Artículo publicado por U. Muñoz en el diario Deia el 20/10/2016
Muere Koldo Etxeberria, integrante de una de las alineaciones que no se olvidan de la década de los 60. Tuvo el privilegio de levantar la Copa de 1969, su único título en once temporadas
Horas después de trascender la muerte del expresidente del Athletic, José Antonio Eguidazu, la familia rojiblanca sufrió otra pérdida. En esta ocasión, la de un exjugador. Koldo Etxeberria (Asua, 24-III-1940), un fijo en la defensa del conjunto bilbaino durante más de una década, falleció ayer a los 76 años. Con once temporadas a sus espaldas, entre 1961 y 1972, y 341 partidos oficiales disputados, su apellido fue recitado por todo los aficionados durante la década de los 60. Formó parte de una alineación que aún sigue grabada en la memoria de muchos: Iribar; Sáez, Etxeberria, Aranguren; Igartua, Larrauri; Argoitia, Uriarte, Arieta, Clemente y Rojo. Una época de transición para los leones, que le dejó un solo título: la Copa de 1969. Un trofeo que tuvo el honor de levantar el propio Etxeberria, ya que era el capitán del equipo que ganó la final al Elche (1-0).
Especialista en el marcaje, con un gran juego aéreo -pese a no ser muy alto para ejercer de central, ya que medía 1,75 metros-, lo suyo en el Athletic fue llegar y besar el santo. Empezó a jugar en el Getxo a los 14 años. Llegó a Tercera División y de ahí al Athletic. Tras una cesión al Basconia, pasó a la primera plantilla rojiblanca con Ipiña. Con Sáez y Aranguren de laterales, jugó de central primero con Etura y luego con Larrauri. Antes de que Iribar debutase, tuvo como compañero en la portería a Carmelo Cedrún. Precisamente, con este último participó en el Mundial de Chile de 1962. Fue en la temporada de su debut. Pero Etxeberria convenció a Helenio Herrera. Tenía 21 años. Hubo una preselección de España donde también estuvieron Etura y Koldo Agirre, pero no llegaron a la fase final. La concentración fue en Tamarises. De ahí cruzaron el charco y Etxeberria, que fue cuatro veces internacional, fue titular ante Brasil. Con Garrincha de estrella y sin Pelé, que estaba lesionado, al central de Asua le tocó defender a Vavá. Finalmente, la canarinha, que acabaría ganando el título, ganó 2-1.
Lo jugó prácticamente todo con el Athletic en las 11 temporadas que militó, pero no tuvo suerte a la hora de sumar títulos. Perdió la final de Copa de 1966 ante el Zaragoza de Los Cinco Magníficos -2-0, pero pudieron ser muchos más si no llega a estar Iribar, con el que Etxeberria tenía una gran amistad-. Al año siguiente, volvieron a caer en la final, en esta ocasión ante el Valencia (2-1). Pero en 1969 se desquitó. Un gol de Antón Arieta ante el Elche a siete minutos de que acabase el choque provocaba el alirón tras once años de sequía (desde que derrotara al Madrid en la final de Copa de 1958). Como testigos de excepción, cerca de 40.000 seguidores rojiblancos, que se volcaron con su equipo y que regresaron a tiempo a Bilbao para homenajear a sus jugadores. Y fue Koldo Etxeberria el encargado de recoger la Copa. Le sacaron a hombros del Santiago Bernabéu. Tras la marcha de Koldo Agirre, fue el capitán durante dos temporadas. Un pasaje que recordaba el propio Etxeberria en una entrevista con este periódico publicada en 2011. El dictador Francisco Franco le entregó el trofeo: “Habíamos hablado de que si se ganaba era mejor que fuese rápido, supongo que para no hacer esperar a Franco. Me dijeron que cuanto antes, mejor, y salí esprintando hacia el palco. Me decía a mí mismo que tenía que estar serio, sin hacer ninguna chorrada. Cogí la Copa, le di la mano y para abajo. Alguien me cogió la Copa y la peana se perdió. Luego también desapareció la tapa”.
A PUNTO DE GANAR LA LIGA
Al año siguiente, estuvo a punto de ganar la Liga. Se la llevó el Atlético de Madrid tras un pinchazo del Athletic en la penúltima jornada ante el Valencia, que no se jugaba nada. Era 1970. Dos años después, el club le dio la baja al mismo tiempo que a José Mari Argoitia. Le cedió el testigo en el centro de la zaga a Daniel Astrain. Se interesó por hacerse con sus servicios el Jaén, que estaba en Segunda, pero finalmente recaló en el Barakaldo. En el conjunto fabril no jugó muchos partidos por culpa de una lesión en el tendón de Aquiles. Luego llegaría la retirada.
Los que le conocieron, dicen que Koldo Etxeberria era un gran tipo. Él siempre respetó a los futbolistas y al equipo de sus amores: “Todo lo que digo es hablando siempre en positivo del Athletic. No aguanto que se critique sin ninguna base, por criticar. Me dediqué a esto y le tengo mucho respeto al profesional. Yo de lo que hace un aparejador no puedo hablar, porque no sé. Lo único que censuro en el fútbol es la desgana, quizás porque el amor propio era una de las pocas cualidades que tenía”. El funeral será mañana, a las 19.30 horas, en la igledia de Santa Ana de Las Arenas.