Artículo publicado por Juanma Mallo en el diario El Correo el 09/11/2016
Lander, nieto del mito, llega al corazón con su discurso en el acto en el que su abuelo entró en el Salón de la Fama de Pachuca, en México
El mejor delantero centro que ha tenido el Athletic, Telmo Zarraonandía Montoya (Erandio, 20 de enero de 1921-Bilbao, 23 de febrero de 2006), ha entrado en el Salón de la Fama de Pachuca, en México, junto a otros mitos del fútbol como los brasileños Zico y Ronaldo, el italiano Paolo Rossi y el alemán Karl Hainz Rummenigge.
El galardón fue recogido por uno de los nietos de Zarra, Lander, y Hugo Sánchez fue el encargado de presentar el premio. «Nadie más que él consiguió ganar seis Pichichis. Yo quise igualarle, pero no pude y me quedé en cinco como Di Stéfano y Quini. Este regalo es maravilloso. Estés donde estés te queremos y te recordamos con mucho cariño», comentó el ídolo mexicano, en un discurso muy emotivo y cariñoso, en palabras de Carmen Zarra, hija del mito rojiblanco, que también acudió al país centroamericano.
Su nieto fue el encargado de subir al estrado. E impactó con un emocionante discurso. Habló del «orgullo» que le suponía representar en México a su «aitite». Agradeció a los miembros del comité la elección de Zarra, «con todas las leyendas que hay aquí y las que han ido pasando». Se acordó, de la misma manera, de todos los que estuvieron cerca del futbolista. «Han compartido la vida deportiva de mi aitite y han ayudado a que consiguiera tantos exitos».
Y ahí se dirigió al corazón. « A él le hubiera encantado estar aquí, seguro. Le hubiera emocionado. Guardaba todos los trofeos que recibía con muchísima ilusión. Y que a lo largo de los años siga recibiendo trofeos es muy satisfactorio para nosotros. Y éste le haría feliz. No le he visto jugar: solo hay vídeos de poca calidad. Me tengo que conformar con lo me cuentan los que le vieron marcar goles y con lo que me contaba él. No he podido conocer a Zarra como jugador, pero he tenido el privilegio de conocerle como persona, como aitite, como abuelo. Es un referente, mi mayor ejemplo, le quiero muchísimo. Gente de todas partes, nos envía mucho cariño y mucha admiración hacia él. Me hace sentir orgulloso de ser su nieto. Quería concluir dando las gracias por la calurosa acogida a la ciudad de Pachuca, a mi madre y a mí». También se acordó de su abuela. Y remató: «Eskerrik asko!».