José Ángel Iribar, Sarita Estévez, Xabier Kintana, José Antonio Garrido y Begoña Rueda son desde ayer los nuevos Ilustres de Bilbao “por difundir el buen nombre de la villa”. Son los que dan lustre a la capital vizcaina
Los galardonados, José Antonio Garrido, Begoña Rueda, José Ángel Iribar,
Sarita Estévez y Xabier Kintana, posan con el alcalde. (José Mari Martínez)
Es el mayor reconocimiento que concede el Ayuntamiento de Bilbao. Y eso se notó en el acto de entrega de las distinciones, que fue solemne, entrañable y muy numeroso, ya que los homenajeados estuvieron arropados no solo por familiares y amigos sino por una amplia representación de la sociedad bilbaina y vizcaina. Más de 200 invitados llenaron el Salón Árabe, un espacio del Ayuntamiento que, como recordó el alcalde Juan Mari Aburto, “celebramos muchos y variados actos, pero para mí hay dos que me llenan de una emoción especial; me refiero a la recepción que celebramos con motivo de la Aste Nagusia y a esta ceremonia de los Ilustres de Bilbao”. Este año han recaído en cinco personas cuyas trayectorias profesionales han sido muy distintas. Aunque algunos de ellos no hayan nacido en la capital vizcaina, todos se han distinguido a lo largo de su vida por llevar el buen nombre de Bilbao allende de sus fronteras. “Desde distintas facetas”, les dijo el alcalde, “estáis contribuyendo a que esta Villa sea más solidaria e inclusiva, más culta, más euskaldun, más moderna, con empresas y actividad económica y, por supuesto, más rojiblanca y del Athletic”. Este último guiño era para uno de los galardonados: José Ángel Iribar, el Txopo, que volvió a acaparar el mayor número de aplausos, prueba del cariño que se le tiene a este hombre en la capital vizcaina. “Aunque nacido en Zarautz”, recordó el alcalde, “podemos decir que fue bautizado en Bilbao y con todos los honores desde que en 1962 fue fichado por el Athletic”. Eso le otorga al Txopo, según Juan Mari Aburto, “el título más que merecido de bilbaino, a lo que añadimos su amor por nuestra ciudad, por nuestra tierra, por nuestra cultura, por el euskera...”. José Ángel Iribar contestó dando las gracias por el galardón pero dejando bien claro que “aunque el premio lleva mi nombre este es un reconocimiento de todos los bilbainos y bilbainas”. El alcalde le dijo que “para un futbolero como yo y del Athletic, nombrarte Ilustre de Bilbao es todo un orgullo, por los colores, por el escudo y por la pasión”. Así que terminó sus palabras sobre el gran guardameta recordando aquella canción que se hizo famosa de “Iribar, Iribar es cojonudo... como Iribar no hay ninguno”.
Otra de los Ilustres, tan rojiblanca como Iribar o el propio alcalde, es Sara Estévez Urquijo, “Sarita para nosotros”, aclaró el alcalde. De ella resaltó que “era la primera mujer periodista y cronista deportiva, la gran voz de la radio durante muchos años en un mundo de hombres”. Aburto recordó la anécdota de que la primera entrevista que le hicieron “siendo yo un chaval de 18 años que entrenaba a un equipo de críos de futbito en La Salle” fue precisamente Sarita Estévez. Desde entonces ha pasado mucho tiempo, pero el alcalde le dijo que “solo queremos que sepas que te seguimos recordando y, por supuesto, seguimos leyendo tus crónicas deportivas”. Por último le comentó que “esta ciudad te quiere mucho y desde hoy eres Ilustre de Bilbao, al que siempre llevas, lo sé muy bien, en el corazón”. Sarita Estévez se mostró muy agradecida por el premio, y como buena profesional de la radio, sacó unas notas que le sirvieron para recordar sus años de la posguerra en la capital vizcaina y su paso por “las escuelas de Bilbao, que eran las mejores”. Tampoco dejó en el tintero a los maestros de esas escuelas “de los que aprendí mucho”. Sarita Estévez dio el salto a la radio tras muchos años trabajando en una empresa privada de productos químicos. Pero la radio y el Athletic le engancharon de tal forma que ya nunca más se alejó de las ondas y de San Mamés. Durante muchos años escribió sus crónicas con el seudónimo de Maratón, aunque ayer reconoció que el haber trabajado en un mundo tan de hombres como el fútbol no le había obstaculizado en su carrera profesional. Lo que sí dijo es que “mi universidad ha sido la del trabajo y la del querer aprender de todos los que me rodeaban”.