coger". El Chopo apostilla: "Sí, todo lo que no se podía coger menos la cesión aquella de Aranguren". Iribar, por su parte, considera que Amancio ha sido su peor 'cliente'. "Los días antes de jugar con el Madrid me preguntaban por él y yo contestaba que nada, que tranquilos: "Que venga Amancio o quien quiera, que no pasa nada". Pero por dentro, amigo, yo sabía que Amancio era mucho Amancio, un delantero fabuloso".
En aquel Madrid estaba Puskas, otro terrible de los porteros. Una vez, Iribar le pidió que tirara un penalti fuera. "Sucedió en el último partido de la Liga 62-63 en San Mamés, el año de mi debut. Ganaba el Madrid 0-1 y faltando un cuarto de hora, Manolín Bueno, que salió en lugar de Paco Gento, fue objeto de falta dos metros fuera del área por parte del bueno de José Mari Orué, que en paz descanse. El árbitro pitó penalti y entonces sí se armó un gran escándalo. Fue en la portería de La Misericordia. Llovieron almohadillas, se armó una buena. Yo, debutante y pardillo, me fui para Puskas que tenía la pelota en el punto de penalti y le dije: "Lo deberías tirar fuera o de aquí no salimos". Pancho me miró de arriba abajo y me contestó: "Sí, 'hipojuta', sí. Luego me enteré que lo de 'hijoputa' lo decía continuamente y de modo cariñoso Total, que la cosa acabó con tiro de Puskas a la escuadra, gol y el partido no pudo acabarse".
En la conversación ha salido el nombre de Paco Gento y Amancio se revuelve inquieto en su silla. "¿Saben? Cuando en el Madrid me dicen que me van a dar algo a mí, una insignia, un homenaje, les preguntó enseguida: ¿y a Paco ya se lo habéis dado". Gento es la debilidad de Amancio mientras que sobre compañeros que le han dejado huella, ninguno para Iribar como Fidel Uriarte. "Era un Pirri con muchos goles", le pone el toro en suerte Amancio.
"De lo mejor que he visto", insiste Iribar. "Los ocho años que estuvo en San Mamés fueron extraordinarios, llegó a ser Pichichi incluso. Otro fenómeno fue Txetxu Rojo, distinto a Fidel que con 28 años se marchó al Málaga y dejó un hueco dificilísimo de llenar. Jugadores como él salen muy de vez en cuando".
Uriarte y Pirri jugaron en cierta ocasión un mano a mano en un tremendo Athletic-Real Madrid en San Mamés. "Eran terribles", recuerda Iribar. "Yo sacaba y se la daba a Uriarte; Miguel Ángel, portero del Madrid, hacía lo mismo con Pirri. Fue un choque de trenes durante noventa minutos, eran tal para cual. Ganamos nosotros, por cierto".
Fútbol de otra época, héroes eternos Amancio e Iribar, que manda un saludo en la distancia a Marcial Pina, el único que le hizo un 'hat trick' en San Mamés. "Fue otra delicia de jugador Marcial. Nos ganaron 2-3 y me hizo los tres goles". El Chopo recuerda cuando aprovechaba los viajes al extranjero para comprar las últimas novedades en material deportivo, "guantes sobre todo".
Amancio pone cara de póker para establecer la que cree es la mayor diferencia entre sus tiempos y hoy: "Los campos, que están perfectos, y las cámaras de televisión. Hoy no se podrían dar las patadas de entonces". La conversación se empina por caminos tortuosos y divertidos. "En Córdoba estaba Costas, un canario, (en este momento Iribar interrumpe mínimamente la exposición de Amancio con un sentido ¡ooooh!), que era terrible. Pegaba tanto que una vez me dijo Puskas: ¡métele tú un plantillazo! Lo hice y me tuve que retirar".
En Granada, aquel inolvidable Fernández le produjo a Amancio la lesión más grave de su vida, una patada que le reventó un muslo. "La suerte que tuve es que no me pude levantar; si llego a hacerlo me remata Aguirre Súarez". Aquel Granada repleto de zagueros argentinos y uruguayos era temible. Iribar no tiene problema alguno en reconocer que "los leones del Athletic, la parte de ataque sobre todo, sufría la semana previa a los partidos en Córdoba y Granada unas extrañas molestias, ¡ja, ja!".
La conversación deriva hacia la Selección, Casillas y el Balón de Oro. El Chopo ha sido, probablemente el mejor saliendo de portería. ¿Tenía truco lo suyo? Dice que no: "Lo único cierto es que siempre encontraba un espacio por donde llegar a la pelota, era algo innato supongo. En las salidas es importante el tren inferior, que Casillas tiene bastante bueno".
El vasco ve a Iker con méritos para ganarlo: "Es el mejor portero del momento". Amancio no creyó nunca en estos premios. "Una vez me dieron el de bronce y lo tiré. El de oro se lo dieron a Dennis Law, delantero escocés del Manchester United. Era bueno, sí, pero yo mejor. Nunca me he creído esos premios ni a quienes votan". Premios para hacer justicia a Amancio e Iribar no se inventaron todavía