Translate

viernes, 30 de octubre de 2015

Iñaki Williams y su efecto dominó

Artículo publicado por Santiago Segurola en el diario Marca el 30/10/2015


Una de las características históricas del Athletic ha sido su fascinación por los extremos, manifestada a través de nombres legendarios, la mayoría adscritos a la banda izquierda. Cuatro extremos -Gorostiza, Gainza, Rojo y Argote- se ocuparon de ventilar el juego del equipo durante cinco décadas. Desde entonces nadie ha marcado una época.

La glorificación del extremo en Bilbao es más meritoria que en ningún otro lugar porque el Athletic nunca ha disfrutado de un delantero explosivo. Ágiles y con mucha clase, sí, pero veloces, no. No parece fácil disociar la velocidad de la función del extremo, de manera que la tradición del Athletic se contradice con la realidad de unos jugadores sin aceleración. El asunto ha merecido toda clase de explicaciones, algunas insospechadas. “Es un problema con el salitre, que se cala en los huesos de los chicos y los vuelve más lentos”, dijo un atrevido que responsabilizó al Cantábrico de este asunto.

Entre las muchas novedades que ofrece Iñaki Williams, una de las más apreciables es su fulgurante velocidad. Es el primer sprinter en la historia del Athletic, con el valor añadido que eso puede suponer para el equipo. No se trata de un velocista sin contenido futbolístico. Aunque Williams no está pulido como jugador, sus progresos técnicos son evidentes. Su actuación frente al Sporting invitó a soñar a la hinchada.

Su impacto en el Athletic es evidente desde su debut en diciembre del pasado año. Con Williams se ha producido un efecto dominó en el equipo, que ahora cuenta con más y mejores armas. El Athletic por fin puede contragolpear con soltura. Los centrocampistas, especialmente Beñat Etxebarria, disponen del balín que busca los pases filtrados. Las defensas rivales encuentran una preocupación añadida con un jugador que no necesita el balón al pie. Para los rematadores, Aduriz y Raúl García, Williams es la mejor noticia posible: estira el campo a lo largo y a lo ancho, genera espacios, es infatigable en los desmarques y generoso en los regresos defensivos.

Buena parte del despegue del equipo en la segunda vuelta de la pasada Liga se debió a Williams. Lo mismo ocurre esta temporada. Es el más joven de la plantilla, pero sus novedosas cualidades le convierten en un futbolista decisivo para el Athletic.