Artículo publicado por Sandra Atutxa en el diario Deia el 17/08/19
Un hindú forofo del Athletic viaja a Bilbao desde Hong Kong solo para ver jugar a los leones y conoce a su gran ídolo
No se lo esperaba y se encontró con el efusivo abrazo que le regaló quien ha sido para él su gran ídolo, José Ángel Iribar. Sin palabras. Así se quedó Harensh Primalani, un hindú afincado desde hace siete años en Hong Kong que viajó ayer a Bilbao solo para ver el partido Athletic-Barça y que se encontró con la sorpresa de su vida. DEIA propició, con la complicidad del presidente del Athletic, Aitor Elizegi, un encuentro entre Harensh y El Txopo. “Para mí eres lo más. Siendo el mejor portero del mundo y jugando en el Athletic no podía ser de otro equipo”, le confesó, con los ojos brillantes y visiblemente nervioso. No se lo esperaba y le costó reaccionar cuando apareció Iribar en el palco. “Estar en Bilbao y poder conocer al gran portero. Eso no tiene precio. Estoy sin palabras”.
Elizegi, como buen anfitrión, esperó en la calle y acompañó hasta el palco a Harensh;a su hijo, Pravin, y a Idoia y Román, amigos del hindú quienes le dejaron el carné de socios para que pudiese acudir a ver el encuentro. “Nos conocimos en los años 90 en Tenerife y gracias a ellos estamos aquí. Para mí son familia”, destacó agradecido.
Es la segunda vez que Harensh visita Bilbao. La primera ocasión fue en el centenario del club cuando, según relató el hincha hindú, su amigo José Antonio Zubizarreta, ya fallecido, le ayudó a asistir al encuentro Athletic- Brasil. “Estuve en el viejo San Mamés. Se me puso la piel de gallina cuando escuché rugir el estadio”, dijo emocionado. Esa misma experiencia volvió a sentirla ayer, pero esta vez en un campo más grande y con una sorpresa que se llevará a Hong Kong tatuada en la piel en rojo y blanco: “Vamos a intentar que regrese a China con el mejor de los recuerdos. Que no lo olvide nunca”, dijo el presidente del club. Y sin duda, lo consiguió. El Txoposaludó a Harensh en el palco. Fue un instante, corto, pero intenso, repleto de emociones y que dejó sin palabras a un hombre que sigue al Athletic a más de 10.000 kilómetros, los que separan Bilbao de Hong Kong. “No me importa que el Athletic juegue a las tres de la mañana. Veo el partido a la hora que sea”, confesó. Ni la distancia, ni las veinte horas de viaje -con tres escalas de por medio- impidieron estar en San Mamés en el comienzo de Liga. “Voy al fin del mundo”.