Artículo publicado por Unai Muñoz en el diario Deia el 14/07/2014
El catalán Toni Casals, que ha novelado el siglo de vida del viejo campo, se considera un enamorado de ‘La Catedral’
Trece meses después de bajar la persiana definitivamente, el viejo San Mamés, del que solo se ha salvado su característico arco, sigue vivo en el recuerdo. Muchos han sido los libros y suplementos especiales en los que se han querido plasmar los cien años de vida que la Catedral aguantó firme como santo y seña del Athletic. Pero el mito del campo no entiende de fronteras. Como ocurre con los de Bilbao, que nacen donde quieren, los enamorados de San Mamés se cuentan por cientos fuera de Bizkaia. Es el caso de Toni Casals (Barcelona, 1962), que hace unos meses decidió novelar todo lo ocurrido en el coliseo rojiblanco en el libro SM 1913. El mito de San Mamés, historias y protagonistas. Su objetivo, según confiesa, dar a conocer a todo el país lo ocurrido en “esta joya del fútbol”.
Casals, que dirigió la revista Don Balón hasta el cierre de la publicación, se define como un aficionado del fútbol en general. Su equipo no es el Athletic, pero considera un bien de interés general el que durante décadas fue su fortín. Es más, Casals cree que fuera de Euskadi no se dio la importancia que mereció al cambio de casa del conjunto rojiblanco. “En el mundo del fútbol no se tiene mucho en cuenta la historia, se habla más del día a día, de los fichajes, de los resultados del momento. “Después de adentrarme en la esencia del campo, de pasar horas en hemerotecas y archivos investigando todo tipo de sucesos y anécdotas, he comprobado que tenía una historia que muy pocos campos poseen. Me sorprende que fuera de Euskadi no se haya dado a la historia del viejo San Mamés la relevancia que merece. Creo que ha pasado un poco desapercibido, siendo el Athletic, además, uno de los equipos más amados de todo el Estado”, destaca este periodista deportivo, que tardó cierto tiempo en pisar por primera vez la Catedral.
Su debut en las gradas de San Mamés tuvo lugar en un choque europeo entre el Athletic y el Parma. Una de esas noches en las que el ambiente de la Catedral contagiaba a toda la villa. Fue en la ida de los octavos de final de la copa de la UEFA, en la temporada 1994-95. Ziganda dio la victoria a los leones. Toni Casals se acuerda perfectamente de los detalles de aquel encuentro. También de los centenares de hinchas, como ocurre en la actualidad, que tenían como parada obligada los bares que afloran en los aledaños del campo: “Fue mi primera vez en San Mamés y me llamó la atención el ambiente que había en Pozas según te acercabas al campo. Era impresionante. Y al final, siguiendo la misma calle, te encontrabas con el escudo gigante del Athletic”.
Mantener el mismo espíritu
Este periodista barcelonés, que aguarda con ganas la ocasión para conocer por dentro el nuevo San Mamés -con la finalización de las obras de la Tribuna Sur, hasta 53.000 espectadores se podrán dar cita en el coliseo rojiblanco y ya no habrá problemas para adquirir una entrada-, advierte de que los aficionados del Athletic que sí estuvieron en el viejo campo tienen la “responsabilidad” de trasladar su legado a las generaciones futuras. “Es difícil que las nuevas generaciones se puedan imaginar lo que suponía ver un partido en el antiguo campo. Era un escenario mítico. Lo importante es trasladar su mística al nuevo campo. Por eso es muy importante clasificarse para la Champions League, y que la gente se enganche al espíritu de la Catedral. Parece que al que no ha estado nunca en el viejo San Mamés le falta algo, como si no tiene el carné de aficionado al fútbol”, asevera Casals, que entre todas las vivencias que repasa en el libro se queda con el fútbol de antes de la Guerra Civil, con ese romanticismo de un deporte que se alejaba de los clichés del profesionalismo. Unos años, según indica, en los que la Catedral comenzó a labrarse su prestigio y una fama que mantiene intacta pese a no existir ya físicamente.
Toni Casals confía en que su libro sirva para dar a conocer todo lo que rodeó al siglo de vida del viejo campo. Figuras del Athletic como José Ángel Iribar, para el que el periodista catalán solo tiene palabras de admiración, le han ayudado a destripar su historia. Únicamente ha pasado un año de su cierre, pero la mística de San Mamés, con su flamante sucesor cogiendo el relevo, sigue latente.