Artículo publicado por Iñaki Ugalde en el diario El Mundo Deportivo el 04/04/2019
Da la sensación leyendo ciertas entrevistas y artículos de un tiempo a esta parte de que el Athletic no había hecho nada hasta ahora por su equipo femenino. Nada más lejos de la realidad
De todo lo que he visto, leído y escuchado en lo que va de nuevo año respecto al Athletic femenino, me quedo con un tuit de Yulema Corres , la goleadora del conjunto bilbaíno que esta temporada apenas está teniendo protagonismo a causa de una lesión. Más allá del escenario, de la afluencia de público y de la repercusión mediática del partido de turno; la esencia de lo realmente importante e interesante de esta lucha por la igualdad en el ámbito futbolístico aparece recogida en este mensaje publicado en las redes sociales por la propia delantera rojiblanca.
“Es duro pasar por una lesión, muy duro. Una de las cosas que recuerdo todos los días es el día que vino mi sobrino y me dijo: ‘Todos en clase eligen ser Cristiano, Messi, Griezmann ... yo elijo ser mi tía Yule ”, recogía en su twitter hace unos días la propia Yulema Corres.
No se puede decir más con menos palabras. Se trata en este caso concreto de un vínculo familiar; pero seguro que hay más txikis, a niñas y niños me refiero, que empiezan a querer ser una jugadora concreta del Athletic. La normalidad al poder.
El fútbol femenino necesita un cambio competitivo
El club bilbaíno, aunque algunas y algunos recién llegados se crean que acaban de descubrir América, lleva muchos años trabajando en pos del fútbol femenino. El Athletic es una auténtica referencia en este ámbito. San Mamés, a la vieja Catedral me refiero, abrió sus puertas a las leonas cuando otros clubes que ahora pelean por el título ni siquiera existían. Los pasos hacia la ‘profesionalización’ de las rojiblancas también se habían dado antes de este último cambio de junta directiva.
Mientras hay quien saca pecho por “pergeñar” llenos en San Mamés y recrearse en el partido del récord, con fuerte multa de Antiviolencia por defectos en la organización incluida, al sobrino de Yulema Corres le vale con ser su tía Yule. Él sí que sabe.