Artículo publicado por Jon Uriarte en su sección 'El Piscolabis' en el diario El Correo el 30/03/2012
'Ahora entras en un bar, el Athletic está en la pantalla y las miradas y los oídos se dirigen hacia él.'
Este Athletic tiene gancho. Siempre lo tuvo. Quizá por ello el destino quiso que el primer partido televisado en color en España fuera la final de UEFA del 77, entre Athletic y Juventus. No sé la audiencia que tendría, pero la final de Copa frente al Barcelona en 2009, fue la más vista de la historia de la competición, con 11.692.000 espectadores, hasta que la jugaron, en 2011, Madrid y Barça. Ellos obtuvieron 12.849.000. Pero, siendo más, tengamos en cuenta que jugaron prórroga y tuvieron más minutos de emisión. Dicho esto, es falso que la expectación en 2009 fuera, en especial, por el juego blaugrana. Tras ellos y los merengues, somos el equipo que provoca más interés. Por encima, muchas veces, de Atlético, Valencia, Sevilla o Betis. Y no los menciono al tuntún. Suelen estar entre los más seguidos en televisión. Pero este año la cosa va más allá. Nuestros leones están de moda. No les hace falta protagonizar documentales en la 2. Lo suyo es cazar en directo. Cuando corresponda, donde toque y contra quien sea. Mostrando un fútbol de ida y vuelta, lleno de emoción. Nada es casual. Y los datos de audiencia, menos.
Paolo Vasile no se casa con nadie. Les hablo del consejero delegado de Tele 5. Nunca entró al aro del fútbol. Compra y emite, en base al acuerdo con Digital Plus. De hecho, relegó algunas citas futboleras a su otra cadena. "Lo más gordo, lo suelto en Tele 5 y lo menos, en Cuatro", debió pensar. Pero en estas llegó la semifinal entre el Athletic y el Mirandés. 3.353.000 espectadores en total. Llegando a alcanzar, en el minuto de oro, los 4.733.000. Fue el partido más visto en Cuatro, tras el Mundial. "Flor de un día", pensaron algunos. Hasta que llegó la vuelta. El partido de San Mamés arrojó un 21,9 y un total de 4.766.000 personas delante de la tele. Aun así, muchos lo achacaron a la empatía de la gente por la Cenicienta mirandesa.
Pero no es justo. Echen cuentas. En el partido de ida frente al Manchester y en horario de máxima audiencia, alcanzamos el 21,7% de share, con un total de 4.350.000 espectadores. En el de vuelta, jugado en San Mamés a las 7 de la tarde, horario que no permite convocar a tanta gente como un 'prime time', logró un 24,9% de share y 2.976.000 de espectadores. Este desenlace, por cierto, fue seguido por 6 de cada 10 vascos, que estaban ante la tele a esa hora. Y eso que 40.000 rugían en La Catedral en vez de hacerlo frente a la pantalla. "Si en vez de ser en Cuatro fuera en Tele 5, TVE o Antena 3, arrasaríais", comentaban los expertos. Y así sucedió este jueves, con un 25% de share y casi 5.000.000 de espectadores. Cierto que se sumaba lo del morbo de Raúl. Pero no solo del incombustible 7 vive la tele. Necesita algo más. Un equipo que haga girar la cabeza y mirar hacia la pantalla. Les contaré lo que sucede en Madrid.
Otras temporadas, hablo de 10 años a esta parte, buscar un bar en el que dieran el partido de nuestro equipo era algo desesperante. O no tenían intención de comprarlo o lo ponían en una alejada pantalla, sin sonido por supuesto, mientras en el hilo musical arrojaba canciones de Lady Gaga. Eso, cuando no era Richard Clayderman, o el típico creador de versiones para ascensor, el que asomaba por los bafles. 'Balada para Adelina' de fondo, mientras los nuestros se batían el cobre. Una estampa surrealista. Hasta que llegó esta temporada. Costó, no lo niego. Pero, poco a poco, las reticencias desaparecieron.
Ahora entras en un bar, el Athletic está en la pantalla y las miradas se dirigen hacia él. También los oídos. Adiós a la Gaga y al gagá del piano. Lo dicho, estos leones, atrapan. Por eso resulta sorprendente el trato de Roures y compañía hacia nuestro equipo. Vale que el año que viene no seguiremos con ellos y que arrieros somos. Pero la soberbia es mala consejera y la venganza, cara solución. Arrojarnos a los horarios basura es malo para nosotros, pero también para ellos. Y este año llevamos más que nadie. Malo para nosotros, pero también para la tele.
De hecho, la puñeta de que juguemos hoy en el Camp Nou, 47 horas después de hacerlo en Alemania, va a resultar un bombón para Canal Plus. Pese a ser cadena de pago, todo apunta a que tendrá una gran audiencia. Por eso Vasile estaba feliz el viernes al ver los datos del jueves. El Athletic le importa lo mismo que un león del Serengueti echando la siesta. Pero si se merienda una gacela, sea mirandesa, rusa, inglesa o alemana y la gente deja de jugar con el mando, para detenerse en su cadena, viste de rojiblanco Tele 5 y todo el barrio de Fuencarral. Así son las cosas y así se las cuento. No se trata de mirarnos el ombligo para decir que merecemos focos y cámaras. No hace falta. Ya lo hacen los datos de la tele por nosotros. Que nadie lo olvide cuando toque negociar los derechos de televisión. En pantalla, también somos competitivos. El Athletic también golea en audiencia. Que nadie lo olvide: estos leones son muy televisivos.