Fuente: www.sanmiguel.es (07/09/2016)
Los vecinos aún cuentan la historia de un misterioso joven que una noche, con la ayuda de una escalera, se paseó sigilosamente por el vecindario. A la mañana siguiente, la calle Atlético de Bilbao de Monterrey (México) amaneció sin una de sus placas.
Poco equipos pueden presumir de tener una calle con su nombre. Y aún menos de tenerla en un país a más de 6.000 km, en una ciudad que duplica en población a todo el País Vasco.
En Monterrey, México, existe una pequeña calle de apenas 200 metros llamada Atlético de Bilbao. Dos placas, una a cada extremo daban la bienvenida a la gente que paseaba por la zona. Sin embargo, desde hace un tiempo sólo queda una de ellas. Nadie sabe qué pasó a ciencia cierta, pero muchos afirman que una noche vieron cómo un joven bilbaíno se llevaba una a modo de souvenir.
Esta cuestión nos plantea una segunda incógnita. ¿A quién se le ocurrió llamar así a la calle?
Sin duda, tanto el joven que se la llevó como la persona que propuso nombrar así a la calle son dos héroes anónimos que agrandan el mito de nuestro club.