Fuente: Boletín distribuido en San Mamés en el partido Athletic Club - Real Betis 27/04/17
Se suele decir que la formación de un buen once comienza por un portero brillante. Uno de nuestros ejemplos en el Athletic Club es Gregorio Blasco
Sin duda, Blasco es uno de los más destacados en la historia de nuestro club; de hecho, se trata del portero más laureado. Nacido en Mundaka el 10 de junio de 1909, de pequeño su afición era la pelota vasca, y por obra del destino se dedicó al fútbol. Cuando contaba con 12 años, fue operado de una rodilla y con la excusa de que no le convenía correr, sus amigos de cuadrilla le recomendaron ponerse bajo palos. Aunque parezca increíble, al de pocos años sus paradas empezaron a ser conocidas en las categorías inferiores. Sus primeros pasos los dio en el Chávarri de Sestao y en el Arenas, mostrándose como un portero sobresaliente. Así las cosas, en 1927 fue fichado por el Acero de Olabeaga.
Más tarde, una vez contratado por el Athletic Club, completó su primera temporada como suplente de Manolo Vidal hasta que este se lesionó en el tramo final del campeonato y desde entonces supo mantenerse en el once inicial hasta su última campaña como rojiblanco. Este año se cumple el 90º aniversario de su debut. Fue, concretamente, el 2 de octubre de 1927 en San Mamés frente al Barakaldo, dentro del Campeonato Regional, en un partido que concluyó con derrota por 2-3. Su estreno en Liga se produjo el 10 de febrero de 1929 en Atotxa ante la Real Sociedad, con lo que a Blasco le cabe el honor de ser el guardameta del Athletic Club en la primera edición de este torneo. Blasco defendió los colores del Athletic Club a lo largo de nueve campañas, sumando un total de quince títulos, lo que le convierten en el guardameta con más logros en la historia del Club. A saber: 4 ligas, otras tantas copas y siete campeonatos regionales. Además, Blasco fue el menos goleado en las campañas 1929/30, 1933/34 y 1935/36. Su gran nivel le condujo a la selección española para relegar del puesto de titular al mítico Ricardo Zamora, algo que nadie fue capaz de hacer. Con 27 años, en la plenitud de su carrera deportiva, se inició la Guerra Civil lo que cambió totalmente su vida. Hizo la gira a través de Europa con la selección de Euzkadi, como muchos de sus compañeros de equipo, por ejemplo Guillermo Gorostiza y José Iraragorri.
Finalizada la contienda civil y, tras la disolución de la selección de Euzkadi, fijó su residencia en México, disputando el campeonato de aquel país con éxito, no en vano siempre se encontraba entre los futbolistas más destacados. Con el Club España se adjudicó un total de tres ligas y dos copas, entre otros trofeos, en dos etapas. También permaneció una temporada en el River Plate argentino. En 1947, a la edad de 38 años, decidió colgar las botas. Eso sí, en su último año ganó otra liga, esta vez con el Atlante. Al retirarse, comenzó a trabajar con jugadores de categorías inferiores y a practicar su otra gran afición: la pelota vasca. Murió en Ciudad de México el 31 de enero de 1983.