Cuando parece que las cosas no se pueden enderezar, aparecen este tipo de genialidades que le dan a uno un poquito de energía para seguir luchando contra lo inevitable y fatídico. El Diario ilustrado del confinamiento de un Athleticzale ha sido uno de esos regalos que aparecen en el momento más necesitado, seas seguidor del mejor club de la Historia o no.
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viernes, 18 de diciembre de 2020
Diario ilustrado del confinamiento de un Athleticzale, de Tomás Ondarra
Artículo publicado por Joe Runner en zonazhero.es el 18/12/2020
Si existe una característica que sea puramente humana, por encima de todas, es la de intentar catalogar todo. No somos capaces de percibir todo lo que nos rodea de manera pura, bruta, casi caótica, necesitamos crear un absurdo orden lleno de excepciones y peros. Vivimos en horas, días y años, englobando en ellos cosas tan intangibles como absurdas. Así que no os extrañaréis cuando os digo que este año 2020 ha sido un auténtico desastre, en todos los aspectos que os podáis imaginar. Seguramente, y en especial si miramos de manera personal y única la vida de cada ser humano, todos los años son 2020 para alguien en la Tierra desde que el homo sapiens comenzó a caminar sobre ésta. Pero he de admitir que, pese a saber que nada cambiará a efectos prácticos, tengo ganas de que termine este maldito año. Este año maldito. Ponedlo en el orden que gustéis. A estas alturas de la película, ya da igual. Lo importante es que estamos ante los estertores de esta calamitosa añada que tan mal sabor de boca nos está dejando a todos y aunque pueda ser el preludio de unos horribles años 20, llega el momento de echar la vista atrás y ver cómo se ha ido desarrollando toda esta tragicomedia, que tan poco ha tenido de cómica.
No obstante, han habido varios y varias artistas que no han dudado en seguir regalándonos su arte durante este turbulento año, especialmente durante el confinamiento en el que lo más maravilloso era poder pintar (para luego limpiar) los manises del aseo o contar el gotelé que tenemos en la pared trasera al ordenador. Gracias a estos salvadores, hemos podido disfrutar de gags, cortos, música en directo, dibujos, etc… Toda una retahíla de cosas que son más imprescindibles de lo que creíamos antes de encerrarnos durante un par de meses en nuestros hogares. Una de esas personas fue Tomás Ondarra, un ilustrador y periodista bilbaíno que fue recogiendo diariamente lo que le sucedía en su particular devenir del confinamiento, con pequeños toques y retazos de aquello que más ama en este mundo: el Athletic de Bilbao.
Y no le puedo culpar, pues al final todos nos terminamos abrazados a aquello que más nos gustaba para poder sobrevivir a la desazón y desidia que significó aquella temporada. Él lo hizo al dibujo y al fútbol. Dos artes tan distintas como intensas, que han sufrido variaciones y cambios con el paso de los años y que tanto nos gusta a muchos. Si le sumamos a todo esto que yo también soy un athleticzale (un maketo de antepasados bilbaínos es lo que tiene), pues ya tenéis el por qué no dudé ni un segundo en darle mi sucio dinero a Ondarra para que llevase adelante su proyecto de micromezenazgo en Verkami. Y no puedo estar más contento con el resultado final.
El Diario ilustrado del confinamiento de un Athleticzale es todo lo que puede decir su título: un diario personal que se intercala con un momento histórico anual de la historia del Athletic de Bilbao. Por cada día que pasa desde que se dictó la alarma (y por ende el confinamiento), en la página contigua aparece en orden cronológico todos los años del club y los eventos más destacados que sucedieron en este. Es muy interesante ver cómo se las ingeniaba el autor para pasar los días y dar una noticia periódica de manera diferente e ingeniosa, dibujando lo que veía desde la ventana de su casa, personajes de referencia culturales o escribiendo los mensajes de manera críptica.
Todo vale para un artista que está encerrado en las mismas paredes durante días y sólo puede expresarse a través de un bolígrafo y un papel. La vía de escape perfecta en la que mostrar cómo te sientes y el mensaje que quieres mandar a quienes lo vean con total anacronismo. Destacaría el optimismo incombustible de Ondarra durante todo el diario, esa mezcla entre resignación positiva y humor ácido para asimilar las cosas que sucedían durante la maldita cuarentena. Un ejercicio de antropología actual que sigue surtiendo efecto al lector y nos anima a pensar que lo peor ha pasado, aunque La Parca se esté relamiendo todavía con tanto fallecimiento, y que queda un atisbo de esperanza en un futuro próximo. Quizá el año que viene, quizá otro año. Pero seguimos avanzando.
En cuanto al apartado artístico, sólo puedo quitarme el sombrero. Me declaro fan de los artistas que son capaces de dibujar con bolígrafos de colores y les queda un resultado tan vistoso y genial. Tanto el apartado vistoso como el histórico de club bilbaíno es de órdago. De trazo limpio, sencillo y con ciertos detalles que le dan esa sensación de que te encuentras ante algo especial y único. Además de que su formato tan cuidado, con hojas y cubiertas de un diario real, su goma para cerrar los tomos y el marcapáginas es un acierto total. No importa si eres seguidor del Athletic o no, aunque admito que ser aficionado al fútbol (en mayor o menor medida) sí puede ayudar para disfrutar este diario.
Los datos sobre el club, las curiosidades de ciertos eventos, los jugadores emblemáticos que debutaron, los entrenadores, los títulos más destacados, todo suma en esta maravilla que resalta por su sencillez y su buen hacer. Al fin y al cabo es un fiel reflejo de uno de los clubes más importantes de la Historia del fútbol, así en mayúsculas. Quizá uno de los mejores regalos que me ha dejado este 2020 que ya está acabando. Un pequeño remanso de tranquilidad en esta tormenta que no deja de azotarnos constantemente. Gracias a todos los artistas que nos habéis dado alas y esperanza durante este año y habéis terminado siendo tan importantes como los sanitarios que se han jugado la vida por nosotros. ¡Eskerrik asko a todos por cuidarnos!