Artículo publicado por A. Aramendia en el diario Deia el 31/10/2014
El periodista Eduardo Rodrigálvarez profundiza para DEIA en las claves de un libro cien por cien Athletic, club con el que ha crecido profesionalmente
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Eduardo Rodrigálvarez (Bilbao, 1955), conocido por su larga trayectoria profesional al lado del Athletic, goza de innumerables recuerdos, experiencias personales y sentimientos en rojo y blanco que pone al servicio de todos los aficionados en una reluciente obra de Ediciones Lectio, titulada Cien motivos para ser del Athletic (Y uno para no serlo).
El título lo dice todo, pero ¿le costó encontrar los cien motivos para ser del Athletic o se le quedaron muchos fuera?
- Al principio me asustó, porque piensas que solo hay una razón y es que aquí todo el mundo nace del Athletic. Pero, utilizando referentes históricos como vehículo, llegué a los cien motivos y si me hubieran pedido 200, los habría encontrado seguro.
Ha disfrutado con este particular viaje realizado a través de las señas de identidad del club?
- Por supuesto. No es un libro de historia. Es algo similar a recorrer un parque de atracciones. Se trata de una mezcla de acontecimientos y curiosidades realizada mediante una selección muy particular de personajes históricos que me han marcado, incluida gente menos conocida que también han sido Athletic.
Es un libro para rojiblancos, pero también para quienes no tienen la fortuna de sentir el Athletic. Lo deja claro en la obra.
- Sí. El rojiblanco de pura cepa conoce la historia del club, pero otra cosa es la interpretación que cada uno hace, como es el caso. En ese sentido, también intento que cualquier aficionado que no sea del Athletic tenga herramientas para entender por qué no hay en el mundo un club de primer nivel más singular que este.
Tantos años trabajando cerca del Athletic dan para aglutinar muchas experiencias en rojo y blanco.
- El tiempo te da una óptica distinta, que no es mejor ni peor que la de, por ejemplo, un chico joven que también sienta el Athletic. Al fin y al cabo, lo que te permite es haber visto muchas cosas, aunque en el libro también me apoyo en pasajes que no he vivido y a través de los cuales busco otros motivos para ser del Athletic.
¿Cuánto tardó en aceptar el reto de ponerse manos a la obra?
- La oportunidad se me presentó hace más de medio año y acepté a la primera. Me apetecía mucho hacer algo así. Probablemente, no sabría hacer un libro de historia, pero sí me atraía un proyecto como este y comencé a escribirlo el mismo día que me lo ofrecieron. Es más, no paré ni un solo día desde entonces.
¿Hay algún capítulo que recomiende especialmente?
- Iribar, por todo lo que significó y significa, es el Dios supremo del Athletic, pero hay otros dos capítulos relacionados con dos personajes, que los he redactado con especial cariño por lo que significaron para mí: Fidel Uriarte y Piru Gainza. El primero hacía cosas impensables en el campo y, cuando le conocí personalmente, me percaté de que era además una extraordinaria persona. Con Piru aprendí mucho, hasta el punto de que poder hablar con él los 365 días del año habría sido maravilloso.
Usted subraya que “no aceptar el fracaso es la única condición inexorable para no ser del Athletic”.
- Corresponde al capítulo acerca del motivo para no ser del Athletic. Para serlo, hay que saber perder y no condicionar el sentimiento a las victorias, como sucede en otros clubes. También hago referencia en esa página a una persona en particular que nunca podría ser del Athletic (José Mourinho).
Y al cambio de tendencia en la calle, en capítulos previos. ¿Le duele que haya menos camisetas rojiblancas en los colegios?
- Los tiempos cambian y mandan. Tampoco hay culpables en ese sentido, aunque sí genere cierta lástima.
Hablando de usted, ¿qué ha significado el Athletic en su vida?
- Todo. Es alma, corazón y vida, como intento reflejar en el libro.