Artículo publicado por Jöel López en su blog "El avión amarillo" el 19/01/2016
El arrebato blaugrana que estamos sufriendo en Bilbao durante diez días y que ha empezado con una tormenta perfecta el pasado domingo en Barcelona, me hace recopilar sentimientos y anécdotas que quiero expresar aquí en forma de breve reflexión.
javier Lopez MolineroLa ola que hizo el público del Camp Nou tras golear al Athletic en el partido más corto de la historia, la rabieta de Piqué contra el juez de línea en la final de la Supercopa, el regate fallido de Neymar ante un rival abatido y le reacción de su entrenador al decir que el jugador tiene una manera especial de entender el fútbol, son detalles que tomados de uno en uno pueden suponer tan solo lances del juego sin más importancia que la que tienen las notas de color en los partidos de fútbol. Pero yo creo que, todos juntos, demuestran algo : no sólo hay que saber perder sino que también hay que saber ganar.
Ser líder no significa, sólo, tener más puntos que el resto o golear más que tus rivales o batir más récords que tu inmediato perseguidor. Ser líder, también en el fútbol, significa ser el ejemplo a seguir, el objetivo a alcanzar, aquel que marca el camino, la forma de hacer, de conseguir los objetivos.
Es cierto que, en la vida, se pone más esfuerzo en saber perder porque, por probabilidad, los golpes, los fracasos y las decepciones aparecen más a menudo y hay que aprender a encajarlos cuanto antes pero el éxito y el liderazgo, cuando aparecen, hay que saber gestionarlos.
La impresión que me da es que equipos como el Barcelona llevan ganando tanto tiempo que han olvidado el valor y la responsabilidad que ello supone. Esos pequeños gestos me dan a entender que hace tiempo que no se ponen las botas de su contrincante, que no saben cuánto pesan después de jugar en un campo embarrado o sentir que has fallado a tu gente. Y además, llevan tanto tiempo sin perder que cuando ocurre no están acostumbrados a mirar al rival desde abajo y lo consideran una falta de respeto que les cuesta asimilar.
Ante estos nuevos líderes que nos han tocado recuerdo siempre una conversación que mantenían dos jugadores rojiblancos para televisión evocando aquellos días como jugadores de un Athletic ejemplar. Entre risas y jugadas recitadas de memoria, los dos amigos y delanteros contaban con cierto rubor que cuando perdían un partido su plan preferido era ir con sus novias al cine para que no les viera nadie. Les daba vergüenza salir a la calle porque habían perdido, decían. Eran Telmo Zarra y Rafael Iriondo.
Después de todo, quizás no se trata tanto de saber ganar o de saber perder. Quizás el truco esté en saber ser.